Por Charlie Sheen, 11 de septiembre de 2015
Hace poco tuve oportunidad de sentarme con el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante un receso en su campaña a favor de la reforma sanitaria. Solicité una entrevista de 30 minutos, dada la cantidad de datos y detalles de mi investigación, pero me dijeron que sólo tenía disponibles 20 minutos. Veinte minutos, 1200 segundos, no es mucho tiempo para explicar al Presidente uno de los acontecimientos más importantes en la historia de nuestra nación. A continuación una transcripción de nuestra discusión.
—————————————–
Charlie Sheen (CS).- Buenas tardes, Sr. Presidente, muchas gracias por dedicarme un tiempo de su apretada agenda.
Presidente Barack Obama (BO).- El placer es mío. El contenido de su petición me parecía digno de dedicarle unos minutos.
CS.- Debo decirle que yo le voté ante sus promesas de esperanza y cambio, de transparencia y responsabilidad, así como la de poner el Gobierno en manos del pueblo estadounidense, lo que produjo en mí un choque emocional que no había sentido en mucho tiempo, quizás nunca con anterioridad.
BO:- Se lo agradezco, soy un gran fan de su serie, por cierto.
CS.- No me puedo imaginar cómo puede encontrar tiempo para ver mi programa, dada la cantidad de cosas que como Presidente tendrá que hacer.
BO.- Lo tengo grabado y lo veo en el Air Force One; es un buen descanso durante los viajes (mira su reloj). No quiero ser descortés con usted, pero dispone de 19 minutos.
CS.- Me lo tomaré como una invitación. Voy al grano.
BO.- Le escucho.
CS.- Dentro de poco se celebrará el primer aniversario de los acontecimientos del 11 de Septiembre siendo usted Comandante en Jefe.
BO.- Sí, es un día muy solemne para nuestra nación. Una jornada de reflexión, pero también un día para asumir nuestra conciencia histórica.
CS.- En lo que sé de su posición sobre los acontecimientos del 11 de Septiembre y la posterior investigación, ¿entiendo que usted apoya plenamente y hace suyas las conclusiones del Informe de la Comisión, también conocido como la Versión Oficial?
BO.- ¿Tengo alguna razón para pensar lo contrario? La mayoría de nosotros hemos conocido las mismas pruebas.
CS.- Realmente desearía que ese fuese el caso. ¿Es usted consciente de las recientes y sorprendentes revelaciones de que el 60% de los comisionados del 11 de Septiembre han declarado públicamente que el Gobierno se comprometió a no decir la verdad sobre el 11 de septiembre y que el Pentágono estaba involucrado en una trama deliberada de engaño acerca de su respuesta al ataque?
BO.- Soy consciente que hubo una lucha en contra durante el proceso de investigación, muy minucioso e incansable.
CS.- Es difícil etiquetar a esas críticas como una lucha en contra, o tacharlas de irresponsables, cuando hay una evidencia, insisto, de que 6 de los 10 comisionados han realizado aquellas declaraciones.
BO.- (En este momento, uno de sus principales asesores se acerca al Presidente y le susurra algo al oído. Obama mira rápidamente su reloj y asiente con la cabeza. El ayudante se coloca junto a la puerta, justo detrás de mí) Sin faltarle al respeto, Sr. Sheen, pero le pregunto, ¿qué es lo que usted quiere dar a entender con el rumbo que está tomando esta entrevista?
CS.- No digo nada por mí mismo, sólo estoy aquí para presentarle unos hechos y ver qué se puede deducir de ellos.
BO.- Déjeme adivinar: ¿los hechos, que supuestamente apoyan sus afirmaciones, se encuentran en la carpeta que usted trae consigo?
CS.- Así es (Le entrego la carpeta con los documentos). Lo que aquí hay no son opiniones o suposiciones. Todo ello es de interés público, que se ha publicado en los medios de comunicación, que cuidadosamente he comprobado y verificado (El Presidente mira en la carpeta que le entregué).
BO.- (Mientras mira el Informe, produce un sonido casi inaudible)…Uhmm…
CS.- Y yendo más allá: “Las grabaciones de la NORAD (Mando Estadounidense de Defensa Aeroespacial) cuentan una historia radicalmente diferente de lo que se nos ha venido diciendo durante dos años…”. (El Presidente sigue consultando los documentos). En las páginas 2 y 3 están las declaraciones, las de los copresidentes Thomas Kean y Lee Hamilton, los comisionados Bob Kerrey, Thimoty Roemer y John Lehman, así como las declaraciones del comisario Max Cleland, ex Senador de Georgia, que renunció diciendo:
“Es un escándalo nacional. Esta investigación está en peligro. Vamos a tener que descubrir la verdadera historia de los sucesos del 11 de Septiembre, tan importante para Estados Unidos. Pero la Casa Blanca los quiere encubrir”.
También habló de los deseos del Presidente Bush de no retrasar el proceso para no dañar su candidatura a la reelección. Se sospecha que es tal el engaño que han considerado remitir el asunto al Departamento de Justicia para una investigación criminal. Señor Presidente, estas informaciones por sí solas muestran inequívocamente que es necesaria una nueva investigación.
BO.- Se produjeron errores, pero nosotros, como pueblo y como país, tenemos que seguir adelante. Evidentemente, es de nuestro mayor interés que una sociedad democrática enfoque sus esfuerzos y recursos en el futuro de esta gran nación y nuestra capacidad para proteger al pueblo estadounidense y a nuestros aliados contra este tipo de terrorismo en los próximos años.
CS.- ¿Cómo podemos enfocar el futuro cuando la propia Comisión está diciendo que aún no se sabe la verdad?
BO.- Incluso si usted dice que habría que abrir un debate abierto y equilibrado, yo no puedo juzgar las decisiones de ciertos miembros de la Comisión durante un período extremadamente difícil. Tal vez usted debiera de entrevistarles a ellos y no a mí. Espere, no me lo diga, ¿soy más fácil de localizar que a ellos?
CS.- No exactamente, pero seamos honestos, usted es el Presidente de Estados Unidos, y la responsabilidad se detiene ante usted. El 11 de Septiembre ha servido como pretexto para el desmantelamiento de nuestra Constitución y la Carta de Derechos. Su Administración está leyendo en el mismo libro que lo hacía el Gobierno de Bush, a través del secreto y el engaño.
BO.- Sr. Sheen, me siento incómodo ante sus declaraciones y está usted estableciendo paralelismos entre el régimen de Bush/Cheney y el mío.
CS.- Señor Presidente, los paralelismos no se distorsionan sólo porque usted diga que lo son. Detengámonos en los hechos. Usted prometió abolir la Ley Patriótica y luego decidió mantenerla. Usted se comprometió a poner fin a las escuchas telefónicas sin orden judicial y ahora las defiende con energía. Usted denunció las detenciones extrajudiciales y ahora continúa con ellas. Usted prometió en la campaña electoral que podría fin a la práctica de la detención indefinida, y en su lugar ha ampliado la detención a permanente para los detenidos sin juicio. Esto supera con creces los desmanes de la Administración anterior. Llámeme loco, señor Presidente, ¿ pero esta es su línea de actuación?
BO.- Señor Sheen, mi personal y yo autorizamos esta entrevista sobre la base de una solicitud para discutir los acontecimientos del 11 de septiembre y ofrecer alguna información adicional, ya que usted está convencido de que no se había tenido en cuenta previamente. Llámeme loco, pero creo que usted está desvariando en cuestiones ajenas al asunto que nos traía aquí.
CS.- Los ejemplos que le he ofrecido son el resultado directo de los acontecimientos del 11 de Septiembre.
BO.- Y yo le digo que tenemos que seguir adelante, tenemos que aguantar durante estos años peligrosos y políticamente difíciles.
CS.- No podemos avanzar en un laberinto sin fondo si hay preguntas que no tienen respuesta en torno a lo que ocurrió ese día y las posteriores secuelas.
BO.- Leí el Informe Oficial, cada palabra y cada página. Tal vez usted debiera de hacer lo mismo.
CS.- Lo hice, y también los miles de familiares de las víctimas, y adivine qué: tienen las mimas dudas que yo me planteó o probablemente más. No perdí a ningún ser querido ese terrible día, ni usted tampoco. Pero desde entonces, millones de estadounidenses hemos perdido algo querido en nuestras vidas, hemos perdido nuestra esperanza.
BO.- Y me gustaría creer que estoy aquí para restaurar esa esperanza, para restablecer la confianza en sus líderes, en el Sistema que los votantes eligieron a través de una transferencia pacífica del poder (Se produce un extraño silencio entre nosotros. Un momento en el que se oye un tic-tac lejano).
CS.- Señor Presidente, ¿es usted consciente del tiempo que se tardó en comenzar la investigación del asesinato de JFK?
BO.- Si no recuerdo mal, creo que fueron dos semanas.
CS.- Diecisiete días para ser exactos. ¿Es usted consciente del tiempo que se tardó en comenzar la investigación sobre Pearl Harbor?
BO.- Creo que fueron… en torno a dos semanas.
CS.- Once días para ser exactos. ¿Es usted consciente, señor Presidente, del tiempo que se tardó en comenzar la investigación sobre el 11 de Septiembre?
BO.- Ha debido parecer un tiempo muy largo para todas las familias afligidas.
CS.- Fue mucho tiempo, señor Presidente… cuatrocientos cuarenta días. Es decir, unos 14 meses. ¿No le preocupa a usted que sólo tardase cinco horas, después del ataque inicial, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld en recomendar y aprobar una ofensiva a gran escala contra Irak?
BO. No estoy al tanto de esa petición.
CS.- Tengo las pruebas, señor Presidente, junto a decenas de documentos y hechos que me gustaría usted echase una ojeada. (Le entrego otra carpeta, más abultada que la primera).
BO.- Veo que viene bien preparado, Charlie.
CS.- No hay otra forma de hacerlo. Ante la duda, siempre me digo que es mejor estar bien preparado.
BO.- Eso suena a algo que dijo la Primera Dama
CS.- Es todo un cumplido.
BO.- Como usted quiera, Por favor, continúe.
CS.- Me gustaría dirigir mi atención sobre la gran cantidad de documentos que hay en la carpeta que le acabo de entregar. El primero de ellos se titula “Operación Northwoods”, un plan del Pentágono desclasificado para organizar ataques terroristas en suelo estadounidense, involucrando a Cuba como pretexto para una guerra.
BO:_ Y me gustaría dirigir su atención sobre el hecho de que al principal ponente de este improbable proyecto se le negó rápidamente un segundo mandato como Presidente del Estado Mayor Conjunto y se le envió con las maletas a una guarnición europea de la OTAN. Gracias a Dios, sus ambiciones de otro mundo no vieron la luz del día.
CS.- Yo no estaría tan seguro de eso, señor Presidente.
BO.- Yo podría decir lo mismo de usted, Charlie (El Presidente mira el reloj).
CS.- Lo siguientes documentos aparecen bajo el epígrafe “destapando los secretos oficiales sobre las provocaciones”. Ahora, honestamente, señor Presidente, no es algo que me esté inventando. Estoy seguro de que usted conoce el incidente del USS Mine, el hundimiento del Lusitania, que hoy todos sabemos fue el incidente que provocó la Primera Guerra Mundial, y por supuesto, el famoso incidente del Golfo de Tonkin.
BO.- Por supuesto que conozco todos esos acontecimientos históricos y soy consciente de que hay controversia en torno a ellos. Pero, para ser franco con usted, todo esto me suena a historia antigua.
CS.- De ha dicho a menudo que “aquellos que no conocen la historia están condenados a repetirla”. Y es cierto, esos hechos son del pasado.
BO.- Era un mundo muy distinto, joven, y muy dispares de los asuntos universales.
CS.- No tengo argumentos para eso, simplemente le invito a reconocer que esos sucesos están relacionados con el tema que nos ocupa. El siguiente documento en cuestión es un documento publicado por un grupo de expertos, el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, que se titula “Reconstruyendo las Defensas de Estados Unidos” y fue redactado por Dick Cheney y Jeb Bush. Citando el documento… (El Presidente interrumpe).
BO.- “Además, el proceso de transformación, aunque suponga un cambio revolucionario, es probable que sea muy largo de no producirse un evento catastrófico o catalizador, como un nuevo Pearl Harbor”.
CS.- Touché, señor Presidente. ¿Qué es lo que piensa sobre esas declaraciones?
BO.- Yo simplemente diría que se trata de un caso flagrante de errores en el juicio, impulsados por un entorno desafortunado. Para algunos, se trata de una desafortunada coincidencia.
CS.- Interesante perspectiva. Sin embargo, el Vicepresidente Cheney no se detuvo ahí. A principios del año 2008, el periodista ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh y la cadena MSNBC, informaron de que Cheney había propuesto al Pentágono un plan vergonzoso para ser llevado a cabo por los equipos de Mar, Aire y Tierra de la Armada de los Estados Unidos (SEAL), haciéndose pasar por patrulleras iraníes y llevar a cabo un ataque contra los destructores estadounidenses en el estrecho de Ormuz. La estrategia pretendía culpar a Irán y luego utilizarlo como un pretexto para la guerra. ¿Le preocupan, señor Presidente, este tipo de informaciones? ¿Deberíamos simplemente ignorarlas para que más adelante digan los niños de generaciones futuras que eso son historias muy antiguas?
BO.- Desde luego que me preocupan, sin embargo, no es tan preocupante como que usted esté aquí sentado y muestre su desconfianza, haciéndome creer que los sucesos de Septiembre de 2011 fueron orquestados desde el interior.
CS.- No, mis suspicacias no valen nada. Simplemente le expongo los documentos y le hago las preguntas que nadie en el poder parece ver o reconocer. Y como dije antes, yo le voté, porque creí en su mensaje de esperanza y cambio. He venido con la esperanza para que se cumpla ese cambio. Un cambio en el que nuestro Gobierno aún no se ha involucrado de forma abierta y responsable. Estas son sus palabras, no las mías. Las vidas de miles de personas fueron brutalmente interrumpidas y los que quedaron sufren un dolor continuo, señor Presidente. Ellos están conmigo en espíritu y carne, y el mensaje que llevamos no será silenciado ni por mantras alimentados por los medios de comunicación, diciendo cómo se deben sentir. Decidir por ellos durante 8 largos años lo que pueden pensar, qué pueden decir, qué pueden pedir.
BO.- Aprecio su pasión, aprecio sus convicciones. A pesar de sus preocupaciones, a pesar de lo que podrían revelar o no sus datos, lo que usted y las familias deben entender y aceptar es que estamos haciendo todo lo posible para protegerles.
CS.- Sé que disponemos de poco tiempo, así que por favor permítame que exponga algunos de los motivos por los cuales no aceptamos el cálido abrazo de la protección federal.
BO. ¿Tan lejos hemos llegado? Expóngalos.
CS.- Tenga en cuenta que lo que le voy a decir está documentado como un hecho y forma parte del registro público. La información que usted tiene en sus manos verifica cada uno de los puntos.
BO.- Dispone de cinco minutos para que esta conversación termine. Usted tiene la palabra. Infórmeme.
CS.- Gracias, señor Presidente. En primer lugar: entre los que aparecen en la lista de buscados por el FBI no se encuentra Osama Bin Laden, que no es acusado por los delitos del 11 de Septiembre. Cuando llamé al FBI para preguntarles por esta anomalía, me respondieron: “No hay suficientes pruebas como para establecer un vínculo entre Bin Laden y la escena del crimen”. Más tarde descubrí que nunca había sido acusado por el Departamento de Justicia.
En segundo lugar, la traductora del FBI, Sibel Edmonds fue despedida y amordazada por el departamento de Justicia después de que revelase que el Gobierno tenía conocimiento previo de los planes para atacar a ciudades estadounidenses utilizando aviones como bombas, ya en abril de 2001. En agosto de 2009, la señora Edmonds rompió el secreto federal del sumario y testificó bajo juramento que Osama bin Laden, Al Qaeda y los talibanes estaban trabajando con la CIA, al menos hasta el 11 de Septiembre.
En tercer lugar, una cita del alcalde Giuliani durante una entrevista el 11 de Septiembre con Peter Jennings del ABC News: “Me dirigí al lugar de los hechos y establecí el cuartel general en el número 75 de Barkley Street, junto con el Comisonado de la Policía, el Comisionado de los Bomberos y el Jefe de Gestión de Emergencias, y nos dijeron con antelación que nos fuéramos de allí, porque el World Trade Center se iba a derrumbar. Y así fue efectivamente, antes de que pudiéramos salir del edificio, por lo que quedamos atrapados en el interior durante unos 10 o 15 minutos, y finalmente pudimos salir y caminar hacia el norte, junto con otras muchas personas. ¿Qué quién le dijo esto? Hasta el día de hoy esta es una pregunta sin respuesta, algo ignorado y enfáticamente negado por el alcalde Giuliani en varias apariciones públicas.
En cuarto lugar: en abril de 2004, USA Today informaba: “Dos años antes de los ataques del 11 de septiembre, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte llevó a cabo unos ejercicios de simulación de algo que era inimaginable en esos momentos, que aviones secuestrados se utilizaban como armas para estrellarlos contra objetivos y causar un gran número de víctimas”. Uno de los objetivos era el World Trade Center.
En quinto lugar: el 12 de septiembre de 2007, el programa de la CNN “Anderson Cooper 360” informaba que un misterioso avión blanco, grabado en vídeo por varios medios de comunicación, voló por el espacio aéreo restringido sobre la Casa Blanca poco antes de las 10 de la mañana del 11 de septiembre, y de hecho era un avión E-4B de la Fuerza Aérea, un Boeing especialmente modificado con un sistema de comunicaciones situado en la parte posterior de la carlinga, también conocido como “El avión del Juicio Final”. Aunque es un hecho relevante, la Comisión del 11 de Septiembre no consideró la presencia de este avión militar y no se incluyó en el Informe final de la Comisión del 11 de Septiembre.
En sexto lugar: Tres F-16 fueron asignados a la Base Andrews de la Fuerza Aérea, a diez millas de Washington DC, pero ese día estaban realizando ejercicios de entrenamiento en Carolina del Norte, a 207 millas de distancia, cuando los aviones impactaron contra las torres del WTC. Incluso a una velocidad significativamente inferior a su velocidad máxima de 2414 km/h, podrían haber defendido los cielos de Washington antes de la 9 de la mañana, 37 minutos antes de que el vuelo 77 se estrellase contra el Pentágono. Sin embargo, no regresaron hasta después de las 9:55 a.m. Y es significativo que la Base Andrews no tuviera disponible ningún avión en situación de alerta para despegar aquella mañana del 11 de septiembre.
En séptimo lugar: El colapso del Edifico 7 del WTC; sólo hace falta ver las imágenes.
En octavo lugar: el Vuelo 93 fue el cuarto avión en estrellarse ese 11 de Septiembre, a las 10:03 de la mañana. El Vicepresidente Cheney sólo dio órdenes de derribarlo entre las 10:10 ó 10:20 a.m. y esta orden no se comunicó a la NORAD hasta 28 minutos después de que el vuelo 93 se hubiese estrellado. Alimentando aún más las sospechas, tres meses antes de los ataques del 11 de Septiembre, Dick Cheney usurpó el control de la NORAD, y por lo tanto, nadie, excepto él, tenía el poder de dar las órdenes el 11 de Septiembre. Sin embargo, no hizo uso de ese poder. Tres meses después, renunció al mando de la NORAD y se recuperó su capacidad operativa.
En noveno lugar: Decenas de medios de comunicación han informado de que el FBI llevó a cabo una investigación de que por lo menos cinco de los secuestradores del 11 de Septiembre estuvieron realizando labores de entrenamiento en Estados Unidos en escuelas militares de vuelo. Esas investigaciones están ahora bajo secreto y debe ser desclasificadas.
En décimo lugar: en 2204, los bomberos de Nueva York Mike Bellone y Nicholas DeMasi declararon que habían encontrado las cajas negras en el World Trade Center, pero agentes del FBI les dijeron que mantuvieran la boca cerrada. Nicholas DeMasi dijo fue escoltado por agentes federales en un vehículo todo terreno en octubre de 2001, ayudando a localizar los dispositivos, algo respaldado por Mike Bellone.
Philadelphia Daily News informó en su momento: “Esto plantea la cuestión de si se produjo un cierto encubrimiento sobre los sucesos de la Zona Cero”.
En undécimo lugar: Cientos de testigos, incluyendo los primeros en ser citados, capitanes de bomberos, periodistas y policías, describieron que se produjeron múltiples explosiones en ambas torres antes y durante el colapso.
En duodécimo lugar: Un vídeo muestra a la corresponsal de la BBC Jane Standley informando sobre el colapso del edificio 7 del WTC veinte minutos antes de que se produjese, a las 5:20 p.m, de la tarde del 11 de Septiembre. Otras emisiones de la BBC muestran a presentadores de noticias discutiendo sobre el colapso del edificio 7 del WTC, con 26 minutos de antelación. La BBC en un primer momento afirmó que esas grabaciones del 11 de Septiembre se habían perdido antes de admitir que habían cometido un error al anunciar el colapso del edificio 7 del WTD antes de que se produjera, sin explicar adecuadamente cómo podían tener conocimiento de este hecho. Además, más de un ahora antes del colapso del edificio 7, a las 4:10, Aaron Brown de la CNN informaba de que el edificio “o bien ya ha colapsado o lo está haciendo en estos momentos”.
En décimo tercer lugar: la afirmación del Procurador General Ted Olson de que su esposa, Barbara Olson, lo llamó dos veces desde el vuelo 77, que describe a los secuestradores como navajeros, fue un elemento esencial de la historia oficial del 11 de Septiembre. Sin embargo, la credibilidad de esta historia quedo minada después de que Olson modificase su declaración, diciendo que no sabe si su esposa utilizó su teléfono móvil o el teléfono del avión. American Airlines confirmó que el vuelo 77 era un Boeing 757 y que este avión no disponía de teléfonos a bordo. Según el FBI, Barbara Olson intentó llamar a su marido sólo una vez y no puedo conectar con él, por lo tanto, Olson debe haber mentido cuando dijo que pudo hablar con su esposa que viajaba en el vuelo 77.
En décimo cuarto lugar: El tamaño de un Boeing 747 es de aproximadamente 40 metros, pero en las imágenes del impacto en el Pentágono sólo se observa un agujero de aproximadamente 5 metros de diámetro. Los motores del 757 habrían producido un orificio mucho mayor. Las imágenes muestran una zona con pocos daños y pocos escombros, algo completamente inconsistente con el accidente de un gran avión de pasajeros, especialmente cuando se compara con otras imágenes de accidentes aéreos en edificios.
Número 15: ¿Cuál es el significado de la siguiente cita atribuida a Dick Cheney, que salió a la luz durante las audiencias de la Comisión del 11 de Septiembre? Está tomada del testimonio dado por el entonces Secretario de Transportes, Norman Mineta. Durante el tiempo que el avión se acercaba al Pentágono, un joven informaba al Vicepresidente: “El avión se encuentra a unas 50 millas”; “El avión se encuentra a unas 30 millas”. Y cuando el avión se encontraba a unas 10 millas, el joven dijo al Vicepresidente: “¿Los pedidos siguen en pie?”. El Vicepresidente se giró y dijo: “Por supuesto, los pedidos siguen en pie. ¿Alguien te ha dicho lo contrario?”. Como sabemos que este avión no fue derribado, ni se observaron aviones de combate en las cercanías del avión, ni funcionó el sistema defensivo del Pentágono, ¿hemos de considerar que las órdenes eran que el avión impactase contra su objetivo?.
Número 16: En mayo de 2003, el Miami Herald informaba cómo la Administración Bush se negó a recibir un Informe del Congreso de 900 páginas sobre el 11 de septiembre, ya que quería “evitar ciertos detalles embarazosos del Informe”, en particular la advertencias antes del 11 de septiembre, así como que los secuestradores habían sido entrenados en escuelas de vuelo estadounidenses.
Número 17: Altos funcionarios del Pentágono cancelaron sus vuelos programados para el 11 de Septiembre el día anterior. El Alcalde de San francisco, Willie Brown, tras una advertencia de la Casa Blanca, canceló un vuelo hacia Nueva York, que estaba previsto para la mañana del 11 de septiembre.
Número 18: La tecnología para poder realizar llamadas con el teléfono móvil desde el avión a las altitudes de vuelo no se desarrolló hasta 2004, e incluso en ese momento estaba en fase de pruebas. Las llamadas desde teléfonos móviles, que forman parte de la versión oficial del Gobierno, eran tecnológicamente imposibles en ese momento.
Número 19: El 29 de abril de 2004, el Presidente Bush y el Vicepresidente Cheney se reunieron con la Comisión en unas condiciones de clandestinidad. Insistieron en testificar juntos y no bajo juramento. También exigieron que su testimonio fuera considerado secreto de Estado. Hasta la fecha, nada de lo que se habló ese día es de dominio público.
Y por último, señor Presidente, número 20: Pocos días después del ataque, varios periódicos, así como el FBI, informaron de que se había encontrado un pasaporte entre los escombros del WTC. En agosto de 2004, la CNN informó que el visado del secuestrador Ziad Jarrah se había encontrado entre los restos del vuelo 93, que impactó en Shanksville, Pensilvania.
Al menos un tercio de los cuerpos de la víctimas del World Trade Center se vaporizaron y muchas de las víctimas del incidente del Pentágono estaban totalmente calcinadas, siendo imposible su reconocimiento. Sin embargo, los visados y el pasaporte, que identificaron a los responsables y respaldan la versión oficial de los hechos, milagrosamente aguantaron las explosiones e incendios. (El asesor del Presidente vuelve a aparecer a su lado susurrándole algo al oído. A continuación se mueve con rapidez).
BO.- Bueno, Charlie, no puedo decir que no haya sido muy interesante. Como he dicho antes, el relato parecía bien enfocado y organizado. Independientemente de lo que piense de todo este material, debo felicitarle por su celo y dedicación. Sin embargo, nuestro tiempo se ha terminado (El Presidente se levanta de su silla y yo hago lo mismo)
CS.- Señor Presidente, un segundo más (El Presidente se dirige hacia la puerta, yo le sigo con rapidez, siguiendo sus pasos). Señor Presidente, le suplico, basándome en las pruebas que le he transmitido, que utilice su Poder Ejecutivo. Demuéstrenos que lo va a hacer, de que se preocupa: cree una Comisión del Congreso verdaderamente abierta en relación al 11 de Septiembre y sus secuelas. Los familiares se merecen la verdad; el pueblo estadounidense y el resto del mundo se merecen la verdad. Sr. Presidente… (hace una pausa, nos estrechamos las manos), asegúrese de que vira hacia el lado correcto en esta historia (El Presidente se desprende de mi mano).
BO.- Ya estoy en el lado correcto. Gracias, Charlie, mi personal y yo nos mantendremos en contacto. (Le miro mientras camina por la habitación, llevando firmemente las pruebas que yo le aporté, en la mano de la Providencia).
Fin
Nota del autor: Lo que usted acaba de leer en realidad no ha pasado… todavía.
Esta es una carta abierta dirigida al Presidente solicitando una nueva investigación.
–————————–
Procedencia del artículo:
http://i.telegraph.co.uk/multimedia/archive/01479/20min-w-President_1479895a.pdf
___________________________________________