Bush no escribió ningún maldito libro

Ahmed Amr / 11 de noviembre de 2010

La primera mentira que encontrarás en Puntos de Decisión es la personalidad misma del autor: Bush no escribió ningún maldito libro y si estoy equivocado en esto, me comeré el zapato que el periodista iraquí le lanzó. Puntos de Decisión es una broma pesada, lo que está tan claro como las autobiografías falsas de Howard Hughes de Clifford Irving.

Es una visión amable de un hombre que sostuvo el título de POTUS ( Presidente de los Estados Unidos) durante ocho años: parece nervioso, y merece la pena especular si ha vuelto a beber. No digo que Bush sea un estúpido. ¡Tiene que ser muy astuto para regurgitar lo mismo sobre las armas de destrucción masiva (WMD) durante ocho años! Digo que el ex presidente no tenía ningún estado mental concreto cuando escribió esto, y seguramente no es un libro que está a su altura. Posiblemente el libro entero fue encargado en la sala de calderas de los Neo-con. Lo cierto es que Rice revisó el libro de Bush antes de que hiciera su camino hasta la imprenta. Puedo ver a Bush dando golpecitos por detrás a Rice: “ Condi, hiciste un níveo trabajo”.

El ex presidente Neo-con y sus obreros, enraizados en la corriente de los principales medios, harán todo lo posible para tapar sus delitos. No están preocupados por su reputación. Están preocupados por las consecuencias legales.

El verdadero misterio es saber realmente quién ha autorizado la ficticia autobiografía. Admito que hay una posibilidad, plausible, de que un mono aporree un número astronómico de veces un ordenador y de una ellas salga una obra maestra de tres páginas. Pero si no me confundo, George Bush no sabe como usar un procesador de textos. La verdad, si Bush supiera escribir un libro, yo sería el primero en comprarlo.

Según dicen todos, en Punto de Engaño no se entorna ningún Mea Culpa. Entre las pocas excusas de Bush hay una foto en la que se le ve sobrevolando los desastres del huracán Katrina, y todavía sigue indignado porque un cantante de rap dijo que “no se preocupó por la gente negra”. Pero Bush no se reconcome por un profundo remordimiento por los millones de iraquíes asesinados, mutilados, o que huyeron al exilio de sus desventuras en MessOnPotamia. Puedes tomar esto por cieto: George Bush no se preocupa por la gente iraquí.

Espero que los expertos encuentren fácil discernir sobre el cuento de las armas de engaño masivo y echarse encima del ex presidente por ser un torturador confeso, que tomó la precaución consultando Dick Cheney a un abogado antes de aprobar el waterboarding ( método de tortura) , y quién qué más. No hay ni una sola pregunta a la que Bush y sus cómplices no contestarán con mentiras sobre las armas de destrucción masiva. No fue ningún fracaso de la Inteligencia y el que tengo un poco de sentido lo sabe. Se podrá decir lo que se quiera sobre la Inteligencia Americana, pero nunca se puede discutir sobre su capacidad. Si Valerie Plame y el embajador Joseph Wilson sabían de las evidencias de las armas de destrucción masiva y cómo fueron fabricadas, para lo que se empleó a un montón de agentes de la CIA.

La decisión de invadir Iraq fue el resultado de un fracaso de un desequilibrio mental, no de un fracaso de la Inteligencia. Cegado por pasiones ideológicas, Bush y su Likudnik, y los consejeros neo-con, estaban seguros de que su empresa iraquí sería un plácido paseo. Armas de destrucción masiva o no, muy pocos americanos se habrían quejado de haber sido una victoria fácil y rápida. Y habrían dicho, “tenían razón”, al menos durante unos meses. Esto se puede comprobar viendo lo que pasó poco después de la invasión de Iraq. Pero cuando las cosas empezaron a tambalear, Rumsfeld enseguida se mofó: “ no queremos cenagales”.

Cuando Bush vio que estaba metido hasta el cuello en el cenagal, Rumsfeld decía que “había un largo camino por delante.” Siete años más tarde, ya tenemos una idea clara dónde nos llevó esta aventura inspirada por los neo-con, con unos gastos de un billón de dólares. Iraq ha surgido como un paisaje caótico empapado de sangre, donde teócratas, chiítas y sunnitas radicalizados va uno al lado del otro. Iraq está clasificado hoy en día como uno de los países más corruptos e inestables del mundo. Resulta de todo esto algo muy curioso: ¿Cuándo Dios dijo a Bush que invadiese Iraq mencionó algo sobre una posible persecución a las comunidades cristianas más grandes y más antiguos de Oriente Medio?

Sobre la loca decisión de disolver el ejército iraquí, los biógrafos fantasmas de Bush señalan con el dedo otra vez a Paul Bremer por tomar aquella desastrosa decisión. Si no recuerdo mal, las guardias pretorianas neo-con trataron de echarle esto sobre sus espaldas.. Por suerte, Paul Bremer lo rechazó, aportando documentos al New York Times, en los que se demuestra que Bush sabía de este plan para disolver las milicias de Saddam. El mandato de disolver el ejército iraquí le pareció absurda. Cuando Robert Draper le preguntó por ello, la respuesta fue: “ No sé, no lo puedo recordar, no estoy seguro de lo que dije ¿no es así la política?”.

¿Qué más olvidaron Bush y su escritor fantasma? Dudo que el libro mencione algo sobre el papel de Bush sobre su petición permanente de que se hiciese la vista gorda sobre los escuadrones de la muerte, ni sobre los calabozos de tortura, administrados por las Brigadas Lobo. Aquella decisión iba como anillo al dedo con la política de la Administración Bush: ningún tipo de preocupación. Bush también dijo a los abogados de Cheney que se olvidarán de aquellos temas también.

Sin duda pienso que Punto de Engaño es una broma pesada, una visión revisionista de la historia de los neo-con tras la niebla de la memoria colectiva de las atrocidades de Bush. Y es una broma pesada sólo con ver quién lo edita, “ Casa Arbitraria” ( Random House). No boicotee el libro, pues no hay ningún libro que boicotear. Confíe en mí, Bush no escribió ningún maldito libro. Boicotee a Random House por hacer posible esta pesada broma.

Ahmed Amr es el redactor de NileMedia.com y autor de Las ovejas y los Guardianes… Puede contactar con él en: Montraj@aol.com



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