por Media Lens, 23 de mayo de 2012
Los ingresos por publicidad son la sangre vital de la prensa. Aunque han descendido en los últimos años, en la actualidad suponen alrededor de un 60% de los ingresos totales, incluso en la prensa de cierta calidad, como The Guardian y The Independent.
Obviamente, esto tiene fuertes implicaciones en el comportamiento de los medios de comunicación, como incluso algunos medios corporativos están dispuestos a aceptar. Andrew Edgecliffe-Johnson señala en el Financial Times: “Detrás de las tareas periodísticas, la mayoría de las organizaciones de noticias se mueven en operaciones comerciales para vender audiencias a los anunciantes” (1).
Las empresas de comunicación son propiedad de personas ricas o de corporaciones, y están legalmente obligados a subordinar el bienestar humano y el medio ambiente a los intereses de los accionistas (2).
Pero muchas veces se ignora las consecuencias que esto tiene para la democracia. Pero a veces la verdad sale a la luz. Después de declarar en la investigación de Levenson el abril de 2012, el dueño de The Independent, Evgeny Lebedev, twiteó: “ Se me olvidó decirle a #Levenson que es irrazonable esperar que los individuos se gasten millones de libras en los periódicos y no tener acceso a los políticos”.
Incluso una noticia en The Guardian hacía notar: “Fue un mensaje divertido y refrescante, honesto, después de todas las patrañas y la hipocresía de los medios, con los magnates diciendo que no influyen en la clase política”.
Una información honesta y refrescante fue el mensaje servido por el mismísimo Brian Levenson cuando dijo: “La mayoría del periodismo está formado por personas que trabajan con honor, con dedicación, y realizando una labor de interés público”.
Imagínense a Levenson diciendo que la mayoría del periodismo hace su trabajo sin considerar el “interés social”. Habría provocado el caos entre la clase política-medios de comunicación.
Tal vez estamos siendo algo injustos con Levenson, ya que ha dicho que apoya el activismo en los medios de comunicación. Dijo que Internet “somete a los periodistas a una mayor responsabilidad. Las personas le someten a un escrutinio y no creo que haya ningún periodista decente que no dé la bienvenida a este control adicional”.
O al menos a uno le gustaría pensar eso. Por desgracia, no es esa nuestra experiencia en los últimos once años de ser ninguneados, bloqueados, maltratados y lanzados a los márgenes de la respetabilidad de los medios de comunicación, incluso por parte de personas que están de acuerdo con lo que hacemos, pero que no quieren ser tratados de la misma manera.
La regla del 5-10% de los que se chupan el dedo
La investigación Levenson ha puesto de manifiesto la profunda influencia de los propietarios de los medios corporativos en las noticias que publican. Nick Davies, de The Guardian, cuyas informaciones sobre Milly Dowler han sido elogiadas de forma justa, decía en su libro Flat Earth News que “el efecto acumulativo de los propietarios y de la propiedad no iba más allá del 5-10%”:
“ Los periodistas con quienes he hablado sobre esto [es decir, Davies señala que el periodismo no dice toda la verdad] están de acuerdo en cuantificar estas dos formas de injerencia en torno a un 5-10% (3)”.
Estas cifras se contradicen incluso con muchos aspectos del periodismo moderno, que ha evolucionado en función de las demandas de los anunciantes y de los propietarios de las empresas.
Jonathan Cook, ex periodista de The Guardian, desafía las informaciones aparecidas durante la investigación Levinson sobre esa influencia señalada por Davies del 5-10%. Por ejemplo, Harold Evans, ex editor de Rupert Murdoch en el Sunday Times, describe como Levenson en 1981 reprendió a Murdoch por informar de la sombría situación económica “ y no que sea lo que Murdoch quiere, en términos políticos”. Evans dice que se reunió con Murdoch y “casi acabaron a puñetazos en su discusión sobre la situación económica”.
Evans agregó:
“Quizás también Murdoch acudiese a reuniones de altos funcionarios para que modificase la cobertura informativa, incluso la línea editorial de sus columnas de opinión y para decirle al editor de la sección de exteriores que “atacase más a los rusos”.
No es de extrañar que el ex editor de Sun David Yelland dijese sobre los editores, que era “como ir a un viaje donde se coincidía en todo con Murdoch… ¿Qué piensa Rupert de todo esto?, era el mantra que se repetía una y otra vez dentro de la cabeza”.
Cook en dos artículos también revela lo obvio: que Murdoch también decidía a qué partidos había que apoyar, aquellos que defendiesen sus intereses económicos.
En el primero, de 2009, describe que James Murdoch, Jefe Adjunto de Operaciones de News Corp., le había dicho a David Cameron, líder del Partido Conservador, en la oposición por entonces, que Sun cambiaría su apoyo del Partido Laborista por los conservadores en las próximas elecciones. Este anuncio fue realizado poco después de que Jeremy Hunt, entonces secretario de Cultura de los Torys, hubiese visitado las oficinas de News Corp en los Estados Unidos.
En el segundo artículo informaba de que Murdoch “atraído por la idea” de la independencia de Escocia pensó que Alex Salmond, primer ministro de Escocia, era un buen tipo. Murdoch le despejó el camino “ y apoyó al Partido Nacional Escocés de Salmond en la edición escocesa de Sun durante las elecciones de la primavera de 2011, al igual que Salmond prometió ejercer presión para que News Corporation tomase el control de BskyB”. El SNP logró una aplastante victoria en las elecciones parlamentarios de Escocia, celebradas el 5 de mayo. Salmond confesó que se sentía muy feliz de llamar directamente al secretario de cultura de Jeremy Hunt para intentar que Murdoch tomase el control completo de la cadena por satélite.
Pero estas maniobras no son cosa de una sola vez, sino que son parte crucial del proceso político. Como dijo Oliver Letwin, de la Oficina del Gabinete del Ministro, a Levenson, que “ los jefes de News International podrían ser muy exigentes”. Refiriéndose a la entonces redactora de Sun, Rebekah Brooks, acusada la semana pasada de conspiración para pervertir una instrucción de la justicia: “Si usted estaba de su mismo lado, entonces tenía que verla cada semana. Así es como funcionaba el asunto”.
Letwin añadió: “ La realpolitik es que usted tiene que seguir lo que dicen los que dirigen el periódico. El Partido Laborista hizo lo mismo”.
En efecto, en 1995, el líder de la oposición Tony Blair voló alrededor del mundo para reunirse con Rupert Murdoch en Hayman Island, en un lujoso hotel de Queesland, Australia. Dirigiéndose a los ejecutivos de News Corporation, el líder del Partido Laborista prometió poner fin a “una planificación económica rígida y al control estatal” de la “Vieja Izquierda” y declaró que “la batalla entre el mercado y el sector público se ha terminado”. Dos años más tarde, después de 18 años de apoyo a los Conservadores, Murdoch utilizó Sun para respaldar oficialmente a Blair y al Nuevo Partido Laborista, que ganó las elecciones generales en 2011. Blair hasta fue el padrino del hijo pequeño de Murdoch.
Pero Murdoch no es el único que proyecta su sombra sobre el proceso político. El Primer Ministro David Cameron admitió que “ él y otros políticos han estado demasiado cerca de los ejecutivos y propietarios de los periódicos”. Los políticos se han plegado a la voluntad de los propietarios de los medios de comunicación, y los propietarios son los que han influido o incluso han señalado lo que sus editores y periodistas deben decir.
Jonathan Cook nos dijo por qué cree él que es importante documentar el grado de interferencia de los propietarios:
“El libro de Davies [‘Flat Earth News’] fue muy influyente, especialmente en algunos periodistas, sobre todo porque señala las mentiras que dicen ellos mismos y otros problemas de la profesión, como una adecuada atención y financiación por parte de los propietarios de los medios de comunicación. Prefieren esa visión por dos razones obvias: en primer lugar, quieren que se invierta más dinero en sus trabajos, porque eso supone un mejor salario y una mayor promoción; en segundo lugar, ayuda a evitar una mirada sobre la realidad e independencia editorial, que ha sido, y es, un mito (4)”.
Cook también nos dijo:
“No tardó mucho Davies es retirar algunas tonterías de su libro. El problema estaba en que ya no podía justificar su argumento sobre el fracaso de los medios, resultado principalmente de presiones económicas, más bien que debido a defectos estructurales (5)”.
Una conversación privada entre los grupos de la elite
Peter Osborne, principal comentarista político del Daily Telegraph, no es un izquierdista que desvaríe. Pero como político conservador, tenía algunas observaciones interesantes para Levenson sobre la corrupción política y los medios de comunicación del país.
Osborne dijo que cuando él llegó a la escena del reportaje político se asombró de la proximidad de políticos y periodistas:
“Dejó de ser una entrevista entre activistas y políticos y se convirtió en otra entre políticos y periodistas. La participación de News International en la Conferencia Conservadora y de los Laboristas era un acontecimiento con un poder extraordinario, del cual la gente estaba excluida. Lamentablemente nunca conseguí entrar, pero allí estaba todo el Gabinete, influyentes agentes, altos funcionarios, y se hacían importantes declaraciones, de modo que sentí cómo estaba siendo gobernada Gran Bretaña”.
Y continúa diciendo:
“Y luego estaba el asombroso asunto de cómo la gente de News International se sentaba justo detrás del Gabinete. Eran los personajes más importantes de la Cámara, con todos los medios de comunicación importantes allí presentes, situados en el interior del santuario. Me pareció una perversión de la Democracia, que se estaba empezando a convertir en una conversación privada entre grupos de elite, más que un compromiso adecuado de participación popular”.
Describió la colusión entre periodismo y política como una conspiración contra los lectores. Cuando fue desafiado por Levenson para que justificase una aseveración tan cruda, Osborne respondió:
“Esto es exactamente lo que estaba pensando […] cuando tuve que hacer un artículo y me dirigí a las personas del Partido Laborista, y había muy pocos […] Las personas que trataron de informarme de forma objetiva y justa fueron presionados y perseguidos, y no tenían acceso a la información. Las personas que formaban parte del círculo de los predilectos pagaban un precio por ello. Me di cuenta de que era muy difícil ser independiente y mantener la integridad en esas circunstancias”.
El reportaje político se hace mediante “acuerdos privados entre los medios y los políticos”. La colusión entre políticos y medios de comunicación nos ayuda a comprender por qué la gente está tan mal informada, por ejemplo sobre Irak en el período previo a la guerra. Y añadiremos que también ayuda a explicar por qué el público sigue estando mal informado sobre la cifra de muertes producida por la invasión de Irak, que probablemente supere el millón, con cuatro millones de refugiados, y un país completamente devastado.
(1)‘News industry can survive in the digital age,’ Financial Times, March 21, 2012. [↩]
See Joel Bakan, The Corporation: The Pathological Pursuit of Profit and Power, Constable, 2004. [↩]
(2)Flat Earth News, Chattus & Windus, 2008, p. 22. [↩]
(3)Email, April 26, 2012. [↩]
(4)Email, April 25, 2012. [↩]
Media Lens es un organismo de control de los medios de comunicación del Reino Unido, encabezado por David Edwards y David Cromvell. El segundo libro de Media Lens, Neolengua en el siglo XXI, por David Edwards y David Cromwell, fue publicado en 2009 por Pluto Press. Visit Media Lens’s website.