Proteger los cultivos con depredadores, no con venenos

Atraer a las aves de presa a los cultivos puede mantener a raya a los insectos, roedores y otros animales molestos, disminuyendo el uso de venenos y pesticidas.

Por Andy McGlashen, 15 de marzo de 2018

ehn.org

Los coches llenos de turistas que buscan los dulces y mermeladas locales son bienvenidos a la región de producción de la cereza del noroeste de Michigan. Pero otros visitantes también hambrientos son menos bienvenidos: gorgojos, moscas de la fruta, saltamontes y aves que causan un daño significativo a los cultivos.

El ampelis americano, los petirrojos americanos y otras aves por sí solas suponen para los productores de tartas y dulces de cereza más de 4,3 millones de dólares al año. Para proteger sus cultivos de las aves molestas, los agricultores de la fruta despliegan un peculiar arsenal.

Los cañones de propano asustan a las bandadas (y vecinos) mediante grandes explosiones, se graban llamadas de socorro de las aves, se pintan globos con los ojos amenazantes. Pero los inteligentes pájaros enseguida aprenden de estas artimañas y reanudan su festín.

Sin embargo, desde principios de la década de 1990, algunos horticultores han tenido mayor éxito con la ayuda de cooperantes naturales: cernícalos americanos, pequeños halcones que se instalan con entusiasmo cuando los agricultores colocan nidos y se aprovechan de una amplia variedad de plagas agrícolas. Para los agricultores, los depredadores brindan un importante servicio a bajo coste. Y para los cernícalos, el ave de presa más extendido por América del Norte, pero cuyo número se ha reducido a casi la mitad en el último medio siglo, tal hábitat es ideal.

Los productores de cerezas no son los únicos que forman estas alianzas con las aves. En un reciente artículo aparecido en la revista Agricultura, Ecosistema y Medio Ambiente, científicos de la Universidad Estatal de Michigan revisaron investigaciones pasadas y concluyeron que los agricultores que colocan estructuras para atraer aves a sus tierras, murciélagos y otros vertebrados, pueden aumentar sus ingresos, reducir el uso de pesticidas y conservar la fauna silvestre.

Catherine Lindell, bióloga y autora principal de artículo, dice:

Hay especies que, particularmente cuando viven en zonas agrícolas, nos brindan servicios, de los que a veces ni siquiera nos damos cuenta. Cuanto más comprendamos acerca de estos servicios que nos brindan, más podremos mejorar esos servicios brindándoles los recursos que necesitan”.

De Nueva Zelanda a California

Lindell y los coautores ponen varios ejemplos. Cuando los científicos reintrodujeron una especie de halcón nativo que estaba amenazado en los viñedos de Nueva Zelanda, expulsaron al 80% de las aves no nativas y redujeron el daño de los cultivos en un 95%, lo que supuso un ahorro para algunos viticultores de más de 300 dólares por hectárea. Otros investigadores descubrieron cernícalos que ayudaban a controlar a los roedores en los cultivos de España.

Las aves rapaces no son las únicas con las que se obtienen beneficios en el control de plagas: la instalación de cajas nido para el carbonero común, un pequeño pájaro cantor, reduce el daño producido por las orugas a la mitad en los manzanos de los Países Bajos; las áreas cercanas a las cajas de nidificación del pájaro azul en un viñedo de California tenían una menor cantidad de insectos herbívoros.

Otros investigadores están investigando las formas de gestiones las zonas agrícolas en general para atraer a las aves beneficiosas. Los estudios demuestran, por ejemplo, que colocar hábitat naturales, tales como setos en las tierras de cultivo, puede atraer a las aves que se alimentan de insectos dañinos.

Desde el año 2012, Lindell y la estudiante Megan Shave han estado trabajando para comprender mejor el papel que las aves rapaces pueden desempeñar para favorecer la industria frutícola de Michigan. Los resultados preliminares muestran que las aves que suponen una plaga son menos abundantes en los huertos protegidos por cernícalos. El daño que se evita en los cultivos sería suficiente para obtener unos 2,2 millones de dólares de ingresos adicionales, si todos los productores de cereza instalasen las cajas nido.

Valor anual estimado de la cosecha de cerezas en Michigan (en azul)
Valor estimado añadido a la cosecha por la colocación de cajas nido (en rojo)

A diferencia de los fuertes ruidos o los globos pintados, los cernícalos son una verdadera amenaza, y su sola presencia es suficiente para asuntar a las bandadas de aves dañinas, dijo el productor de cerezas Jim Nugent, quien instaló una caja nido en su huerto de Suttons Bay, Michigan, de 90 acres. El nido ha sido ocupado casi todos los años desde entonces.

Nuestros problemas con las aves han disminuido. Los cernícalos son bastante efectivos, y no requieren de muchos cuidados por parte del agricultor”, dijo.

Menos venenos y pesticidas

La idea no es nueva: el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos estableció una unidad de “ornitología económica” en la década de 1880 para estudiar las aves para el control de las plagas. Pero ese cuerpo se disolvió en 1940, es decir, por los años en los que los plaguicidas sintéticos, como el DDT, estaban haciendo su aparición en el mercado y se les aclamaba como la maravilla para el control de los insectos, que propagaban enfermedades y arruinaban los cultivos.

En la década de 1960, los científicos comenzaron a ver los graves efectos ecológicos de esos compuestos químicos. El famoso libro de Rachel Carson, Primavera silenciosa (pdf), de 1962, detallaba cómo el DDT afectaba a los huevos de las aves, de modo que sus cáscaras eran demasiado delgadas como para proteger a los polluelos, y su título hacía referencia a un futuro privado del canto de los pájaros. Una década más tarde, se prohibió el DDT, y las poblaciones de aves rapaces y otras aves comenzaron a recuperarse.

Pero otros pesticidas llegaron al mercado. Actualmente se usan más de mil millones de libras de pesticidas cada año, sólo en los Estados Unidos, y 5.600 millones de libras en todo el mundo. Los científicos señalan que cada vez hay más peligros potenciales para la salud por su uso generalizado, ya que ciertos pesticidas se han relacionado con cambios genéticos, cáncer, alteraciones endocrinas, trastornos nerviosos, problemas de salud mental y problemas reproductivos.

En respuesta, algunos productores e investigadores se han interesado cada vez más por los beneficios que pueden aportar las aves a los cultivos.

No está claro cuánto se podría disminuir la utilización de pesticidas por el empleo de depredadores naturales, dijo Lindell, quien describe a las aves beneficiosas como “una herramienta más dentro del juego disponible de herramientas” en un enfoque integrado de control de plagas.

Sin embargo, tanto ella como otros advierten que si los agricultores atraen depredadores a sus tierras de cultivo, deberían evitar la utilización de productos tóxicos para el control de las plagas, ya que los venenos pueden afectar a la cadena alimentaria y matar a los pájaros y otros animales. Un estudio realizado por el Estado de California encontró que las ¾ partes de las aves rapaces, gatos monteses, coyotes y otros animales silvestres mostraron la presencia de rodentocidas. Lisa Owens Viani, directora de Raptors Are the Solution, un proyecto que se lleva a cabo en California por parte de la OND Earth Island, un Instituto que intenta detener el uso de los rodenticidas, dijo:

A la gente le encanta pensar que puede disponer de veneno como una herramienta más, y les decimos que no pueden hacer ambas cosas. Creemos que es injusto colocar una caja para los búhos, atraerlos a un lugar donde se está utilizando venenos. En conclusión: ¿queremos que nos ayudan a controlar los roedores, o queremos envenenarlos?”.

Owns Viani dijo que, al menos en algunos casos, las aves rapaces son suficientes para controlar a los roedores. Hizo referencia a un reciente estudio realizado por el Distrito de Protección de Cuencas Hidrográficas del Condado de Ventura, en California, que trabaja para controlar a los roedores que excavan y pueden provocar daños a diques y represas. En los descubrimientos publicados en diciembre pasado, la agencia informó que los lugares donde habían instalado perchas para atraer a las aves rapaces tenían menores daños provocados por las ardillas que aquellas áreas tratadas con rodenticidas. El estudio pedía que se reemplazan los venenos por aves rapaces, y señalaban que el condado ahorraría 7.500 dólares al año por cada milla de dique.

En otro estudio realizado en California, las lechuzas formaron una colonia en el sitio de investigación después de que se instalaran nidos, con una población de 102 búhos en un viñedo de 100 acres. Las aves mataron a más de 30.000 roedores en el transcurso de tres temporadas de cría, con un menor coste que atraparlos o envenenarlos, dijo el investigador principal Mark Browning, un biólogo que anteriormente trabajaba en el Zoológico de Pittsburgh y que ahora es dueño de Barn Owl Company, que vende los nidos.

Eso sugiere, al menos en algunas situaciones, que los depredadores naturales podrían hacer innecesarios los rodenticidas, dijo.

Lo maravilloso de utilizar un animal como la lechuza común es que hacen su trabajo sin ningún tipo de presión. No tienes que despertarlas por la mañana o decirlas que no se mueven lo suficientemente rápido. Y la presión que ejercen las lechuzas sobra la población es implacable, particularmente en el momento en el que los roedores están aumentado su número”.

Simplemente, no se trata de ningún inconveniente

Como horticultor retirado del Servicio de Extensión Agrícola del Estado de Michigan, Nugent dijo que las cajas nido de los cernícalos son una de las razones por las que ha observado que otros agricultores han abandonado el uso de rodenticidas para matar a los ratones de campo, ratones que pueden matar a los árboles frutales mordiendo su corteza y las raíces.

Los cernícalos migratorios deberían regresar a las tierras de cultivo de Nugent aproximadamente en un mes, donde encontrarán virutas de madera fresca, que puso cuando limpió el nido en otoño. Esta tarea anual es prácticamente el único mantenimiento necesario para mantener a los trabajadores alados dispuesto a realizar su tarea.

No es un proyecto muy grande. Simplemente, no se trata de ningún inconveniente”, dijo.

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