Los genes resistentes a los antibióticos se están extendiendo por todo el mundo en los piensos destinados a la alimentación animal

10.000.000 de personas podrían morir cada año para el año 2050 si sigue aumentando la resistencia de las superbacterias, advierten los expertos.

Por Ian Johnston, 1 de septiembre de 2017

independent.co.uk

Los genes resistentes a los antibióticos se están extendiendo por todo el mundo en los piensos destinados a la alimentación animal, según una nueva investigación que se añade a los temores de que la humanidad podría perder uno de los medicamentos más importantes.

Un informe encargado por el gobierno el año pasado estimó que 10 millones de personas al año podrían morir en todo el mundo para 2050 debido al aumento de las «superbacterias», lo que impulsó al entonces Primer Ministro David Cameron a anunciar una campaña contra la prescripción excesiva por parte de los médicos y a dirigir los esfuerzos para abordar el problema en las Naciones Unidas.

Bacterias resistentes al antibiótico de «último recurso», la colistina, se encontraron en el Reino Unido en diciembre de 2015, tras descubrimientos similares en otras partes de Europa, África y China.

La amenaza para la salud humana se ha comparado con el cambio climático y la guerra nuclear.

Desde hace algún tiempo existe en la Unión Europea la preocupación de que los antibióticos administrados al ganado han podido utilizarse por los ganaderos para facilitar el crecimiento del ganado.

La nueva investigación, realizada por científicos de la Universidad Tecnológica de Dalian, China, encontró que otra fuente del problema está relacionada con la producción de piensos: genes resistentes a los antibióticos en la harina de pescado, la harina de carne y hueso y la harina de pollo.

Los científicos dijeron que la harina de pescado, una de las materias primas más utilizadas, sirve como “vehículo para promover la difusión de genes resistentes a los antibióticos en todo el mundo”.

Esto puedo servir de ayuda para explicar por qué las bacterias resistentes a los antibióticos han aparecido en lugares inesperados de todo el mundo, tales como cuevas aisladas y en el permafrost más antiguo.

Nuestro estudio viene a señalar que la alimentación a largo plazo y repetida con harina de pescado puede acelerar la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos e incluso otros patógenos…” escribieron los investigadores en la revista Environmental Science & Tecnology.

También advierten de que se ha subestimado el impacto de la harina de pescado en la resistencia a los antibióticos debido a los sedimentos procedentes de la acuicultura, algo que se había atribuido en gran medida al uso de antibióticos por la población.

Además de en la producción de la acuicultura, la harina de pescado también se utiliza mucho en ganadería, acuicultura fluvial, o como fertilizante orgánico, por lo que la harina de pescado que queda como residuo en los ecosistemas merece más atención respecto a su impacto en las bacterias resistentes, incluso en ausencia de profilácticos o uso terapéutico de los antibióticos”.

Los expertos exigen que se ponga un límite de menos de nueve dosis de antibióticos al año

Pidieron que se investigue más a fondo si el problema podría «pasar de la granja a la mesa» y amenazar la inocuidad de los alimentos para animales y consumidores.

Se encontraron genes resistentes a los antibióticos en la harina de pescado y productos de proteínas animales disponibles comercialmente en China, Perú, Rusia, Chile, Australia y Estados Unidos.

El descubrimiento del primer antibiótico, la penicilina, en la década de 1920 fue uno de los mayores avances médicos de la historia y convirtió a Sir Alexander Fleming en un héroe internacional, aunque Howard Florey, Ernst Chain y sus colegas de la Universidad de Oxford lo convirtieron en un fármaco que salvaba vidas.

Anteriormente, un pequeño corte en el jardín podía resultar fatal si se infectaba, pero los antibióticos proporcionaban un tratamiento simple y eficaz. La penicilina también fue la primera cura para la sífilis.

Sin antibióticos, las operaciones importantes, como las cesáreas, los reemplazos de cadera y los trasplantes de órganos, y la quimioterapia para el cáncer podrían llegar a ser de «alto riesgo», según la Organización Mundial de la Salud.

Kevin Hollinrake, diputado conservador que se ha pronunciado sobre los peligros de la resistencia a los antibióticos, instó al Gobierno a que no desatendiera este asunto a pesar de las comprensibles distracciones que supone el Brexit.

No podemos permitir que esto se quede relegado. Es un problema junto con el calentamiento global y la guerra nuclear… es del mismo orden”, dijo a The Independent.

Cuanto más atrasemos el abordar este problema, más difícil sera afrontarlo”.

Dijo que debería verse como «la nueva peste negra», una plaga que mató a millones de personas en el siglo XIV, dados los hallazgos del informe de 2016 del economista Lord Jim O’ Neill.

Hollinrake dijo que la investigación demostró la necesidad de acciones a nivel internacional, dado que la resistencia a los antibióticos se está extendiendo mediante «mecanismos diferentes… y la gran cantidad de antibióticos utilizados en la ganadería. Tenemos que hacer frente a esto”.

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