Directo a tus hormonas: guía de alimentos disruptores

Residuos de plaguicidas en los alimentos españoles con la capacidad de alterar el sistema endocrino

Informe publicado por Ecologistas en Acción

y del que son autoras: Kistiñe García y Dolores Romano

Informe en formato pdf

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Introducción

Decenas de miles de toneladas de plaguicidas se aplican cada año sobre cosechas y plantaciones en España, exponiendo a trabajadores y trabajadoras del sector agrícola y a sus familias a sustancias tóxicas, provocando la contaminación del suelo, del agua, del aire y de los alimentos. En 2014 se comercializaron en España 78.926 toneladas de plaguicidas, un 24% más que en 20121.

El objeto de este informe es hacer visible la exposición de la población española a pla­guicidas a través de los alimentos, en particular, la exposición a plaguicidas con capacidad de alterar el sistema hormonal.

El término contaminante hormonal o disruptor endocrino (EDC por sus siglas en inglés) se acuñó en los años 90 para definir un conjunto diverso y heterogéneo de compuestos químicos exógenos, capaces de alterar la síntesis, liberación, transporte, metabolismo, enlace, acción o eliminación de las hormonas naturales en el organismo2.

Actualmente, existen 483 sustancias activas autorizadas para su uso como plaguicidas en Europa3. El Reglamento 1107/2009 de plaguicidas establece los criterios para autorizar su comercialización y uso en la Unión Europea4 y prohíbe expresamente el uso de sustancias activas:

  • clasificadas en la UE como cancerígenas, mutágenas o tóxicas para la reproducción (Categorías 1A y 1B);

  • que tengan propiedades de alteración endocrina que puedan causar efectos nocivos en los seres humanos;
  • los agentes contaminantes orgánicos persistentes (COP);
  • las sustancias persistentes, bioacumulativas y tóxicas (PBT); y
  • las sustancias muy persistentes y muy bioacumulativas (mPmB).

    Aunque se recoja en el reglamento, la prohibición del uso de plaguicidas capaces de alterar el sistema endocrino no se ha aplicado hasta la fecha por no existir criterios legales para identificar qué sustancias tienen estas propiedades. La Comisión Europea tenía la obligación legal de publicar los criterios antes de diciembre de 2013, pero el lobby de la industria química y de pesticidas así como los negociadores de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), han conseguido que la Comisión haya pospuesto repetidamente su publicación, tal como ha documentado Stéphane Horel, periodista y documentalista independiente, en el informe «Un asunto tóxico«5.

    En junio de 2016, tras una sentencia condenatoria del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, la Comisión ha presentado una propuesta que deberá ser aprobada por los Estados miembro. La propuesta presentada por la Comisión contradice el espíritu del Reglamento de plaguicidas, basado en el principio de precaución y también el actual sistema de clasificación de sustancias de toxicidad similar. Así, establece un nivel de evidencia tan elevado para identificar una sustancia como disruptora endocrina, que de aplicarse, muy pocas sustancias activas con propiedades de alteración endocrina serían prohibidas.

    El Reglamento de residuos de plaguicidas en alimentos (396/2005)6 establece los niveles o límites máximos de residuos de plaguicidas (LMR) que pueden contener los alimentos y los piensos.

    Para garantizar el cumplimiento de la normativa, las autoridades sanitarias llevan a cabo campañas de control de alimentos, donde analizan la presencia de una serie de residuos de plaguicidas en muestras de alimentos que adquieren en el mercado. Los resultados de estos análisis muestran que la amplia mayoría de los alimentos estudiados (98%) cumplen con la normativa existente y presentan concentraciones de cada uno de los diferentes plaguicidas analizados por debajo del límite legal establecido.

    Este informe pretende explicar por qué los límites legales de residuos establecidos no protegen la salud de la población frente a los plaguicidas con capacidad de alterar el sistema endocrino y posiblemente, tampoco protejan a la población de los riesgos para la salud de los plaguicidas con otras características tóxicas.

    Utilizando los datos del Programa de Control de Residuos de Plaguicidas del año 2014 recopilados por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), se describen los residuos de plaguicidas que se encuentran en los alimentos en España, mostrando el preocupante nivel de exposición de la población a estas sustancias a través de la alimentación.

    Todo ello corrobora la necesidad de tomar medidas urgentes para reducir la exposición de la población a estas sustancias, comenzando por la aprobación de unos criterios de identificación de EDC que identifiquen todas las sustancias que se conoce o sospecha que tienen capacidad de alterar el sistema hormonal.

    Reglamento 1107/2009 de plaguicidas:

    «El objetivo del presente Reglamento es garantizar un alto grado de protección de la salud humana y animal y del medio ambiente, a la vez que salvaguardar la competitividad de la agricultura comunitaria. Debe prestarse especial atención a la protección de grupos vulnerables de población como, por ejemplo, las mujeres embarazadas, los lactantes y los niños. Debe aplicarse el principio de cautela y el presente Reglamento ha de garantizar que la industria demuestra que las sustancias o productos producidos o comercializados no tienen efectos nocivos en la salud humana o animal ni efectos inaceptables en el medio ambiente

Plaguicidas disruptores endocrinos: Por qué la normativa existente no protege la salud

Qué son los contaminantes hormonales

Desde principios del siglo XX se conoce la capacidad que tienen algunas sustancias químicas para interferir en el sistema hormonal o endocrino de numerosas especies animales, incluidos los seres humanos y provocar efectos adversos sobre su salud.

Los disruptores endocrinos interfieren la acción natural de las hormonas, alteran el equilibrio hormonal y pueden alterar la fisiología a lo largo de la vida de un individuo, desde el desarrollo fetal hasta la edad adulta7. Si la alteración se produce durante la formación de órganos, por ejemplo, durante el desarrollo fetal, puede dar lugar a malformaciones, patologías o enfermedades irreversibles. Algunos EDC pueden producir cambios epigenéticos8, esto es, modificaciones en la expresión de los genes que se pueden transmitir a los descendientes, dando lugar a efectos adversos en hijos o nietos de individuos expuestos.

Efectos conocidos sobre la salud

Los contaminantes hormonales están relacionados con importantes enfermedades [ 9, 10, 11].

Daños al sistema reproductor masculino: disminución de la calidad del semen e infer­tilidad, malformaciones congénitas del tracto urogenital como criptorquidia (no descenso testicular) e hipospadia (posición anormal de la apertura de la uretra).

Daños al sistema reproductor femenino: pubertad precoz, reducción de la fecundidad, síndrome de ovarios poliquísticos, reducción de la fertilidad, resultados adversos del embarazo, endometriosis y fibroides uterinos (tumores no cancerosos).

Tumores en órganos hormono-dependientes: cáncer de mama, cáncer de ovarios, cáncer de próstata, cáncer de testículo, cáncer de tiroides.

Alteraciones en el desarrollo del sistema neurológico: déficits cognitivos o de conducta (hiperactividad, dificultad de concentración, Trastornos del sistema neuroinmunológico: encefalopatía miálgica/ síndrome de fatiga crónica/ síndrome de fatiga postviral (EM/SFC/SFPV), fibromialgia y esclerosis múltiple.

Enfermedades cardiovasculares: los EDC que actúan como obesógenos o diabetógenos incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, nuevos estudios sugieren una relación directa entre algunos EDC y enfermedades cardiovasculares.

Características singulares de los disruptores endocrinos

Pueden actuar a dosis muy bajas.

Al igual que las hormonas, los disruptores endocrinos pueden ocasionar efectos a dosis de exposición muy bajas, equivalentes a los niveles de exposición que se encuentran actualmente en la población debido a la contaminación del aire de los hogares, los residuos de plaguicidas en los alimentos o la presencia de EDCs en artículos de consumo. Así, la figura 1 muestra cómo las concentraciones de varios plaguicidas con capacidad estrogénica (DDT, DDE, HCB, HCH) en una muestra representativa de la población española están en el rango de 10 a 8.000 ng/g, esto es, a concentraciones superiores a las que estos contaminantes pueden producir efectos estrogénicos (100pg/g a 10 ng/g).

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Importancia del momento de exposición

El momento de la exposición a sustancias con capacidad de alterar el sistema hormonal es muy importante. Si se produce durante los primeros estadios de la vida, caracterizados por una rápida diferenciación celular y organogénesis se pueden producir lesiones irreversibles, dando lugar a patologías o enfermedades que no se manifiestan hasta la infancia o ya de adultos. Por ello, el embarazo, la infancia y la adolescencia son etapas de especial vulnerabilidad ante la exposición a estas sustancias.

La dosis de exposición no determina el efecto

La relación dosis-efecto no es lineal, esto es a menor dosis de exposición no siempre es menor el efecto adverso, como se puede ver en los ejemplos de la figura 2. Así, los mayores efectos adversos de la exposición a HCB se observan a dosis bajas, en el caso del BPA se observan a dosis intermedias.

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Efecto cóctel

Los EDC pueden actuar conjuntamente, de forma aditiva o sinérgica, de manera que los efectos (de la exposición a una mezcla de EDC pueden potenciarse. Así, la exposición a bajas dosis de una mezcla de plaguicidas EDC puede provocar efectos negativos a niveles de exposición considerados seguros para las sustancias individuales que componen la mezcla (ver figura 3).

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Posibilidad de un período de latencia

Los efectos negativos de los EDC pueden manifestarse mucho s años después de que ocurra la exposición; además los efectos de la exposición prenatal se manifiestan principalmente en la edad adulta.

Plaguicidas disruptores endocrinos

La organización Pesticide Action Network Europe (PAN) ha elaborado un listado de 53 sustancias activas que tienen capacidad de alterar el sistema hormonal según los criterios de clasificación vigentes en la UE, utilizados por la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)9. Además de estas, otras muchas sustancias activas podrían ser contaminantes hormonales10 según muestra la bibliografía científica. Un informe encargado por la Comisión Europea ha identificado 162 sustancias activas que se conoce o sospecha que pueden ser contaminantes hormonales11. En el presente informe vamos a utilizar como referencia el listado de sustancias recopilado por PAN Europe, que se puede consultar en el Anexo I. El listado de la Comisión se puede consultar en el Anexo II.

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Por qué la normativa existente no protege la salud

Como hemos señalado en la introducción, las autoridades basan la protección de la salud de la población frente a los riesgos que ocasionan los plaguicidas en asegurar que las cantidades de residuos de plaguicidas que contienen los alimentos se encuentren por debajo del límite máximo establecido como seguro (LMR).

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) es la encargada de realizar evaluaciones de riesgo de los plaguicidas y proponer los LMR que finalmente aprueba la Comisión Europea. Esta Agencia ha sido muy criticada por la falta de transparencia en la elaboración de sus opiniones y los conflictos de intereses de muchos de sus expertos12.

Hasta el año 2008, cada Estado miembro podía establecer sus propios LMR, pero para facilitar las importaciones y exportaciones de alimentos y piensos se decidió armonizar estos límites en toda la Unión Europea. En algunos casos esto supuso un aumento de los niveles de residuos de plaguicidas permitidos. Al ver que muchos de estos límites armonizados suponían un alto nivel de riesgo, la EFSA se ha visto obligada a revisar muchos de los LMR a la baja13.

Límites máximos de residuos y disrupción endocrina

Las evaluaciones de riesgo para establecer los LMR no tienen en cuenta las propiedades de disrupción endocrina y por tanto, no tienen en cuenta que los EDC, al igual que lo hacen las hormonas de forma natural, actúan a dosis extremadamente bajas, esto es, a dosis inferiores a las concentraciones corporales ya existentes en la población. Tampoco tienen en cuenta otras propiedades de estas sustancias anteriormente expuestas, como la posibilidad de presentar curvas dosis respuesta no lineales, la importancia del momento de exposición, la especial vulnerabilidad del feto en desarrollo, de la infancia y adolescencia y que sus efectos adversos se pueden potenciar en presencia de otras sustancias.

Además, las evaluaciones de la EFSA valoran el riesgo de exposición a una única sustancia, sin embargo, en la vida real estamos expuestos a centenares de sustancias químicas. Una sola pieza de fruta o verdura puede contener varios plaguicidas diferentes y un plato de ensalada o una macedonia, decenas (ver capítulo 3).

El Reglamento (396/2005) de residuos de plaguicidas en alimentos establece la obligación de evaluar los efectos combinados de las mezclas de plaguicidas; sin embargo, la EFSA sigue sin incluirlos en sus evaluaciones de riesgo, a pesar de las repetidas demandas de las ONG para que cumpla con esta obligación legal.

No existen niveles seguros de exposición a residuos de plaguicidas con propiedades de alteración endocrina, por ello es urgente que entre en vigor la prohibición a estas sustancias establecida en el Reglamento 1107/2009.

Resultados de los análisis de residuos de plaguicidas disruptores endocrinos en los alimentos españoles

Metodología

Haciendo uso del derecho al acceso público a la información en materia de medio ambiente, Ecologistas en Acción solicitó en julio de 2015 a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) los datos de diferentes programas de control de contami­nantes en alimentos en España correspondientes al año 2014. En octubre de 2015 la AECOSAN contestó la solicitud de Ecologistas en Acción remitiendo los datos del Programa de Control de Residuos de Plaguicidas del año 2014.

Los datos incluyen resultados de análisis de residuos de plaguicidas en 2.384 muestras de productos animales, cereales, frutas, verduras y otros productos vegetales, productos procesados, alimentos infantiles y otros alimentos. Las muestras incluyen también alimentos importados pre­sentes en el mercado español. El listado de alimentos analizados puede consultarse en el Anexo III.

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El número total de plaguicidas analizados por este programa es de 621 sustancias diferentes.

Los análisis incluyen sustancias cuyo uso está autorizado y también sustancias ya prohibidas (Ej. DDT, lindano o endosulfán). No se analizan todas estas sustancias en todas las muestras.

Se compará³ el listado de plaguicidas analizados por las autoridades españolas con el listado de plaguicidas con propiedades de alteración endocrina publicado por Pesticide Action Network Europe (PAN), que incluye 53 sustancias activas autorizadas que tienen capacidad de alterar el sistema hormonal (Anexo I). El listado de PAN no incluye los residuos de plaguicidas con propiedades de alteración endocrina, como DDT, HCH o endosulfán, cuyo uso ya no está autorizado, pero que siguen encontrándose en los alimentos en España.

Plaguicidas disruptores endocrinos encontrados en los alimentos españoles

Se han encontrado residuos de un total de 33 plaguicidas con propiedades de disrup-ción endocrina analizados en los alimentos a la venta en España.

Los 33 plaguicidas EDC encontrados en los alimentos españoles son 2,4-D, bupirimato, captan, clorotalonil, clorpirifós, clorpirifós-metil, cipermetrín, ciproconazole, deltametrín, ditiocarbamatos, epoxiconazole, fenoxicarb, flutriafol, iprodione, lambda-cihalotrín, linurón, malatión, metiocarb, metomil, miclobutanil, penconazole, pirimicarb, procloraz, propamocarb, propiconazole, propizamida, pirimetanil, piriproxifen, tebuconazole, tiacloprid, tiofanate-metil, tolclofos-metil y triadimenol.

Es importante señalar que los programas de control de contaminantes en alimentos no analizan todos los plaguicidas en uso y además, para reducir costes, sólo analizan un número limitado de plaguicidas en cada alimento. Por ello es posible que algunos alimentos contengan aún más residuos de diferentes plaguicidas que los que muestran los datos.

Por ejemplo, el programa de control de residuos de plaguicidas no ha analizado la presencia en los alimentos de residuos de amitrole o de glifosato.

Glifosfato:

El glifosato es el herbicida más utilizado en España. La formulación más conocida es el Roundup. Además de ser disruptor endocrino ha sido clasificado por la IARC como probable cancerígeno para los seres humanos. Análisis realizados en otros países europeos han mostrado la presencia de elevadas concentraciones de esta sustancia en alimentos como el pan y la cerveza. También se ha detectado glifosato, en concentraciones por encima de los niveles considerados como seguros, en muestras de orina de la población de varios países europeos.

La Comisión Europea deberá reconsiderar la autorización del uso de glifosato a finales de 2017. Por ello, sería importante conocer su presencia en los alimentos en España.

La tabla 3 refleja los plaguicidas detectados conjuntamente en los distintos grupos de alimentos. La tabla 4 muestra los 10 alimentos que contienen mayor número de residuos de diferentes plaguicidas EDC. El Anexo III incluye un listado completo de los plaguicidas EDC detectados en las muestras de cada alimento. Una misma muestra de alimento puede contener varios residuos, la tabla recoge los diferentes residuos encontrados en todas las muestras de ese alimento en conjunto.

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Productos de origen animal

La miel es el producto de origen animal con mayor presencia de residuos de plaguicidas con propiedades de disrupción endocrina. En particular, el insecticida clorpirifós, que es además, el plaguicida EDC que aparece en el mayor número de muestras de alimentos.

Por otro lado, la grasa animal, en particular la ovina es la que más plaguicidas no autorizados acumula (clordano, DDT y su metabolito DDE, p,p- y alfa-HCH o beta-HCH). Se trata de plaguicidas no autorizados a día de hoy aunque su exposición persiste a través de estos alimentos. debido a la contaminación ambiental.

Cereales

El único cereal analizado en el apartado de alimentos sin procesar del programa de control de residuos de plaguicidas es el arroz, cuyas muestras contienen un total de 10 plaguicidas diferentes, tres de los cuales son contaminantes hormonales.

Frutas y verduras

Las frutas y verduras son el grupo de alimentos donde se ha detectado el mayor número de residuos de plaguicidas (119) y de plaguicidas disruptores endocrinos. ¡Se han detectado en total 30 residuos plaguicidas EDC diferentes en este grupo de alimentos! Esto es, casi un tercio de los plaguicidas detectados en frutas y verduras son disruptores endocrinos.

Las peras ocupan el primer puesto de la lista de alimentos contaminados. En estas frutas se han encontrado la asombrosa cifra de 49 plaguicidas diferentes, de los que 16 son plaguicidas disruptores endocrinos. Les siguen las manzanas, en las que se han encontrado restos de 13 plaguicidas EDC (Ver Anexo III para información completa).

A pesar del cuidado que ponen los productores ecológicos en la elaboración de sus productos, en ocasiones se producen contaminaciones accidentales. Esta es, con toda probabilidad, la explicación de la presencia de residuos de plaguicidas en tres muestras de alimentos de producción ecológica, una muestra de cebollas y dos muestras de naranjas.

Alimentos infantiles

No se detectaron residuos de plaguicidas en ninguna de las muestras de alimentos infantiles analizadas, debido seguramente a que la Unión Europea impone límites más estrictos a los ali­mentos infantiles procesados y a un mayor control sobre este grupo de alimentos.

Alimentos procesados

La mayor contaminación en este tipo de alimentos se produce en la harina de trigo refinada y en las conservas de alimentos vegetales. La harina de trigo refinada tiene residuos de 4 plaguicidas, tres de los cuales son EDC. La harina de trigo sin refinar no presenta residuos de plaguicidas EDC.

Las uvas para la producción de vino tinto y vino blanco, así como las aceitunas utilizadas para la elaboración de aceite también tienen residuos de plaguicidas disruptores endocrinos.

Los 10 alimentos más contaminados por plaguicidas EDC

Las peras encabezan la lista de los 10 alimentos más contaminados por plaguicidas contami­nantes hormonales, como muestra la Tabla 4.

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Los plaguicidas más habituales en los alimentos que alteran el sistema hormonal

Como indica la tabla 5, el clorpirifós es el plaguicida EDC que se encuentra más presente en los residuos de alimentos, en concreto se ha encontrado restos de este insecticida en 20 alimentos diferentes.

El clorpirifós es un insecticida que afecta al sistema hormonal humano y al que estudios científicos relacionan con graves daños en el cerebro infantil. Además, es capaz de alterar el ADN (es un mutágeno), persistente y bioacumulable. Estos efectos aparecen a niveles de exposición diarios, por debajo de los límites de residuo de clorpirifós permitidos por la legislación. Pero, además, estos niveles se superaron en muestras de cuatro alimentos, miel, zanahorias, patatas y piña.

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Discusión de los resultados

Los resultados muestran que la población española está expuesta, a través de la alimentación, a un elevado número de plaguicidas, un buen número de ellos (33) con propiedades de disrupción endocrina. Prácticamente en la mitad de las muestras de frutas y verduras (45%) se han encontrado residuos de plaguicidas.

Los datos reflejan sólo una parte de la exposición a plaguicidas a través de los alimentos. Así, el programa de control de residuos en alimentos no analiza todos los plaguicidas que se utilizan (por ejemplo, glifosato) y a esto hay que añadir que puede haber residuos de plaguicidas por debajo del límite de detección utilizado durante los análisis que, por lo tanto, hayan pasado desapercibidos en el programa de control.

Estos resultados de plaguicidas disruptores endocrinos tampoco reflejan la totalidad del problema, ya que el análisis ha contemplado sólo 53 sustancias activas EDC. Sin embargo, un estudio reciente encargado por la Comisión Europea ha identificado 162 sustancias activas que se conoce o sospecha que pueden ser alteradores hormonales14.

Esta situación debe servir de alerta a las autoridades sanitarias y ambientales, dados los graves daños sobre la salud relacionados con la exposición a bajas dosis de mezclas de plaguicidas.

Además, tal como señalan los científicos y las autoridades europeas, es posible que no existan límites de exposición segura a sustancias con propiedades de disrupción endocrina, por lo que cualquier nivel de exposición a estos plaguicidas puede suponer un riesgo.

Los datos muestran una amplia contaminación de frutas, verduras y otros productos vegetales, con insecticidas y fungicidas cuyo uso está autorizado. Sin embargo, los productos de origen animal están contaminados principalmente con sustancias prohibidas hoy en día, como DDT, HCH, endosulfán, o clordano. Estos resultados reflejan cómo los plaguicidas persistentes y bioacumulativos pueden contaminar los alimentos incluso después de ser prohibidos, al seguir presentes en la cadena alimentaria por la contaminación del medio ambiente.

Llama la atención el elevado número de residuos de plaguicidas en total y de residuos de plaguicidas EDC en particular encontrados en las muestras de peras y de manzanas. El elevado número de fungicidas que se detecta en estas frutas es posible que se deba a tratamientos post cosecha, dado que estas frutas pasan largas temporadas almacenadas en cámaras de refrigeración antes de ser comercializadas.

Una nota para el optimismo es la ausencia de residuos de plaguicidas en los alimentos infantiles. Esto muestra que la normativa más estricta existente para estos productos está teniendo resultados y que es posible reducir el uso de plaguicidas.

Propuestas para reducir la exposición a plaguicidas a través de la alimentación

Aplicar la normativa: prohibir el uso de sustancias activas con propiedades de alteración endocrina.

Es necesario aplicar cuanto antes la prohibición a sustancias con capacidad de alterar el sistema endocrino, establecida en el Reglamento 1107/2009 de plaguicidas.

Para ello es necesario que la Comisión Europea y los Estados miembro aprueben unos criteri­os que permitan identificar todas las sustancias con propiedades de disrupción endocrina.

Con la propuesta inicial presentada por la Comisión el pasado mes de junio muy pocos plaguicidas se considerarán disruptores endocrinos, perpetuando la exposición de la población y el medio ambiente a decenas de sustancias tóxicas.

Además, la Comisión, pretende modificar el Reglamento de plaguicidas, y levantar la prohibición de utilizar sustancias disruptoras endocrinas, introduciendo un laborioso proceso de evaluación de riesgos antes de decidir su prohibición.

Por ello, pedimos a los responsables de Sanidad, Medio Ambiente y Agricultura españoles que rechacen la propuesta de la Comisión y exijan la adopción de unos criterios de identificación de disruptores endocrinos que garanticen la protección de la salud y el medio ambiente.

Transformar el insostenible sistema agrario industrializado a un sistema agroecológico

Frente al modelo industrial y globalizado de agricultura, cada vez más voces claman por un cambio de rumbo hacia formas ecológicamente sostenibles y socialmente justas de manejo de los recursos naturales.

La agroecología plantea formas de manejo basadas a la vez en modernos conocimientos científicos y en los aspectos positivos que nos aporta el conocimiento tradicional campesino. Esta propuesta se basa en el aprovechamiento de los recursos locales y la biodiversidad, integrando agricultura, ganadería, pesca y silvicultura. Propone el incremento de la diversidad de vegetales y animales utilizados en cada finca, la recuperación de las razas y variedades locales y la diversificación de paisajes como vía para maximizar la eficiencia productiva y ecológica de los agroecosistemas.

En general, la agroecología procura la reducción al máximo del uso de productos externos a la finca, maquinaria pesada y combustibles fósiles; la sustitución de los agrotóxicos por un manejo adecuado y por preparados naturales realizados a partir de las plantas locales, la restitución de la materia orgánica al suelo, la gestión eficiente del agua y la humedad en los agroecosistemas, y, ligado a ello, la minimización en el uso de agua de riego.

Recomendaciones a la población

Se considera que la alimentación es la principal vía de exposición a los contaminantes hormonales. Las autoridades sanitarias, agrarias y ambientales deben informar adecuadamente a la población del contenido tóxico residual que contienen los productos alimenticios y promover hábitos de alimentación ecológicos y saludables.

A continuación presentamos algunos consejos que pueden ayudar a reducir esta exposición y evitar los daños asociados a estas sustancias.

CONSUME FRUTA Y VERDURA FRESCA A DIARIO

Las autoridades sanitarias recomiendan que los niños consuman al menos 5 piezas al día.

ELIGE ALIMENTOS ECOLÓGICOS

Consume alimentos producidos sin plaguicidas sintéticos, siempre que sea posible. Cada vez existen más asociaciones que ayudan a conseguir productos de proximidad, sin plagui­cidas ni fertilizantes químicos, que no sólo ayudan a nuestra salud, sino a la naturaleza.

ELIGE LOS ALIMENTOS CON MENOS PLAGUICIDAS

Consulta la lista de plaguicidas en alimentos del Anexo III y elige, siempre que puedas, los menos contaminados.

LAVA Y PELA LA FRUTA Y LA VERDURA

Esto es importante para reducir la exposición a los plaguicidas de contacto y a los plagui­cidas que se aplican tras la cosecha, por ejemplo los fungicidas utilizados para la conser­vación de algunas frutas en cámaras durante varios meses.

Conviene lavar y pelar bien las frutas y hortalizas antes de consumirlas y no permitir que los niños chupen la piel. Por último es importante ser consciente del riesgo de utilizar la piel de algunas frutas (Ej. cítricos) para hacer mermeladas, dulces o para añadir a bebidas.

ALIMENTOS PARA BEBÉS

Alimenta a tu bebé con productos ecológicos. Si esto no es posible, es preferible no utilizar frutas y verduras provenientes de la agricultura industrial y optar por productos infantiles procesados. No se han encontrado residuos de plaguicidas en los productos infantiles, seguramente debido a que la Unión Europea impone límites más estrictos a los alimentos infantiles procesados.

ALIMENTACIÓN RESPONSABLE

Somos lo que comemos. Adopta estilos de vida, consumo y alimentación responsables. Es algo más que una elección; (pre)ocuparse de lo que comemos para que sea lo más ecológico y saludable posible quizá sea también un imperativo moral.

Nota: Los anexos se pueden consultar en el documento pdf original

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Referencias:

1 INE. Resultados Encuesta de Comercialización Fitosanitarios 2014. http://www.magrama.gob.es/es/estadistica/temas/estadisticas-agrarias/resultadoscomercializacionfitosanitarios2014_tcm7-408186.pdf

2 Kavlock, R. J. et al. Research needs for the risk assessment of health and environmental effects of endocrine disruptors: a report of the U. S. EPA-sponsored workshop. Environ. Health Perspect.1996; 104 (Suppl. 4), 715–740.

3 EU Pesticides database http://ec.europa.eu/food/plant/pesticides/eu-pesticides-database/public/?event=activesubstance.selection&language=EN

4 REGLAMENTO (CE) Nº1107/2009 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 21 de octubre de 2009 relativo a la comercialización de productos fitosanitarios y por el que se derogan las Directivas 79/117/CEE y 91/414/CEE del Consejo. Diario Oficial de la Uniónn Europea 24.11.2009.

5 http://corporateeurope.org/food-and-agriculture/2015/05/toxic-affair-how-chemical-lobby-blocked-actionhormone-disrupting

6 REGLAMENTO (CE) N O 396/2005 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 23 de febrero de 2005 relativo a los límites máximos de residuos de plaguicidas en alimentos y piensos de origen vegetal y animal y que modifica la Directiva 91/414/CEE del Consejo. Diario Oficial de la Unión Europea 16.3.2005.

7 A. C. Gore, V. A. Chappell, S. E. Fenton, J. A. Flaws, A. Nadal, G. S. Prins, J. Toppari, and R. T. Zoeller. Endocrine Society statement 2EDC-2: The Endocrine Society’s Second Scientific. Statement on Endocrine Disrupting Chemicals. (Endocrine Reviews 36: E1–E150, 2015) doi: 10.1210/er.2015-1010

8 Las modificaciones epigenéticas son cambios en las expresión de los genes que no se deben a modificaciones de la secuencia de ADN (no se deben a mutaciones). Existen varios mecanismos de cambios epigenéticos, incluyendo la metilación de residuos de citosina en el ADN, modificación de histones o la alteración de la expresión de microARN.

9 Ibid 2

10 Bergman A, et al, editors. State of the science of endocrine disrupting chemicals, 2012. Geneva. UNEP/ WHO; 2013. http://www.who.int/ceh/publications/endocrine/en/index.html

11 Andreas Kortenkamp A et al. STATE OF THE ART ASSESSMENT OF ENDOCRINE DISRUPTERS. Final Report. Project

Contract Number 070307/2009/550687/SER/D3. Annex 1. SUMMARY OF THE STATE OF THE SCIENCE. Revised version. Brussels: European Commission, DG Environment, 29 January 2012. http://ec.europa.eu/environment/chemicals/endocrine/pdf/sota_edc_final_report.pdf

12 Pesticide Action Network Europe. http://www.pan-europe.info/sites/pan-europe.info/files/public/resources/reports/pane-2015-pan-europe-impact-assessment-of-the-endocrine-disrupting-pesticides.pdf

13 TEDX List of Potential Endocrine Disruptors http://endocrinedisruption.org/endocrine-disruption/tedx-list-ofpotential-endocrine-disruptors/overview

14 European Commission. Commission Staff Working Document. Impact Assessment. Defining criteria for identifying endocrine disruptors in the context of the implementation of the plant protection products regulation and biocidal products regulation.

Main report. Brussels, 15.6.2016 SWD(2016) 211 final. Cat I (EDC conocidos en humanos): 32 sustancias; CAT II (probables EDC humano, evidencia suficiente en animales): 84 sustancias; CAT III (posibles EDC humanos, evidencia insuficiente): 46 sustancias.

15 Kojima H, Katsura E, Takeuchi S, Niiyama K, Kobayashi K. 2004. Screening for estrogen and androgen receptor activities in 200 pesticides by in vitro reporter gene assays using Chinese hamster ovary cells. Environ Health Perspect 112(5):524-531.

16 Tait S et al. Long-Term Effects on Hypothalamic Neuropeptides after Developmental Exposure to Chlorpyrifos in Mice. Environ Health Perspect 117:112–116 (2009)

17 Venerosi A, Cutuli D, Colonnello V, Cardona D, Ricceri L, Calamandrei G. 2008. Neonatal exposure to chlorpyrifos affects maternal responses and maternal aggression of female mice in adulthood. Neurotoxicol Teratol 30(6):468-474.

18 Slotkin TA, Brown KK, Seidler FJ. 2005. Developmental exposure of rats to chlorpyrifos elicits sex-selective hyperlipidemia and hyperinsulinemia in adulthood. Environ Health Perspect 113(10):1291-1294.

19 Orton F, Rosivatz E, Scholze M, Kortenkamp A. 2011. Widely used pesticides with previously unknown endocrine activity revealed as in vitro antiandrogens. Environ Health Perspect 119(6):794-800.

20 Ibid 15.

21 Lambright C, Ostby J, Bobseine K, Wilson V, Hotchkiss AK, Mann PC, et al. 2000. Cellular and molecular mechanisms of action of linuron: an antiandrogenic herbicide that produces reproductive malformation in male rats. Toxicol Sci 56:389–399.

22 Lambright C, Ostby J, Bobseine K, Wilson V, Hotchkiss AK, Mann PC, et al. 2000. Cellular and molecular mechanisms of action of linuron: an antiandrogenic herbicide that produces reproductive malformation in male rats. Toxicol Sci 56:389–399.

23 Stéphane Horel and Corporate Europe Observatory. Unhappy meal. The European Food Safety Authority’s independence problem. CEO: October 2013. http://corporateeurope.org/food-and-agriculture/efsa

24 PAN Europe. Comida disruptora. Químicos disruptores endocrinos en la comida en la Unión Europea. Fundación Vivo Sano. http://www.vivosano.org/Portals/13/rs/doc/descargas_GuiaDisruptores.pdf

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