Llega a España el primer envío de las arenas bituminosas procedentes de Canadá

A pesar de las protestas, los políticos europeos dan vía libre a la entrada de unos de los combustibles fósiles más sucios del mundo

Por Sarah Lazare, 8 de junio de 2014

Common Dreams

Explotación de las arenas bituminosas en Alberta, Canadá (Foto: Howl Artes Colectivo / Flickr Creative Commons)
Explotación de las arenas bituminosas en Alberta, Canadá (Foto: Howl Artes Colectivo / Flickr Creative Commons)

Después de varios años de presión para entrar en los mercados europeos, las arenas bituminosas que explota la industria petrolífera de Canadá están a punto de irrumpir en Europa, una vez que los legisladores hayan cedido ante la anterior exigencia de etiquetar el petróleo así obtenido como combustible más sucio que otros combustibles fósiles.

La UE acordó hace 5 años una Directiva sobre la calidad de los combustibles” que iba a entrar en vigor en 2010, con el objetivo de reducir las emisiones en el transporte en un 6% hasta 2020. Sin embargo, por la labor de los grupos de presión de la Industria Pesada y el estancamiento legislativo, el plan todavía no ha entrado en vigor a pesar del tiempo transcurrido.

Tanto el Financial Times como Reuters informaban el pasado jueves que la UE es probable que ceda ante los requisitos exigidos en el betún obtenido de las arenas bituminosas, es decir, que no se va a etiquetar como diésel de altas emisiones. Tal etiquetado habría desanimado a la importación de este producto.

El borrador del documento elaborado por la Comisión Europea, de aplicarse, permitiría a las empresas eludir las sanciones por la importación de las arenas bituminosas. “Bajo la nueva metodología, las empresas sólo tendrían que disminuir las emisiones en base a los promedios de la UE para los combustibles, gasolina o diésel, independientemente si en principio era crudo pesado o no”, explica Financial Times.

Uno de los combustibles más sucios del mundo, este betún produce hasta cinco veces más carbono que el petróleo convencional. El proceso de extracción es muy destructivo de los ecosistemas y genera grandes depósitos de residuos tóxicos. Los grupos ecologistas han argumentado que ya con anterioridad a la aparición de este borrador la Directiva sobre calidad de los combustibles era demasiado laxa, y que las arenas bituminosa debieran quedarse donde están, en el suelo.

El Gobierno de Canadá y la Industria Petrolífera se ha opuesto de forma muy agresiva a las posibles sanciones por la importaciones del betún y el Ministro Canadiense de Recursos Naturales ha insistido en este tema en la reunión del G-7 celebrado en Roma el mes pasado, de acuerdo con Reuters.

Mientras tanto, manifestantes ecologistas se han concentrado durante esta semana en contra de lo que se cree es el primer cargamento de arenas bituminosas que llegan a Europa, precisamente a España, procedentes de Canadá.

El petrolero Aleksey Kosigin. / Igor Torgachkin La petrolera española Repsol es una de las que se lucrarán con la llegada masiva de estas arenas supercontaminantes procedentes de Canadá, denuncia Ecologistas en Acción.
El petrolero Aleksey Kosigin. / Igor Torgachkin
La petrolera española Repsol es una de las que se lucrarán con la llegada masiva de estas arenas supercontaminantes procedentes de Canadá, denuncia Ecologistas en Acción.

Las arenas bituminosas son especialmente perjudiciales para el clima y deben mantenerse fuera de Europa. No se puede dar una tabla de salvación a esta peligrosa industria a cambio de perpetrar un auténtico desastre climático”, dijo Colin Roche de Amigos de la Tierra, en una declaración que hizo en el momento de la llegada del cargamento.

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Procedencia del artículo: http://www.commondreams.org/headline/2014/06/06-4

Más información: http://www.eldiario.es/desalambre/primer-cargamento-petroleos-supercontaminantes-Europa_0_264574254.html

http://www.mundiario.com/articulo/sociedad/repsol-abre-espana-era-petroleos-sucios-union-europea/20140529133352018812.html

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=185310

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Película H2Oil, donde se hace una crítica a este destructivo método de extracción.

Fotos en National Geographic

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