Las Corporaciones Farmacéuticas gobiernan las Industrias Sanitarias del mundo

Por el Dr. Gary G. Kohls, 19 de septiembre de 2018

Global Research

Tengo un libro visiblemente subrayado en mi biblioteca que se escribió en 1995, por David C. Korten. Se titula «Cuando las corporaciones gobiernan el mundo». Alrededor de la fecha en la que se publicó el libro, yo era médico de familia de un pueblo pequeño, y todavía trataba de seguir con ahínco el Juramento Hipocrático, que realicé en 1968. También seguía tratando de respetar el derecho inalienable de mi paciente a estar completamente informado sobre los riesgos y beneficios de cualquier medicamento que estuviera considerando prescribir antes de que él o ella diera su consentimiento para la prescripción. Suponía mucho tiempo seguir esos principios éticos.

Korten escribió posteriormente otro libro1999, que tituló «El Mundo Post-Corporativo». He aquí un extracto de la página 7 de la secuela que resume muy bien sobre lo que trataba de advertir a sus lectores:

«Nuestra implacable búsqueda del crecimiento económico está acelerando la desintegración de los sistemas de soporte de vida del planeta, intensificando la competencia por los recursos, ampliando la brecha entre ricos y pobres, y socavando los valores y las relaciones de la familia y la comunidad. La creciente concentración de poder en las corporaciones globales y las instituciones financieras está despojando a los gobiernos -democráticos y de otro tipo- de su capacidad para establecer prioridades económicas, sociales y ambientales en un interés común más amplio.

Impulsadas por una firme apuesta por la obtención de beneficios cada vez mayores en provecho de sus inversores, las corporaciones globales y las instituciones financieras han convertido su poder económico en poder político. Ahora dominan los procesos de decisión de los gobiernos y están reescribiendo las reglas del comercio mundial a través de los acuerdos internacionales de comercio e inversión para permitirse ampliar sus beneficios sin tener en cuenta las consecuencias sociales y ambientales que acarrea para la sociedad en general. Seguir con el negocio como de costumbre conducirá casi con toda seguridad al colapso económico, social y ambiental.

En gran medida, el problema se origina en los Estados Unidos. Sus representantes son los principales mercaderes de las falsas promesas del consumismo y los principales defensores de la desregulación del mercado, el libre comercio y las políticas de privatización que están avanzando en la consolidación global del poder corporativo y la correspondiente corrupción de las instituciones democráticas.

Resolver la crisis depende de las sociedades civiles, movilizándose para reclamar el poder que las corporaciones y los mercados financieros globales han usurpado. Nuestra mayor esperanza para el futuro radica en las economías de propiedad y gestión local que dependen predominantemente de los recursos locales para satisfacer las necesidades de subsistencia de sus miembros de manera que se mantenga un equilibrio con la tierra. Este cambio en las estructuras y prioridades institucionales puede abrir el camino para eliminar la privación y la desigualdad extrema de la vida humana. Instituir una verdadera democracia ciudadana y liberar el potencial no realizado para el crecimiento individual y colectivo y la creatividad».

En 2005, Wade Rowland escribió un libro titulado «Avaricia, Inc. por qué las corporaciones gobiernan nuestro mundo». Entre otros libros de temática similar en los estantes de mi biblioteca que advierten sobre los males del capitalismo global se encuentran «Wall Street and the Rise of Hitler» (1976) de Antony Sutton y de Willian Greiden, “Quien se lo dirá al pueblo: La Traición de la Democracia Americana» (1992)”.

Me entristece admitir que llegué tarde a comprender que lo que estos autores estaban advirtiendo a sus lectores en sus libros es lo siguiente: los males del capitalismo global también se aplican a las industrias médica, psiquiátrica, pediátrica, familiar, farmacéutica, de vacunas, de dispositivos médicos, etc., cada una de las cuales una vez fue controlada por los médicos y por lo tanto se adhirió al juramento de «primero no hacer daño»: el Juramento Hipocrático que todos los médicos hacen cuando se gradúan de la facultad de medicina. Los tiempos han cambiado, y no para la mejora de nuestra profesión o de nuestros pacientes.

Tres décadas después de mi práctica de medicina (más o menos en la época en que Korten escribió su libro), sufrí la adquisicion hostil de mi pequeña clínica de medicina familiar rural, de propiedad y funcionamiento independiente, en Pine River, Minnesota. La adquisición fue organizada por una nueva entidad corporativa llamada Essentia Health, una sucursal de la cual estaba ubicada en Brainerd, MN, una comunidad más grande a 30 millas al sur de mi clínica donde se encontraba el hospital del área. Más tarde, Essentia se convertiría en un centro de poder médico corporativo con sede en Duluth, con decenas de centros con fines de lucro en Minnesota, Wisconsin, Dakota del Norte e incluso en Idaho.

En el momento de la adquisición, todavía me esforzaba por cumplir con el Juramento Hipocrático y el Principio de Consentimiento Informado, pero mi gerente de negocios siempre se quejaba de que pasaba «demasiado tiempo» con mis pacientes. (Y mi familia se quejaba comprensiblemente de que pasaba demasiado tiempo después de las horas en la clínica terminando de hacer los gráficos. Sin embargo, mis pacientes no se quejaron, y eso fue lo que me pareció importante. Decidí dejar esa práctica antes de que Essentia tomara el control de la clínica. No creo que hubiera tolerado trabajar para Essentia durante mucho tiempo).

«Essentia Health es un sistema de salud integrado que atiende a pacientes en Minnesota, Wisconsin, Dakota del Norte e Idaho.

Con sede en Duluth, Minnesota, Essentia Health combina las virtudes y el talento de 14.700 empleados, entre los que se incluyen más de 1.900 médicos y profesionales avanzados, que sirven a nuestros pacientes y comunidades cumpliendo una misión diferente en relación con la salud de las personas.

Essentia Health, que incluye muchas instalaciones católicas, se guía por los valores de Calidad, Hospitalidad, Respeto, Alegría, Justicia, Administración y Trabajo en Equipo. La organización cumple su misión al tener un enfoque centrado en el paciente en 15 hospitales, 74 clínicas, seis centros de atención a largo plazo, tres centros de vida asistida, tres centros de vida independiente, cinco servicios de ambulancia y un instituto de investigación».

No habían pasado muchos años desde mi graduación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota cuando me sentí incómodo con la política de la Asociación Médica Americana e incluso con mi Academia de Medicina Familiar de Minnesota, la cual -a pesar de sus florecientes proclamaciones de ser organizaciones altamente éticas en las que el paciente se encontraba en primer lugar- más tarde comprendí que se trataba principalmente de grupos de trabajo de presión para lograr que cualquier tipo de legislación o de nueva tecnología fuera considerada como provechosa para la industria.

Pero me tomó tiempo darme cuenta de lo mucho que las grandes empresas farmacéuticas estaban controlando la profesión médica. Supongo que mi primera pista fue la prevalencia de los vendedores y vendedoras (a quienes llamábamos «visitadores médicos») de todas las compañías farmacéuticas o de dispositivos médicos imaginables que se dirigían a mí para que les recetara su medicamento o producto más reciente, protegido por patente y, por lo tanto, el más caro.

Los visitadores médicos siempre se las arreglaron para ser muy amables – como todos los vendedores de éxito – con todos los miembros del personal de la clínica. Los representantes siempre estaban bien vestidos, eran atractivos (especialmente las mujeres) y siempre venían con regalos y muestras de medicamentos gratis de sus productos – como un incentivo para que yo entregara sus muestras a algunos de mis pacientes, quienes luego se esperaría que regresaran para una visita de seguimiento al consultorio y una posible receta de por vida que el paciente esperaría que (para la compañía farmacéutica) fuera prescrita indefinidamente. Más tarde me di cuenta de que el visitador médico obtendría una parte de las ganancias mientras el paciente continuara tomando la medicación, lo que explicaba el entusiasmo de los visitadores. Los mejores visitadores médicos ganaban más dinero que la mayoría de los médicos a los que se dirigían y que seducían para recetar los medicamentos de su empresa. Por supuesto, los directores generales ganaban decenas de millones de dólares con las mismas ventas, y yo contribuía a sus planes.

El visitador médico también me dejaba a menudo artículos de revistas médicas de aspecto oficial que supuestamente proporcionaban «evidencias» de las maravillas del nuevo fármaco. Por supuesto, rara vez tuve tiempo de leer estos folletos reimpresos con detenimiento o escepticismo. Fue mucho más tarde que descubrí que muchos de estos artículos fueron escritos por escritores pagados por la Industria Farmacéutica y/o publicados en revistas opacas que a menudo eran ilegítimas o incluso inexistentes.

Podría contar cien historias similares sobre la astucia de las enormes multinacionales médicas/farmacéuticas/vacunas «Corporaciones que gobiernan el mundo de la salud» que explicarían por qué he perdido el orgullo que una vez tuve en mi honorable profesión y ahora estoy avergonzado por la gradual aquiescencia de mi profesión a las codiciosas corporaciones globales que cumplen con la definición de entidades sociopáticas. Siendo sociópatas, los portavoces de la Industria Farmacéutica no pueden evitar ser mentirosos en serie cuando tratan de vender a los médicos los llamados «beneficios» de sus inasequibles productos patentados y de sobreprescripción, que se anuncian tan intensamente en la televisión que los pacientes llegan exigiendo que se les prescriba el medicamento, la vacuna u otro producto más reciente que no ha sido sometido a pruebas, siempre y cuando no tengan que pagarlos de su bolsillo.

Las campañas de propaganda de las grandes farmacéuticas son mucho más potentes hoy que en los días previos a mi jubilación, hace una década. Por lo menos por aquel entonces no había medicamentos (orales o inyectables) que costaran decenas de miles de dólares al año. ¡Ahora hay docenas y docenas de medicamentos que pueden costar entre 60.000 y 120.000 dólares al año! Incluso los pacientes ricos se negarían a pagar de su bolsillo por tales medicamentos, por lo que las compañías de seguros se ven obligadas a aumentar drásticamente las tarifas de las primas. Y los sociópatas de la Industria Farmacéutica no tienen sentimientos de culpa. Es la forma en que se hacen los negocios.

Lo que más me duele es ser testigo de la enorme influencia que tienen las campañas de propaganda masiva tanto sobre los prescriptores de los medicamentos y vacunas como sobre los pacientes, a pesar de la enorme cantidad de información científica válida que nunca se anuncia o incluso se escribe sobre ella en los medios de comunicación tradicionales, que son adictos a las enormes sumas de dinero de las grandes farmacéuticas e Industria de las Vacunas.

El inmenso poder financiero que las corporaciones farmacéuticas y de vacunas sin alma han tenido ha sido abrumador, gracias a los enormes presupuestos de publicidad y a la realidad de los miles de periodistas médicos no científicos que escriben sobre lo que la corporación les da de comer.

Dar poca importancia al principio del consentimiento informado es legal hoy en día, ya que existe otro principio llamado «Estándar Comunitario de Atención» que es un principio legal que no tiene nada que ver con la ética médica. No recuerdo que me enseñaran sobre eso cuando fui a la escuela de medicina. Abajo hay una definición de «estándar de cuidado» que encontré en Internet:

«En términos legales, (el estándar de atención es) el nivel al que el proveedor médico promedio y prudente de una comunidad determinada ejercería. Es la forma en que los médicos calificados de manera similar habrían administrado la atención del paciente en las mismas circunstancias o en circunstancias similares. El demandante por negligencia médica debe establecer el estándar de atención adecuado y demostrar que el estándar de atención ha sido vulnerado».

En otras palabras, el nivel de atención en una comunidad podría considerarse mala praxis en otra comunidad, dependiendo de lo que se considere normal o promedio. Así que un paciente víctima de mala praxis en una comunidad no podía demandar por mala praxis si el médico «culpable» estaba practicando de una manera que se consideraba normal o promedio en esa comunidad.

Los principios capitalistas corruptos – incluyendo la necesidad de que el médico individual sea altamente «eficiente» y «rentable» y «rápido» – han ido asumiendo gradualmente la una vez honorable práctica de la medicina. Cumplir con el principio del Consentimiento Plenamente Informado lleva demasiado tiempo cuando hay docenas de efectos adversos potenciales de cada medicamento o vacuna que deben ser explicados en detalle al paciente. Esos efectos adversos incluyen reacciones inmediatas; reacciones retardadas (que a menudo no son reconocidas[e incluso negadas ilógicamente y diabólicamente] por el médico); incapacidad permanente; e incluso la muerte.

A ningún médico empleado por una gran corporación de salud se le permite el valioso tiempo para explicarle al paciente acerca de los muchos eventos adversos potenciales, por lo que a los médicos y enfermeras se les ha dicho por parte de sus gobernantes corporativos que sólo mencionen un puñado de los problemas. Dar poca importancia a informar plenamente a los pacientes sobre los efectos secundarios y luego obtener el consentimiento informado (firmado o no) del paciente ha evolucionado hasta convertirse en lo que es un nuevo estándar de atención en la mayoría de las comunidades.

Esencialmente, todas las grandes corporaciones de salud, farmacéuticas y de vacunas son administradas por personas que no son médicos y que tienen títulos de Maestría en Administración de Empresas (MBA, por sus siglas en inglés).

A continuación hay una serie de citas que se refieren a los problemas éticos e incluso a las actividades delictivas de las corporaciones relacionadas con la medicina que han tomado el control de lo que antes eran esfuerzos éticos.

Que el prescriptor y los pacientes tengan cuidado.

«La corporación es un verdadero monstruo de Frankenstein – una persona artificial enloquecida, responsable sólo de su propio ser sin alma….representando al capitalismo en su estado más puro, completamente indiferente a cualquier cosa que no sea ganancia y poder.» – William Dugger, autor de Corporate Hegemony.

«La profesión médica está siendo absorbida por la industria farmacéutica (y de vacunas), no sólo en términos de la práctica de la medicina, sino también en términos de enseñanza e investigación. Las instituciones académicas de este país se están permitiendo ser los agentes pagados de la industria farmacéutica. Creo que es vergonzoso». – Arnold Seymour Relman, MD (1923-2014), profesor de medicina de Harvard y ex editor jefe del New England Journal of Medicine

«El caso contra la ciencia (corporativa) es sencillo: gran parte de la literatura científica (y médica), quizás la mitad, puede ser simplemente falsa. Basada en estudios con pequeños tamaños de muestra, efectos minúsculos, análisis exploratorios no válidos y flagrantes conflictos de intereses, junto con una obsesión por seguir tendencias de moda de dudosa importancia, la ciencia ha dado un giro hacia la oscuridad». Richard Horton, MD, redactor jefe de la prestigiosa revista médica británica The Lancet

«La ‘ciencia’ controlada por la industria no es realmente ciencia, sino una cortina de humo para allanar el camino a productos que pueden ser dañinos, pero ¿qué les importa mientras se beneficien? Hay muchos grandes científicos, pero también hay algunos que están dispuestos a ser contratados para `probar’ que algo no causa cáncer, o que algo es `seguro’. No puedes confiar en la EPA, la FDA o la ciencia que depende de la Industria». – Blogger

«La única vez que la palabra «cura» ya no se usa es por parte de organizaciones de investigación corporativas (y grupos de defensa de pacientes) cuando solicitan fondos de la gente durante sus campañas anuales de beneficencia o sus «caminatas por la curación». Claramente todos los incentivos financieros son para montar una interminable e infructuosa búsqueda de la cura sin llegar a encontrarla». – cita de www.healingmatters.com

«Las transcripciones de las reuniones del Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización (JCVI, por sus siglas en inglés) también muestran que algunos de los miembros del Comité tenían amplios vínculos con las compañías farmacéuticas y que la JCVI cooperaba frecuentemente con los fabricantes de vacunas en las estrategias destinadas a impulsar la aceptación de la vacuna. Algunas de las reuniones en las que se discutieron estos temas controvertidos no tenían la intención de estar disponibles al público, ya que las transcripciones sólo se publicaron más tarde, a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés). Estas reuniones en particular se señalan en las transcripciones como » confidenciales comerciales » y revelan una clara y preocupante falta de transparencia, ya que parte de la información fue eliminada del texto (es decir, los nombres de los participantes) antes de la publicación de la transcripción en la sección FOI del sitio web de la JCVI». – Lucija Tomljenovic, PhD

«Simplemente, ya no es posible creer en gran parte de la investigación clínica que se publica, o confiar en el juicio de los médicos de confianza o en las pautas médicas autorizadas. No me complace esta conclusión, a la que llegué lenta y reticentemente durante mis dos décadas como editor de la New England Journal of Medicine (NEJM)». – Dra. Marcia Angell, ex editora en jefe del NEJM

«Los llamados ‘vacunólogos’ están tan cegados por su obsesión por obligar a vacunar a la sociedad que ni siquiera consideraron que podría haber factores que pudieran afectar en gran medida a la salud humana… a los ‘vacunólogos’ les gusta pensar en términos concretos, es decir, tienen un pensamiento muy estrecho y llevan anteojeras que les impiden ver los numerosos problemas que se producen con un gran número de vacunaciones en bebés y niños. Su objetivo en la vida es vacunar a tantas personas como sea posible con un número cada vez mayor de vacunas». – Russell Blaylock, MD

«Durante dos años, he trabajado con un equipo de médicos e investigadores científicos respetados para reunir todos los estudios publicados sobre el timerosal, el conservante de vacunas a base de mercurio que aún está presente en concentraciones peligrosas en las vacunas contra la gripe de los Estados Unidos y en las vacunas pediátricas en todo el mundo. Hemos reunido y analizado cerca de quinientos estudios epidemiológicos publicados, farmacológicos, toxicológicos, clínicos, animales y humanos en publicaciones líderes. Estos estudios involucran abrumadoramente al timerosal en una serie de lesiones neurológicas, incluyendo TDAH, TDAH, retraso del habla, retraso del lenguaje, tics, trastorno de miseria y autismo».Robert F. Kennedy, JR

«La FDA está ahí para servir a la industria farmacéutica. NO está ahí para servir al público». Dr. David Graham, alto funcionario de la Oficina de Seguridad de Medicamentos de la FDA (2005)

«No se va a resolver el problema de las enfermedades contagiosas de los niños inmunodeprimidos que crecen en condiciones espantosas sometiéndolos a un aluvión de vacunas….lo primero que hay que hacer -antes de vacunarlos en exceso- es proporcionarles condiciones de vida higiénicamente controladas, agua dulce, saneamiento, buena nutrición, etc.». – John D. Stone.

«Si hemos sido embaucados el tiempo suficiente, tendemos a rechazar cualquier evidencia del embaucamiento. Ya no estamos interesados en averiguar la verdad. El embaucador nos ha cautivado. Es demasiado doloroso reconocer, incluso para nosotros mismos, que hemos sido » secuestrados. Una vez que le das a un charlatán poder sobre ti, casi nunca lo recuperas». Carl Sagan, autor de «The Demon-Haunted World: La ciencia como una vela en la oscuridad»

«El mercurio a un mes de edad no es lo mismo que el mercurio a los tres meses, a los 12 meses, el mercurio prenatal, más tarde el mercurio. Hay toda una gama de resultados plausibles del mercurio». Cuando se le preguntó sobre el riesgo de toxicidad de los adyuvantes de aluminio, Verstraeten declaró: «los resultados fueron casi idénticos a los del etilmercurio.» Dr. Tom Verstraeten, epidemiólogo principal de los CDC

» Es preocupante que el efecto de las vacunas rutinarias sobre la mortalidad por todas las causas no se haya probado en ensayos aleatorios. Toda la evidencia actualmente disponible sugiere que la vacuna DTP puede matar a más niños (por otras causas) de los que salva de la difteria, el tétanos o la tos ferina. Aunque una vacuna puede proteger a los niños contra la enfermedad en cuestión, al mismo tiempo puede aumentar la susceptibilidad a infecciones no relacionadas». – Dr. Peter Aaby

«En el campo de la toxicología química se reconoce universalmente que las combinaciones de toxinas pueden traer incrementos exponenciales de toxicidad; es decir, una combinación de dos químicos puede traer un incremento de 10 veces la toxicidad, tres químicos 100 veces mayor. Este mismo principio se aplica casi con toda seguridad a los efectos inmunosupresores de las vacunas virales cuando se administran en combinación, como en el caso de la vacuna triple viral, entre las que se sabe que la vacuna contra el sarampión es excepcionalmente inmunodepresora». – Harold Buttram, MD

«Antes de la eliminación del mercurio (antes de 2000), los bebés recibían 3.925 microgramos (mcg) de aluminio en su primer año y medio de vida. Después de que las vacunas neumocócica y contra la hepatitis A se añadieron al programa de vacunación, los bebés comenzaron a recibir 4.925 mcg de aluminio durante el mismo período de edad, un aumento del 25%. En 2011, los CDC recomendaron que las mujeres embarazadas reciban la vacuna contra la tos ferina (Tdap), que también contiene aluminio. Los estudios demuestran que el aluminio atraviesa la placenta y se acumula en el tejido fetal. Por lo tanto, millones de bebés en el útero, bebés y niños pequeños fueron inyectados con, y continúan recibiendo, dosis anormalmente altas de sustancias neurotóxicas – mercurio y aluminio – mucho después de que padres desprevenidos fueran llevados a creer que las vacunas fueron purificadas y se hicieran seguras». – Neil Z. Miller

«Quien controla el pasado controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado.»George Orwell

El Dr. Kohls es un médico jubilado que ha practicado el cuidado holístico de la salud mental durante la última década de su carrera. En su práctica, a menudo se ocupó de las horribles consecuencias psicológicas de los veteranos (y civiles) que habían sufrido traumas psicológicos, neurológicos y/o espirituales durante incidentes de violencia (incluyendo entrenamiento básico y combate).

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