Hinkle Point C: el creciente aumento del coste de las centrales nucleares

Por Peter Saunders, 25 de febrero de 2015

ISIS

Central nuclear de Olkiluoto, Finlandia, que se encuentra en fase de construcción
Central nuclear de Olkiluoto, Finlandia, que se encuentra en fase de construcción

El coste estimado de construcción de la central nuclear de Hinkley Point C, Reino Unido, ha aumentado más de 4 veces en un período de poco más de 6 años, cuando el Parlamento del Reino Unido votó a favor de su construcción, en base a informaciones insuficientes y falsas estimaciones, dice el Prof. Peter Saunders.

Cuando el Gobierno del Reino Unido anunció en el Libro Blanco de la Energía Nuclear del año 2008, que estaba planeando la construcción de nuevas centrales nucleares, dijo que la energía nuclear era “una de las tecnologías más baratas para la generación de electricidad, con bajas emisiones de carbono”. Se lo ofertaron bien al consumidor con el aliciente de que el precio sería bajo, y una buena inversión para los contribuyentes, ya que no serían necesarias subvenciones para su construcción (1).

Ahora nos dicen que la nueva central nuclear de Hinkley Point C costará más de 4 veces la cifra estimada en el Libro Blanco, alcanzando los 16000 millones de libras. El Gobierno también ha acordado la compra de la electricidad producida en Hinkley Point a un precio que se ajuste al ritmo de la inflación, comenzando por 92,50 libras/Mwh, lo que es aproximadamente el doble del precio actual al por mayor de la electricidad y de las estimaciones que se hicieron en 2008 (2).

¿Cómo es posible que haya subido tanto el coste en tan poco tiempo, e incluso antes de que comience su construcción? Con los nuevos datos y con la disminución de los costes de producción de energía a partir de las fuentes renovables, ahora iguales o incluso inferiores a los costes de los combustibles fósiles en muchas partes del mundo (3), ¿es creíble eso de que la energía nuclear es barata y con bajas emisiones de carbono? Y si no es así, ¿ por qué el Gobierno está decidido a continuar con el proyecto?

Cómo hemos llegado hasta aquí

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno de Atlee consideraba que el Reino Unido necesitaba convertirse en una potencia nuclear con el objeto de ganar en influencia y prestigio en el mundo. Además, se creía que los reactores nucleares producirían energía eléctrica a un precio muy económico. Por ello, el Gobierno acabó desarrollando dos programas: uno militar y otro civil. Ambos continúan hoy en día, a pesar de que la disuasión nuclear ya no es asunto de un solo país y no se hayan construido nuevas centrales nucleares desde 1988.

En 2003, el Gobierno publicó el Libro Blanco de la Energía (4). Si bien se reconoce una cierta preocupación por las emisiones de carbono, no se rechaza la opción nuclear. No se descarta por completo, y se dice que podría ser necesario su uso durante algún tiempo en el futuro.

Un Libro Blanco requiere de mucho tiempo para su preparación y se supone que representa la opinión ponderada de un Gobierno en asuntos de interés nacional. Sin embargo, casi antes de que se secara la tinta de imprenta, el Gobierno hizo un cambio radical, quizás por decisión del entonces Primer Ministro, Tony Blair ( es de las armas de destrucción masiva) o quizás como resultado de las presiones de la Industria Nuclear o una facción pronuclear del Gobierno, o una combinación de ambas, pues en el año 2006 se elabora un nuevo Libro Blanco de la Energía (5) en el que se dice que se debe seguir adelante con el programa de la energía nuclear.

La revisión fue impugnada en los Tribunales sobre la base de que la consulta, como parte necesaria del proceso, había sido un grave error y que la decisión era, por tanto, ilegal. El Tribunal Superior de Justicia obligó al Gobierno a realizar una segunda consulta. Antes de que comenzara, Tony Blair dijo que el resultado de la consulta no iba a afectar a las decisiones políticas (6). Y en efecto, así fue.

Es poco probable que muchas personas se sorprendieran de que la consulta fuera tratada con tanto desprecio por el Gobierno. Es la regla general en estos casos.

La situación actual

En el Libro Blanco de 2008 (1), el Gobierno dijo que el coste de la construcción de una planta de 1,6 GW sería alrededor de 2800 millones de libras, lo que supondría un coste de la electricidad en torno a las 38 libras/Mwh. Estas estimaciones, se decía, eran prudentes y ajustadas. Hinkley Point C tendrá dos reactores, por lo que el coste sería de 5600 millones de libras, alrededor de 6800 millones de libras en dinero de hoy.

Electricité de France (EDF) dice que Hinkley Point C costará 16.000 millones de libras (7). Esto supone un coste en la construcción de 14000 millones de libras, y 2 mil millones de libras adicionales para la compra de terrenos, obtención de consentimientos, construcción de un almacén para el combustible gastado y la preparación del equipo que se empleará en la central. Estos costes adicionales no parecen haber sido mencionados hasta ahora, lo que significa que cuando el Parlamento votó a favor no estaba al tanto del precio total del coste de la central.

Pero aún hay algo peor: la Comisión Europea (CE) dice que el coste total de la construcción no será de 16000 millones de libras, sino de 24500 millones de libras (8). Y, según el Financial Times, EDF algo ha dicho sobre este precio. Sus estimaciones, dice, se basaban en los precios de 2012 y no se habrían incluido el pago de los intereses durante la construcción de la central nuclear y otros costes previos a la construcción (9).

La estimación de EDF se habrían realizado en base a los precios de 2012, a lo que habría que sumar un 6%. Y los costes previos a la construcción, los 2000 millones de libras, se agregaron en el último minuto. De lo que EDF ha dicho hasta ahora, parece que las dos partes hablan de cosas diferentes. Esa parece que es la única manera de explicar la diferencia de 8500 millones de libras entre ambas partes.

Hay dos estimaciones muy diferentes sobre el coste total de un central nuclear: una habla de lo que costaría la central si se pudiera hacer de un día para otro; la otra señala el coste de la construcción hasta el momento en que se haya completado. En este último caso se incluyen los costes de la mano de obra y los materiales, pero la diferencia más importante es que no se habían incluido los intereses sobre el capital que se tiene que invertir en la construcción de la central y no hay otras fuentes de ingresos.

Se hace más fácil comparar ambas propuestas, ya que el problema se concentra en diferencias de consideración de la inflación y los pagos de los intereses de los préstamos solicitados, y a pesar de ser cantidades inferiores a los gastos de construcción, las diferencias pueden ser enormes. Por ejemplo, de acuerdo con el Libro Blanco de 2008, el coste sin considerar los intereses de construir un reactor de 1,6 GW es de 2000 millones de libras, pero el coste real de construcción fue de 2800 millones de libras, es decir, un 40% más.

Si la estimación de EDF no incluye el pago de los intereses, lo que se describe como el coste de la construcción debe ser en realidad el coste de Hinkley Point C de un día para otro. En efecto, si sumamos el 40% a la estimación actual, los 16000 millones de libras, se obtienen 22400 millones de libras, lo que está muy cerca de la estimación de la CE para la construcción de la central nuclear. Es difícil creer que el Gobierno británico haya estado haciendo durante los últimos seis años sus cálculos suponiendo que las cifras se referían a los costes de construcción, mientras que EDF proporciona los costes de construcción como si se construyera de un día para otro. Al menos eso es lo que parece.

Las subvenciones

Los sucesivos Gobiernos han estado diciendo que no se requería ninguna subvención para la energía nuclear. Así se ha dicho tanto en los Libros Blancos de 2003 y 2008, y en fecha tan reciente como 2013, por parte de los Secretarios de Negocios, Innovación y Habilidades (Vince Cable) y de Energía y Cambio Climático (Edward Davey): “Será la primera central nuclear que se construya en Gran Bretaña desde hace décadas, con una cuidada planificación recientemente asegurada, y con una buena perspectiva en la relación calidad-precio para los consumidores, consistente con la política del Gobierno de no dar subvenciones públicas para la nueva central nuclear”.

Ahora se nos dice que sí habrá subvenciones, y además en gran cantidad. Esa cantidad dependerá del precio de la electricidad procedente de otras fuentes, pero sobre la base de la propuesta inicial del Reino Unido, la CE estima que podría ser de hasta 17000 millones de libras (11). La CE alega ahora (8) que se han reducido las subvenciones en unos 1000 millones de libras de lo inicialmente considerado, pero aún se trata de mucho dinero que sale del bolsillo de los consumidores y contribuyentes.

La concesión de subvenciones puede parecer algo contrario a la política de la UE, pero en realidad están permitidas si se cumplen los cuatro criterios Altmark, que están destinados a evitar distorsiones en los mercados. Cuando el Gobierno del Reino Unido presentó sus propuestas en 2013, la UE constató que no se cumplía ninguno de los cuatro criterios (12). El Reino Unido presentó una nueva propuesta, que fue aceptada.

Los detalles aún no han sido publicados, pero los cambios parecen haber sido mínimos, y suena como si se hubiera producido un tira y afloja entre bastidores, cosa corriente en la UE. Al acuerdo se oponían tanto el Comisario para el clima como el de medio ambiente (9). Es evidente que ninguno de ellos considera que la concesión de subvenciones para la construcción de la central nuclear sea una buena manera de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El Comisario de Energía, que es de Alemania, se dice que ha desempeñado un importante papel en la aprobación del acuerdo. Esto parece algo extraño, dada la oposición del Gobierno alemán a la energía nuclear, pero Molly Scott Cat, un Diputado verde del Reino Unido, ha explicado que la aceptación del plan pasa también por la aceptación del plan de energías renovables de Alemania (9). Austria ha anunciado su intención de apelar contra esta decisión, pero para ello hay que esperar hasta que toda la documentación este disponible

Conclusión

El Reino Unido no necesita nuevas centrales nucleares para satisfacer sus necesidades de energía y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Alemania ha sido el primer país de Europa en aprobar una eliminación gradual de la energía nuclear después del accidente de Fukushima. El crecimiento de las energías renovables entre 2010 y 2013 ha compensado los cierres de las centrales nucleares, con un equivalente a una potencia superior a 8 grandes reactores nucleares en apenas 3 años, lo que ha llevado a una reducción en el empleo de combustibles fósiles para la generación de energía (13). Se podría suministrar toda la energía a partir de las fuentes renovables, y el Reino Unido también podría hacerlo [14] (véase Green Energies 100 Percent Renewables by 2050, ISIS). Hay documentos del Gobierno que muestran cómo podría hacerse, aunque no fueron considerados por el Parlamento cuando se trató esta cuestión en julio de 2011 ( [15], Nuclear Subsidies Largesse by other Names [16] ). La Energía Nuclear puede acarrear otros desastres como los de Chernobyl y Fukushima, y sería el Gobierno, no EDF, el responsable de aprobar un proyecto de ley que acarrea un gasto de cientos de miles de millones de libras (véase [17] Fukushima Crisis Goes Global y otros artículos de la serie). El contribuyente también es el responsable del coste de la eliminación de los residuos radiactivos.

Parece que EDF se haya arrepentido. Todavía hay serios problemas con Olkiluoto y Flamanville, ambas centrales nucleares con retrasos en su construcción y con un presupuesto por encima del estimado, y hay indicios de que EDF está preocupada por la incertidumbre en torno a la construcción de Hinkley Point C, incluso a un coste tan elevado como 24500 millones de libras (33600 millones de euros). En otras circunstancias el Reino Unido aumentaría las subvenciones para compensar cualquier déficit, pero ahora se corre el peligro de que la CE las bloquee. Puede que no haya límites a la cantidad de dinero que el Gobierno del Reino Unido esté dispuesto a tirar en la persecución de su sueño nuclear, pero la Comisión Europea puede obligarle a cambiar de opinión.

La decisión de construir nuevas centrales nucleares es un error. Considerando los costes estimados actuales, y no se olvide que las centrales nucleares terminan costando más de lo previsto cuando se comenzó su construcción, no hay justificación alguna para seguir adelante con este proyecto.

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Procedencia del artículo:

http://www.i-sis.org.uk/Spiralling_cost_of_nuclear_power_plant.php

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