Fractura hidráulica: mayor impacto de lo alegado por la Industria

Parte 2 de 3

Por Walter Brasch, 20 de marzo de 2012

Dissident Voice

 La Industria del gas natural defiende la fractura hidráulica, en inglés “fracking”, como algo seguro y eficiente. Thomas J. Pyle, presidente del Institute for Energy Research, una institución sin fines lucrativos que trabaja para la industria, afirma que la fractura hidráulica ha sido “ampliamente utilizada como una técnica segura de extracciónya desde el año 1949. Lo que no dice es que hasta hace poco se utilizaban técnicas de baja presión para extraer el gas natural de los campos más cercanos a la superficie. Las técnicas actuales emplean presiones muy altas para extraer el gas, utilizando ingentes cantidades de agua, productos químicos y otros elementos.

La Industria también afirma que la perforación en los esquistos traerá cientos de miles de puestos de trabajo, siendo mínimo el riesgo ambiental y para la salud. El Presidente Barack Obama en su discurso sobre el Estado de la Nación de diciembre pasado, dijo que la extracción del gas natural como fuente de energía para sustituir a los combustibles fósiles podría generar 600.000 puestos de trabajo.

Sin embargo, las investigaciones realizadas por los economistas Jeannette M. Barth y Deborah Rogers, y otros, desacreditan esta idea diciendo que no supondrá un aumento significativo del empleo.

Barry Russell, Presidente de la Asociación Independiente del Petróleo, dice que “no hay evidencias que establezcan una conexión directa entre la inyección de fluidos mediante la fractura hidráulica en las pizarras y la contaminación de los acuíferos” y que la fractura hidráulica “nunca ha contaminado un pozo de agua”, dice Christine Cronkright, directora de comunicaciones del Departamento de Salud de Pennsylvania.

Diferentes investigaciones y numerosos incidentes por contaminación del agua demuestran lo contrario.

A finales del año 2010, por fallos en el equipo se detectaron altos niveles de contaminación por productos químicos en el agua de los pozos de al menos una docena de familias de Conoquenessing Twp. en el Condado de Bradford. Los responsables municipales y Rex Energy, a pesar de que reconocen que tuvieron problemas con la perforación, afirman que ya estaba contaminada el agua potable antes de que la compañía iniciase sus actividades en la zona. John Fair no está de acuerdo: “Todo el mundo tenía un agua potable de calidad hace un año”, dijo al activista Iris Marie Bloom en febrero de 2012. Bloom dice que los residentes observaron como cambiaba el color del agua (roja, naranja o gris) después de que la empresa Rex comenzase las perforaciones. Entre los productos químicos detectados en el agua de los pozos encontraron metano, amoniaco, arsénico,, clorometano, hierro, manganeso, t-butilo alcohol y tolueno. Si bien sigue sin reconocer que sus actividades podrían haber causado la contaminación, la empresa suministró agua potable a los residentes, pero dejó de hacerlo el pasado 29 de febrero de 2012, después de que el departamento de Protección Ambiental de Pennsylvania dijera que el agua de los pozos estaba a salvo. Los residentes no están de acuerdo y han organizado protestas en contra de la empresa Rex, mientras que los activistas y otros residentes han establecido un servicio de agua para ayudar a las familias afectadas. En el blog Marcellus Outreach Butler (MOB) se decía que “ la vida de los residentes se ha visto gravemente perturbada y su salud severamente afectada. Cerrar el capítulo de investigaciones sobre sus problemas, con tantos indicios que indican la culpabilidad de la Industria del gas, es algo inconcebible”.

Más imágenes de la contaminación producida por la fractura hidráulica en : http://kahfan.blogspot.com.es/p/what-would-fracking-mean-for-karoo.html

En abril de 2011, cerca de Towanda, Pensilvania, siete familias fueron evacuadas después de que cerca de 10 mil galones de aguas residuales contaminaran un campo agrícola y un arroyo que desemboca en el río Susquehanna, como resultado de fallos en el equipo de perforación, de acuerdo con informaciones de Emergency Management Agency del Condado de Bradford.

Al mes siguiente, el DEP ( Departamento de Protección Ambiental) multó con 900.000 dólares a Chesapeake Energy, la mayor multa impuesta en la historia del estado, por contaminar el agua potable de 16 familias del condado de Bradford el año anterior. El DEP dijo que se había producido por las emisiones tóxicas de metano de no menos de 6 pozos situados en cinco lugares diferentes. El DEP también multó con 188.000 dólares a Chesapeake Energy por el incendio de un pozo en el Condado de Washington, hiriendo a tres trabajadores.

En enero de 2012, un fallo en el equipo de perforación en el condado de Susquehanna produjo un derrame de varios miles de galones de fluido durante casi media hora, produciendo “una contaminación potencial”, según el DEP. En la citación a Carizzo Oil and Gas, el DEP, recomienda fervientemente que la empresa deje de perforar en 67 pozos “hasta que la causa del problema se identifique y se busque una solución”.

En diciembre de 2011, la Agencia Federal de Protección Ambiental concluyó que las actividades de fractura hidráulica podían ser las responsables de la contaminación de las aguas subterráneas.

Los métodos actuales de perforación son un sucio negocio. Usted se puede dar cuenta de ello cuando los residentes de la zona pueden iluminar sus viviendas prendiendo el gas que sale por los grifos de agua potable”, dice Larry Schweiger, presidente de la Federación Nacional de Vida Silvestre. ¿Qué produce esta inflamación del metano en las operaciones de perforación? Una investigación de ProPublica en el año 2009, reveló que la contaminación por metano se había extendido al agua potables en las zonas del entorno en las que se estaba realizando la fractura hidráulica en Colorado, Texas, Wyoming, y Pennsylvania. La presencia de metano en el agua potable en Dimock, Pensilvania, era el asunto principal de la investigación de Josh Fox en el documental Gasland, que recibió un Oscar al mejor documental en el año 2011.

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Fox también recibió un premio Emmy en la sección de no ficción. Los intereses de Fox por la fractura hidráulica se intensificaron cuando una empresa de gas natural ofreció 100.000 dólares por los derechos de explotación en una finca de su familia en Milanville, en el extremo noreste de Pensilvania, a unos 60 kilómetros al este de Dimock.

La investigación realizada por un equipo de científicos de la Universidad de Duke reveló que “la contaminación por metano en sistemas poco profundos de agua potable está asociada con la extracción del gas”. Los datos y las conclusiones, publicada en mayo de 2011, recogidas por la Academia Nacional de las Ciencias, señalaban que la mayoría de los pozos de agua potable que se encuentran en los lugares cercanos a donde se realiza la perforación están contaminadas por metano, con un promedio de 17 veces más metano que el encontrado en otros pozos.

Algunos de los productos químicos utilizados en la fractura hidráulica o liberados en sus actividades, son cancerígenos”, según dijo la Dra. Sandra Steingraber a los miembros de la Agencia de Conservación del Medio Ambiente y de la Salud de la Asamblea de Nueva York. La Dra. Steingraber, biólogo y distinguida erudita del Ithaca College, señaló que algunos de los productos químicos son “venenos neurológicos relacionados con los déficit de aprendizaje en los niños, mientras que otros son desencadenantes del asma. Algunos, especialmente los radiactivos, se sabe que se acumulan en la leche. Otros son tóxicos para la reproducción, lo que puede contribuir a problemas en el embarazo”.

Una investigación publicada en el New York Times por Ian Urbina en base a miles de documentos de la EPA y un estudio confidencial de la Industria del gas natural, llegó a la conclusión: “ La radiactividad de los residuos utilizados en la perforación no se diluye en los ríos y otros cursos de agua”. Urbina se enteró de que las aguas residuales de las operaciones de fractura hidráulica son 100 veces más tóxicas que los estándares federales sobre el agua potable, con 15 pozos que tenían niveles de toxicidad 1000 veces superior a lo establecido en las normas.

La investigación del Dr. Ronald Bishop, un bioquímico de SUNY/Oneonta, sugiere que la fractura hidráulica para la extracción de gas metano “es muy probable que degrade el aire, las aguas superficiales y la calidad de las aguas subterráneas, provocando problemas de salud a las personas, y con un gran impacto en los ecosistemas acuáticos y forestales”. También señala que “los potenciales efectos por exposición en los seres humanos son el envenenamiento de tejidos, trastornos endocrinos y riesgo elevado de padecer ciertos tipos de cáncer”. Se producirá, dice el Dr. Bishop, “una descarga de sedimentos de aproximadamente ocho toneladas por año en los canales y arroyos, amenazando a las especies que alberga, tales como moluscos y otros organismos acuáticos”. Además de la contaminación del medio por el proceso de fractura hidráulica, el Dr. Bishop cree que “ el uso intensivo de equipos diésel y otros combustibles degrada la calidad del aire, lo que podría afectar a los seres humanos, el ganado y los cultivos”.

Igualmente importantes son las preguntas sobre el impacto de hasta 200 camiones que realizan el trasiego de agua de un lugar para otro y luego llevando las aguas residuales. Además de la contaminación por la quema de combustible por estos camiones, también se producen problemas de contaminación de las aguas.

(Véase también: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/12/13/la-epa-admite-que-la-fractura-hidraulica-contamina-las-aguas-subterraneas/)

“Necesitamos saber la cantidad de combustible que ha contaminado nuestro suministro de agua”, dice Diane Siegmund, psicólogo clínico de Towanda, Pensilvania. “Eso no estaba allí antes de que las empresas empezasen a perforar los pozos; es ahora cuando ha aparecido”, dice. Siegmund también está preocupada por la contaminación por polvo y el barro. “No hay nadie que les supervise, pero esos camiones salen llenos de barro de los pozos y el polvo se extiende varias millas alrededor”.

La investigación “muestra que las actividades de perforación de gas tiene graves efectos sobre la salud de los seres humanos, animales de compañía, ganado y en la vida silvestre”, señala Dra. Michelle Bamberger, veterinario, y el Dr. Robert E. Oswald, bioquímico y profesor de medicina molecular en la Universidad de Cornell. Su estudio, publicado en New Solutions, señala que algunos de los síntomas que aparecen en las personas por la contaminación del agua debido a la fractura hidráulica incluyen erupciones cutáneas, dolores de cabeza, mareos, vómitos, e irritación de los ojos, nariz y garganta. En los animales, los síntomas incluyen problemas reproductivos e incluso la muerte.

Un impacto significativo sobre la vida silvestre se recoge en las 900 páginas de la Declaración de Impacto Ambiental (EIA) realizado por el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York, presentado en septiembre de 2011. Según el EIA, “además de la pérdida del hábitat, hay otros impactos directos sobre la vida silvestre fruto de las perforaciones… incluido un aumento de la mortalidad… alteración de los microclimas, aumento del tráfico, ruido, contaminación lumínica. El impacto puede incluir una pérdida de biodiversidad, aislamiento de especies, disminución de las poblaciones… aumento de los depredadores, y un aumento de las especies invasoras”. El Informe concluye que debido a la fractura hidráulica no hay “ningún lugar del área de estudio donde la vida silvestre no se haya visto afectada, con graves consecuencias ecológicas”. El impacto afecta a la calidad de la producción de leche y carne, ya que los animales beben aguas y comen pastos en las áreas que han sido ocupadas por la Industria del gas natural.

Christopher Portier, Director del Centro Nacional de Salud Ambiental, llama a que se realicen más estudios que “incluyan los efectos sobre la salud de las personas, así como la contaminación del aire, el agua, el suelo, las plantas y los animales”.

La respuesta de la Industria y sus aliados políticos a los estudios científicos realizados sobre los efectos en la salud y el medio por la fractura hidráulica “ha sido abordada de una manera similar a la Industria del tabaco, que durante años rechazó el vínculo entre el fumar y el cáncer”, dicen los doctores Bamberger y Oswald. No sólo piden que se “divulgue de forma completa los análisis del aire, el agua, el suelo, los animales y los seres humanos, y que la falta de supervisión de las perforaciones de gas… seguirá siendo un experimento incontrolado sobre nuestra salud a una enorme escala”.

La Dra. Helen Podgainy, pediatra en Pittsburgh, Pensilvania, dice que no quiere que sus pacientes “sean conejillos de indias que aparezcan en las estadísticas de salud como aquellos que estuvieron expuestos al amianto o al humo del tabaco”.

  • Me ayudaron, además de los citados en el artículos, Rosemary R. Brasch, Eileen Fay, el Dr. Bernard Goldstein, y el Dr. Wendy Lynne Lee.

Walter Basch, ha trabajo durante 40 años en los medios de comunicación, ha pertenecido a sindicatos, tanto del sector público como privado. Columnista de un periódico y autor de 16 libros, entre ellos With Just Cause: Unionization of the American Journalist. Su último libro es Before the First Snow: Stories from the Revolution. Pueden ponerse en contacto con él en: walterbrasch@gmail.com o visitar el sitio web de Walter.

http://dissidentvoice.org/2012/03/fracking-health-environmental-impact-greater-than-claimed/