El tiempo de transporte es tiempo de trabajo

Pilar Vega Pindado


El tiempo destinado al transporte hasta los centros de trabajo es un tiempo perdido que se detrae del tiempo de descanso y de las horas de sueño de los trabajadores. Además, al tener que realizar la tarea de conducir un automóvil no es posible relajarse, leer un libro, descansar o comunicarse con otros compañeros o amigos durante los trayectos.

Esta es la realidad laboral de una buena parte de los trabajadores, que superan diariamente los horarios contratados y de convenio. De hecho, el 17,21% de los trabajadores emplea más de una hora en ir y volver del trabajo, tiempo de transporte que hay que añadir al tiempo de trabajo.

Los atascos y los problemas derivados de los mismos pueden provocar falta de puntualidad a lo largo de la vida laboral de un trabajador, pudiendo acumular muchas horas de trabajo perdidas en el desplazamiento in itinere, que en la mayoría de las ocasiones deben recuperar prolongando su horario de trabajo, al no contemplarse por lo general que el tiempo de transporte es también tiempo de trabajo.

La mayoría de los trabajadores emplean entre media hora y una hora en cada uno de los viajes de ida y vuelta entre el domicilio y el centro de trabajo, independientemente del medio de transporte que utilicen. Pero cada vez son más frecuentes periodos de transporte que sobrepasan una hora en cada uno de los viajes, especialmente en las áreas metropolitanas, pero también en zonas rural-urbanas en donde el vehículo privado amplia el radio de cobertura en distancias por encima de los cien kilómetros.

El automóvil es el transporte más utilizado hasta el umbral temporal comprendido entre 45 minutos y una hora; a partir de estos tiempos de viaje, los trabajadores eligen modos de desplazamiento más seguros y baratos como el transporte público, alcanzando al 51,74% de los viajes. En todos los casos, son los asalariados los que tienen que destinar más tiempo de trabajo para pagar los costes derivados de estos viajes.

Este escrito es un fragmento del Capítulo VII del libro “Gestión del tiempo y evolución de los usos del tiempo”, editado por Vision Net, escrito por Pilar Vega Pindado.