¿Qué sustancias tóxicas tenemos en nuestro cuerpo?

En nuestros cuerpos están presentes muchas sustancias tóxicas que proceden de los productos que utilizamos todos los días.

Por Nicholas Kristof, 23 de febrero de 2018

nytimes.com

             

Alimentos enlatados

Botella agua plástico duro

Tickets de la compra

Pasta de dientes

Protector solar

Jabón líquido

Maquillaje

           

Cortina de baño de vinilo

Suavizantes

Bolas de naftalina

Protectores de la tela

Esmalte de uñas

Muebles con espuma

Sustancia química Detalles Producto o lugar donde se puede encontrar esta sustancia química
Antimicrobianos Puede interferir con el tiroides y otras hormonas Pasta de dientes, jabón, desodorante
Benzofenonas Puede imitar a las hormonas naturales como los estrógenos Protector solar, lociones, protector labial
Bisfenoles Puede imitar a las hormonas naturales como los estrógenos Barniz protector para alimentos enlatados, botellas de agua de plástico duro, tickets y recibos impresos en papel térmico.
1,4-diclorobenceno Puede afectar las hormonas tiroideas y puede aumentar el riesgo de cáncer Bolas de naftalina, desodorantes de tocador
Parabenos Pueden imitar a las hormonas naturales como los estrógenos Cosméticos, productos para el cuidado personal como champús, geles para el cabello, lociones
Ftalatos Puede interferir en el desarrollo reproductivo masculino y la fertilidad Cortinas de ducha de vinilo, comida rápida, esmalte de uñas, perfumes / colonias
Productos químicos de fragancia Puede exacerbar los síntomas del asma y alterar las hormonas naturales Perfume / Colonia, productos de limpieza, suavizantes, ambientadores
Sustancias per- y polifluoroalquilos (PFAS) Pueden afectar a las hormonas, la respuesta inmune en los niños y puede aumentar el riesgo de cáncer Compuestos fluorados, como Scotchgard, y otros tratamientos antimanchas, envoltorios de comida rápida
Retardantes de llama Puede afectar el neurodesarrollo y los niveles de hormonas, y puede aumentar el riesgo de cáncer Esmalte de uñas, amortiguación de espuma en los muebles, aislamiento de espuma rígida.

¿Sorprendido? De la misma manera me quedé yo cuando analizaron mi orina para detectar la presencia de estas sustancias químicas. (Es necesaria una prueba de orina o sangre para confirmar si realmente ha estado expuesto a estas sustancias).

Déjeme decirle que yo no esperaba encontrarme tantas sustancias químicas.

Hace casi una década me estremeció un artículo sobre una clase de sustancias tóxicas denominadas disruptores endocrinos. Están relacionadas con el cáncer y la obesidad, y también parece que tienen relación con la feminización de los machos, de modo que caimanes macho han desarrollado unos genitales atrofiados y las percas macho produjeron huevos.

En los seres humanos, Los disruptores endocrinos se han relacionado con la aparición de espermatozoides de dos cabezas y la disminución en el número de espermatozoides. También se ha observado que pueden interferir en un aumento de anomalías de los testículos, que no descienden, y en un defecto congénito que se conoce como hipospadias, en el que la uretra sale del lado o de la base del pene en lugar de hacerlo de la punta.

Estas son historias que se cuentan en las revistas de urología. Si usted es un hombre, no se retuerza las manos mientras lee esto; colóqueles entre la entrepierna.

Así que he intentado durante estos años limitar mi exposición a sustancias químicas que alterasen el sistema endocrino. Siguiendo los consejos del Panel sobre el Cáncer del Presidente, consumo alimentos ecológicos para reducir la exposición a los disruptores endocrinos que se encuentran en los pesticidas. Intento guardar las sobras de la comida en un recipiente de vidrio, no de plástico. Evito manejar los tickets de la compra o de los cajeros automáticos y gasolineras. Intento evitar los muebles con retardantes de llama.

Estas son algunas de las fuentes más comunes de presencia de los tóxicos disruptores endocrinos, así que pensé que mi orina estaría limpia, pura como el agua de un arroyo de montaña.

En el Instituto Silent Spring, cerca de Boston, que estudia la seguridad de las sustancias químicas, se ofrece un “kit de ayuda a la desintoxicación” para que los consumidores puedan determinar qué sustancias dañinas hay en sus cuerpos. Siguiendo las instrucciones, congelé dos muestras de orina (advirtiendo a mi esposa e hijos de que tuviesen cuidado con la comida que sacaban del congelador) y las llevé para su análisis.

Por cierto, la prueba también sirve para las mujeres. Los hombres pueden hacer una mueca de dolor al oír hablar de micropenes de cocodrilo, pero los disruptores endocrinos también se han relacionado con el cáncer de mana y otros cánceres ginecológicos. El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos advierte a las mujeres que los disruptores endocrinos también pueden provocar abortos, defectos fetales y otros muchos daños.

Mientras esperaba los resultados del laboratorio, continué leyendo las últimas investigaciones. Un investigador me envió un extraño vídeo en el que aparecía un ratón expuesto a un disruptor endocrino de presencia común que no paraba de dar volteretas, como una especie de tic nervioso.

Finalmente recibí noticias del Instituto Silent Spring. Pensé que era un boletín en el que aparecerían muy buenas notas. Ya dije que evito aquellas cosas que puedan dañarme. En mis artículos digo a los lectores cómo pueden evitarlas.

Efectivamente, tenía unos niveles bajos de bisfenoles (BPA), que están presenten en las botellas de plástico, aunque ahora hay algunas en las que pone “libre de BPA”.

Pero incluso un estudiante diligente como yo no tuvo buenas notas. Fueron malas. Tenía unos niveles altos en un sustituto del BPA, el BPF. Ruthann Rudel, un toxicólogo que es jefe de investigación en Silent Spring, me explicó que las empresas están cambiando el BPA por el BPF, el cual puede ser incluso más dañino (el cuerpo tarda más en descomponerlo). El BPF es similar a esa sustancia que hizo que esos ratones no parasen de dar volteretas hacia atrás.

Este tipo de lamentables sustituciones, cuando las empresas eliminan una sustancia química que tiene mala reputación y la sustituyen por otra poco conocida, es algo muy frecuente”, me dijo Rudel. “A veces, los científicos ambientalistas creemos estar jugando al juego del whack-a-mole con la Industria Química”.

Suspiro. Pensé que estaba actuando adecuadamente para evitar los plásticos con BPA, pero puedo incluso estar causando más daño a mi cuerpo.

Mi orina tenía un nivel medio de un disruptor endocrino llamado triclosán, posiblemente presente en el jabón y la pasta de dientes. Como la mayor parte de las personas, también tenía fenoles clorados (tal vez de las bolas de naftalina de mi armario).

Tenía altos niveles de un retardante de llama llamado fosfato de trifenilo, posiblemente de los acabados del piso, sustancia que puede ser neurotóxica. Hmmmm… Cada vez que observe defectos en mis artículos, sepa que se debe a la presencia de sustancias neurotóxicas.

Los resultados de mis análisis realizados en el laboratorio: se encontraron altos niveles de cuatro sustancias químicas

Sustancia química Detalles
1,4-diclorobenceno Puede afectar las hormonas tiroideas y puede aumentar el riesgo de cáncer
Antimicrobianos Puede interferir con el tiroides y otras hormonas
Bisfenoles Puede imitar a las hormonas naturales como los esstrógenos
Retardantes de llama Puede afectar el neurodesarrollo y los niveles de hormonas, y puede aumentar el riesgo de cáncer
Benzofenonas Puede imitar a las hormonas naturales como los estrógenos
Parabenos Puede imitar a las hormonas naturales como los estrógenos

Notas: También se encontraron benzofenonas y parabenos, pero en niveles más bajos que la mayoría de los estadounidenses. No se incluyeron los análisis de la presencia de ftalatos y productos químicos de los ambientadores.

¿Estos disruptores endocrinos me provocarán un cáncer? ¿Me convertirán en una persona obesa? ¿Un deterioro de mis genitales? Al menos no he observado retrocesos, todavía.

Los consejos que sigo me ayudaron, y recomiendo a las personas que consulten las guías del consumidor en ewg.org para intentar reducir la exposición a las sustancias químicas tóxicas. Del mismo modo, si me hubiera descargado la aplicación para el teléfono móvil DetoxMe, me habría desecho de las bolas de naftalina, de los ambientadores y las velas perfumadas. (Lección de ciencias: el uso de menos fragancias supone una orina más limpia).

Sin embargo, mi conclusión es que los grupos de presión de la Industria Química han manipulado el sistema para que los consumidores no podamos protegernos de manera adecuada.

No deberíamos tener un doctorado en toxicología para estar a salvo de tantos productos químicos tóxicos”, me dijo el Dr. Richard Jackson de la UCLA. “Gran parte de las sustancias a las que estamos expuestos no han sometidas a una evaluación de riesgos y mucho menos están reguladas”.

La Administración Trump ha aumentado el problema al aprobar unas leyes más laxas sobre ciertas sustancias como los clorpirifos, el pesticida presente en el gas nervioso fabricado por Dow Chemical. La ciénaga prevalece.

Entonces, la triste lección es que incluso comprendiendo el problema y tratando de protegerse usted y su familia, lo cual les sugiero encarecidamente, su cuerpo no puede evitar estar contaminado. La Industria Química gasta decenas de millones de dólares en publicidad y grupos de presión, de modo que ha conseguido que la regulación sea menos firme y sus ingresos sean superiores al dinero que gastan.

Ellos están llevando a cabo su programa y nosotros somos sus conejillos de indias.

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