Viernes Negro: consumismo compulsivo

por Kathleen Wallace Peine / 26 de noviembre de 2011

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Las imágenes que hemos visto del Viernes Negro en Estados Unidos no son precisamente un regalo, y desgraciadamente viene a reforzar la idea de que los estadounidenses son una plaga de bestias consumidoras. Y en su mayoría es en lo que se ha convertido este país. La alimentación se ha convertido en un sucedáneo, desapareciendo los alimentos de verdad.

Si usted no vive en los Estados Unidos quizás no cumpla con esta tontería, pero de todos modos el Viernes Negro, que se celebra el día después del de Acción de Gracias, pone en marcha el consumo navideño. Las tiendas hacen descuentos en algunos artículos con objeto de atraer a los consumidores, que se desorientan con tanta luz brillante que actúa como un alucinógeno. Los compradores hacen largas colas, incluso por la noche. El nombre de Viernes negro se dice que hace referencia a que los comercios que se encuentran en deuda, en negro, pueden salir de ella. Los grandes bancos también tienen un Viernes Negro con la Reserva Federal, pero no todos los bancos pueden acogerse a esta variedad.

En Norteamérica se ha demostrado que usted es libre de expresarse siempre y cuando no toque nada en lo referente al dinero. Puedo ir a un funeral y llamar al difunto cualquier barbaridad, que usted no va a recibir por ello una ración de gas pimienta. Nadie le va a decir nada ni le van a detener. Mientras no interfiera en el comercio, el país tolera la libre expresión por desagradable que sea. Pueda protestar contra el deterioro de la atención sanitaria, y usted puede andar por las aceras como si estas fueran su cuarto de baño, siempre y cuando lleve su cartera. Podrá defecar encima de un coche: ¿Visa o American Express, señor?

Me da una repugnancia visceral cuando veo las imágenes o escucho hablar a alguien de sus planes para el Viernes Negro, pero estoy tratando de alejarme de mi rancio moralismo. Una santidinerectomía es casi tan cara como una exasperectomía, eso todos lo sabemos.

Para muchos norteamericanos la noción de Viernes Negro es la misma que la que tiene un niño de la Guardería. Se trata de conseguir algo que uno normalmente no se puede permitir regalar a un ser querido. Se trata de conseguir un moderno corte de pelo regalando al marido una cadena de reloj, que vende la cadena de reloj para comprar un peine para el pelo. Es algo complicado, pero es así.

Pero nos guste o no, el caótico Viernes Negro tiene sus raíces en las historias que leímos durante la adolescencia. Gracias a O. Henry…. Los estadounidenses tienen la noción de hacer un bien a los demás, pero tal como un perro nos lamería la cara dejándonos sus babas.

Esta mentalidad infantil esta promovida sin duda por aquellos tienen la capacidad de… bueno, de prever las cosas por adelantado.

Coja una buena intención y conviértala en un infierno. Esa es la fórmula para que los niños vayan a la guerra. Tome algo que parece tan honesto, o tan inocente, como dar un regalo, o que le digan qué necesita para protegerse usted y los suyos, entonces todo se pervierte para convertirse en algo muy diferente.

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Con el fin de facilitar que se mantengan los talleres de esclavos o que las familias sigan viviendo en terribles condiciones, mientras que se obtienen beneficios salvajes para los que fabrican las bombas, que no es lo que se vende en cualquier caso, ¿no?. Pero todo esto los estadounidenses lo tratan de una forma muy superficial. Sombrero, sea blanco o negro, con algo malévolo acariciando nuestros cerebros. Y por supuesto, ninguna sombra de duda, estamos bien. Esta es la narración nacional de los hechos.

Esta es la mentalidad que muchos manifestantes del movimiento de Ocupación de Wall Street están tratando de erosionar. Un gran cambio en nuestra forma de pensar. Es por eso que quieren acabar con él. Y mucha gente hastiada colaborará en ello.

Pero hay un punto de decencia, incluso en el caos del Viernes Negro, la de querer hacer algo por los demás mediante la compra de un regalo. (Ya dije que estoy tratando de deshacerme de los prejuicios que tengo hacia estas personas).

El reto consiste en socavar esta patología, la de pensar que el vacío va a ser llenado por los objetos de consumo transitorio. Es fácil reírse de este espectáculo grotesco y sentirse superior cuando no se participa en él, pero en realidad muchos de nosotros a pesar de burlarnos acabamos comprando un ordenador en otra época del año a un precio más alto. Nosotros no somos vírgenes en este campo.

Despreciar el Viernes Negro es como pretender que los adictos a las drogas acaben cuidando de su salud dental. No hay conciencia de lo que se está haciendo al planeta. No se muestran los matices, y nos sentimos superiores a estas tropas del Viernes Negro. Todos podíamos pretender aumentar la conciencia, de momento minúscula, de nuestros conciudadanos.

Es el momento de empezar a erosionar estas artificiales divisiones.

Kathleen Wallace Peine se alegra de recibir comentarios de los lectores. Se pueden poner en contacto con ella en: kathypeine@gmail.com

http://dissidentvoice.org/2011/11/misanthropys-holiday/

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http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/05/12/rescatando-a-huckleberry-finn/