Estados Unidos: 6 millones de personas dependen de los cupones de alimentos como único medio de subsistencia.


Del análisis de las estadísticas publicadas por The New York Times, unos 6 millones de estadounidenses, o sea, 1 de cada 50 ciudadanos de los EE.UU viven con unos ingresos de entre 100 a 200 dólares al mes en cupones de alimentos. El número de personas desempleadas y sin ningún tipo de ingreso, como seguro de empleo, pensión,  manutención, etc, se ha disparado en un 50% en los últimos años, cuando se inició la recesión.

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Según un artículo publicado el 3 de enero de 2010, el número de personas que dijeron no tener ingresos durante los dos últimos años se ha triplicado en el estado de Nevada, duplicado en el de Florida y Nueva York, subiendo casi un 90% en Minnesota y Utah. En Wayne County, Michigan, donde se encuentra la ciudad de Detroit, la mitad de la población está desempleada o subempleada, donde 1 persona de cada 25 dice estar viviendo gracias a los cupones de alimentos. En el condado de Yakima, Washintong, esta situación afecta a una de cada 17 personas.

Estas estadísticas revelan la magnitud del sufrimiento humano en los Estados Unidos a principios de esta década y está en contradicción con lo que se aseguraba de una recuperación económica. Los 6 millones de personas, incluidos 1,2 millones de niños, que dicen no tener ingresos equivale a toda la población de Indiana o de Massachussetts, o las poblacines de Los Ángeles, Filadelfia y Boston.

Esta catástrofe social pone de relieve la indiferencia de la administración Obama, que no ha hecho nada para ayudar a aquellos que perdieron su empleo, sus hogares y medios de subsistencia, mientras que los gastos han aumentado para preservar a la elite financiera y para financiar sus guerras.

El número de personas que carecen de ingresos ha aumentado de forma sostenida desde 1996, cuando el presidente demócrata Bill Clinton y el Congreso Republicano pusieron fin al derecho universal a la asistencia social, que era una de las misiones de la ayuda federal desde su creación en 1930. Prometiendo acabar con el “ciclo de dependencia”, demócratas y republicanos han impuesto un limite a las prestaciones, que se han reducido drásticamente, reduciendo las ayudas.

A pesar de que las ayudas son más necesarias que nunca, Obama se ha opuesto a cualquier financiación adicional del programa de ayuda social. En comparación con el aumento que experimentaron en la década de 1990, las listas de beneficiarios de prestaciones sociales se han reducido en un 75%, informa el Times.

Los que han recibido prestaciones anteriormente no la están recibiendo ahora”, dijo Judy Putnan, portavoz de la Liga de Servicios Humanos de Michigan, el World Socialist Web Site. “Sólo un tercio de los niños del país que viven en la pobreza obtienen algún tipo de ayudas…La población de Michigan depende en gran medida de los bonos de comida.”

Aunque el seguro de desempleo sólo cubre a la mitad de los desempleados, los bonos de comida ( que proporcionan un promedio de 1 dólar de comida por persona o alrededor de 100 dólares por persona y mes para individuos o familias con ingresos de hasta “ el 130 % de lo que se considera la línea oficial de pobreza”), convirtiéndose en una red de seguridad de social como último recurso. 36 millones de personas, una persona de cada ocho y un niño de cada cuatro, dependen ahora del programa de cupones de alimentos. El programa de ayuda alimentaria, SNAP (cupones para alimentos), lo reciben unas 20.000 personas al día, pero sólo son dos tercios de las personas que lo necesitan.

Un estudio anterior del Times reveló que en más de 200 condados de los EE.UU el uso de los cupones de alimentos ha aumentado por lo menos en dos tercios. Se incluye el condado de Riverside, California, la mayoría de Phoenix y Las Vegas, un suburbio de Atlanta y una banda de 240 kilómetros al suroeste de Florida, que va desde Bradenton hasta los Everglades. El estudio también reveló que en más de 800 condados los cupones de alimentos dan de comer a una tercera parte de todos los niños.

A finales del pasado año, los investigadores de la Universidad de Washintong en St.Louis han publicado un estudio que muestra que el 50% de todos los niños y el 90% de los niños afroamericanos recibían los cupones de comida en uno u otro momento antes de cumplir los 20 años. “En lugar de ser un periodo de seguridad, para los niños de norteamérica se abre un periodo de riesgos, dificultades y agitación.”

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El informe del 3 de enero del Times se centro en Florida, donde el número de personas sin ingresos, con excepción de los cupones de alimentos, se han duplicado en dos años e incluso triplicado a lo largo de la costa suroeste, donde el fuerte crecimiento de la vivienda se ha convertido en numerosas quiebras, abandonos de vivienda y embargos. Según datos del gobierno, los que carecen de ingresos se dividen por igual entre familias con niños y personas que viven solas. Diversos grupos sociales se han visto afectados: el 42% eran blancos, un 32% negros y un 22% latinos. Los blancos ha sido el segmento que más duramente ha acusado la recesión.

Este aumento de la indigencia ha afectado a grandes sectores de la población. El artículo de Times cita a una madre de dos hijos, Isabel Bermúdez, que se trasladó a Florida para realizar ventas. Antes tenía una casa con piscina, pero ha perdido su empleo y ha agotado los prestaciones por desempleo. El único ingreso que tiene ahora es de 320 dólares y los cupones de alimentos. “De un salario de 180.000 dólares he pasado a los cupones de comida.”, dijo al periódico y que sin este programa no podría alimentar a sus hijos.

El uso creciente de los cupones de alimentos pone al descubierto la inexistencia de una red de seguridad social en los Estados Unidos. La situación empeora, y tanto los demócratas como los republicanos, se están preparando para recortar aún más los programas que subvenciona el Estado, que sin embargo no duda en donar millones de dólares en rescatar Wall Street o ampliar sus guerras en todo el mundo.

El tema del discurso de Obama sobre el estado de la Unión, que se espera para el próximo mes, será el de reducir el déficit a largo plazo y más reducciones para los estadounidenses. La Casa Blanca apoya la comisión bipartidista que recomienda importantes recortes en los programas sociales básicos, junto con impuestos regresivos sobre consumo. El director de presupuesto de Obama, Peter Orszag, dijo que espera que la Administración adopte medidas para reducir el déficit en el presupuesto de febrero. Estas acciones se llevarán a más gente a la pobreza.

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La crisis social a la que se enfrentan los trabajadores equivale a los niveles de desempleo de la depresión, produciendo una convulsión en los hogares, el aumento del hambre, la pobreza y la pérdida de la vivienda, siendo la más cruel expresión del capitalismo, un sistema económica que beneficia a la minoría rica a expensas de la gran mayoría.

En medio de este deterioro de la situación de la clase obrera, ha salido la información de que los tres bancos más grandes, Goldman Sachs, JP Morgan Chase y Morgan Stanley, han recibido decenas de miles de millones en fondos públicos en el marco de los activos del plan de rescate en situación de riesgo, 49,5 mil millones de dólares en bonos al año. En suma, EE.UU gastará aproximadamente 200 mil millones de dólares por el total de las compensaciones.

La administración Obama continúa con la transferencia de dinero de los bolsillos de los trabajadores a los que son responsables de haber precipitado una de la peores crisis económicas desde la Gran Depresión.

Casi después de un año de su nombramiento, el presidente Obama ha demostrado que no es otra cosa que un instrumento de la oligarquía financiera. El futuro de la clase obrera depende de si se desarrolla un movimiento de masas en contra de su administración, las grandes empresas y el sistema de lucro que defienden.

El artículo original, WSWS, publicado en enero 7, 2010.

Por Jerry White