Por Harvey Wasserman, 11 de febrero de 2014
Common Dreams
Citándose una amplia gama de dolencias, desde leucemia a ceguera por defectos de nacimiento, 79 veteranos estadounidenses que durante 2011 participaron en la labores de apoyo durante el terremoto y el tsunami de Japón, en la denominada Operación Tomodachi (Amistad), han presentado una nueva demanda colectiva por valor de 1000 millones de dólares contra Tokyo Electric Power (TEPCO). El portaaviones USS Ronald Reagan, que se encuentra actualmente atracado en San Diego, se ha convertido en una cuestión política crucial.
La demanda incluye los daños sufridos por el hijo de un marinero que nació con una enfermedad genética, debido a la exposición a la contaminación radiactiva producida por el accidente nuclear de Fukushima; y los de una adolescente estadounidense que vivía cerca del lugar afectado. También se ha dejado abierta la posibilidad de que se sumen a la demanda colectiva “hasta 70.000 ciudadanos estadounidenses que se vieron potencialmente afectados por la radiación...”.
Este portaaviones de 4300 millones de dólares es el buque insignia de la presencia naval de Estados Unidos en el Pacífico. Los críticos dicen que el barco está demasiado contaminado como para ser operativo o incluso para ser desguazado, por lo que debería ser hundido, al igual que otras naves estadounidenses que también resultaron contaminadas por las pruebas nucleares realizadas en el Pacífico Sur.
TEPCO ha admitido que ha subestimado las lecturas realizadas de los niveles de radiación en un factor de cinco. También se ha observado un aumento en el número de cánceres de tiroides entre los niños de la región, que estuvieron expuestos a la radiación por encontrarse en la dirección en la que soplaba el viento. Dos nuevos terremotos se han producido en las zonas cercanas a Fukushima.
La demanda se ha presentado ante la Corte Federal de San Diego el pasado 6 de febrero. También admite TEPCO que no informó al portaaviones de propulsión nuclear que existían altos niveles de contaminación debidos a la fusión total o parcial de los reactores nucleares y las explosiones que se produjeron. El USS Reagan se encontraba a sólo una milla de la costa cuando de los reactores afectados se emitieron nubes letales de radiación tanto al aire como al mar al día siguiente del terremoto y el tsunami. También estuvo navegando a través de las nubes radiactivas durante más de cinco horas a unas 100 millas de la costa. El USS Reagan (CVN-76) tiene 1092 pies de largo y fue puesto en servicio el 12 de julio de 2003. La cubierta tiene una extensión de 4,5 hectáreas, lleva una tripulación de 5.500 marineros y más de 80 aviones.
Los miembros de la tripulación informaron que en medio de una tormenta de nieve, una nube de aire caliente los envolvió, dejándoles un “sabor metálico”. Es algo parecido a lo que apreciaron los aviadores que lanzaron la bomba sobre Hiroshima y personas de Pennsylvania durante el accidente nuclear de Three Mile Island. Los tripulantes del portaaviones bebieron y se bañaron en agua de mar desalinizada, pero que había sido irradiada por la radiactividad procedente de Fukushima.
Los marineros entienden que son un grupo joven y de buena salud. También se han unido a la demanda el buque de asalto anfibio Essex, el Cowpens y varios otros.
Las enfermedades que se recogen en la demanda son similares a las que presentaron las personas afectadas por las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki (1945), y por las emisiones de radiación en Three Mile Island (1979) y Chernobyl (1986). Entre ellas: “ problemas reproductivos y enfermedades como leucemias, úlceras, extirpación de la vesícula biliar, cáncer cerebral, cáncer testicular, sangrado uterino disfuncional, enfermedades del tiroides, enfermedades del estómago y otras dolencias inusuales en adultos jóvenes”.
Un marinero de 22 años de edad declaró ante el Tribunal que “al regreso de la Operación Tomodachi empecé a perder visión. He perdido toda la visión del ojo izquierdo y la mayor parte de la del ojo derecho. No puedo leer las señales de la calle ni conducir. Antes de la Operación Tomodachi tenía una excelente visión, no llevaba gafas y no tenía necesidad de cirugía correctiva. No sé de ningún miembro de mi familia que haya tenido leucemia”.
Baby-G es el hijo de un miembro de la tripulación del USS Reagan, nacido el 15 de octubre de 2011, siete meses después de haber estado expuesto a la radiación, presentando múltiples defectos de nacimiento. La demanda solicita 1000 millones de dólares para “adelantar los pagos y gastos de cada uno de los demandantes por exámenes médicos, supervisión médica y tratamientos”, así como daños y perjuicios generales.
Sin embargo, TEPCO y la Marina de Estados Unidos dicen que no se emitió tanta radiación en Fukushima como para dañar a los marineros o su descendencia. Pero tampoco pueden decir la cantidad exacta de radiación emitida. La Marina ha suspendido el programa de seguimiento de la salud de los marineros afectados por la radiación.
Después de cuatro días de navegación en el entorno de Fukushima, los Gobiernos de Japón, Corea del Sur y Guam negaron la entrada al portaaviones USS Reagan, debido a los altos niveles de radiación. La Marina realizó numerosos trabajos de descontaminación, cuyos resultados no están claros.
Una demanda inicial se presentó el 12 de diciembre de 2012, pero sólo por parte de 8 demandantes, siendo archivada. Después fue corregida,alcanzándose los 51 demandantes. Esta nueva demanda fue rechazada por el juez federal Janis S. Sanmartino, por razones de jurisdicción. Una nueva demanda se iba a presentar en el mes de enero de este año, pero se produjeron retrasos al sumarse demandantes adicionales. Los abogados Paul Garner y Charles Bonner dicen que aún más podrían sumarse a la demanda.
En la demanda se acusa a TEPCO el haber mentido sobre los niveles de radiación, cuando era Primer Ministro Naoto Kan. Kan dijo que el reactor número 1 se fusionó cinco horas después del terremoto, antes de que llegara la flota estadounidense. Esta noticia no es muy positiva para una Industria que ha situado muchos reactores nucleares en zonas de actividad sísmica por todo el mundo. Los demandantes también dicen que TEPCO ha niveló un dique natural de forma negligente para reducir los gastos de bombeo del agua. El tsunami inundó la sala donde se encontraban los generadores de suministro auxiliar de energía, que ya se encontraba sin protección, obligando a los trabajadores en esta situación desesperada a recurrir a baterías de los automóviles para intentar poner en funcionamiento el suministro. TEPCO envió demasiado tarde 11 camiones de suministro de energía, que quedaron bloqueados en los embotellamientos de tráfico que se produjeron.
Se incluyen informes de reducción de costes, mala gestión y la contratación de personal no formado, todo ello en 65 páginas.
El fiscal Bonner explicará esta demanda en el programa de Radio Solartopia a las 5 pm EST del martes 11 de febrero. Unas 4000 personas han firmado peticiones en nukefree.org, moveon.org y Avaaz. El 11 de febrero, como cada undécimo día de cada mes, se invita a la realización de un ayuno en todo el mundo en apoyo de las víctimas del desastre de Fukushima.
El futuro de la Séptima Flota de Estados Unidos, la Industria Nuclear y un grupo de jóvenes marineros afectados por la radiación de Fukushima, pende de un hilo.
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Procedencia: http://www.commondreams.org/view/2014/02/11-8