Por Marie-Monique Robin, 13 de septiembre de 2013
Estoy enfadada, y lo asumo. Como decía el escritor y poeta George Bataille: “El corazón es humano en la medida en que se rebela”.
La humanidad se muere en la indiferencia, discursos insulsos, la incapacidad de los pobres bípedos para detener la barbarie y defender la vida. Esta noche estoy enojada porque he recibido noticias desde Colombia. ¡Y estas noticias nos conciernen a todos!
Resumo en pocas palabras: Colombia ha firmado un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, un acuerdo que entró en vigor recientemente. Este acuerdo contiene una cláusula que obliga a los agricultores a sembrar semillas certificadas, es decir, producidas por empresas como… Monsanto o Syngenta.
Para hacer cumplir esta cláusula, el Instituto Agroalimentario de Colombia ha dictado la Resolución 970 que amenaza con multas y demandas a todos los campesinos que sigan haciendo lo de siempre: mantener una parte de su cosecha para luego sembrar los campos.
Desde el pasado 19 de agosto, decenas de miles de colombianos (campesinos, estudiantes, mineros, camioneros, médicos) se lanzaron a las calles para denunciar la violación de un derecho humano fundamental: el derecho a alimentarse.
Se han producido violentos enfrentamientos en Bogotá, donde el Presidente Santos dictó un toque de queda y movilizó a 50.000 miembros de las fuerzas armadas y de la policía militar para “luchar contra los vándalos” y defender la férrea ley impuesta por Monsanto y otras Corporaciones.
Conozco bien a los colombianos: este vasto país posee una extraordinaria biodiversidad y tiene la capacidad para alimentar a su población, siempre y cuando dejen a los agricultores hacer su trabajo. Para ello necesitan tierra, pero la mayoría están en manos privadas. Ahora bien, si se les impide plantar sus semillas será el fin de la agricultura de subsistencia en Colombia.
Como en el caso de México con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el país será invadido por productos agrícolas de baja calidad subvencionados por los Estados Unidos, las tiendas estilo Walmart y otros supermercados de descuento echarán a la calle a millones de pequeños agricultores.
Invito a todos a que vean mi documental “Los deportados del libre comercio”, dedicado al TLCAN, que fue emitido por la cadena ARTE en febrero de 2012. Se encuentra en mi sitio web y también se puede adquirir junto con el DVD “Las cosechas del futuro”: http://www.mariemoniquerobin.com/deportesdulibreechangeextrait.html
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=tG89P8II0cA]
Usted encontrará en este blog noticias relacionadas con el TLCAN y extractos del capítulo que aparece en mi último libro Las cosechas del futuro…
Recuerde que también la Unión Europea se prepara para negociar un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, con los efectos devastadores que eso puede tener para el viejo continente. Es por este motivo que cedí mi imagen para un cartel elaborado por el Collectif des Engraineurs, en asociación con ATTAC y otras organizaciones en una campaña que van a poner en marcha este otoño. Únase a ellos.
Estados Unidos hace dumping
La historia del TLCAN muestra que la globalización no puede alimentar al mundo, eso es seguro. El hombre que me recibe este 25 de octubre de 2011 no es un izquierdista altermundista sospechoso de antiliberalismo primario. Profesor de la Universidad Tufts de Boston, dirige el Instituto de Desarrollo Global y Medio Ambiente, Timothy A. Wise, especialista en desarrollo y comercio internacional, razón por la cual la Organización Mundial del Comercio (OMC) le hace consultas de forma regular. En 2009, fue coautor de un informe titulado El futuro de la política comercial norteamericana. Lecciones del TLCAN, que remitió al Presidente Barack Obama, que se había comprometido durante la campaña electoral a reformar el tratado. Después, en 2010, publicó en colaboración con el Instituto Woodrow Wilson de Washington otro informe con un título carente de toda ambigüedad: El dumping agrícola del TLCAN. Estimaciones de los costes de las políticas agrícolas estadounidenses para los productores mexicanos. En este documento, considerado una referencia, “se examinan ocho productos agrícolas (maíz, soja, trigo, arroz, algodón; carne de vaca, de cerdo y de pollo), todos ellos generosamente subvencionados por el Gobierno estadounidense, que antes del TLCAN se producían en grandes cantidades en México y cuya exportación a los Estados Unidos a México aumentó considerablemente después del tratado… Entre 1997 y 2005, las exportaciones de cerdo aumentaron un 707%, las de vaca un 278%, las de pollo un 263%, las de maíz un 413%, las de trigo un 599%, las de arroz un 524%”.
–¿Por qué dice usted que Estados Unidos practica el dumping?
Si tenemos en cuenta la definición de la OMC, según la cual el dumping consiste en exportar productos por debajo del coste de producción, no hay menor duda de que el TLCAN fomenta el dumping – me respondió con firmeza Timothy Wise -. Por ejemplo, de 1997 a 2005 Estados Unidos vendió maíz a un precio un 19% más bajo que su coste de producción. Por medio de un mecanismo de subvenciones, muy elevadas en el período estudiado ( una media de 200 dólares por hectárea), Estados Unidos fomentó la superproducción para inundar México, lo que provocó el desmoronamiento del precio en un 66% en los mercados locales. A estas subvenciones en dinero contante y sonante, se añade otro tipo de subvenciones que yo denominaría indirectas y que se deben al hecho de que los grandes productores del Midwest no pagan por la contaminación que ocasionan, por ejemplo, la de las capas freáticas. El coste de estas externalidades negativas no se incluyen el precio del maíz exportado a México. A la inversa, no se recompensa a los pequeños productores mexicanos que practican la agroecología y mantienen la biodiversidad del maíz en sus campos, por el servicio que rinden a la humanidad, sino que además se las conceden a los productores que causan su muerte. Es evidente que los pequeños campesinos mexicanos no pueden resistir a este doble competencia desleal.
– ¿Cuál ha sido el coste del dumping para los campesinos mexicanos?
Junto con los investigadores del Instituto Woodrow Wilson, calculamos que las pérdidas de los campesinos mexicanos, en el caso de los ocho productos estudiados, asciende a 12.800 millones de dólares de 1997 a 2005. El sector más afectado es el del maíz, que registra la mitad de las pérdidas, y después la ganadería, que perdió 1.600 millones de dólares. En efecto, el dumping también se aplicó a la carne, ya que en Estados Unidos se alimenta al ganado con maíz y soja subvencionados.
– ¿Por qué no se alzó el Gobierno mexicano en contra de estas prácticas desleales?
¡Buena pregunta!- me respondió el investigador de Boston. De hecho, el TLCAN preveía para la liberalización del mercado del maíz un período de transición de catorce años, lo que permitiría a México, al menos hasta 2008, fijar unas tasas de importación que hubieran podido compensar el 19% del dumping. Pero el Gobierno mexicano rechazó aplicar esta cláusula y, por consiguiente, dejó a sus pequeños campesinos sin defensa…
–Pero, ¿por qué?
Otra buena pregunta – replicó Timothy Wise con una sonrisa triste-. La única explicación es que el TLCAN fuera concebido para beneficiar a las multinacionales estadounidenses como Cargill o Monsanto, pero también a las mexicanas como Maseca o AgroInsa. Y funcionó, puesto que México importa hoy un 34% del maíz que consume, lo que genera mucho negocio. Efectivamente, tres de cada cuatro tomates consumidos en Estados Unidos se producen ahora en invernaderos mexicanos ultramodernos, pero en términos de empleo fue una sangría: en México trabajaban en la agricultura 8,1 millones de personas en 1994 y hoy sólo lo hacen 5,8 millones. Y los empleos creados en el sector agroexportador, que se suponía iban a compensar en parte las quiebras de los campesinos, son trabajos estacionales y precarios. (1)
– ¿Cuál ha sido el impacto del TLCAN sobre la inmigración ilegal a Estados Unidos?
Los datos son difíciles de obtener ya que se tata de una inmigración ilegal, pero en general se calcula que el flujo de emigrante mexicanos fue de 500.000 a 600.000 personas al año hasta 2008, cuando se redujo a la mitad debido a la recesión.
–¿Qué ocurrió con el Informe que envió al Presidente Obama?
Nada -me respondió Timothy Wise con una mueca tímida-. Hay demasiado dinero en juego… Obama es incluso el Presidente que ha llevado a cabo la política más dura contra los sin papeles mexicanos, doblemente penalizados por el TLCAN a pesar de su enorme contribución a la economía estadounidense. (2)
Marie-Monique Robin
(1) Entre 1994 y 2003 se crearon 500.000 puestos de trabajo en la Industria, sector servicios y agroexportador.
(2) Estados Unidos tenía en 2011 unos 11 millones de inmigrantes indocumentados, de los cuales 6 millones eran mexicanos.
[i] Kevin Gallagher, Enrique Dussel Peters et Timothy A. Wise (dir.), The Future of North American Trade Policy. Lessons from NAFTA, Pardee Center Task Force Report, Boston University Frederick S. Pardee Center for the Study of the Longer-Range Future, novembre 2009.
[ii] Timothy A. Wise, Agricultural Dumping under NAFTA. Estimating the Costs of U.S. Agricultural Policies to Mexican Producers, Mexican Rural Development Research Report n° 7, Woodrow Wilson International Center for Scholars, Washington, 2010.
http://www.arte.tv/sites/fr/robin/2013/08/31/coup-de-gueule/
URL de este artículo 22.379
http://www.legrandsoir.info/colombie-coup-de-gueule.html