Principes de Santé, nº 66 , abril de 2014
Principes de Santé (PS): Usted lleva los últimos 20 años trabajando en los laboratorios como supervisor médico, tratando, entre otras cosas, de establecer puentes con los Hospitales. Usted dice que las prácticas en el laboratorio son cuestionables, y que se ha producido una degradación en los últimos diez años. ¿Hasta qué punto se ha deteriorado la situación?
Dr. Bernard Dalbergue (BD): Todos los laboratorios están sujetos a los mismos problemas, que son de orden financiero: la aparición de los medicamentos genéricos, la finalización de las patentes, la dificultad en encontrar nuevas moléculas. Ciertos acontecimientos se han convertido posteriormente en casos paradigmáticos: el caso Vioxx en Estados Unidos, o el caso de Marcia Angel, que después de haber dirigido la revista New England Journal of Medicine, ha cerrado la puerta denunciando la manipulación de la investigación clínica y el control de la información médica por parte de la Industria Farmacéutica. Los artículos han sido dictados directamente por la Industria.
PS: ¿Esto no ocurría antes?
BD: Sí, la diferencia es que hoy en día hay una mayor presencia de la Industria. Desarrollar nuevas moléculas es mucho más costoso que hace 30 años. Las normas de regulación en los países occidentales se han endurecido tanto que la Industria ha preferido desarrollar sus productos en los países emergentes, donde la reglamentación no es tan restrictiva.
PS: ¿Cómo resumiría de forma breve esta deriva?
BD: Durante muchas décadas la Industria Farmacéutica ha tenido una libertad absoluta, marcada por los procesos tecnológicos y el desarrollo de nuevos medicamentos. Pero no hay que olvidar la mortalidad iatrogénica, relacionada con la administración de los medicamentos. Este factor de mortalidad fue el que hizo caer la mortalidad por accidentes de automóvil. Este es un factor que sitúa entre los 18.000 y 30.000 las muertes relacionadas con la toma de medicamentos ( en Francia) y de unas 200.000 muertes reconocidas por la Comisión Europea. Todo esto es muy preocupante.
PS: Según usted, ¿hasta dónde puede llegar esta situación?
BD: Espero que los pacientes se rebelen, con razón, a través de los grupos de presión. Se me dirá que hay miles de medicamentos en el Vidal (fichero de los medicamentos) y que en la práctica un médico no utiliza más allá de 1000. Cuando se trata de un buen médico puede utilizar unos 300, y 60 medicamentos retirados de 300, no es algo muy halagüeño. Además, no hay que engañar: no hay estudios clínicos que nos permitan evaluar adecuadamente el balance beneficio/riesgo y saber si un medicamento es peligroso.
Para estimar si un medicamento es peligroso son precisas muchas administraciones. Esto ha ocurrido en la medicina privada, durante años y años. El caso de Motilium en un ejemplo típico. Se produjeron muertes súbitas, pero ya se habían extendido tres millones de recetas en muchos países antes de que se diesen cuenta de que este medicamento contra las náuseas podría ser la causa de arritmias fatales.
PS: ¿Así que nos convertimos en conejillos de indias durante mucho tiempo?
BD: No, yo no diría que es así. Es más una cuestión de probabilidades. Si usted se compra un coche no necesariamente tiene que morir en accidente de tráfico. Tiene la probabilidad de 1 entre 100.000 o 200.000 de morir en la carretera. Con los fármacos ocurre lo mismo.
PS: Se dice que pocos antibióticos salen al mercado porque para las inversiones que se hacen con tratamientos de corta duración, es un suicidio comercial para los laboratorios. ¿Usted lo confirma?
BD: Es cierto. En esa ecuación, no se trata del precio del medicamento, sino de la duración del tratamiento, y son las enfermedades crónicas, caso del SIDA o del Alzheimer, las que suponen un mayor beneficio para los laboratorios. Es más ventajoso financieramente para los laboratorios las falsas novedades, una molécula ya conocida remodelada. Se trata de efectuar ligeras modificaciones de una molécula ya conocida y presentarla como una falsa novedad. Esto aumenta el período de comercialización del medicamento antes de que pase al dominio público.
PS: ¿En qué las prácticas dudosas de su tiempo no son menos dudosas que las que usted ahora condena y divulga?
BD: Hoy es muy difícil encontrar una nueva molécula, desarrollarla, ponerla en el mercado, comercializarla, así que todo el mundo hace la vista gorda, todo el mundo trafica.
PS: ¿Cómo?
BD: Consideremos el caso de Gardasil para medir la magnitud de este escándalo: todo el mundo sabía en el momento de obtener la autorización en Estados Unidos para la comercialización de esta vacuna que no aportaba estrictamente nada. Diane Harper, líder de opinión en Estados Unidos, ya hizo sonar la alarma al principio, señalando que aquello era un engaño y una estafa. O consideremos el otro caso, el de Vioxx, un antiinflamatorio responsable de miles de muertes por accidente cerebrovascular y parada cardiaca, un caso de corrupción que se ha llevado por delante al menos unas 30.000 vidas. Pero Merck lanzó una falsa novedad del medicamento Vioxx, Arcoxia. Rechazada al otro lado del Atlántico, fue admitido para su comercialización en Europa. Así que los médicos prescriben Arcoxia, que se trata del mismo medicamento que Vioxx...
PS: Ya antes de descubrir sus efectos adversos, ya antes de obtener los permisos para su comercialización, se sabe que tal medicamento es inútil o incluso peligroso…
DB: Sí, esa es la diferencia. Arcoxia se encuentra en la farmacias, se prescribe, entra dentro del sistema de pago de la Seguridad Social, y sin embargo es extremadamente peligroso. Gardasil es una vacuna inútil y se está pagando una verdadera fortuna. Y en todos los niveles de decisión esto se sabe.
PS: Por no citar los costes humanos de los efectos adversos…
BD: Se pueden encontrar casos del síndrome de Guillain-Barré,, parálisis de los miembros inferiores, esclerosis en placas inducida, encefalopatía inducida. Pero cuando se trata de proteger a millones de personas contra la viruela o la poliomielitis, no se hace una tortilla sin romper antes los huevos. Así es… Mi predicción es que Gardasil será el mayor escándalo médico de todos los tiempos. Más que probar las proezas técnicas y científicas de esta vacuna, lo cierto es que no tiene ningún efecto sobre el cáncer de cuello uterino y sí muchos efectos secundarios, incluida la muerte, y que está ahí para beneficio exclusivo de los Laboratorios.
PS: Usted que ha estado dentro, ¿por qué no se retiran Gardasil y otros medicamentos?
BD: Los intereses financieros son mucho más importantes que la retirada de un medicamento.
PS: ¿Cómo se vive esto en el interior de un Laboratorio?
BD: Habría que rehacer el sistema de farmacovigilancia. Cuando se descubrió el problema con el lapicero inyector contra la hepatitis C, acudí a los responsables de la Compañía para informarles del problema con nuestro producto, que podía matar por ineficacia e indicar que era necesario señalar a las autoridades sanitarias los efectos adversos de los productos, la famosa farmacovigilancia. Esto me valió mi destitución inmediata. Nunca había visto algo parecido en mi vida: la Industria pasaba por alto todos los datos de la farmacovigilancia, poniendo en peligro la salud, al margen del ordenamiento legal y violando todas las normas éticas.
PS: ¿Y qué pintan los pacientes en todo esto?
BD: Le voy a bosquejar una imagen. En China se ejecuta a los disidentes con una bala en el cuello. Las ejecuciones son transmitidas por la televisión, y aún peor, se exige a la familia el pago de la ejecución. Para mí, estas de 18.000 a 30.000 muertes por efectos adversos de los medicamentos es lo mismo: hacer pagar a los pacientes la bala que los mata.
PS: ¿En qué lugar quedaría su libro? ¿Como la primera etapa de una lucha para que sean retirados los medicamentos de los que usted habla?
BD: Su retirada, ya es demasiado tarde. Y aunque se retiren, vuelve a aparecer, como el caso de Vioxx. Seamos ambiciosos: es necesario que todos los medicamentos innecesarios y peligrosos no vuelvan al mercado.
PS: ¿Cómo?
BD: Es precisa una transparencia total. En Estados Unidos, después del asunto Vioxx, hay una transparencia absoluta entre los vínculos entre la industria y las políticas que se levan a cabo. En el sitio web de la FDA (Agencia Norteamericana del Medicamento) aparece una lista con los miembros del Comité que deciden la aprobación de un nuevo medicamento, con su currículum vítae, su pedigrí, sus conflictos de interés con la Industria. En Francia, hay políticos que expresan abiertamente su posición en contra de la transparencia.
PS: Sin embargo, ya se han aprobado leyes en favor de esa transparencia…
BD: Con las leyes actuales todo el mundo puede saber si se ha comido un menú de 50 euros o qué libros de un líder de opinión habrán firmado un contrato de 100.000 euros con una Empresa, mientras ésta queda oculta en la sombra. ¿Quién puede pensar que por un menú de 50 euros un líder de opinión puede mostrarse a favor de un medicamento en particular? La Industria reparte pasta entre los líderes de opinión, para que sean benévolos en sus dictámenes críticos, para que cierren los ojos, para que no vean nada, simplemente porque ellos han sido comprados, acumulando 200.000 o 300.000 euros. ¿Cómo puede existir transparencia? A pesar del caso Mediator, nada ha sucedido en Francia. No ha servido de nada. ¡Es necesario que esto cambie!
J. – B. Talmont y C. Parinaud