Colegio Estadounidense de Pediatras: nuevos motivos de preocupación en torno a las vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH)

Colegio Estadounidense de Pediatras, enero de 2016

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El Colegio Estadounidense de Pediatras está comprometido con la salud y el bienestar de los niños, incluida la prevención de enfermedades mediante la administración de vacunas. Recientemente ha llegado a conocimiento del Colegio que una de las vacunas recomendadas esté posiblemente relacionada con una enfermedad muy poco frecuente pero grave: insuficiencia ovárica prematura (FOP), también conocida como menopausia prematura. Se han realizado dos series de informes de los casos (3 casos) publicados desde 2013: las adolescentes, después de la menarquia, desarrollaron fallo ovárico prematuro tras recibir la vacuna Gardasil, bien a las pocas semanas o algún año después. Esta vacuna se administra contra cuatro cepas distintas del virus del papiloma humano (VPH4) (1,2). Algunos efectos adversos que se producen después de la vacunación con frecuencia no están causados por la vacuna, pero se ha observado un notable aumento de fallo ovárico prematuro en los últimos 9 años, desde que la vacuna VPH4 ha empezado a utilizarse ampliamente.

Hay motivos de preocupación que deben ser abordados: (1) la función ovárica a largo plazo no se evaluó en ninguno de los estudios de seguridad realizados en las ratas (3,4), o en las pruebas realizadas en los seres humanos; (2) la mayoría de los médicos de atención primaria probablemente no hayan establecido una asociación entre la vacuna VPH4 y fallo ovárico prematuro, y no han considerado la publicación de los casos de POF o amenorrea prolongada (falta de menstruación y por tanto no lo hayan comunicado al Sistema de Control de Reacciones Adversas de las Vacunas (VAERS); (3) los posibles mecanismos de acción quizás estén relacionados con el adyuvante de aluminio (1), y otro componente del que se sabe, y así está documentado, que presenta toxicidad ovárica en las ratas, el polisorbato 80 (2); y (4) ya que la licencia para la comercialización de Gardasil® se concedió en 2006, se han contabilizado 213 informes en el VAERS ( según la base de datos de la CDC WONDER VAERS, que está a disposición del público), entre ellos amenorrea, POF o menopausia prematura, el 88% de los cuales está asociado con Gardasil® (5). La vacuna Cervarix®, que actúa contra dos cepas del virus VPH (VPH2), se autorizó a finales de 2009 y representa el 4,7% de los informes del VAERS recogidos desde 2006, y el 8,5% de estos informes desde febrero de 2010 hasta mayo de 2015. Si lo comparamos con el período anterior a la vacunación contra el VPH, 1990-2006, no se informó de ningún caso de fallo ovárico prematuro o menopausia prematura, aunque sí de 32 casos de amenorrea figuran en el VAERS.

Muchas mujeres adolescentes se vacunan de la gripe, de la vacuna meningocócica y de la vacuna contra el tétanos, sin recibir la vacuna Gardasil®, y sin embargo, sólo el 5,6% de los informes de disfunción ovárica, desde 2006, se han asociado con este tipo de vacunas en ausencia de la administración simultánea de la vacuna Gardasil®. La mayoría (76%) de casos recogidos en el VAERS desde 2006 referidos a insuficiencia ovárica, menopausia prematura, y/o amenorrea, están asociados con Gardasil®. Si nos fijamos en los informes del VAERS desde 2006, que señalan casos de amenorrea durante al menos 4 meses, y no están asociados con otras causas conocidas como el síndrome del ovario poliquístico o el embarazo, 86 de los 89 casos están asociados con Gardasil®, 3 de los 89 con Cervarix®, y ninguno de los 89 está relacionado con otras vacunas administradas de forma independiente de una vacuna contra el VPH (5). Utilizando los mismos criterios, sólo hay 7 informes de amenorrea desde 1990 a 2005 y no más de 2 asociados cualquier otro tipo de vacuna.

Algunas otras vacunas que se administran en la adolescencia, a parte de Gardasil®, contienen polisorbato 80. Los ensayos sobre su seguridad realizados con anterioridad a la concesión de la licencia en el caso de Gardasil®, se utilizó un placebo que contenía polisorbato 80, así como adyuvante de aluminio (2,7). Por lo tanto, si tales ingredientes pueden causar disfunción ovárica y un aumento de la amenorrea, probablemente no se detectó en los ensayos controlados con placebo. Por otra parte, muchas niñas que participaron en los primeros ensayos estaban tomando anticonceptivos hormonales, que pueden enmascarar la disfunción ovárica, incluyendo amenorrea e insuficiencia ovárica (2). Por lo tanto, una relación causal entre las vacunas del papiloma humano ( sobre todo en el caso de Gardasil®) y la disfunción ovárica no se puede descartar en este momento.

Numerosos estudios de seguridad sobre la vacuna Gardasil, incluido uno que ha aparecido recientemente (8), han estudiado las enfermedades desmielinizantes y autoinmunes, y no han encontrado ningún problema significativo. Por desgracia, ninguno de ellos, excepto los estudios preclínicos de seguridad para otorgar la licencia, con un total de 11.798 personas vacunas (9), abordan específicamente la disfunción ovárica después de la vacunación. Mientras que los datos de estos estudios no aprecian un aumento de la tasa de amenorrea después de la vacunación, la ausencia de placebos salinos y que la mayoría de las participantes tomaban anticonceptivos hormonales, esos estudios no sirven para descartar un efecto sobre la función ovárica.

Un estudio sobre la seguridad de la vacuna en relación al fallo ovárico prematuro está previsto que se realice para intentar esclarecer la asociación entre las vacunas y el fallo ovárico, pero pueden pasar años antes de que salgan a la luz los resultados. Además, el fallo ovárico, que a veces se presenta pocos años después de la vacunación, podría ser la punta del iceberg, ya que la disfunción ovárica se manifiesta antes como amenorrea, que puede progresar hacia fallo ovárico. Mientras tanto, el autor de esta declaración se ha puesto en contacto con el fabricante de Gardasil, con el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), para dar a conocer las inquietudes expresadas anteriormente y solicitar la realización de estudios a largo plazo en ratas (1), para ver si existe una relación entre la disfunción ovárica y la administración de la vacuna VPH4 (2), la revisión de los 89 casos registrados en el VAERS por parte de la CDC, consultado la base de datos, que sólo contiene informes iniciales, de modos que los médicos de atención primaria (3) sean informados de la posible asociación entre la vacuna del VPH y amenorrea. Un representante del Gobierno de Estados Unidos respondió que “se van a realizar estudios y supervisar la seguridad de las vacunas contra el VPH. El peso de las evidencias registradas en el VAERS o CIV y otras fuentes, indican una probable asociación causal entre fallo ovárico y las vacunas contra el VPH, tomándose medidas apropiadas atendiendo a la salud pública”.

El Colegio hace esta declaración para que las personas que hacen uso de las vacunas contra el virus del Papiloma Humano sean conscientes de estas preocupaciones, a la espera de más medidas por parte de las Agencias de Regulación y los fabricantes. Mientras que hay pruebas consistentes de una relación causal entre la disfunción ovárica y HPV4, esta información debe ser de conocimiento público por parte de los médicos y pacientes que tengan pensado administrar o recibir estar vacunas.

Autor principal: Scott S. Field, MD

Enero de 2016

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Referencias:

1. Colafrancesco S, Perricone C, Tomljenovic L, Shoenfeld Y. Human papilloma virus vaccine and primary ovarian failure: another facet of the autoimmune/inflammatory syndrome induced by adjuvants. Am J Reprod Immunol. 2013; 70:309-316.

2. Little DT, and Ward HR. Adolescent premature ovarian insufficiency following human papillomavirus vaccination: a case series seen in general practice. J Inv Med High Imp Case Rep. 2014; doi: 10.1177/2324709614556129, pp 1-12.

3. Wise LD, Wolf JJ, Kaplanski CV, Pauley CJ, Ledwith BJ. Lack of effects on fertility and developemental toxicity of a quadrivalent HPV vaccine in Sprague-Dawley rats. Birth Defects Res B Dev. 2008; 83(6):561-572.

4. Segal L, Wilby OK, Willoughby CR, Veenstra S, Deschamps M. Evaluation of the intramuscular administration of CervarixTM vaccine on fertility, pre- and post-natal development in rats. Reprod Toxicol. 2011; 31:111-120.

5. Information available through http://wonder.cdc.gov/vaers.html.

6. http://www.cdc.gov/vaccines/pubs/pinkbook/downloads/appendices/B/excipient-table-2.pdf.

7. http://www.fda.gov/downloads/BiologicsBloodVaccines/Vaccines/ApprovedProducts/UCM111287.pdf, p.373.

8. Vichnin M, Bonanni P, Klein NP, Garland SM, Block SL, Kjaer SK, et. al. An overview of quadrivalent human papillomavirus vaccine safety – 2006 to 2015. Pediatr Inf Dis J. 2015; doi: 10.1097/INF.0000000000000793, pp 1-48.

9. http://www.fda.gov/downloads/BiologicsBloodVaccines/Vaccines/ApprovedProducts/UCM111287.pdf, p.394,396.

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El Colegio Estadounidense de Pediatras es una asociación nacional de médicos licenciados y profesionales de la salud, especializado en el cuidado de bebés, niños y adolescentes. Su misión es permitir que todos los niños alcancen una salud óptima, física y emocional, así como bienestar.

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Procedencia del comunicado:

http://www.acpeds.org/the-college-speaks/position-statements/health-issues/new-concerns-about-the-human-papillomavirus-vaccine

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