Se intensifica en Latinoamérica la campaña contra el glifosato

Por Fabiana Frayssinet, IPS News, 29 de abril de 2015

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Imagen: http://quimitecnia.blogspot.com.es/
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Después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarase al glifosato como probablemente cancerígeno, se ha intensificado en América Latina una campaña para prohibir el uso del glifosato, que se utiliza a gran escala en los cultivos transgénicos.

El pasado 20 de marzo, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), que forma parte de la OMS, informó que el herbicida más utilizado en todo el mundo es probablemente cancerígeno para los seres humanos, una conclusión que se basa en numerosos estudios científicos.

Las organizaciones sociales y los investigadores científicos de América latina argumentan que gracias al Informe de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, los Gobiernos ya no tienen excusa para hacer oídos sordos, después de años de investigación sobre los daños que el glifosato causa en la salud y el medio ambiente.

Creemos que el principio de precaución debe aplicarse, y que ya son muchos los estudios acumulados que presentan indicios claros, siendo hora de tomar decisiones antes de que sea demasiado tarde”,dijo Javier Souza, coordinador de la Red de Acción en Plaguicidas en América Latina (RAP-AL).

El principio de precaución establece que incluso si una relación causa-efecto no ha sido plenamente establecida científicamente, se deben tomar medidas de precaución si el producto o la actividad supone una amenaza para la salud o el medio ambiente.

Estamos a favor de la prohibición del glifosato, que debería entrar en vigor en un corto plazo, con restricciones en la compra, envasado y uso”, dijo a IPS Javier Souza, que también es jefe del Centro de Estudios sobre Tecnologías Aplicadas de Argentina (CETAAR).

Carlos Vicente, de la Organización no Gubernamental GRAIN, dijo a IPS que este herbicida empezó a utilizarse en América Latina en la década de 1970 y que su comercialización por la Empresa Monsanto hizo que se extendiese por todo el Cono Sur .

Su uso generalizado se centra sobre todo en los cultivos transgénicos, que están diseñados para tolerar al glifosato, como la soja Roundup Ready (RR), introducida en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y otros países”, dijo Carlos Vicente, que promueve una gestión sostenible y la biodiversidad agrícola.

Se cultivan unos 50 millones de soja transgénica en la región y se emplean 600 millones de litros al año de este herbicida. Según Souza, son 83 millones de hectáreas de cultivos transgénicos solo en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

El Informe de la OMS “es importante porque demuestra que a pesar de la presión de Monsanto, puede existir una Ciencia independiente al servicio del bien común, en lugar de servir únicamente a los intereses de las Corporaciones”, dijo Carlos Vicente.

Monsanto vende el glifosato bajo el nombre comercial de Roundup, pero también se vende como Cosmoflux, Baundap, Glyphogan, Panzer, Potenza y Rango, y entre los pequeños agricultores de algunos países se conoce popularmente como Randal.

No se utiliza únicamente en los cultivos transgénicos, sino también en las verduras, tabaco, árboles frutales y plantaciones forestales, como las de pino y eucalipto, así como en jardines urbanos y a lo largo de las vías férreas.

Pero en la agricultura tradicional se utiliza para que germinen las semillas antes de plantarlas, mientras que en los cultivos transgénicos se utiliza ya una vez realizada la plantación, que es cuando actúa de forma selectiva al secar una amplia variedad de plantas e hierbas, de acuerdo con RAP-AL.

Esta lluvia, en sentido literal, de glifosato tiene un impacto directo sobre los ecosistemas, las comunidades, el suelo y el agua, y estos impacto no se pueden ocultar durante más tiempo”, dijo Carlos Vicente.

Ya no podemos aceptar el uso de estos venenos porque destruyen la biodiversidad, agravan el cambio climático, destruyen la fertilidad de la tierra y contaminan el agua y el aire, Y sobre todo, nos traen enfermedades como el cáncer.”, dijo Joao Pedro Stédile, del Movimiento de los Trabajadores sin Tierra (MST).

Rafael Lajmanovich, experto en ecotoxicología por la Universidad Nacional del Litoral, Argentina, ha investigado los efectos del glifosato:

Aunque los estudios se refieren a los efectos carcinógenos en los seres humanos, también se ha demostrado que en los animales (como los embriones de anfibios) el glifosato es teratogénico, es decir, que produce malformaciones durante el desarrollo de estos vertebrados. Además, hemos encontrado que tiene efectos sobre la actividad de sistemas enzimáticos muy importantes ( las colinesterasas), lo que significa que tiene un cierto grado de neurotoxicidad. Los principales efectos que los científicos y los médicos rurales han relacionado con las fumigaciones son específicamente enfermedades respiratorias, alergias, abortos involuntarios, aumentos de niños nacidos con malformaciones, y una mayor incidencia de tumores”, dijo Lajmanovich, miembro del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Argentina).

Carlos Vicente, por su parte, señaló que investigaciones llevadas a cabo en varios países de América Latina apuntan en la misma dirección que los estudios de la OMS. En Argentina, por ejemplo, los estudios realizados en las provincias de Rosario Y Córdoba “muestran un aumento de los casos de cáncer, que en algunos casos puede superar a la media nacional en tres o cuatro veces”.

En Colombia, la agrónomo Elsa Nivia, Directora de la Red de Acción en Plaguicidas de ese país, encontró que las autoridades sanitarias locales habían informado de que en los primeros meses de 2001 se dieron 4.289 casos de personas con enfermedades de la piel y trastornos gástricos y 178.377 animales, entre los que se encontraban caballos, vacas, cerdos, patos, perros, gallinas y peces, murieron como resultado de la exposición al pesticida.

También se ha informado de casos de intoxicación en Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, según RAP-AL.

Souza se queja de que en América Latina el glifosato se vende sin restricciones por proveedores de herbicidas, en ferreterías, droguerías, supermercados, a menudo “en pequeñas cantidades, o en botellas de refresco”.

Stédile, quien también es miembro de Vía Campesina, espera que en esta región y en Europa se prohíba su uso en la agricultura, como ya han hecho México, Rusia y los Países Bajos.

Como alternativa propone “la producción agroecológica que combina los conocimientos científicos con los saberes ancestrales de los campesinos, para desarrollar cultivos sin la utilización de productos tóxicos, y adaptados a cada ecosistema. Esta metodología ha aumentado la productividad del suelo, mejor que las prácticas que utilizan tóxicos”, dijo.

No se trata de sustituir el glifosato por otro herbicida, dijo Carlos Vicente, los cuales también son muy tóxicos, “sino de cambiar hacia modelo de pequeña agricultura ecológica destinada a lograr la soberanía alimentaria de nuestro pueblo”.

Stédile dijo que los Gobiernos de América del Sur que siguen apoyando la agricultura de cultivos transgénicos, a pesar de las evidencias de daño en la salud y el medio ambiente, lo hacen porque creen que “la agroindustria puede ayudar a la Economía mediante el aumento de las exportaciones de materias primas, lo que contribuye a una balanza comercial positiva. Se trata de mantener una ilusión por parte de los Gobiernos, en lugar de tomar una postura en contra de este genocidio”.

Carlos Vicente pidió que se tomen medidas concretas por parte de los Gobiernos que reflejen los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en esta región, ahora que la OMS ha respaldado sus conclusiones.

Por otro lado, en un comunicado, Monsanto criticó el Informe de la IARC, calificándolo como “basura científica”, diciendo que “a estos resultados se ha llegado por las falacias de prueba incompleta y una selectiva elección de los datos, siendo un claro ejemplo un agenda sesgada”. Monsanto exige una rectificación.

En respuesta, los investigadores se reafirmaron en que el glifosato es “probablemente cancerígeno”.

Monsanto, añade: “Esta conclusión es incompatible con décadas de continuos y exhaustivos estudios de seguridad aprobados por las Agencias de Regulación de muchos países, que han concluido que el glifosato es seguro para la salud humana”.

Lajmanovich argumentó que la posición adoptada por la Empresa “no puede prevalecer sobre una Institución Internacional de reconocido prestigio, la OMS, que es el órgano rector de la salud a nivel mundial”.

También señaló que Monsanto consideró fiables los informes de la OMS cuando decía “que el glifosato era inocuo”.

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Procedencia del artículo:

http://www.commondreams.org/news/2015/04/29/campaign-against-glyphosate-steps-latin-america

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 En España, si consultamos la lista de herbicidas autorizados para su uso, podemos comprobar que se pueden utilizar en multitud de cultivos y para el control de hierbas en parques, jardines, canales de riego, zonas deportivas, cunetas, bordes de caminos, vías férreas, etc. A continuación se recogen algunos de los posibles usos del glifosato. En algunos cultivos, como los de aguacate, naranjo y limonero, es el único herbicida permitido. El listado no es exhaustivo, pero se puede consultar completo en el enlace anterior (pdf).

glifosato_usos_1glifosato_usos_2glifosato_usos_331. CÍTRICOS

glifosato_usos_4glifosato_usos_5glifosato_usos_6glifosato_usos_752. FRUTALES DE PEPITA

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