Gil Scott-Heron: la revolución no será televisada

por Randy Shields, 31 de mayo 2011

La voz que dio nombre a los nombres, que envió una carta musical llena de rabia en Whitey en la Luna, y que vivió una revuelta (quizás revolución) televisada en Egipto, ha muerto. Gil Scott-Heron murió la tarde del viernes a los 62 años en el hospital Luke de la Ciudad de Nueva York.

No sé qué edad tendría cuando escuché por primera vez a Scott-Heron, pero recuerdo como fustigaba de forma audaz a Nixon y Spearhead Agnew y Ronnie Raygun y Attilla the Haig y Marlin Perkins y Papa Doc Bush – sacando a relucir toda la mierda fraguada en América, música con la que muchos disfrutábamos escuchando. Uno de sus objetivos favoritos fue la mayor experiencia religiosa estadounidense: obtener algo por nada – en concreto, la apropiación del arte negro, la música y la cultura, por los capitalistas blancos, mientras que sus creadores solían morir pobres.

Se negó a que se le llamase el “padrino del Rap” y es fácil saber por qué. Quedé impresionado por el álbum «Straight Outta Compton de los NWA durante las primeras dos semanas de escucha – la ira, la violencia, la denuncia contra los policías racistas, la claridad sobre quiénes son los enemigos, la vida sencilla presentada como insignia. Pero me di cuenta de que no podía estar escuchando el disco de forma indefinida – la música, sobre todo, era deprimente y aburrida. Y eso es lo que Gil Scott-Heron y su antiguo colaborador Brian Jackson descubrieron: una nueva poética que fluía libremente sobre una base de flauta y percusión, y sobre ella la voz mordaz de Scott-Heron denunciando el hipócrita racismo de América, amante de esa escoria que es la guerra; con las mentiras que contaban las películas, la falsa Historia, falsas imágenes y las mentiras de los medios de comunicación. Scott-Heron y el multi-instrumentista Jackson daban vida a la poesía y la música, que es lo que siempre debiera de haber sido, con ritmos hipnóticos y algunos excelentes solos. Scott-Heron luchó contra la injusticia, pero siempre estuvo al tanto de lo que acontecía en la sociedad, dando giros creativos, bien a través del funk, soul, R&B, free jazz, ritmos africanos y del Caribe. Las drogas, la violencia, la pobreza, la desigualdad, los líderes oportunistas y traidores, la derrota y la vida que nunca acaba de despegar, todos ellos fueron temas frecuentes en sus canciones. Pero el pecado realmente imperdonable fue el del aburrimiento musical.

Vi a Scott-Heron hará un par de años en Tin Angel en Filadelfia. Actuaba el creador de “Música de tormenta” y “La botella” en un pequeño club, y fue muy emocionante. Tenía una gran voz y gran presencia – una voz de barítono, que nació para recitar a Shakespeare, como dijo el bajista Ron Carter en una ocasión. Él y su pianista, junto con una excelente sección rítmica, me hicieron mantener la atención de forma constante, hasta que llegó mi canción favorita, “Música de tormenta”, o “La revolución no será televisada”. Las nuevas canciones, como “Soy nuevo por aquí”, las aceptamos de inmediato. “La botella” abrió con brío la noche. Era muy gracioso, con sus diatribas contra la clase dominante, algo que no se distingue a menudo cuando se leen sus canciones.

En otro espectáculo de Filadelfia no faltaron, en otoño de 2009, James McMurtry e Iris DeMent. Es interesante saber que Scott-Heron no cantó “La revolución no será televisada”, e Iris DeMent tampoco cantó “Tierra baldía libre”, ni McMurtry “No podemos hacer nada aquí”, todas ellas canciones clásicas deliberadamente críticas con Norteamérica. Estoy seguro que todos estos artistas tenían sus razones para no cantar estos temas, pero me pareció un mal presagio. Ahora planeaban otros aires sobre los Estados Unidos. Era el momento de un cambio, de modo que el matón zafio de Texas fue sustituido por el lenguaje de Wall Street. La protesta y la crítica eran algo anticuado. Nada de pseudo-gloria de Reagan, ni del reiterado lenguaje de los liberales. Incluso Scott- Heron habló de forma favorable de Obama en esos momentos.

Después de dos años, la clase obrera de Norteamérica, sobre todos los negros, pueden enviar sus preocupaciones en una carta dirigida a Whitey en la Luna, ya que tienen al primer Presidente negro en la Casa Blanca.

En el confuso mundo de los músicos se entrometen los líderes, así que supe que Scott-Heron había cancelado su actuación en Israel y había convencido a otros activistas de que actuar aquí era como hacerlo en la Sudáfrica del Apartheid – hace dos semanas vi a mi héroe del teclado, Ray Manzarek en el teatro Sellersville, satisfecho con su espiritualidad a prueba de todo, diciéndole a la multitud que los cristianos, los musulmanes y los judíos deben dejar a un lado sus diferencias religiosas y amarse entre ellos. Por cierto, que él y Robby Krieger están deseando tocar en Tel Aviv este verano debido a que los “ israelíes son tan impasibles”. Estoy muy contento de que los agnósticos no tengamos que guardar ninguno de nuestros libros.

(Hola, Ray ¿tú y Roby no podías hacer algo bueno, como ir en la próxima flotilla de Free Gaza y dar un concierto en Gaza y cantar “Break on Through” contra el bloqueo israelí? Tal vez podíais recordar a Jim Morrison y llevar su espiritualidad con los pies en la tierra, donde esto significa algo. Se dice que la fe sin obras es cosa muerta). Como algún cantante cristiano dijera: “ No sigan a los líderes y fíjense en los parquímetros”. Nunca supe a qué se refería con los parquímetros, aunque supuse que se refería a los que estando en estado de ebriedad saltan por encima después del cierre de los bares.

En fin… Gil Scott-Heron no descansa en paz como todo el mundo aconseja, sino que con rabia surge en cualquier lugar, con ingenio y de forma mordaz, de forma valiente cuando ya nadie más lo hará, desde el cielo o el infierno, estando seguro que las cosas irán mejor en ambos lugares. Y sabemos cual es la última palabra: “ No es nada nuevo, Estados Unidos se la misma mierda de siempre”.

Son palabras de hace muchos años, negativas y cínicas. Gil Scott-Heron instó a la gente a que enviase “las facturas del médico a Whitey en la Luna”, después de que 45 millones de estadounidenses estén sin seguro médico y 47 millones dependan de los cupones de alimentos. Arremetió contra la pobreza en 1970 y 41 años más tarde ha visto surgir las mayores desigualdades económicas tras la Gran Depresión. Y vio por primera vez llegar a un negro a la Presidencia, ser Premio Nobel, aunque actualmente este sacrificando a inocentes de piel oscura en diferentes países. Estados Unidos no puede hacer nada, ni zapatos, ni ropa, ni juguetes, ni material electrónico, ni la paz o la justicia, sino que hacemos un infierno con mucha ironía.

Randy Shields, contacto en: music2hi4thehumanear@gmail.com.

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http://dissidentvoice.org/2011/05/ain’t-no-new-thing-reflections-on-the-whitey-house/#more-33196