El agotamiento de las reservas de petróleo

Por Richard Heinberg

commondreams.org

Solamente hay dos maneras de evitar el agotamiento del petróleo: sustituirlo por otras fuentes de energía o utilizar mucho menos.
Solamente hay dos maneras de evitar el agotamiento del petróleo: sustituirlo por otras fuentes de energía o utilizar mucho menos.

¿Dónde están Philip Marlowe y Sam Spade cuando más los necesitamos? Se está cometiendo un crimen y sólo un detective que no tenga miedo de enfrentarse a los poderosos es probable que pueda llegar a resolver este caso.

Esto es lo que sabemos: alguien se está apropiando de las valiosas reservas de petróleo del mundo que se encuentran bajo nuestros pies y se está saliendo con la suya. Los políticos y los medios de comunicación apenas hablan de este robo. Tal vez es que no han llegado a entender lo que está sucediendo, o probablemente es que tengan algo que ocultar. Pero es un hecho notable. Quizás estemos hablando del mayor robo del siglo.

Conseguí algunas pistas la semana pasada ocultas en las páginas de negocios de un periódico. Se trataba de un artículo en el que se decía que Exxon  iba a tener que recortar las reservas probadas e informadas de petróleo en un 20% aproximadamente y también decía que Exxon sería la culpable de los bajos precios del petróleo. Esto no sonaba nada bien. Decidí realizar una pequeña investigación y descubrí que a 50 dólares el barril de petróleo, y ajustando la inflación, no es un precio más bajo que el de los años 80 o 90 cuando las reservas de petróleo crecían año tras año. ¿Por qué Exxon no menciona nada de esto?

Exxon no está solo. Otras compañías han estado participando en operaciones similares. Todos apuntan hacia los bajos precios del petróleo, como si todos miraran hacia el mismo lugar, pero quizás se esté intentando distraer la atención para no descubrir al verdadero culpable. ¿Pero quién? ¿Quién se está acopiando de estas reservas?

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Otra pista pude descubrir en un Informe de Carbon Traker, que es una organización que evalúa la cantidad de combustibles fósiles que debieran permanecer en el suelo para evitar un cambio climático catastrófico. Carbon Traker calcula que una gran parte de las reservas de petróleo no se pueden consumir y que en el balance de las compañías petroleras este dato debiera aparecer. ¿Son las acciones contra el cambio climático las que estás robando el petróleo de Exxon? Así que decidí investigar. Resulta que aunque las opiniones sobre el futuro de los combustibles fósiles se consideran importantes, y Carbon Traker trata de influir sobre esas opiniones, los activos de las compañías petroleras probablemente no se verán afectados por esta razón hasta que las naciones del mundo aprueben unos elevados impuestos a las emisiones de carbono. Por lo tanto, las acciones para evitar un cambio climático aún mayor no están obligando a que Exxon y otras compañías realicen cambios en sus registros de reservas. No estoy diciendo que la víctima de este robo sea ningún ángel. Muchas personas tienen razones para guardar rencor contra la Industria Petrolera. Pero no son las acciones para evitar el cambio climático las culpables en este caso.

Cuando estaba quitando el polvo del teclado para dejar al descubierto las huellas dactilares, hice clic en un enlace que me llevó a un artículo publicado en Bloomberg en el que se afirmaba que los descubrimientos de nuevos yacimientos de petróleo han sido muy escasos en los últimos años. El artículo ofrecía un impresionante gráfico que mostraba que el año 2015 había sido el de menor número de descubrimientos de petróleo en las últimas décadas, y que 2016 llevaba camino se ser aún peor.

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¿Son entonces las propias compañías las culpables? ¿Están robando sus propias reservas de petróleo al no buscar nuevos yacimientos? Es algo que parece no tener sentido. Las compañías petroleras lo que pretenden es ganar dinero, y la única manera de hacerlo es encontrando petróleo, extraerlo y luego venderlo. ¿Por qué iban a estar socavando el mercado? Una vez más, parecía que se estaba ocultando algo, un secreto tal por el que estarían dispuestos a dejarse cortar sus propias gargantas financieras antes de que se haga público y notorio.

Yo no soy Hercules Poirot, pero he estado durante bastante tiempo pensando en este asunto. Y si hay algo que he aprendido en estos años de detective es que cuando alguien quiere tapar algo es ofrecer una pista falsa, lanzar un cortina de humo y crear un chivo expiatorio. No pasó mucho tiempo antes de apareciese un pez de color rosa de la familia Clupeidae. Y ya empezaba a oler. Es lo que se llama demanda máxima, una idea que algunos economistas de buena posición están tratando de vender, que la gente ya no quiere tanto el petróleo porque prefieren los coches eléctricos. Eso explicaría los bajos precios del petróleo, porque la gente conduce coches eléctricos. Pero eso tampoco tiene mucho sentido, ya que a finales de 2015 los coches eléctricos sólo representaban el 0,1% de los mil millones de coches que circulan por todo el mundo. Y los estadounidenses siguen comprando automóviles más grandes que llenan de gasolina. Ese apodo de la demanda máxima realmente no explica nada, se trataría únicamente de un intento de distracción. Claro, una economía por lo general débil y unos pocos años de alta producción debido a la fractura hidráulica que extrae de los difíciles depósitos de petróleo de los Estados Unidos, habría impulsado los precios del petróleo a la baja. Pero eso me llevó a hacerme una pregunta: ¿Por qué esos precios están acabando con las reservas de petróleo ahora, mientras que la Industria funcionó bien a unos precios similares, o incluso más bajos, en el pasado?

Me estaba empezando a doler la cabeza. Un par de tragos al bourbon, y a continuación, sin mucho entusiasmo, me puse a mirar otro informe que llevaba por título “Perfora, baby, perfora”. Ha sido escrito por un analista de energía ya retirado que trabajó para el Gobierno canadiense.

Pensé que probablemente no hubiese nada de interés. Pero me encontré con un gráfico en la página 44, y una bombilla se encendió en mi cerebro. Este gráfico ponía todas las pistas juntas de manera que todo empezaba a adquirir sentido por primera vez.

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Después de mirar el gráfico durante unos minutos me di cuenta de que el verdadero culpable de que estuviesen desapareciendo las reservas de petróleo era un sombrío personaje conocido por su contacto con el submundo como “depleción”. Esto es lo que está ocurriendo: estamos usando cada vez más petróleo, lo que significa que cada año estamos agotando lo que queda de una manera más rápida que el año anterior. La reducción de las reservas es cada vez mayor.

Además, se busca el petróleo más fácil de extraer ( el de la parte superior del gráfico), dejando el de perspectivas más pobres para años posteriores. Cuando lleguemos a la línea de “igualdad de energía”, se supone que se necesitará tanta energía para la extracción como la cantidad que se extrae. En ese momento, la Industria Petrolera, y el resto de Industrias que dependen de ella ( y si se piensa, ¿cómo conseguiremos las materias primas, las piezas de repuesto, los alimentos e incluso los paneles solares sin medios de transporte que utilicen petróleo?) estarán acabadas. La mayor parte del petróleo que quede va a suponer un enorme coste de producción, lo que significa que la Industria Petrolera no será capaz de producir buena parte del petróleo que todavía permanezca. Todo el mundo pierde, excepto el agotamiento de las reservas.

Las compañías petroleras están revisando a la baja sus reservas porque a precios de hoy no puede permitirse extraer una parte cada vez mayor del petróleo que quede. Ya se ha extraído la mayor parte del que resulta asequible. Eso no supondría un problema si la sociedad pudiera pagar un precio arbitrariamente alto por el petróleo o si pudiera invertir más energía en la obtención del petróleo que el que realmente se extrae. Pero no es el caso.

Nadie está dispuesto a señalar al culpable. No se trataría de Exxon, ni el Gobierno. Ni los economistas. Todos apuntan a la enorme pirámide de recursos petroleros y dicen: “Hay suficiente para muchas décadas, incluso siglos”. Así es como se están saliendo con la suya. El agotamiento de las reservas de petróleo están hipotecando nuestro futuro, y nadie habla de ello.

Casi es del interés de todos el seguir adelante y no decir nada. Sólo hay dos maneras de evitar el agotamiento del petróleo: cambiar a otras formas de energía o utilizar lo menos posible el petróleo que nos quede. Algunas personas están haciendo uno y otro, pero la mayor parte de la sociedad se resiste a cambiar sus hábitos. Así que todos tan contentos y felices.

¿Y yo? No hay mucho que pueda hacer, excepto escribir esta historia de detectives. A veces descubres al tipo malvado, a veces no. Todo ello forma parte de nuestro trabajo.

Richard Heinberg es miembro del Post Carbon Institute, autor de once libros, siendo el más reciente Snake Oil: How Fracking’s False Promise of Plenty Imperils Our Future. Sus libros anteriores incluyen: The Party’s Over: Oil, War, and the Fate of Industrial Societies, Peak Everything: Waking Up to the Century of Declines, y The End of Growth: Adapting to Our New Economic Reality.

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