Programa secreto de la Agencia Nacional de Seguridad para el control de las comunicaciones privadas en Internet

por David Cole, 7 de junio de 2013

Common Dreams

Imagen: http://sleeplessandtired.com/
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Aunque no lo conozca,  no quiere decir que no le pueda perjudicar. Esta semana hemos conocido que las comunicaciones electrónicas están siendo supervisadas por la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, sin que exista de por medio ninguna sospecha contra las personas. El pasado miércoles, The Guardian, publicó una Orden Judicial secreta para que Verizon Business entregase a la NSA los metadatos relacionados con las llamadas entre los Estados Unidos y otros países y de todas las llamadas locales realizadas dentro de los Estados Unidos. Entre los datos se incluyen: el número de teléfono desde el que se hace la llamada, el número al que se llama, con fecha, hora y duración de la llamada. En algunos casos también se incluye la ubicación de las personas que realizan la llamada. Según la senadora Dianne Feinstein, se trataba de la renovación de una orden judicial que ha estado en vigor durante muchos años, a espaldas de la población estadounidense. Y lo más seguro es que no solamente haya ocurrido esto con la compañía Verizon, sino que la orden puede haberse extendido a otros proveedores de servicios de telefonía. A raíz de la divulgación de esta Orden la Administración Obama ha tratado de desviar las críticas, haciendo hincapié en que la Orden no implica que se registre el contenido de las llamadas telefónicas. Pero resulta inquietante que cada vez que se descuelga el teléfono, la NSA esté a la escucha.

Pero si no fuera esto suficientemente preocupante, el jueves The Washington Post informaba de que la NSA ha firmado acuerdos con nueve proveedores de servicios de Internet, – como Google, Youtube, Facebook, Yahoo, Skype, Apple y AOL para permitir a la NSA obtener todo tipo de información privada a través de las comunicaciones. Según este diario, existe un programa secreto denominado PRISM, que permite a la NSA y al FBI extraer “audio, vídeo, fotografías, correos electrónicos, documentos y registro de conexiones que permiten a los analistas rastrear los movimientos y los contactos de una persona en el tiempo”.

Al realizar un cruce de los datos conseguidos de diferentes fuentes, el Gobierno puede realizar con bastante rapidez una imagen detallada de la vida privada de cualquier persona.

El programa PRISM, a diferencia del programa de registro de llamadas telefónicas de la NSA, no realiza un barrido de datos en el vacío. Este programa permite a los analistas del Gobierno la búsqueda a partir de los datos obtenidos de las Empresas en base a unos términos clave, que se supone resulta probable que haya algo extraño. Pero sólo hay una certeza del 51% de que la información divulgada se refiera inevitablemente a los estadounidenses. La información de que dispone el Gobierno es enorme. Según decía The Washington Post, según la Guía del Usuario de PRISM para Skype “se puede controlar el audio cuando una llamada se realiza a un teléfono convencional, y el audio, vídeo, chat y transferencia de archivos cuando los usuarios de Skype se conectan a través del ordenador. Google ofrece los servicios de Gmail, voz y hat a través de vídeo, la transmisión de archivos, fototeca y vigilancia en directo de los términos de búsqueda”.

Sede de la Agencia Nacional de Seguridad
Sede de la Agencia Nacional de Seguridad

El Gobierno afirma que esto se hace en aras de su lucha contra el Terrorismo. Bien, pero también puede ser útil para la lucha contra el Terrorismo obligarnos a abrir nuestras viviendas, maletas, carteras, ordenadores y comunicaciones privadas sin una orden judicial, por la causa probable de que estemos realizando una actividad criminal. El realizar las cosas en privado puede favorecer que se cometan actos criminales. Pero respetar nuestra privacidad hace que sea posible mantener nuestra intimidad, el desarrollo de nuestras ideas y el contacto con asociaciones, sin el temor de una supervisión gubernamental, permitiéndonos pensar y actuar sin interferencias. La privacidad es la sangre vital de una Democracia y de una sociedad libre.

Pero tanto en Silicon Valley como en la NSA, estos valores parecen cada vez más caducos, convirtiéndonos en víctimas de los avances tecnológicos, que permiten el rastreo de casi todos nuestros movimientos. Cada llamada telefónica, cada sitio de Internet que visitamos, cada compra que realizamos, cada depósito bancario, cada correo que enviamos, cada paso que damos queda registrado en el proveedor de Internet, en el Banco, en la Compañía de la Tarjeta de Crédito, etc.

En algún momento después de los sucesos del 11 de septiembre perdimos el equilibrio entre privacidad y seguridad.

En la década de 1970, cuando aún no se preveía la era digital, cosa que ahora damos por sentado, la Corte Suprema decidió que la información que compartimos con terceros no está protegida por la Cuarta Enmienda, ante los esfuerzos del Gobierno para obtenerlos, Como resultado, no se aplica lo recogido en la Cuarta Enmienda sobre los requisitos de sospecha, y el Gobierno tiene las manos libres para obtener información aunque no exista ningún tipo de sospecha en las actividades de una persona, o como en el caso de Verizon, obtener información de todos nosotros. Esa intromisión en la información que transmitimos a terceros es la mayor amenaza para la protección de la privacidad en la era digital, y necesita reconsiderarse de forma urgente.

Pero mientras tanto, el Congreso debe actuar. La ausencia de garantías constitucionales no significa que el Congreso no pueda aprobar protecciones legales. Ya lo hizo en el pasado, por ejemplo en el asunto de los registros bancarios y para la obtención en tiempo real de los datos telefónicos. Pero las revelaciones de esta semana dejan claro que esas protecciones se han quedado anticuadas y son insuficientes. El Gobierno puede tener la autoridad para rastrear a individuos sospechosos de actividades criminales, pero ¿realmente puede rastrearnos a todos nosotros de esta manera?

Estas órdenes secretas y estos programas secretos, que los estadounidenses no sabían de su existencia, están empezando a descubrirse. Si la privacidad ha de seguir manteniéndose, el Congreso debe realizar una investigación a fondo, con el objetivo de informar a los estadounidenses de estas intrusiones en su vida privada, y debe imponer límites racionales para asegurarnos de que siendo inocentes nos consideren terroristas o perpetradores de hechos delictivos, y por tanto sometidos a constante vigilancia.

Fuente: http://www.commondreams.org/view/2013/06/07-4

Más información: http://www.vanguardia.com.mx/contenidosdeusuariosdeinternetvigiladosporlansayelfbi-1757470.html

http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2010/08/31/control-de-la-comunicaciones-al-asalto-de-los-registros-transaccionales/

http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2010/03/12/control-de-las-comunicaciones-las-pretensiones-del-fbi/

http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/05/24/el-control-de-internet-por-los-gobiernos-continua-a-buen-ritmo/

http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2009/11/27/sitel-un-sistema-de-escuchas-control-y-vigilancia/

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