Por Robert Hunziker, 22 de febrero de 2016
El accidente de la central nuclear de Fukushima Daichii puede llegar a convertirse en una de las mayores tragedias de la historia, no sólo debido a la fusión del núcleo, sino más bien a la trágica pérdida del alma de una nación.
Imagine el siguiente escenario: 207 millones de cajas de cartón llenas de libros, dando la vuelta alrededor de la Tierra, como si fuese una vía férrea. Pero si en lugar de libros, llenásemos las cajas de residuos radiactivos, esa sería la cantidad que se acumula en unas bolsas negras de un peso cada una de una tonelada, dispersas por toda la prefectura de Fukushima: 9.000.000 de metros cúbicos.
Pero, un momento, todavía hay más: otros 13 millones de metros cúbicos de suelo radiactivo todavía faltan por recoger (1).
Y eso que las labores de limpieza sólo se realizan entre 50 a 100 pies de distancias de las carreteras. Además, toda una cadena montañosa de 100 millas a lo largo de la costa y las laderas en torno a Fukushima, están contaminadas; aún no se han limpiado. Y lo más probable es que la tierra que ha sido descontaminada, vuelva a contaminarse por la escorrentía de productos radiactivos procedentes de las colinas y las montañas.
Indudablemente, almacenar varios millones de metros cúbicos de bolsas, cada una de una tonelada de peso, llenas de residuos radiactivos, no es problema menor. Es un problema gravísimo. ¿Y qué pasaría si las bolsas se deterioran? ¿Qué pasaría si un tsunami las arrastra? Este tipo de preguntas serían muchas, y no acabaríamos nunca.
“Las bolsas negras llenas de residuos radiactivos, que ahora están dispersas en 115.000 ubicaciones distintas dentro de la prefectura de Fukushima, se podrían trasladar a unas instalaciones provisionales, ocupando unos 16 kilómetros cuadrados, situadas en dos localidades cercanas a la central nuclear que se encuentra paralizada” (2).
Pero 115.000 ubicaciones distintas son muchas, y trasladar tanta bolsa llena de residuos radiactivos se puede convertir en una pesadilla logística. Sólo el transporte por carretera supondría por sí solo una tarea descomunal, una labor de varias décadas.
De acuerdo con fuentes gubernamentales e industriales de Japón, la limpieza de todo esto y el desmantelamiento de los reactores dañados supondría una labor de 40 años, con un coste de 250 mil millones de dólares, y eso suponiendo que nada salga mal. Pero lamentablemente, las cosas pueden ir mal para Tokyo Electric Power Company ( TEPCO), que en los últimos 5 años todo le ha salido mal, lo cual no son buenos augurios.
¿Y Japón piensa celebrar los Juegos Olímpicos en el año 2020?
Sin embargo, la central nuclear de Fukushima Daichii sigue estando fuera de control, sin un final a la vista. Así que celebrar unos Juegos Olímpicos en esa situación, con una central nuclear fuera de control, no parece muy aconsejable.
El pasado 30 de octubre de 2015, The Japan Times informaba:
“Niveles muy altos de radiación y la incapacidad para conocer la situación del combustible nuclear fundido, hacen imposible que se pueda trazar un plan de desmantelamiento de los reactores de la central”.
Por otro lado, según TEPCO, se están poniendo en marcha las tareas para eliminar el combustible nuclear fundido, que en un principio está pensado que comiencen en el año 2021. “Sin embargo, es difícil saber qué ocurre en el interior de los reactores, y no hay métodos establecidos para saberlo… No es difícil meter una cámara dentro del reactor. El problema está en que la cámara dejaría de funcionar debido a los altos niveles de radiación”, según ha dicho Toru Ogawa, director de los Laboratorios de la Agencia Japonesa de Energía Atómica y Ciencia Avanzada para el Desmantelamiento (3).
En la remota posibilidad que encuentren el núcleo fundido del reactor, también conocido como corium, los ingenieros todavía no han encontrado la forma de transportar el núcleo fundido, suponiendo que alguna vez lo encuentren y de alguna manera de pueda hacer algo. Mientras tanto, si se sigue hundiendo el núcleo fundido, incluso traspasando los recipientes de hormigón armado, entonces, ¿qué? Es probable que se produzca un desastre que permanecerá durante mucho tiempo. Pero, ¿qué pasaría con los Juegos Olímpicos?
Si el núcleo fundido del reactor penetrase en el suelo perforando la vasija de contención de hormigón armado, es probable que se produzcan isótopos letales incontrolables que se propaguen de manera irregular, de forma ubicua en el suelo circundante y las agua subterráneas. Es difícil imaginar unos eventos olímpicos mientras el núcleo fundido del reactor sigue descontrolado.
“Varios acontecimientos deportivos de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se celebrarían en la región de Fukushima… Los espectadores y los atletas consumirán en la Villa Olímpica alimentos de la región, como parte del esfuerzo para restaurar la reputación de Fukushima, anteriormente una de las regiones agrícolas más ricas de Japón” (4).
Las numerosas muertes de trabajadores, algo de lo que no se habla
A parte de la cuestión de si Fukushima podrá ser controlada y descontaminada con seguridad, surge una pregunta sobre quién realiza el trabajo sucio, cómo se contrata a los trabajadores y cuál es su estado de salud. De acuerdo con los principales medios de comunicación de Japón, los trabajadores lo están haciendo muy bien, y serían unos 45.000 los ocupados en estas tareas, sin mayores problemas.
El titular resume las cuestiones relacionadas con la radiación que reciben los trabajadores (5). A fin de cuentas, no sería tan malo. Pero. ¿quién se encarga de llevar las cuentas?
Entre las fuentes de confianza nadie mejor que la periodista independiente japonesa Mako Oshidori, directora de la Corporación de Prensa Libre de Japón y ex estudiante de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Tottori, intervino en una conferencia titulada “La verdad oculta de Fukushima”, pronunciada durante la celebración de una conferencia internacional, “Efectos de los desastres nucleares en el Medio Natural y la salud humana”, celebrada en Alemania en 2014, coorganizada por la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear.
La Corporación de Prensa Libre de Japón se formó después del terremoto de 2011 de Sandai, como un contrapeso a la línea de información del Gobierno de Japón y su influencia en los medios de comunicación, y a decir de Mako, los periodistas no informan de la verdad, tienen miedo a enfrentarse a ella.
“Hay una cosa que me sorprendente de lo que piensan de nosotros en Europa: que Japón es un país libre y democrático” (Mako Oshidori)
De acuerdo con Mako, TEPCO y el Gobierno ocultan de forma deliberada la muerte de trabajadores de Fukushima, y no sólo encubren esas muertes, sino que una vez que intentó investigar algunas de esas muertes no declaradas, los Agentes del Gobierno la estuvieron siguiendo:
“Cuando tenía intención de hablar con alguien, un Agente de la Fuerza Pública del Gobierno Central estaba siempre muy cerca, tratando de escuchar nuestra conversación” (6).
Mako Oshidori:
“Quise hablar con una enfermera que trabajaba en la central nuclear de Fukushima Daichii después del accidente… Ella había renunciado a su trabajo en TEPCO en el año 2013, y fue entonces cuando decidí entrevistarla… Han sido muchos los trabajadores de la central que han muerto, pero sólo se declaran aquellos que lo han hecho durante el período de trabajo. Algunos han muerto de manera repentina en período no laboral, durante el fin de semana o mientras dormían; pero no se ha informado de ninguna de esas muertes.
No sólo eso, que no incluyen en la relación de fallecidos a estos trabajadores, sino tampoco a aquellos que han dejado el trabajo después de recibir una dosis alta de radiación, tales como 50, 60 a 70 miliSievert, y acaban muriendo un mes más tarde… Esta es la realidad de los trabajadores de las centrales nucleares”.
La “realidad de los trabajadores de las centrales nucleares… que mueren un mes más tarde”, es algo que no se corresponde con la insistencia de la Administración de Abe a reabrir las centrales nucleares, a pesar de que el país se las ha apañado muy bien sin ellas durante cinco años….
En su conferencia, Mako habla de los problemas que tienen los periodistas debido a las interferencias del Gobierno:
“Un exagente con conocimientos de los Servicios de Inteligencia y Seguridad Pública (PSIA) ha dicho que cuando alguien le sigue de forma ostensible es que le intenta intimidar. Había una persona cuya presencia era evidente, pero eso no quiere decir que no hubiese diez más. Es algo parecido a las cucarachas. Por lo tanto, cuando una intenta hacer una investigación seria sobre el accidente nuclear, está sometida a presiones y se hace más difícil poder entrevistar a la gente”.
Aún así, consiguió entrevistarse con las Madres de Fukushima:
“Me gustaría hablar a continuación de las Madres de Fukushima. Estas madres ( y padres) viven en la ciudad de Iwaki, Fukushima. Son muy activos en el tema de la alimentación escolar. Actualmente, los productos de Fukushima no se están vendidos debido a la sospecha de que están contaminados. Así que la política de la Prefectura es la de fomentar el uso de los alimentos que se producen en Fukushima en los almuerzos escolares, en un intento de decir que son seguros… las madres afirman que actualmente en Japón sólo se realizan mediciones del cesio, pero no del estroncio-90. Se oponen a que sus hijos tomen en los almuerzos escolares esos productos por temor a descubrir, dentro de 10 años, que lo que los niños comieron en los alimentos era plutonio”.
Las madres que se oponen a la política de los almuerzos por parte de la Prefectura se les está diciendo que abandonen Fukushima, ya que si les preocupa la contaminación, que levanten el campamento y se vayan a otro sitio.
Las conferencia completa de Mako la pueden escuchar aquí.
¿Y sobre quién hace el trabajo sucio? Según Michel Chossudovsky, director del Centro de Investigación sobre la Globalización de Canadá, el sindicato del crimen organizado de Japón, la Yakuza, participa activamente en su contratación. Las personas que se emplean para las labores de limpieza son subempleados, pobres, indigentes, desempleados, personas sin hogar… así como personas no indigentes dispuestas a realizar un trabajo mal pagado y de alto riesgo. Los innombrables.
Como ha sugerido Mako Oshidori, se emplea el secreto gubernamental y las técnicas de intimidación para ocultar la tragedia de este desastre, una nube muy espesa que es difícil erradicar. La gente tiene miedo a hablar por temor a represalias, la cárcel y las listas negras. El nombre de Mako Oshidori ocupa un lugar destacado en esas listas negras. Un topo del Gobierno se lo dijo.
Resulta por tanto muy instructivo examinar la nueva Ley de Secretos de Estado de Japón sobre la protección de los Secretos Expresamente Designados (SDS), la Ley n.º 108 de 2013, aprobada tras la crisis de Fukushima, muy similar a la Paz Pública y los controles de la Segunda Guerra Mundial. Según la Ley n.º 108, la “Ley de filtraciones” habla de procesamientos, sin importar el qué, el cómo ni el por qué.
A continuación, Susumu Murakoshi, Presidente de la Federación Japonesa de las Asociaciones de Abogados, dijo: “La ley debe ser abolida, porque pone en peligro la Democracia y el derecho de la gente a saber” (7).
La opinión pública está determinada por el conocimiento de lo que ocurre, pero la promulgación por parte del Gobierno de Abe de una ley que amplía lo que se considera secreto ( casi cualquier persona puede ser detenida), que amenaza a las personas con hasta 10 años de cárcel, es algo que socava la confianza en la credibilidad del Gobierno japonés.
Sin embargo, Japón necesita seguir alimentando la confianza en sí mismo.
Referencias:
- Voice of America News, “Problems Keep Piling Up in Fukushima”, February 17, 2016. [
- Ibid. [
- Kiyoshi Ando, senior staff writer, Long Road Ahead for Fukushima Cleanup, Nikkei Asian Review, February 19, 2016. [
- “Fukushima to Host Olympic 2020 Events”, The Times, February 25, 2015. [
- “First Fukushima Worker Diagnosed With Radiation-linked Cancer”, The Telegraph, October 20, 2015. [
- “Exposed: Death of Fukushima Workers Covered-Up by TEPCO and Government”, NSNBC International, March 21, 2014. [
- Abe’s Secrets Law Undermines Japan’s Democracy, The Japan Times, December 13, 2014. [
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Robert Hunziker, que anteriormente era encargado de la gestión de fondos, es un profesional independiente que se ocupa de las transacciones mundiales de materiales y un escritor free lance que publica en varios diarios de negocios. Hunziker obtuvo el título de MA en Historia Económica por la Universidad de DePaul, Chicago, y reside actualmente en Los Ángeles. Puede ponerse en contacto con él en la siguiente dirección de correo: rlhunziker@gmail.com. Lea otros artículos de Robert Hunziker.
Procedencia del artículo:
http://dissidentvoice.org/2016/02/fukushima-deep-trouble/
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