El capital como poder (2): hacia una nueva cosmología del capitalismo

por Shimshon Bichler y Jonathan Nitzan y / 06 de mayo 2010

Thomas Hobbes

Parte 1ª:

http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2010/05/09/el-capital-como-poderhacia-una-nueva-cosmologia-del-capitalismo-1/

Fundación II: Modelo newtoniano de la Economía

El nuevo orden capitalista surgió de la mano de una revolución científico-política, una revolución que se ha caracterizado por una visión mecanicista, desde Maquivelo, pasando por Kepler, Galileo, Descartes, Hobbes, Locke, Hume. Leibniz y, sobre todo, Newton.

Ya es corriente la afirmación de que los economistas han recogido las metáforas y los métodos propios de las Ciencias Naturales. Pero debemos tener en cuenta que lo contrario es también cierto, incluso aún más: en otras palabras, la visión del mundo de los científicos es un reflejo del orden social.

Consideremos los siguientes ejemplos.

Galileo y Newton se inspiraron en El Príncipe de Maquivelo, una obra en la que de forma implacable se persigue el poder secular, en aras del poder secular. No tiene como preocupación el interés general, sino el orden y la estabilidad. No se logran los objetivos con la ayuda divina, sino a través de la aplicación sistemática de un calculado plan racional.

Galileo Galilei

De Hobbes, “La mecánica del ser humano” se basa en el péndulo de Galileo, y se mueve constantemente entre la búsqueda del poder por un lado y el miedo a la muerte por otro, una visión de las cosmología mecanicista de Galileo, reflejo de una sociedad en el que las máquinas tienen cada vez una mayor implantación.

Newton recrea una sociedad de organismos independientes porque vivía en en una sociedad que comienza a criticar el poder jerárquico, alabando y exaltando el individualismo. Cada cuerpo es un alma solitaria en el cosmos, interactuando con el resto, pero nunca dictando la voluntad de otros. No hay una causa última en la visión newtoniana, sólo una interdependencia.

Descartes hace hincapié en la inmediatez entre causa y efecto (las hojas se mueven sólo si el viento las roza), porque vivía en un mundo de constante controversia religiosa, en el que los milagros ya no eran aceptados de forma unánime.

Lavoisier descubrió la Ley de Conservación de la Materia cuando se estaba construyendo un muro en torno a París, convirtiendo la ciudad en un receptáculo sellado, de modo que todo el mundo estuviese controlado y pagase los impuestos.

Darwin

Darwin en su “supervivencia del más apto” se basa en la teoría de la población de Malthus.

Y así sucesivamente…
Estos ejemplos relativamente recientes no nos deben sorprender. Los seres humanos tienden a imponer en el cosmos la estructura de poder que rige en la sociedad. En otras palabras, tienden a politizar la naturaleza.

En las sociedades arcaicas los dioses eran muy numerosos, relativamente iguales entre ellos. En las sociedades estatistas se tiende a imponer un panteón de dioses, una jerarquía. Y en una sociedad de poder absoluto se tiene a insistir en un solo dios y una religión monoteísta. En todo caso, las fuerzas que conforman la naturaleza se conforman del mismo modo según cada modelo de sociedad.

El capitalismo no es una excepción a esta regla histórica. Es una visión mecánica del mundo. El dios liberal es de una racionalidad absoluta, o la ley natural. El lenguaje de Dios es matemático, y por tanto la estructura del Universo es numérica. El Universo que Dios creó es horizontal, lleno de organismos serviles y dependientes, pero libres y solidarios. Estos organismos no están impulsados por diferentes obligaciones, sino por la fuerza universal de la gravedad. Son atraídos y repelidos unos de otros no por la voluntad del Todopoderoso, sino de la interacción de distintas fuerzas. El Universo no se ordena por decreto, sino por el poder invisible del equilibrio inercial.

Este Universo horizontal tiene los ideales horizontales de la sociedad liberal. Una sociedad liberal consiste en pequeños actores todos iguales, las partículas, de las cuales ninguna es lo suficientemente grande como para afectar significativamente a las otras partículas/actores. Estas partículas no presentan una energía por una responsabilidad patriarcal, sino por la fuerza gravitacional del universo social. Se sienten atraídos y repelidos unos de otros no por obligaciones feudales, sino por la función utilitaria universal de la oferta y la demanda. No obedecen a una regla jerárquica, sino a la fuerza equilibradora, mano invisible, de la competencia perfecta.

Newton


Fundación III: Teoría del Valor y de la dualidad entre lo Real y lo Nominal

El capitalismo es un sistema de productos básicos y por lo tanto subdividido en unidades universales de precios. Para comprender la naturaleza y la dinámica de esta arquitectura es necesario entender que los precios, y es por eso que tanto los economistas liberales como marxistas se basan en la teoría del valor – fundan la teoría de la utilidad como valor y la teoría del valor-trabajo, respectivamente.

Se va dividiendo la economía en dos esferas cuantitativas siguiendo trayectorias paralelas: la economía real y la economía nominal. La clave está en la Economía Real. Aquí es donde se determina la utilidad y la productividad, la competencia, el bienestar y la explotación, donde se genera la plusvalía y las ganancias.

Pero ahora parece muy difícil, sino imposible, cuantificar la esfera de lo real: las entidades dentro de este ámbito son cualitativamente diferentes, y esa diferencia cualitativa hace que cuantitativamente sea inconmensurable.

Para los economistas, sin embargo, este problema es más aparente de lo real. Los físicos y los químicos expresan todas las mediciones en términos de cinco cifras fundamentales: distancia, tiempo, masa, carga eléctrica y calor. De esta manera, la velocidad se puede definir como la distancia dividida por el tiempo; aceleración es la derivada de la velocidad, la fuerza es masa por aceleración, etc Y los economistas, según ellos mismos aseguran, son capaces de hacer lo mismo.
La Economía, dicen, tiene sus propias cantidades fundamentales: la cantidad fundamental del universo liberal es la utilidad, y la cantidad fundamental del universo marxista es el trabajo. Con estas cantidades fundamentales, cada entidad real – de trabajo concreto, los productos básicos, el capital social – pueden reducirse y ser expresadas en la misma unidad.

Paralelamente a la esfera real se encuentra el mundo nominal del dinero y los precios. Esta esfera constituye el aspecto inmediato de la cadena agro-alimenticia. Pero eso no es más que un aspecto derivado. De hecho, la esfera nominal no es más que un gigante, un espejo simbólico. Es un dominio paralelo cuya magnitud universal no es sino un reflejo – a veces con precisión, otras veces no – de la utilidad real subyacente y de la cantidad de trabajo abstracto de producción y consumo.

Así que tenemos una correspondencia cuantitativa. La esfera nominal de los precios refleja la esfera real de la producción y el consumo. Y el propósito de la teoría del valor es explicar esta correspondencia.

¿ Cómo ordenar la teoría del valor según esta correspondencia? En la versión liberal, esta economía de doble vertiente supone que debe figurar en un espacio newtoniano, como un contenedor, que viene repleto de sus propias leyes invisibles, o funciones, y cuya función es equilibrar las cantidades y los precios. La versión marxista es muy diferente, ya que no hace hincapié en el equilibrio y la armonía, sino en el conflictivo / motor dialéctico de la economía. Sin embargo, aquí también hay una bifurcación clara entre lo real y nominal de la economía, hay un conjunto de reglas asumidas, las leyes históricas del movimiento, que gobiernan la interacción a largo plazo de las dos esferas.

Economía real y Economía nominal

Ahora, dado que estos principios, o leyes, son inmutables, el papel del economista político, al igual que el papel del científico natural, es «descubrirlos». El método de descubrimiento se basa en el paradigma de investigación de Galileo, Descartes y Newton, por una parte, y sobre la aplicación de la probabilidad y la estadística de análisis empíricos por la otra. En este método, el descubrimiento se lleva a cabo mediante la fusión de la experimentación y la generalización – un método que los liberales aplican a través de pruebas y predicciones (aunque en su mayoría de hechos ya pasados), y que los marxistas aplican a través de la dialéctica de la teoría y la praxis.

Por último, a diferencia de la economía, la política no tiene sus reglas intrínsecas. Esta diferencia tiene dos consecuencias importantes. En el caso liberal, la noción de una economía de auto-optimización significa que, con la excepción de «interferencias externas», la intervención política sólo puede conducir a resultados por debajo del óptimo. En el caso marxista, política y Estado están indisolublemente ligados a la producción y la economía. Sin embargo, desde la política y el Estado no tienen reglas intrínsecas propias, sino que tienen que derivar su lógica de la economía, ya sea en sentido estricto, según lo estipulado por los estructuralistas, o peor, como lo propugnado por instrumentalistas.

En resumen, pues, la cosmología del capitalismo se basa en tres pilares clave. El primer fundamento es la separación entre la economía y la política. La economía se rige por sus propias leyes, mientras que la política se deriva de cualquiera de estas leyes económicas, que las distorsiona. La segunda fundación es la concepción mecánica de la propia economía – una visión que está basada en la acción y reacción, funciones horizontales y las fuerzas de autorregulación del movimiento y el equilibrio, y en el que el papel del economista político no es más que el de descubrir estas leyes mecánicas. El tercer pilar es la bifurcación de la propia economía en dos esferas cuantitativas, la real y la nominal. La esfera real se enumera en unidades de consumo y producción (utilidad o trabajo abstracto socialmente necesario), mientras que la esfera nominal se cuenta por los precios. Pero las dos esferas son paralelas: los precios nominales se limitan a reproducir las cantidades reales, y la misión de la teoría del valor es el de explicar su correspondencia.

http://dissidentvoice.org/2010/05/capital-as-power/