Por Felicity Arbuthnot, 28 de diciembre de 2013
Israel podría convertirse en exportador de gas y petróleo si todo va según lo previsto. El gran campo de gas natural Leviatán, situado en el Mediterráneo Oriental, descubierto en 2010, es mencionado muy a menudo como “La costa de Israel”.
Este campo de gas es “el más importante que se ha encontrado en la zona de la cuenca de Levante, abarcando unos 83.000 kilómetros cuadrados de la región del Mediterráneo Oriental”.
Junto con el campo de Tamar, que se encuentra en el mismo lugar, descubierto en 2009, las perspectivas son muy halagüeñas para las necesidades energéticas de Israel, y para Houston. Las empresas que realizan las exploraciones son Noble Energy, Delek Drilling, Aver Oil Exploration y Ratio Oil Exploration.
También participa la empresa australiana de Perth, Woodside Petroleum, que ha firmado un acuerdo de entendimiento con una participación del 30% en el proyecto, que en las negociaciones se describe como un acuerdo “de arriba hacia abajo”. De todos modos se especula que Woodside podría retirarse del proyecto “ya que los planes originales se establecieron en un momento de relaciones tensas entre Israel y Turquía. Pero eso ha cambiado, y este gas podría exportarse canalizándolo a través de Turquía”.
Las reservas del campo Leviatán se estimaban en unos 16700 mil millones de pies cúbicos de gas, pero ahora se estiman en unos 19 billones:
“Hemos descubierto casi 40 billones de pies cúbicos de gas, de los cuales 19 billones de pies cúbicos pueden destinarse a la exportación a los mercados regionales y extrarregionales. Las exportaciones podrían alcanzar 2 mil millones de pies cúbicos diarios en la próxima década. Y continuamos con las exploraciones”, declaró el Vicepresidente de Noble Keith Elliot. También se estima que puedan existir 600 millones de barriles de petróleo, según Michael Economides de energytribune.com.
Woodside Petroleum también podría mostrarse reacia a involucrarse en nuevos conflictos, como el que mantiene el Gobierno australiano con Timor Oriental por la extracciones de yacimientos energéticos y de minerales en el Mar de Timor, que incluso ha llevado a Timor Oriental a acusar a Australia “de incordiar a sus funcionarios durante las negociaciones del acuerdo”.
El conflicto de Woodside en Timor Oriental puede no ser nada en comparación con lo que puede entrar en erupción en los campos Leviatán y Tamar. La zona es la denominada Cuenca de Levante. Israel reclama los yacimientos como propios, pero sólo una parte de los mismos se encuentran bajo la jurisdicción de Israel, como se muestra claramente en este mapa y aquí:
Todavía queda mucho por explorar, pero de los yacimientos descubiertos hasta el momento la mayor parte se encuentran en la Franja de Gaza y en Cisjordania, en las aguas territoriales del Líbano y de Siria, que también reclaman la parte que les corresponde.
Como medida preventiva, el mismo día de Navidad, Siria firmó un acuerdo con Rusia para explorar 2190 kilómetros cuadrados. El acuerdo dice: “La financiación correrá a cargo de Rusia, y si el gas y el petróleo descubiertos tienen uso comercial, Moscú recuperará los costes de exploración”.
El Ministro de Energía de Siria, Ali Abbas, dijo que el contrato tiene una duración de “25 años, con varias etapas”.
Siria, cada vez más paralizada por las sanciones internacionales, ha visto reducida su producción de petróleo en un 90% desde el comienzo del conflicto en marzo de 2011. La producción de gas se ha reducido casi a la mitad, de 30 millones de metros cúbicos al día ha pasado a 16.7 millones de metros cúbicos diarios.
El acuerdo entre Siria y Rusia es el resultado de varios meses de negociaciones entre los dos países. Rusia, uno de los principales partidarios del Gobierno sirio, también quiere su parte de la riqueza energética de la Cuenca de Levante.
Líbano está en disputa por su frontera marítima con Israel, presentando su propio mapa en una reclamación presentada ante la ONU en 2010. Israel afirma que Líbano está dispuesto a otorgar licencia de explotación de gas y petróleo en una zona que Israel reclama como su “zona económica exclusiva”.
El envío por parte de Estados Unidos, bajo la apariencia de un intermediario honesto, del Vicepresidente Joe Biden como negociador en este conflicto fronterizo, tendría su gracia si no fuera porque Israel está dispuesto a atacar de nuevo a su vecino. En su visita a Israel en marzo de 2010, Biden dijo: “No hay nada que separe a Estados Unidos de Israel en lo que respecta a su seguridad, nada en absoluto”. Y cuando llegó a Israel: “No hay nada como estar en casa”.
Tras décadas de mediar en las conversaciones de paz entre Israel y Palestina por parte de Estados Unidos, sólo se han visto obstáculos, comportamiento unilateral y duplicidad. Los problemas están a la vista.
Y Leviatán es uno de los siete príncipes del Infierno.
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Procedencia: http://dissidentvoice.org/2013/12/gas-oil-and-trouble-in-the-levant/#more-52369