“El tamaño del estudio, y la meticulosa forma en que se ha llevado a cabo, sugieren que existe un riesgo ambiental para las madres residentes en las áreas donde se emplean pesticidas en grandes cantidades”
Por Ian Johston
La exposición a elevadas cantidades de pesticidas al vivir en las cercanías de los campos de cultivo donde se emplean, parece aumentar el riesgo de concebir un bebé con anomalías en un 9%, según un nuevo estudio.
Investigadores de la Universidad de California, Santa Bárbara, compararon 500.000 nacimientos registrados en el Valle de San Joaquín entre 1997 y 2011 y los niveles de herbicidas utilizados en esa área.
El uso medio de plaguicidas durante ese período fue de unos 975 kg por cada 2,6 km2 de superficie al año.
Sin embargo, en aquellas zonas donde se utilizaron 4.000 kg de herbicidas la probabilidad de un nacimiento prematuro aumentó en un 8% y la probabilidad de que se produjera una anomalía congénita fue de un 9% aproximadamente.
El estudio ha sido publicado en la revista Nature Communications, y en él los investigadores han realizado una comparación con el aumento en la aparición de anomalías de nacimiento debidas a la contaminación atmosférica o calor extremo, que se sitúa del 5% al 10%.
“Desde hace ya tiempo persisten preocupaciones sobre los efectos de la exposición ambiental perjudicial y su relación con los defectos de nacimiento”, escribieron
“Se han realizado grandes avances en nuestra comprensión de los efectos del tabaquismo y la contaminación del aire, entre otros, sin embargo la investigación sobre los efectos de los plaguicidas permanecen estancadas”.
“Si bien los contaminantes ambientales comparten generalmente los problemas éticos y legales al evaluar las consecuencias sobre la salud en un entorno controlado y las dificultades asociadas con resultados inusuales, los herbicidas representan un desafío adicional”.
“A diferencia del tabaquismo, algo que es observable, o incluso la contaminación atmosférica, para la cual existe una amplia red de monitores, faltan datos sobre el uso de los plaguicidas disponibles para el público en la mayor parte del mundo”.
También señalan que la exposición a los pesticidas varía mucho en unos lugares y otros del Valle de San Joaquín, con más de la mitad de los nacimientos que se producen en sitios donde no se usaban pesticidas.
“La mayor parte de los nacimientos no tienen un impacto estadístico significativo en lo que se refiere a la exposición por pesticidas. Sin embargo, aquellas personas que sufren una exposición superior al 5% , tienen una probabilidad de entre el 5 al 9% de tener resultados adversos en el nacimiento”, apuntaron.
“La magnitud de los efectos aumentó en 1% más cuando aumentaba la exposición (más de 11.000 kg durante el período de gestación), y un 11% mayor de probabilidades de un nacimiento prematuro, un 20% más de probabilidades de tener un peso bajo al nacer y una disminución de aproximadamente 30 g en el peso al nacimiento”.
“En cuanto a las anormalidades congénitas, el hecho de pertenecer al grupo con una alta exposición a los plaguicidas, frente al grupo en que la exposición es baja, aumentó las probabilidades de una anomalía en el nacimiento en un 9% (un 5,8% de los nacimientos presenta una anomalía congénita en esta muestra)”.
La cantidad de herbicidas utilizados dependía en gran medida del tipo de cultivo.
“Productos como las uvas reciben casi 50 kg de insecticidas al año en el Valle de San Joaquín, mientras que otros cultivos de alto valor como los pistachos apenas reciben un tercio de esa cantidad”, comentan los investigadores.
No fueron capaces de aislar la función de los diferentes productos químicos.
“Hacer esto suponía un enorme desafío, porque muchos productos químicos se usan de manera conjunta o en períodos temporales o zonas determinadas”, dijeron a la revista.
Comentando el estudio, el profesor Alastair Hay, toxicólogo ambiental de la Universidad de Leeds, dijo que había sido “muy bien llevado”.
“Este estudio deberá ser tenido en cuenta por las Agencias de Regulación, como debe ser”.
“El tamaño del estudio y la meticulosa forma en que ha sido llevado a cabo, sugieren que existen riesgos para las madres residentes en las áreas donde se utilizan plaguicidas a gran escala y que investigaciones para mitigar los efectos de la exposición de los productos químicos son necesarias”.
Dijo que no estaba claro que pesticidas se estaban utilizando, pero agregó que el estudio “probablemente sea aplicable en vista del tipo de cultivos que son fumigados”.
“Y dado que el riesgo se observa claramente en las áreas más expuestas, hay claros mensajes de que se necesitan medidas de mitigación”.
El Dr. Christopher Connolly, neurobiólogo de la Universidad de Dundee, dijo que el estudio informó “de un aumento significativo de los efectos adversos de nacimiento que están relacionados con el uso de gran cantidad de plaguicidas”.
“Sin embargo, el diablo está en los detalles y esos detalles faltan: ¿qué plaguicidas son los responsables de estos efectos?”.
“Esto hace que sea importante que el estudio se repita y se detallen los productos químicos utilizados en cada lugar y el impacto que tienen en los nacimientos por su aplicación individual o en cócteles”.
“En el Reino Unido, el promedio de plaguicidas utilizados en los campos de cultivo es de aproximadamente 1,5 veces más alta que la cantidad que se indica en el estudio, pero es 10 veces menor que la cantidad correlacionada con los efectos adversos de nacimiento”.
“De nuevo, sin los detalles sobre el uso real de pesticidas a escala local, posiblemente el diablo permanezca oculto”.
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Utilización de plaguicidas en España en el año 2015 según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente
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