Puestas en duda las bases científicas de la nueva autorización de uso del glifosato

Por Manon Flausch, 31 de mayo de 2017

euractiv.com

El glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo y está presente en muchos productos alimenticios [ Martin Chipchase 2017 / Shutterstock ]

El destacado toxicólogo e ingeniero medioambiental Christopher Portier se ha dirigido a la Comisión Europea para denunciar la mala calidad científica de las investigaciones que ha tenido en cuenta la UE para la nueva aprobación del glifosato.

En una carta dirigida al Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el pasado domingo 28 de mayo, el Dr. Portier puso en tela de juicio los estudios científicos sobre el glifosato, el herbicida más utilizado en todo el mundo, e ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto.

A raíz de las conclusiones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y de la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA), concluyó que la exposición al glifosato presente en los productos alimenticios no es perjudicial para la salud humana, de modo que la Comisión Europea decidió prorrogar la autorización por 10 años más.

El científico, que examinó los datos utilizados y publicados por las dos Agencias Europeas, se sorprendió por el número de omisiones que encontró.

Según Portier, las Agencias no tuvieron en cuenta las observaciones sobre el aumento de las tasas de cáncer después de la exposición al glifosato. En su carta adjunta una lista completa de todos los datos que faltan y solicitó a la EFSA y a la ECHA que los examinaran y corrigieran sus conclusiones.

Juncker no ha respondido personalmente a la carta: “Dado que la mayor parte de los problemas planteados en la carta están relacionados con la evaluación científica del glifosato, la Comisión pedirá a la EFSA y a la ECHA que la respondan”, dijo Anca Paduraru, portavoz del Ejecutivo de la UE. Añadió que la Comisión no tenía ninguna razón para dudar de las evaluaciones realizadas por los organismos de la UE.

Transparencia parcial

Varias veces en su carta, el científico se felicitó por la publicación de datos sobre el glifosato, los utilizados por ambas Agencias para emitir sus conclusiones. Pero enfatizó que todos los datos deben estar disponibles para que los científicos independientes puedan evaluar el trabajo de las Agencias, que describe como incompleto.

Las decisiones de la UE sobre el glifosato han sido fuertemente criticados por diferentes ONG y organizaciones de protección del medio ambiente. Su principal crítica hace referencias a la falta de transparencia que envuelve el debate sobre este herbicida.

Sin embargo, “sabemos que estas Agencias han utilizado estudios pagados por Monsanto en su evaluación de la seguridad del glifosato, de modo que no podemos dejar de hacernos preguntas”, dijeron los eurodiputados socialistas Eric Andrieux y Marc Tarabella.

Al principio, ninguno de los estudios o conjuntos de datos utilizados por la EFSA y la ECHA se hicieron públicos. Fue la indignación pública lo que obligó a que se publicara una selección de aquellos documentos y se mostraran a las ONG.

Esto nos confirma que debemos aplicar el principio de precaución: siempre y cuando no estemos seguros de que un producto es inofensivo, no podemos dar una autorización para su uso. Los ciudadanos no somos cobayas”, dijo Tarabella.

Alteración hormonal

Los riesgos asociados con el glifosato no se limitan a su naturaleza potencialmente cancerígena. Algunos estudios han encontrado que el glifosato es un disruptor hormonal y tiene efectos sobre el ciclo reproductivo, la fertilidad y el desarrollo fetal.

Para la ex Ministra de Salud de Francia Marisol Touraine, la forma de proceder está clara. En mayo de 2016 dijo que “independientemente de si el glifosato es o no carcinógeno, […] los estudios que hemos consultado demuestran que se trata de un disruptor endocrino”.

Pero una vez más, las normas recientemente establecidas por la Comisión sobre lo que debe considerarse un disruptor endocrino han sido criticadas por organizaciones medioambientales, que las consideran demasiado limitadas y pensadas a corto plazo.

Me preocupa que otras áreas de la revisión de la EFSA (por ejemplo la toxicidad reproductiva y la alteración endocrina) también se hayan sustentado en evaluaciones inadecuadas”, escribió Portier. “Dado que los estudios científicos realizados por la Industria no están a disposición de científicos externos, no soy capaz de evaluar estos datos y determinar si hay resultados positivos que escaparon a su detección. Les animo a que publiquen esos datos para su análisis y revisión externos”.

Antecedentes

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) dijo en noviembre de 2015 que el glifosato era poco probable que fuera causa de cáncer en los seres humanos y aumentó los límites legales de residuos de este herbicida presentes en los alimentos, diciendo que eran seguros para consumo humano.

La EFSA esperaba que los responsables políticos de la UE y sus conclusiones abriesen el camino para que los 28 países miembros de la UE renovaran la aprobación del glifosato, que empezó a comercializarse por parte de Monsanto en la década de 1970 y es el herbicida más utilizado en todo el mundo e ingrediente activo de otros muchos herbicidas.

Grupos ecologistas ha pedido una prohibición después de que el Organismo Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que forma parte de la Organización Mundial de la Salud, dijese en marzo de 2015 que el glifosato es “probablemente carcinógeno para los seres humanos”.

Un grupo inició una campaña de recogida de firmas, la cual han firmado más de 1,4 millones de personas, en la que se pedía a la Unión Europea que suspendiese la aprobación del glifosato a la espera de nuevas evaluaciones.

La EFSA dijo que había llevado a cabo un análisis exhaustivo y tuvo en cuenta las conclusiones de la IARC. Greenpeace, por su parte, calificó el informe de la EFSA de “acto de encubrimiento”.

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