¿Quiénes son los responsables por el derrame de petróleo de BP en el Golfo de México?

BP y sus contratistas son los principales responsables, pero las autoridades de la Casa Blanca también lo son.

Por Dominic Rushe, 2 de marzo de 2013

Common Dreams

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Ha sido una mala semana para BP en Nueva Orleans. Un fracaso en la gestión y una reducción de los costes, trajo consigo en 2010 la explosión de la plataforma petrolífera, según se dijo esta semana en el juicio civil por el desastre de la Deepwater Horizon.

Tres años después de la tragedia en que murieron 11 personas y se provocó el peor derrame de petróleo de la historia de Estados Unidos, el impacto todavía continúa bajo el abismo de cifras alarmantes de delfines y tortugas que son encontrados muertos en las playas.

Este artículo tiene por objeto determinar, de una vez por todas, quien tiene la mayor parte de la culpa por lo que salió mal. Hay pocos que duden en señalar a BP, pero cuando el juicio está entrando en su apogeo algunos no se callan: Washington en general, y la Administración Obama en particular, entre otros.

Washington siempre ha sido un fan de los petrodólares y Obama está demostrando ser otro voluble entusiasta, que coquetea con la Industria, como si fuera la coqueta amante de un magnate del petróleo.

El juez Carl Barbier lleva un juicio que muchos pensamos nunca se llevaría a cabo, después de que las conversaciones de arreglo no llegasen a buen puerto. Ahora, el Tribunal está repleto por los 11 equipos de abogados que representan a BP, Transocean, Halliburton y Cameron, de cinco estados del Golfo y del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Los abogados, como casi siempre, parecen ser lo únicos ganadores.

Barbie ejerce la autoridad en la sala del Tribunal de forma divertida. Dijo a los demandantes que si no tenían más preguntas que hacer, a lo cual dijo: “¿Cuántos abogados han tardado en decidirlo?”. El juez cree que por lo menos el juicio tendrá una duración de tres meses, como mínimo.

Los abogados tratan de demostrar que se produjo una negligencia grave por parte de la Empresa petrolífera, una acusación que de demostrarse cuadruplicaría la multa impuesta a BP. El exjefe Tony Hayward y los actuales ejecutivos han respondido una y otra a las críticas de los recortes de gastos que llevaron a la tragedia. Los expertos legales han calificado al caso como “un baño de sangre” que BP debe parar.

Dado que el Gobierno es uno de los implicados de la denuncia contra BP, nadie se ha planteado las razones principales por las que se produjo esta tragedia: el Gobierno de Obama hizo la vista gorda antes los riesgos que BP estaba asumiendo en el Golfo y les dio vía libre para perforar. Mucho antes del desastre, Obama estaba alentando para que la Industria del petróleo perforase en nuevas áreas del Golfo, en un intento por parte de la Casa Blanca de reforzar la seguridad energética de los Estados Unidos y ganarse el apoyo político de los republicanos para otros proyectos de ley.

La Administración Obama dio prerrogativas a BP para que perforase sin la obligación legal de elaborar un estudio detallado de impacto ambiental. Se permitió a pesar de que era uno de los más profundos jamás perforados en el Golfo, que entra dentro de la categoría de lo que se conoce como aguas ultraprofundas.

Cuando las cosas se pusieron feas, entonces Obama se volvió contra BP. Después de que se hizo evidente el aumento del derrame de petróleo, Obama sacó a relucir su estilo:

Quiero dejar una cosa clara: BP es responsable de esta fuga. BP pagará la factura”.

Por supuesto, el Presidente Obama no ha actuado solo en Washington. Políticos y autoridades de regulación han estado haciendo favores a las grandes empresas petroleras durante el tiempo que extraen el petróleo. George W. Bush también fue un buen amigo de esta Industria. La Agencia de Regulación Minerals Management Service (MMS) fue creada bajo Ronald Reagan, otro amigo de la industria petrolera, en lo que parece haber sido, una y otra vez, una política deliberada de complacencia con los deseos de la Industria.

La MMS ha aparecido comprometida ya desde primeras instancias: es la encargada de recoger los ingresos para el Gobierno procedentes de las perforaciones de gas y petróleo, y la que concede los permisos de extracción: los clásicos conflictos de interés. Ha permitido tantos excesos de esta Industria, que la Industria les ha devuelto el favor: esta Agencia se vio envuelta en un escándalo de drogas y sexo que obligó a dimisiones de alto nivel y a cambiar de estrategia para purgar sus pecados.

Dada su doble función, no es de extrañar que la MMS tuviese tantas ganas de conceder los permisos de extracción a BP, de modo que no se habló de un posible accidente en aguas profundas, sin embargo se citó a las morsas como animal marino que vive en el entorno del Golfo de México. Después de la desaparición de la MMS, se hizo cargo de las responsabilidades de regulación la Bureau of Ocean Energy Management, Regulation and Enforcement (BOEMRE – anagrama de BORE ME). Sin embargo, esta nueva Agencia redescubre muy pronto las mismas pasiones de su predecesora en firmar peticiones de extracción.

La Casa Blanca se enfureció con los ecologistas porque estos protestaron ante el rápido levantamiento de las restricciones de perforación en aguas profundas después del desastre de BP, a pesar de los problemas técnicos que provocaron el derrame en 2010, y que todavía no se han resuelto.

El Southern Environmental Law Center ha presentado dos demandas legales contra el Gobierno de Obama, acusando a la Casa Blanca de “desestimar las lecciones aprendidas durante el desastre de Deepwater Horizon y la nula preocupación sobre el estado de la vida y los recursos, que todavía se dejan sentir desde 2010”. Sin embargo, los precios del gas alcanzaron en California los 5 dólares este mes, lo que los consumidores consideran una locura. Los políticos de todas las tendencias saben que los consumidores piensan que es un derecho de los norteamericanos tener un gas barato. Así que es hora de volver a “Drill, baby, drill (Perfora, muchacho, perfora)”, como decía Sarah Pallin.

¿Y por qué, después de todo, BP estaba tan preocupado por reducir costes?

Por algo muy simple: porque sus accionistas querían más ganancias. En septiembre de 2007 se hizo cargo de BP Hayward, después de un trimestre terrible: los beneficios habían caído un 12%, a un miserable 5,3 dólares bn. Hayward es muy cauteloso, por lo que redujo costes y subieron los riesgos. Kevin Lacy, ex ejecutivo de BP, renunció por problemas de seguridad antes del derrame, y una vez se le preguntó si puso costes por delante de seguridad. Hizo una pausa de seis segundos y luego dijo:

“Nunca se me dijo directamente que recortase en detrimento de seguridad, pero había una enorme presión sobre los costes”.

¿Y de dónde venía esa presión? En última instancia, de los accionistas: los fondos de pensiones británicos se habían colocado en acciones de BP, que hicieron caja y obligaron a BP a reducir costes. En otras palabras, responsabilidades de unos y otros.

Si usted vuela sobre el Golfo de México verá el brillo del petróleo por todas partes. Cada mancha constituye un acto de negligencia, pero algunos derrames son inevitables, ya que hay 4000 perforaciones y plataformas en el Golfo.

El derrame de 4,9 millones de barriles en el Golfo me parece algo terrible, pero el juez Barbier puede ver las cosas de un modo diferente. No importa lo que finalmente decida, BP no es la única responsable, lo que se desprende de las evidencias que salen a flote en la corte de Nueva Orleans.

Fuente: http://www.commondreams.org/view/2013/03/02-4