Las vacas de la Intifada

Por Abby Zimet, 3 de julio de 2015

Common Dreams

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Para que no olvidemos las humillaciones diarias y los absurdos a los que llega la ocupación israelí, y las a veces ingeniosas formas en las que los palestinos ejercen una resistencia no violenta, la película The Wanted 18, que mezcla animaciones con plastilina, acción en vivo, entrevistas, y vacas que hablan, recrea la asombrosa historia de la persecución israelí de 18 vacas compradas por los residentes de la pequeña aldea cisjordana de Beit Sahour, que decidieron formar un colectivo y dejar de comprar leche a las empresas israelíes, en búsqueda de una mayor autosuficiencia. Un homenaje a la lucha desde la base, el activismo en un momento en el que “los palestinos decidieron poner en práctica la desobediencia civil”. La película comienza con la voz del narrador: “Se trata de Beit Sahour, tal y como era durante la Intifada de 1987. Este es mi ciudad, estas son mis gentes, las 10.000 personas que crearon un quebradero de cabeza a los israelíes”.

En las entrevistas, los residentes explican que no querían comprar la leche a la empresa israelí Tnuva, “sino que querían producir su propia leche para las necesidades de los niños y de la población. Un grupo de palestinos, dirigidos por el profesor de secundaria Jalal Oumsieh, compraron 18 vacas de una granja cercana, y poco a poco fueron aprendiendo el arte de ordeñar vacas, incluso enviaron a uno de sus miembros a Estados Unidos para que aprendiera las técnicas de producción de leche. La empresa fue un éxito, y rápidamente empezaron a suministrar leche a todo el pueblo, y las vacas, cada una con su nombre, se convirtieran en auténticas celebridades locales. Israel quería cortar de raíz cualquier manifestación de independencia de un pueblo que creía subyugado. El panadero Nassim Hilal dijo: “Esto representaba un desafío al control israelí”.

El Gobernador militar se introdujo un día con los soldados, tomaron fotos de cada una de las subversivas vacas, declarándolas “un peligro para la seguridad del Estado de Israel”, y dieron un ultimátum de 24 horas para que los habitantes de Beit Sahour clausuraren la granja. Así que la leche pasó a la clandestinidad, con las vacas convertidas en prófugas de la ley, aunque continuaron produciendo la leche de la Intifada. A partir de ahí las cosas empezaron a complicarse. La juventud galvanizó su descontento y empezó a realizar pintadas instando a un boicot de los productos israelíes. Cientos de soldados israelíes registraron casa por casa, mientras que los helicópteros sobrevolaban la ciudad. Este pequeño experimento en busca de una independencia económica, señala el director de la película palestina, Amer Shomali, viene a reflejar lo que supone la ocupación: “personas traumatizadas que viven bajo el control paranoico de un ejército”.

Una producción de Canadá, Palestina y Francia, Shomali realizó The Wanted 18 junto al veterano director canadiense Paul Cowan, contando la historia desde la perspectiva de las autoridades militares israelíes, la gente del pueblo, las vacas, que hablan con voz suave y torpe. Con 33 años de edad, Shomali escuchó por primera vez la historia de las vacas de Beit Sahour cuando era un niño que crecía en los campos de refugiados de Siria. Estaba obsesionado con los cómics y los superhéroes: “Encontré un libro de historietas sobre Beit Sahour, y por primera vez leía un cómic en el que los superhéroes podían ser los miembros de mi familia, yo mismo, o mis primos. Mientras que le aterrorizaba la idea de hacer una película divertida sobre una ocupación que carece de gracia, pensó que el humor es la forma de ver las cosas por parte de un dibujante. Es más, creo que un país que no se ríe de sus propias heridas nunca podrá recuperarse de ellas”.

La película, promovida por grupos culturales árabes y por ONG, ha sido aclamada y ha recorrido numerosos festivales internacionales y estrenada en el Human Rights Watch Festival. Un crítico ha dicho de la película: “hermosa, significativa y extraña”. Shomali dice que esta lección debe servir de ejemplo para la generación actual de palestinos, que a menudo quedan atrapados entre dos posiciones: “una, la de ser víctima de la ocupación, el capitalismo y la pobreza; la otra, el radicalismo”. Ofrece otra opción, una Tercera Intifada, “ donde las personas quieran recuperar el dominio de su vida, su futuro y construir su propia comunidad. Quiero que la gente vea la película y observe una cara diferente de los palestinos… Quiero que nos comprendan mejor y que sepan lo que supone vivir bajo una ocupación. Quiero que haya empatía. Quiero la audacia de pensar. ¿Qué haría yo de ser un palestino, si quiero tener una vaca y alguien me lo impide? Y quiero que los palestinos no pierdan la esperanza”.

The Wanted 18 abrió el mes pasado el festival de Nueva York y Los Ángeles. Shomali no pudo estar presente: se le denegó un visado para viajar a Estados Unidos por considerársele una “amenaza para la seguridad”.

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Procedencia del artículo:

http://www.commondreams.org/further/2015/07/02/intifada-milk-we-are-palestinians-we-deserve-have-home-we-deserve-have-our-land

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