10 razones para estar preocupados ante el Acuerdo de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos (TTIP)

Por Kathryn Corlett, mayo de 2014

New Internationalist

Los opositores al TTIP se manifiestan contra el tratamiento de la carne de pollo con cloro, en Munich el pasado 1 de octubre.
Los opositores al TTIP se manifiestan contra el tratamiento de la carne de pollo con cloro, en Munich el pasado 1 de octubre.

Los críticos han calificado el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Europa como “la lista de los deseos de las Corporaciones”, y como “un cheque en blanco para las empresas estadounidenses”.

Los europeos pueden firmar contra este Tratado (TTIP), Iniciativa Ciudadana Europea contra el TTIP, en la siguiente dirección: http://stop-ttip.org/sign/

Extracto: Estos tratados son una amenaza, de modo que todo el mundo cierra filas en contra de ellos, desde los agricultores ecológicos de Alemania a los sindicatos del sector público de Malasia. Estos Tratados se pueden detener. Un tratado similar denominado Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI) fue paralizado por la ola de protestas que se produjeron en 1996. La UE ya está dando marcha atrás.

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¿Será recordado 2014 como el año de los grandes tratados supranacionales? Hazel Healy analiza los dos intentos de Estados Unidos de que así sea, en lo que se ha denominado como “la lista de los deseos de las Corporaciones”, y “un cheque en blanco para la empresas estadounidenses”.

Bajo la apariencia de estimular la economía mundial, dos Tratados de Libre Comercio se están negociando actualmente, que de firmarse decantaría el poder en favor de las Grandes Corporaciones.

Liderados por Estados Unidos, 12 Estados de Asia, Oceanía y América llevan cuatro años dándole vueltas a la Asociación Trans-Pacífico (TPP). Los otros 11 firmantes potenciales son Canadá, Australia, Nueva Zelanda/Aotearoa, Japón, Malasia, Vietnam, Brunei, Singapur, Chile, México y Perú.

Por otro lado, la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP) que Estados Unidos y la Unión Europea llevan negociando desde julio de 2013, negociaciones que continuarán durante los próximos dos años.

De firmarse ambos acuerdos, serían vinculantes y sus términos sólo podrían alterarse mediante el consenso de las naciones signatarias.

1.- Las negociaciones se llevan en secreto, sin conocimiento público

Este acuerdo se está negociando en el más absoluto secreto, de modo que los representantes elegidos no participan en las conversaciones. Lo que conocemos de los términos que se están negociando del Tratado se debe a las filtraciones a las que han tenido acceso algunos diputados, en concreto de los diputados alemanes en el caso del TTIP.

Los repetidos llamamientos para que se publiquen los términos discutidos hasta ahora del Acuerdo han sido en vano. Wikileaks, que ha difundido algunas filtraciones del TPP, está solicitando la colaboración abierta (crowdsourcing) para obtener cualquier nueva información.

En contraposición, la delegación comercial de Estados Unidos tiene más de 600 asesores de las Corporaciones, con acceso ilimitado a los borradores y redacciones previas (1).

Existe por tanto un menoscabo democrático en las negociaciones del Acuerdo, que seguramente no soportarían un escrutinio público.

2.- Sobre los acuerdos de Propiedad Intelectual (IP)

Se ha filtrado el capítulo sobre la Propiedad Intelectual del TPP, descubriéndose que las grandes Corporaciones de contenidos digitales están presionando para que exista un control más restrictivo sobre Internet y la imposición de elevadas multas por infracción de los Derechos de Autor.

Las Corporaciones quieren una armonización con las leyes que sobre la privacidad existen en Estados Unidos, y hacerse con los datos personales de los ciudadanos de la UE. Por otro lado, las Compañías Farmacéuticas están tratando de bloquear el acceso a los medicamentos genéricos.

3.- Aprobar el tratamiento con hormonas

El TTIP puede poner en peligro las regulaciones que sobre seguridad alimentaria existen en la UE, que Estados Unidos entiende como barreras al comercio que provoca mayores costes y retrasos. Así que podríamos ver en Europa la carne tratada con hormonas o la carne de pollo con cloro, que de momento sus leyes más estrictas no permiten en base a un mayor bienestar animal. Las normas sobre el uso de pesticidas también se pueden ver modificadas. Las Empresas de Biotecnología de Estados Unidos, donde proliferan los cultivos modificados genéticamente, quieren bloquear el etiquetado de los alimentos transgénicos en la UE.

4.- Demandas por parte de las Corporaciones

Ambos Tratados, el TPP y el TTIP, incluyen cláusulas abusivas sobre la protección de las inversiones, lo cual permitiría a las Corporaciones demandar a los Estados por aquellas leyes que pudieran ir en contra de sus intereses, incluyendo los beneficios que pudieran darse en un futuro.

Los intereses de las Grandes Corporaciones estarían por encima del interés público, tales como las leyes de protección del medio ambiente o la lucha contra la contaminación. Podrían presentar reclamaciones en los Tribunales Especiales Internacionales, pudiéndose derogar las decisiones de los tribunales nacionales, solicitando sanciones comerciales o compensaciones, sin que exista un límite a dichas pretensiones.

Esto no es algo nuevo del todo. Ya hay Empresas que están demandando a los Estados en virtud de las cláusulas de los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), con alrededor de 500 casos cada año. Por ejemplo, la Tabacalera Philip Morris está utilizando los TBI para solicitar demandas de miles de millones de dólares en Australia y Uruguay como compensación por las leyes contra el tabaco, lo cual es una muestra de lo que está por venir (2).

El TTIP y el TPP lleva los conflictos entre Corporaciones y Estados a nuevo panorama. Con el TTIP, 75.000 nuevas empresas estadounidenses y de la UE podrían demandar a los Estados.

Con un coste de por lo menos 8 millones de dólares en honorarios y otros gastos legales en los Tribunales, sea cual sea el resultado, el temor a un arbitraje tendría un efecto escalofriante en los intentos de aprobar normas de regulación, dejando a los Estados impotentes ante los nuevos riesgos que se pudieran presentar (1).

5.-Abrir el mercado a  empresas como SERCO

En virtud de lo Tratados, los Estados pueden verse obligados a dejar los servicios públicos, tales como educación y sanidad, en manos de las Corporaciones transnacionales. Las personas que están tratando de mantener, por ejemplo en Gran Bretaña el Servicio Nacional de Salud (NHS), están preocupados ante la perspectiva de que el TTIP permita a las grandes Corporaciones estadounidenses de Salud administrar estos servicios.

Los Tribunales ( véase el punto 4) permitirían una privatización irreversible, con una merma en la calidad de los servicios públicos. Canadá ya fue víctima de los acuerdos de Libre Comercio, el Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), siendo demandado por sus regulaciones medioambientales y en otros campos.

Las Empresas estadounidenses podrán competir por los contratos públicos en igualdad de condiciones que las empresas locales, abriéndose el mercado a la dominación por parte de unas pocas empresas transnacionales, como G4S y SERCO, que han copado los servicios de transporte y de seguridad.

6.- Precarización de los derechos laborales

Las leyes laborales existentes en Europa se ven como un inconveniente para las inversiones por parte de Estados Unidos y en Europa para aplicar las medidas de austeridad. Los sindicatos temen que las leyes europeas se adapten a los estándares estadounidenses, de modo que los trabajadores europeos perderían derechos. Los críticos del TPP temen cómo se van aplicar las normas de la Organización Internacional del Trabajo, e incluso si se tendrían en cuenta, y cómo se establecerían los convenios.

7.- Las empresas de fractura hidráulica, encantadas.

Las Empresas están utilizando el TTIP para impulsar una acomodación de las normas de regulación de la UE a las de Estados Unidos, que tienen unos niveles más bajos de protección del medio ambiente. Así que mientras los exportadores de productos alimenticios de la UE desearían reorientar la legislación sobre Protección de los Mamíferos Marinos de Estados Unidos, las Aerolíneas estadounidenses quieren modificar la normativa sobre emisiones de la UE, que establece lo que consideran injustas barreras comerciales. La normativa que supervisa los productos químicos y tóxicos también se podría ver minimizada.

Los Tribunales Especiales ( véase el Punto 4) podrían demandar a los Estados por sus pretensiones de limitar los daños ambientales. Es el caso de Costa Rica, que debido a la firma del TBI se enfrenta a una demanda de una empresa minera canadiense, Infinito Gold, que pretende conseguir mil millones de dólares en compensación por las pérdidas después de que los Tribunales rechazasen sus planes para explotar una mina de oro a cielo abierto en un bosque, cuando el 75% de la población ha mostrado su oposición a la misma. O el caso del gigante energético Vattenfal, que ha demandado a Alemania, en el marco del Tratado sobre la Carta de la Energía, por unos 700 millones de euros por la aprobación de normativas que pueden convertir a su planta térmica de carbón en inviable.

Y bajo el TLCAN, una empresa ha demandado a Canadá por valor de 250 millones de dólares después de que la provincia de Quebec prohibiese la fractura hidráulica.

8.- Menor regulación de las transacciones financieras

El centro neurálgico de Finanzas de la Ciudad de Londres es uno de los lobbies más fuertes a favor del TTIP. Tienen la esperanza de conseguir que se modifique la normativa, como la Ley Dodd-Frank de Estados Unidos, y las limitaciones de la UE sobre la especulación sobre los productos alimenticios básicos. Y también podemos olvidarnos de la Tasa Tobin sobre transacciones financieras.

9.- Falsas promesas

Ambos tratados se están vendiendo como la bala de plata que dará el necesario impulso a la economía mundial. Pero los ingresos, que se estipulan en 100 mil millones de dólares para la UE y en 5,6 mil millones de dólares para Nueva Zelanda, no están tan claros. La mayoría de estas optimistas predicciones vienen desde organizaciones a favor del tratado y de organizaciones empresariales. En contraste, un estudio independiente realizado en la Universidad de Manchester señala que estas predicciones son “muy exageradas y defectuosas”, mientras que la Comisión Europea ha sugerido que el TTIP podría provocar “pérdida de empleos y consolidar la desigualdad en Europa” (4).

Acuerdos anteriores, como el TLCAN, han supuesto la pérdida de 870.000 empleos en Estados Unidos, cuando se había dicho que se iban a crear 200.000 (El TPP ha sido descrito como el “TLCAN con esteroides”) (5).

Lo que se pretende es impulsar la agenda en favor de los mercados, ya que las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio están en punto muerto.

10.- Un plan para todo el mundo

Este tipo de tratados se están convirtiendo en el nuevo estándar de oro para futuros acuerdos comerciales. El TPP se ha definido como la base de acoplamiento para otras naciones de Asia y del Pacífico.

De ratificarse el Acuerdo, sería muy difícil que otros países desarrollen un modelo diferente, más sostenible, sin quedarse fuera del comercio con Estados Unidos, la UE y otros.

Es necesario movilizarse

Estos tratados son una amenaza, de modo que todo el mundo cierra filas en contra de ellos, desde los agricultores ecológicos de Alemania a los sindicatos del sector público de Malasia. Este Tratado se puede detener. Un tratado similar denominado Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI) fue paralizado por la ola de protestas que se produjeron en 1996. La UE ya está dando marcha atrás en la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP), y las negociaciones de los Estados del Pacífico están estancadas.

Todavía hay tiempo. Haga saber a sus representantes políticos que usted está en desacuerdo con lo poco que se va conociendo de los términos de la negociación, y haga correr la voz.

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Procedencia del artículo:

http://gmwatch.org/index.php/news/archive/2014/15703-10-reasons-to-be-worried-about-the-trojan-treaties

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Marta Sibina, de Cafeambllet, explica lo que es el TTIP y las razones para oponerse a él:

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