Algunas personas se recuperan de problemas de salud al dejar de consumir alimentos transgénicos

Por Jeffrey M. Smith

Vitality Magazine

¿Quién conoce los efectos de los transgénicos?

 ¿Los alimentos modificados genéticamente generan problemas de salud? Los OGM ( organismos modificados genéticamente) parecen desencadenar enfermedades inmunes en las ratas de laboratorio que son alimentadas con ellos ( Véase el estudio de Arpad Pusztai), El Sistema gastrointestinal se ve afectado seriamente, los animales envejecen más rápidamente y sus órganos vitales resultan dañados. Los animales de laboratorio también pueden quedar estériles, aumentando la mortalidad de las crías. 

Las empresas de Biotecnología como Monsanto distorsionan o niegan las evidencias, a veces aportando sus propios estudios que supuestamente muestran que los alimentos transgénicos no tienen ningún efecto sobre la salud de las personas o de los animales. Pero algunos científicos, como el toxicólogo francés G.E Seralini, han analizado los datos en bruto de los estudios realizados por Monsanto, obteniendo resultados contrarios: el maíz transgénico con que se alimentó a las ratas mostraba signos claros de toxicidad. Estas pruebas son pasadas por alto por los científicos que trabajan al servicio de la Industria. (Véase también Se confirma la toxicidad de los cultivos Bt)

Aunque todavía no se han realizado ensayos clínicos en humanos, los expertos dicen que no hay pruebas suficientes aportadas por los estudios realizados en animales para desechar los alimentos transgénicos ( Por ejemplo, la principal asesora científica de la Comisión Europea sobre los cultivos transgénicos, Anne Glover), La Academia Americana de Medicina Ambiental (AAEM) pidió en el año 2009 una moratoria en el cultivo de transgénicos en base a sus análisis de las investigaciones realizadas. De acuerdo con su expresidente, el Dr. Robin Bernhoft, la Academia “recomienda que todos los médicos prescriban a sus pacientes una dieta libre de alimentos modificados genéticamente, y debemos educar a todos los pacientes sobre los peligros potenciales para la salud del consumo de alimentos modificados genéticamente”.

Hoy en día, miles de médicos y nutricionistas hacen precisamente eso, y han observado que una amplia variedad de problemas de salud desaparecen después de que sus pacientes dejaron de consumir este tipo de alimentos. He aquí algunos ejemplos:

  • LaDonna Carlton tenía que tomar dos pastillas tres veces al día para eliminar los dolorosos calambres y la constante diarrea asociada al síndrome de intestino irritable. “Mi médico me dijo que sería un problema con el que tendría que convivir el resto de mi vida”, dijo LaDonna. Pero entonces conocí a otro médico, la internista Emily Lindner MD. Lo primero que me dijo es que dejase de consumir transgénicos, incluyendo la soja, el maíz, el aceite de colza y el azúcar, “al cabo de dos meses ya no tuve necesidad de ningún tipo de medicación”.

    Su marido, Fred, también dejó de consumir alimentos modificados genéticamente y notó una considerable mejoría: “Me siento 10 veces mejor”. A sus 73 años, Fred juega al baloncesto, incluso con los dos implantes de rodilla. La nueva dieta “me hizo sentir más joven… como si tuviera 50 años”.

  • La diseñadora de interiores Carol Salb, también se recuperó de un síndrome de intestino irritable, así como de sus manos y pies fríos, problemas con el cabello, alergias y constante congestión. “Me sentí mejor dos semanas y media después de comenzar una dieta libre de transgénicos”, dice ella. Eso fue hace seis años y todavía se encuentra bien.

  • La maestra Theresa Haerle perdió 10 libras de peso ( 4,5 kilogramos) 25 días después de una dieta libre de transgénicos. Aún más destacable fue la recuperación de la colitis que sufría desde hacía más de 30 años, y eso sólo al tercer día de empezar la nueva dieta. Además, su piel empezó a aclararse, sentía más energía, y no sentía pereza al levantarse por la mañana.

  • Los niños también se han recuperado: uno del grado medio cambió su dieta y ya no sufre ni migrañas ni asma; otro se ha recuperado de un fuerte dolor de estómago.

Aunque estas entrevistas con los pacientes fueron realizados por médicos, en el Instituto de Tecnología Responsable ya habíamos escuchado historias similares desde hace mucho tiempo. Laurie perdió 35 libras de peso en un año ( casi 16 kilogramos); Paul sufría del síndrome de piernas inquietas, y con la nueva dieta ha desaparecido, a no ser que de forma accidental consuma algún alimento transgénico. Muchas personas dicen que sus síntomas desaparecen cuando visitan Europa, donde no se consumen tanto alimentos transgénicos debido al rechazo por parte de los consumidores.

( Para la consulta de los productos que en España pueden contener transgénicos en su composición puede descargarse en archivo pdf el folleto elaborado por Greenpeace: Guía roja y verde de los alimentos transgénicos).

La Dra. Lidner dice: “Les digo a los pacientes que eviten los alimentos transgénicos porque según mi experiencias con estos alimentos se producen más alergias y asma”, así como problemas digestivos, tales como gases, distensión abdominal, intestino irritable, colitis y síndrome del intestino permeable. “Y otra serie de problemas, tales como artritis, enfermedades autoinmunes, ansiedad… problemas neurológicos, cualquier problema de salud relacionado con el sistema inmune”.

El tiempo de recuperación varía por lo general en función de los síntomas. “Cuando las personas cambian de una dieta que contiene transgénicos o otra libre de ellos veo resultados instantáneos en las personas que sufren de pensamiento confuso y en los que tienen síntomas intestinales, tales como hinchazón, gases, irritación. En cuanto a las alergias, pueden tardar de dos a cinco días. La depresión se solventa casi de forma instantánea, a veces en un día, en otros casos después de dos semanas. Los resultados completos no se observan más que a partir de la cuarta o sexta semana”. La Dra. Lindner dice que no basta solamente con eliminar los transgénico de la dieta, pero según ella, es el componente más crítico.

Las personas que cambian a una dieta libre de transgénicos suelen adquirir alimentos ecológicos, en los cuales no está permitido el uso de organismos modificados genéticamente. Esto plantea un punto crítico en el análisis. ¿La recuperación se debe a la eliminación de los transgénicos o hay otras factores como la reducción de productos químicos o la mejor calidad nutricional de estos productos? Ya que la mayoría de los transgénicos se encuentran en los alimentos procesados, algunos personas redujeron la ingesta de transgénicos comprando alimentos frescos y luego cocinándolos. Al mismo tiempo, la eliminación de los aditivos alimentarios puede también contribuir a una mejoría de la salud. O también pueden eliminar de su dieta cierta categoría de alimentos, tales como los lácteos o alimentos con gluten. ¿Qué es por tanto el motivo de estas rápidas recuperaciones?

Historias similares en el ganado, sin la presencia de otros cofactores

Afortunadamente la experiencia de los veterinarios y muchos agricultores de todo el mundo nos dan una idea. Cuando se cambia la alimentación animal de soja y maíz transgénicos por su equivalente no modificado genéticamente no influyen los otros cofactores señalados anteriormente. Los animales no comen alimentos ecológicos, no hay cambios en nutrientes o en aditivos, y sin embargo los resultados son impresionantes.

Cuando un criador de cerdos danés cambió la alimentación por soja no transgénica en abril de 2011 de sus 450 cerdas y crías, a los dos días los problemas de graves diarreas de sus animales prácticamente habían desaparecido. También cesaron las muertes por úlceras e hinchazón, que habían sido de 36 en los últimos dos años. La tasa de nacimientos aumentó, siendo las camadas más numerosas, reduciéndose también las enfermedades y defectos de nacimiento. (Para más información de la experiencia del señor Borup Pedersen, puede leerse el siguiente artículo: Se relaciona la soja transgénica con daños en la cría del cerdo).

Un granjero de Iowa también observó cambios inmediatos en su granja de 3000 cerdos después de eliminar el maíz transgénico en diciembre del año pasado. No sólo gasta menos en medicamentos, los cerdos tienen menos enfermedades, sino que “nuestros cerdos con más felices y están más contentos”.

En una granja de engorde con 5000 cabezas de ganado también se cambió a alimentación con maíz no transgénico y señalaron: “Hemos tenido muchas menos neumonías y problemas de salud que con anterioridad”. También ha cambiado el comportamiento de los animales: “el ganado está mucho más tranquilo”. Muchos ganaderos preocupados por las altas tasas de infertilidad y de abortos involuntarios en su ganado, han hecho notar la mejoría tras la eliminación de los piensos no transgénicos.

El renombrado veterinario Michael W. Fox, cuyos artículos tienen millones de lectores, dice que cuando los transgénicos fueron introducidos en el mercado, los gatos y los perros comenzaron a sufrir tasas mucho más altas de alergias, picazón y problemas intestinales. Ahora ha recibido miles de cartas de los dueños de mascotas en las que le dicen que los animales están muchos más felices desde que son alimentados con productos no modificados genéticamente.

Los síntomas se repiten: desde la ratas de laboratorio a los consumidores

Lo llamativo de todo esto es la similitud de los síntomas. Se observan las mismas categorías de trastornos en los estudios de alimentación animal realizados por la Academia Americana de Medicina Ambiental ( por ejemplo, trastornos digestivos, inmunes y reproductivos), y los mismos cambios en los seres humanos y en el ganado cuando se cambia a una dieta libre de transgénicos.

Estos problemas van en aumento en la población, sobre todo en Estados Unidos, donde los transgénicos empezaron a comercializarse en 1996. La enfermedad inflamatoria intestinal alcanza hasta el 40%. Las enfermedades crónicas se han duplicado en nueve años. Han aumentado las alergias, la infertilidad, el asma, las enfermedades autoinmunes, etc, ya que consumimos alimentos con productos modificados genéticamente sin siquiera saberlo.

Incluso puede influir en la tasa de autismo. Un especialista en autismo asistió a una conferencia científica sobre los cambios de comportamiento, neurológicos y fisiológicos en los ratones alimentados con transgénicos. Después le dijo al conferenciante: “Eso es exactamente lo que estamos encontrado en los niños autistas”. Muchos padres indican una significativa mejoría en el comportamiento y en los trastornos gastrointestinales en los niños autistas después de eliminar los alimentos modificados genéticamente de su dieta.

¿Cómo pueden ser tan perjudiciales los alimentos modificados genéticamente?

Para entender cómo los cultivos modificados genéticamente pueden contribuir a graves trastornos, es necesario comprender algunos detalles de esta tecnología. Los cultivos transgénicos tienen genes extraños insertados en su ADN, y seguidamente se realiza una clonación de las células en las plantas. (Una información más detallada puede obtenerse en:Los riesgos de la Ingeniería genética)

  • Independientemente del gen extraño que se utilice, el propio proceso de inserción y clonación causa daño en el ADN de las plantas naturales. Esto ha dado lugar, por ejemplo, a la aparición de un nuevo alérgeno en el maíz transgénico de Monsanto y un gran aumento en el alérgeno de la soja transgénica. Son efectos secundarios inesperados, que pueden aumentar las toxinas y agentes cancerígenos en nuestras comidas, cuando ni siquiera se había pensado en ello.

  • Los cultivos transgénicos contienen material genético de bacterias y virus. Estas piezas de ADN, así como los ARN y las proteínas que producen, nunca antes habían formado parte de la dieta humana, siendo un problema para el sistema inmunológico. Según Martha Grout: “los alimentos modificados genéticamente producen inflamación en el sistema”. La inflamación puede conducir a una amplia variedad de enfermedades, incluyendo alergias, enfermedades autoinmunes y enfermedades del corazón. La Dra. Emily Lindner también interpreta el impacto de los transgénicos como una “respuesta inmune o inflamatoria”, y en consecuencia así lo trata.

  • El gen insertado en cierto maíz transgénico y algunas variedades de algodón (Bt), está diseñado para provocar una respuesta hacia algunos insectos. Este gen produce una toxina Bt que mata a los insectos al atacar su tracto digestivo. A pesar de las bondades señaladas por la Industria Biotecnológica, un reciente estudio publicado confirma que la toxina Bt también afecta a las células humanas. Un estudio realizado en Canadá en el año 2011 encontró que la toxina Bt del maíz transgénico de Monsanto se encuentra en la sangre del 93% de las mujeres embarazadas estudiadas, así como en el 80% de los fetos aún no nacidos. La toxina Bt del maíz transgénico puede provocar inflamación del tracto digestivo y pequeñas perforaciones, pudiendo causar estratos en el torrente sanguíneo, pudiendo llegar al cerebro de los bebés cuando todavía no han desarrollado la barrera hematoencefálica.

  • Tres cultivos transgénicos, la papaya (cultivada en Hawai y en China exclusivamente), el calabacín y la calabaza amarilla, contienen genes de virus insertados, diseñado para defenderse de las enfermedades. Ingerir estos alimentos pueden tener un efecto contrario en los seres humanos. Los genes virales pueden producir proteínas virales, que son bien conocidas por suprimir las defensas corporales contra las infecciones virales. O sea, también pueden ser tóxicos.

  • Los transgénicos tolerantes a los herbicidas, tales como el maíz, la soja, el algodón, la colza, la remolacha y la alfalfa, permite a los agricultores rociar en estos cultivos el herbicida Roundup de Monsanto sin que les afecte. Los genes insertados en estas plantas producen proteínas con propiedades alergénicas. La mayor preocupación es que el herbicida se concentra en la planta y terminamos por ingerirlo. Roundup está relacionado con el cáncer, el Parkinson, defectos congénitos y trastornos endocrinos.

  • Y una mala noticia. El único estudio realizado de alimentación humana confirmó que parte del gen insertado en la soja Roundup Ready puede transferirse al ADN de las bacterias que viven en el intestino. Si los genes transferidos continúan produciendo las proteínas ( y hay evidencias de que así es), entonces podemos tener alérgenos, proteínas virales o incluso toxinas Bt fabricándose de forma continua dentro de nuestro tracto digestivo.

Y ahora la buena noticia

Afortunadamente, la gente está aprendiendo sobre los peligros para la salud de los productos modificados genéticamente, y que se sienten mejor con dietas libres de trasngénicos, de modo que el Movimiento contra los Organismos Modificados Genéticamente está creciendo. Hay millones de personas que buscan alimentos más saludables no modificados genéticamente. Dado que los transgénicos no ofrecen beneficios para el consumidor, y como las compañías de alimentos más importantes de Norteamérica ya han eliminado los transgénicos de sus marcas europeas (?) debido al rechazo de los consumidores, cualquier descenso en las ventas de productos con transgénicos puede iniciar una carrera hacia la supresión de este tipo de alimentos.

Es probable que con un 5% de consumidores que se decanten por los alimentos no transgénicos se produzca un punto de inflexión.

La votación que se va a producir en California el próximo noviembre es posible que acelere la revolución de los no OGM. De salir adelante, pensamos que la Industria de la Alimentación podría rechazar la utilización de transgénicos, sobre todo porque el 53% de los estadounidenses dicen que elegirían productos etiquetados como no OGM, una vez que el etiquetado lo exprese de forma clara.

Esperemos que aprendiendo de las evidencias sobre el peligro para la salud de los transgénicos el porcentaje de personas que los eliminen de su dieta aumente.

Referencias

– Para ayudarle a comer más seguro, visite http://www.NonGMOShoppingGuide.com o descargue la aplicación iPhone ShopNoGMO

– Para obtener más información acerca de la relación entre los OMG y el autismo, ver http://www.responsibletechnology.org/autism

– La Dra. Emily Lindner está especializa en medicina interna en Chicago, Illinois.

– El estudio demuestra que tres variedades de maíz de Monsanto son nocivas para el organismo, http://archive.truthout.org/1215091

– La soja genéticamente modificado relacionada con la esterilidad:

http://www.responsibletechnology.org/article-gmo-soy-linked-to-sterility

– Estudio canadiense considera la toxina Bt del maíz de Monsanto que circula en la sangre del 93% de las mujeres examinadas: http://digitaljournal.com/article/326208

Jeffrey M. Smith es el Director Ejecutivo del Instituto para la Tecnología Responsable ( http://www.ResponsibleTechnology.org ). Su libro Semillas de decepción sobre los transgénicos es un betseller mundial. La ruleta genética ha inspirado un documental con el mismo título, siendo estrenado durante este verano.

Fuente: http://vitalitymagazine.com/article/dramatic-health-recoveries-reported/

y http://foodfreedomgroup.com/2012/08/02/doctors-prescribe-non-gmo-diets/