Merck y Elsevier publicaron una falsa revista con el objeto de hacer publicidad de Vioxx y Fosamax

[Recuperamos este artículo del año 2009, pues casos parecidos se siguen dando, como el reciente de Richard E. Goodman]

Esta gestión fantasma se descubrió durante el juicio por Vioxx.

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El 30 de abril la revista The Scientist reveló en un artículo titulado “Merck publica una falsa revista” que la compañía había pagado en secreto a Elsevier, una de las editoriales científicas más importantes del mundo, para que la sociedad Escerpta Medica publicase una falsa revista llamada The Australasian Journal of Bone and Joint Medicine. La presentación de la misma fue un instrumento para la promoción de los dos medicamentos.

El British Medical Journal ha informado en un artículo publicado el 28 de abril que determinadas pruebas presentadas por la defensa de las víctimas de Vioxx informaban de la publicación encubierta por Merck de una revista con el objeto de hacer publicidad de Vioxx.

The Scientist ha conseguido los dos primeros artículos publicados en 2003. Uno de los editoriales no están firmados, contienen una selección de artículos más antiguos, reproducidos o resumidos, sin ninguna declaración de conflictos de intereses ni del hecho de que la revista estaba financiada por Merck. La falsedad es aún más evidente ya que no se hace ningún anuncio explícito de Fosamax (ácido alendrónico) ni de Vioxx (rofecoxib). Todo hacía parecer que era una revista para los comités de lectura.

Esta falsa revista ha permitido al laboratorio influir en los médicos para incluir entre los tratamientos contra la osteoporosis, desviando la atención sobre los riesgos de Vioxx. Incluso han sido engañados aquellos que se toman la molestia de preguntar a los visitadores médicos y de asistir a los cursos de educación continua.

Aquí se ha completado el círculo de la gestión fantasma de la industria farmacéutica: influencia y control invisibles en los aspectos de la investigación y la información médica, desde la producción hasta la distribución.

La revista nunca ha sido incluida en Medline ( la base de datos médica de referencia mundial) y nunca se ha publicado en ningún sitio web.

Una mirada al primer número

Al abrir la revista, en su primer número, se hace todo lo posible para promover el uso generalizado de la densitometría ósea para destacar los beneficios de Fosamax (ácido alendrónico). Los redactores fantasma dicen que esperan que los grupos de presión australianos apoyen el éxito de este medicamento para extender su uso de una forma más amplia entre las mujeres que sufren esta afección. La densitometría ósea y el tratamiento farmacológico para la osteopenia y la osteoporosis, con Fosamax- podría salvar millones de vidas, previniendo la aparición de fracturas, el tratamiento quirúrgico y otras consecuencias.

No dice una sola palabra de los efectos secundarios de Fosamax, como una clase de medicamentos a los que pertenece, los bifosfonatos.

Las técnicas publicitarias utilizadas en la revista son toda una obra maestra, incluyendo la mercantilización de la enfermedad, que consiste en ampliar los criterios para el diagnóstico y reducir el umbral admisible del medicamento para el tratamiento de la enfermedad.

La creatividad de los departamentos de marketing de las empresas farmacéuticas no tiene límites, dice Peter Lurie, después de leer los dos primeros números de la revista The Australasian Journal of Bone and Joint Medicine. Y añade que supera incluso el lado más salvaje de la imaginación de alguien que ha visto de todo.. Y Lurie ha visto mucho más en calidad de vicepresidente de la Asociación de defensa del consumidor del grupo Public Citizen.

La revelación pública

El caso de la revista falsa como vehículo para la comercialización de Merck fue revelado por primera vez el 9 de abril de 2009 por el periódico The Australian, como uno de los datos que salió relucir en la demanda interpuesta por más de 1000 víctimas de Vioxx contra la empresa. The Scientist ha obtenido el testimonio del especialista Dr. George Jeilnek, miembro de la Asociación Mundial de Editores de Revistas Médicas, siendo el principal experto que interviene en el juicio por parte de la defensa. Después de leer cuatro números de la revista fechados entre 2003 y 2004, Jeinek dice que el lector medio -los médicos no especializados- pueden hacer sido inducidos al error y tomar esta revista de marketing como revista para los comités de lectura.

Según Jelinek, 4 de los 21 temas que figuran en el primer número de revista están dedicados a Fosamax, y todos, sin excepción se muestran favorables al uso de este medicamento. Jelineck declara: “Entiendo muy bien el interés de la empresa farmacéutica en reunir artículos de investigación favorables a su medicamento en un solo estudio y enviárselo a los médicos (…) Esto es pura comercialización”. Algunos comentarios y referencias eran simplemente un resumen. ¿Por qué la influencia sobre los prescriptores ha sido tan importante? Dado que la compilación de artículos favorables al medicamento aparecía bajo el auspicio de Elsevier, que tiene entre su Consejo editorial y Comité científico a grandes especialistas, daba la impresión de un consenso generalizado sobre los estudios de base y meta-análisis independientes de la industria.

La intención era tranquilizar a los médicos acerca de la seguridad de Vioxx y su riesgo/beneficio, dice Jelinek. Y efectivamente, los índices de riesgo se acumularon sin cesar desde su comercialización en 1999. La empresa Merck conocía los riesgos cardiovasculares por los ensayos clínicos realizados, que optó por no incluir en su solicitud de licencia. (Este es el motivo por el cual algunas compañías de seguros quieren demandar a Merck por un delito contra las víctimas de Vioxx).

La respuesta de Jelinek a Heartwire/ The Heart es que el abogado de Merck no impugnó ninguna de sus declaraciones durante el contrainterrogatorio. Dice lo mismo en el Britsh Medical Journal
(BMJ 2009; 338) y destaca que “es una mascarada que la publicidad pase por encima de la investigación médica, socavando las bases de la integridad científica”.

El autor científico inalcanzable…

Escritores fantasma, autores invitados, escritores médicos sin formación médica…

De acuerdo con el artículo original del diario The Australian, titulado «Los médicos firmaron los estudios de Merck Vioxx”, los estudios firmados fueron hechos por médicos pagados, que prestaron sus nombres para dar la impresión de independencia y competencia. Los editores de artículos pagados arreglan estos para que sean favorables en los resultados de los ensayos clínicos. Sus nombres no aparecen en la web. En la escritura clásico son los llamados “negros”, salvo que las consecuencias no son las mismas.. Los editores de la revista The Australasian Journal of Bone and Joint Medicine son escritores fantasma que firman como B&J Editorial.

A veces los que firman estos artículos son médicos invitados que no tienen nada que ver con las pruebas, pero cuyos nombres son garantía de prestigio científico. Esta es una práctica común, y se incluye al jefe del departamento como coautor del estudio médico realizado. Sin que el término autor invitado sea indicado.

Los médicos e investigadores nunca han visto los datos o no han participado en su interpretación, siendo bombardeados por estos investigadores de papel. Son nombres puestos para impresionar y dar una garantía científica a los mensajes publicitarios y así impresionar a los prescriptores. Estos autores se se benefician también, no sólo porque se les paga por ello, sino para completar también su lista de publicaciones, por ejemplo… Es sobresaliente la forma de hacer dinero de algunos médicos mientras realizan su labor en los hospitales privados o las labores de consulta para los laboratorios, dando conferencias en hoteles de lujo, interviniendo enlos medios de comunicación y mucho más… Con este esquema, la investigación médica no es una prioridad. Es más fácil limitarse a firmar. Y es muy irónico oírles decir cuando las cosas van mal que, después de todo, ellos eran invitados de los autores y que por lo tanto no tienen responsabilidad.

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Sociedades de redacción médica, una mirada ante el cliente…

También hay empresas privadas de redacción médica, agencias de comunicación especializadas (MECC en inglés: educación médica y empresas de comunicación), cuya actividad exclusiva es el tratamiento de los datos de marketing y comunicación de los resultados de ensayos clínicos basados en los buenos de los laboratorios. Y no son todos médicos, quiá, ya que no es conocimiento los que le pide su amo. Sabemos de la empresa Therapharm que organizó y presentó los estudios franceses de Gardasil firmados por médicos de renombre y por los empleados de Sanofi-Pasteur en la revista Gynecologic Oncologic, que publicó el artículo sobre el estudio realizado por EDITH, que es una de las referencias francesas intocables.

Es imposible saber lo que está escrito por uno y cuál por los otros, pero extractos de Terapharm hacen pensar que el diseño del ensayo clínico se adaptó a las necesidades del cliente: la empresa paga y baila con quien quiere. Cujus regio, eius religio.

He utilizado este ejemplo para estar en familia: Therafharm no sólo escribe artículos, sino que organiza ensayos clínicos.

Otras compañías y personas se dedican por completo, o asociaciones internaciones como la European Medical Writer Association (EMWA). Se dan directrices para la utilización de los negros, o consideraciones sobre el papel de los negros en el desarrollo de las publicaciones revisadas en los comités de lectura.

Merck tenía toda una plana de escritores fantasma, autores e invitados para promover su Vioxx…Merck ha pagado a médicos que han puesto su nombre para dar la impresión y garantías de independencia, afirmación de los abogados de las víctimas que han presentado un recurso colectivo, posibilidad legal que desgraciadamente no existe en Francia.

La existencia de una revista falseada destinada a los comités de lectura es una prueba de que la empresa está dispuesta a cualquier cosa para que Vioxx salga al mercado el tiempo suficiente para llenarse los bolsillos. (Uno se pregunta si no se aplica el mismo método con la vacuna Gardasil, que es propiedad de esta misma empresa, que con Sanofi-Pasteur al 50% comercializar Gardasil en Europa).

El golpe bajo de la revista JAMA en abril de 2008 fue el punto de partido del descubrimiento del fraude, inducido por la gestión fantasma que hizo Merck sobre Vioxx.

Catherine De Angelis, editora de la revista JAMA ( Journal of American Medical Association: AMA) sopló el hecho en abril de 2008 e hizo un llamamiento a una polítca de restricción y control entre los intereses en conflicto y la literatura médica. El punto de partida fue el descubrimiento de que JAMA se había ofendido con Merck por publicar los artículos sobre Vioxx, firmados por escritores fantasma y por médicos que habían recibido un pago en forma de conferencias, consultorías, etc.

El editorial de la revista denuncia a os autores invitados, a los escritores fantasma, y dice que sólo las personas que han intervenido en las investigaciones puedan ser llamados autores. El grado de participación de cada uno está en consonancia con los intereses en conflicto.

La empresa Merck dice que es íntegra y ética. Finalmente debe pagar una multa y dice haber retirado del mercado Vioxx. Una de las peores pesadillas de la industria farmacéutica: 4,85 mil millones de dólares de multa por daños y perjuicios para contener las demandas del gobierno federal por daños a las víctimas.

Peter Lurie, vicepresidente del grupo de vigilancia Public Citizen, dice que crear desde cero unas pruebas que nunca existieron no es muy diferente de las prácticas que realizan habitualmente las empresas. Pagan por las reimpresiones y/o compilaciones de artículos de investigación que carecen de rigor científico, o sea desechables. La documentación que exhiben los visitadores médicos muchas veces es de este tipo.

En respuesta a las preguntas de The Scientist, un portavoz de Meck Australia dijo en un correo electrónico que la empresa espera que el editor complete el contenido de la revista fantasma con otros artículos de otras revistas médicas como The Lancet, Bone, Joint Bone Spine y otras, para entregar esta información de calidad a los médicos. Algunos artículos de la revista eran falsos o eran resúmenes de artículos originales, o reproducciones, seleccionados todos ellos según un actitud positiva para Merck, que ya los había publicado en otras revistas de Elsevier.

Pero según Spriner, el pasado es pasado… ahora todo reluce.

Un portavoz de Elsevier dijo a Scientist que habría sido preferible que el diario The Australasian Journal of Bone and Joint Medicine mostrase claramente la financiación de Merck ¿Más claro? Los dos primeros números no tienen información de este tipo, tan vago es.

El editor reconoce la financiación de la falsa revista por parte de Merck, pero se niega a revelar cuánto le pagaron por acceder a este engaño. “Esto fue hace mucho tiempo, ya 6 años, cuando no eran tan estrictas las normas de información”, dijo su portavoz. “Por otra parte, sería Excerpta Medica, empresa de comunicación médica, propiedad de Elsevier, la que la buscó las firmas, y no la empresa matriz”, dijo también el portavoz. ” Elvesier respeta todos los requisitos de los conflictos de interés y no confunde una recopilación de artículos antiguos con una revista médica que sólo acepta artículos originales. El editor de la revista no sabe cuántos ejemplares fueron distribuidos de la falsa revista en Australia. El tema está cerrado”.

Los miembros del Comité Científico y / o consejo de redacción que no tienen nada que leer y releer, y no pueden hacer preguntas ….

Sorprendentemente, los miembros del Comité Científico de la revista que pretende presentarse en los comités de lectura no ha recibido nada que leer y evaluar… Pero dicen que prestar el nombre es corriente entre los expertos, los líderes de opinión, o marionetas del farmacomercio, en el mundo de la medicina y el negocio farmacéutico. En esta elite económica y financiera: son los mismos los que ocupan todos los consejos de administración.

Así, el reumatólog australiano Peter Brooks, miembro del consejo editorial de la The Australasian Journal of Bone and Joint Medicine fue asesor de Merck desde mediados de los años 90 hasta 2004 ¿Cómo no iba a responder a una petición de la empresa que paga? ¿Y por qué él no iba a firmar publirreportajes cuya forma no difiere de los demás, destinado a transmitir publicidad encubierta como independiente? Este método es parte de las estrategias básicas de las empresas. Se utiliza en todas partes.

En defensa, Peter Brooks, dijo que estando involucrado en tantas cosas era muy difícil verificar la seriedad de las publicaciones. Piensa que es injusto decir que era mera publicidad y nada más.

Debe defenderse a sí mismo, sin enojar ni a Merck ni a Elsevier, comprensiblemente, teniendo en cuenta la constancia de su vínculos, no va a boicotear a un editor del tamaño e importancia de Elsevier.

Conclusión: una fantasía paranoica que no corresponde a la ubicuidad de la gestión fantasma …

Es evidente que Merckrealizó una gestión fantasma, que pasa información comercial como independiente, mediante el control de cada etapa del proceso, desde la financiación y el diseño de los ensayos clínicos, interpretando los datos de una forma parcial y difundiéndolos por todas las redes, visitadores médicos, expertos, autoridades sanitarias, medios de comunicación… de modo controlado e influyente. Es la desinformación en todo su esplendor, con el pretexto de un carácter científico garantizado por los líderes de opinión, de modo que bloquea todos mecanismos del sistema de atención de la salud.

Hemos visto un verdadero tratado de algología, desarrollado en base a estudios y ensayos clínicos fantasmales, cuyo autor, Scott Reuben, también fue pagado por los laboratorios productores de medicamentos que actuó para imponer nuevas indicaciones (Lyrica, Neurontin, Celebrex, Oxycontin, Vioxx…) También recaló en Merck. Es un verdadero escándalo e informaremos en una entrada posterior.
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Traducción del artículo aparecido en Pharmacritique:
http://pharmacritique.20minutes-blogs.fr/archive/2009/05/10/paye-par-merck-elsevier-a-edite-une-fausse-revue-medicale-ou.html

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