por Bill Quigley / 20 de abril 2010
El coronel Laurence Wilkerson B,. Jefe del Estado Mayor de EE.UU, en su testimonio, testimonio de alguien que ha pertenecido a la administración Bush, dijo que cientos de encarcelados en Guantánamo son inocentes, y que los principales representantes de la Administración Bush sabían que lo eran, pero que esta información no se hizo pública.
Wilkerson dijo que el presidente Bush, el vicepresidente Cheney y el secretario de Defensa Rumsfeld “detuvieron de forma indefinida a inocentes por motivos políticos”, y muchas personas en la administración lo sabían. Los presos que fueron retenidos de forma injusta no fueron puestos en libertad debido a las maniobras políticas, que trataban de encubrir los errores de la administración.
El coronel Wilkerson, que sirvió en el ejército de los EE.UU durante más de 30 años, firmó una declaración jurada ante la corte federal de Oregón, indicando que se enteró en agosto de 2002 que EE.UU sabía que muchos de los presos de Guantánamo no eran combatientes enemigos. Wilkerson ya había hablado de este asunto en un artículo publicado sobre Guantánamo en el Washington Note.
¿Cómo es que el coronel Wilkerson fue el primero en descubrir la inocencia de muchos presos de Guantánamo? En agosto de 2002, Wilkerson, que había estado trabajando de forma muy estrecha con Colin Powell durante varios años, fue nombrado Jefe de Gabinete del Secretario de Estado. En esta posición, asistió de forma regular a las reuniones informativas confidenciales en las que participaban de 50 a 60 altos funcionarios de Departamento de Estado, discutiéndose el tema de Guantánamo con frecuencia.
Pronto pudo discernir con claridad, y también otras personas del Departamento de Defensa, “que muchos de los prisioneros detenidos en Guantánamo fueron detenidos sin tener en cuenta si eran combatientes enemigos, o si en realidad muchos de ellos eran considerados enemigos por todos.”
¿Cómo es posible que los prisioneros de Guantánamo sean inocentes? Wilkerson dijo que todo comenzó cuando las fuerzas de EE.UU no detuvieron al principio a las personas que luego fueron recluidas en Guantánamo. Las personas allí recluidas eran personas que huían hacia los EE.UU porque eran perseguidos por los señores de la guerra en Afganistán, recibiendo algunos recompensas de 5.000 dólares por cada persona delatada. La mayoría de los 742 detenidos “nunca habían visto a un soldado de EE.UU durante el proceso inicial de detención… Muchos detenidos fueron entregados por razones equivocadas, en particular por las recompensas y otra serie de incentivos.” Se sabía en EE.UU que había muchas posibilidades de que algunos de los detenidos de Guantánamo fueran delatados por motivos tribales, ajustes de cuenta personales o simplemente por hacer dinero.”
Como consecuencia de esto, Wilkerson dijo que “no había ningún método real de saber cuál era la acusación en el momento de la detención.”
Wilkerson escribió que el pueblo estadounidense no tiene ni idea de la “incompetencia total en el campo de batalla de Afganistán en las etapas iniciales.. No se hizo ninguna labor significativa de información y discriminación por parte de los funcionarios, civiles o militares, en relación con las personas que eran transportadas a Cuba para su encarcelamiento e interrogatorio.”
¿Por qué produjo esta total incompetencia en la investigación de las características del campo de batalla? “Había inicialmente muy pocos soldados en la zona de combate, tropas y civiles muy poco preparados en la investigación y por otro lado, la presión que ejercía el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y otros altos cargos: detener a los bastardos antes de interrogarles.. No había una manera efectiva de determinar si eran o no terroristas, talibanes, civiles inocentes, recogidos en un campo de batalla muy confuso, tanto en Afganistán como en Pakistán… El grupo inicial de 742 detenidos lo fueron en virtud de un protocolo ajeno al que conocía como oficial militar. Estaba claro que muchos de los hombres eran inocentes, o que al menos su culpabilidad eran imposible de probar ante un tribunal, civil o militar, Si había alguna evidencia, ésta había sido ignorada por completo…La realidad es que muchos de los detenidos eran inocentes o habían cometidos actos delictivos insustanciales, sin ninguna validez para la Inteligencia norteamericana, y debían ser liberados de inmediato.”
¿Por qué el gobierno de Bush no liberó a estos hombres de la cárcel cuando se descubrió que no eran culpables? ¿Por qué seguir manteniendo a inocentes en la cárcel? “Haber admitido esta realidad habría sido un tachón en el liderazgo de EE.UU en la llamada guerra contra el terrorismo y ya de por sí tenían muchos tachones en su expediente: los muertos en un campo de Pennsylvania, en las cenizas del Pentágono, en las ruinas de las Torres del Word Trade… No estaban dispuestos s admitir sus errores, querían destacar como el núcleo duro del terrorismo mundial, el valor de sus servicios de inteligencia, y de que regresaría la guerra santa en caso de ceder. Muchos uniformados compartieron estas falsedades, incluso a niveles muy altos dentro de nuestras fuerzas armadas.”
La negativa a liberar a los detenidos, incluso a los inocentes, está basada en varios factores políticos. Si los hubiese liberado en otro país y ese país los encuentra inocentes, los EE.UU quedarían en una mala posición. “Otro problema es que se habría descubierto la enorme confusión en que se habían producido las detenciones. Esto no fue aceptado por la administración, pues habría perjudicado el liderazgo del Departamento de Defensa… [Rumsfeld] se negó a que los detenidos se fueran…. Por otro lado, el dilema político originado en la Oficina del Vicepresidente Richard B. Cheney, cuya posición se puede resumir como “el fin justifica los medios”, ya que dijo que no le causaba ninguna preocupación que la mayor parte de los detenidos en Guantánamo fueran inocentes, o que había una escasez de pruebas para presentar cargos contra ellos. Si cientos de personas inocentes tuvieron que sufrir las consecuencia de su detención con el objeto de preservar la línea dura contra el terrorismo, pues en realidad, así fue.”
El presidente Bush estuvo involucrado en todas las decisiones relacionadas con Guantánamo de acuerdo con los informes que entregó Powell a Wilkerson. “Mi punto de vista es que fue fácil para el vicepresidente Cheney manipular el entorno del presidente Bush, ya que disponía de una red apropiada dentro del gobierno. Aprovechando que el Secretario Powell dijo del presidente que tenía “instintos de vaquero”, el vicepresidente Cheney no tuvo muchas dificultades en conseguir el consentimiento del Presidente.”
Ahora uno de los temas más candentes sobre la Administración Bush, ya no es solamente el error de Guantánamo, sino el de que el mismo Guantánamo sirviera como encubrimientos de los muchos errores cometidos.
¿Por qué el coronel Wilkerson desvela ahora todo esto? Presentó una declaración jurada en la Oficina Internacional de Derechos Humanos en Willamette University College Of Law en Oregón y en la Defensa Pública Federal, que están demandando a los funcionarios de EE.UU por la detención ilegal y torturas de Adel Hassan Hamad, un trabajador en ayuda humanitaria de Sudán, pero que ejercía en Pakistán, cuando fue secuestrado en su apartamento, torturado y enviado a Guantánamo, donde ha permanecido durante 5 años hasta su liberación.
Al final de su declaración jurada de nueve páginas, Wilkerson explica las razones personales para revelar esta información condenatoria. “He tomado una decisión personal para que se discutan los abusos que allí acontecieron, porque a partir del conocimiento de que personas inocentes eran torturadas y maltratadas en las instalaciones de Guantánamo y en otros lugares, detenciones por tiempo indefinido, ha marcado uno de los peores momentos en mi carrera profesional. De modo que quiero dar fe de lo que ocurrió. También me preocupa que las Fuerzas de los Estados Unidos, donde he pasado los últimos 31 años de mi vida profesional, haya estado implicado en estos trágicos errores…Cuando la verdad sobre los detenidos de Guantánamo salga a la luz y el Congreso dé un paso adelante asumiendo la culpa que a cada uno corresponde, o quizás la nueva administración Obama tenga el coraje, según anunció durante la campaña electoral, se revise toda la cuestión de las torturas en Guantánamo.”
Los EE.UU critican, y con razón, a Irán Y China por encarcelar de forma injusta. Así que disponemos ahora de una información privilegiada sobre la Administración Bush, que ha puesto al descubierto con valentía el encubrimiento que a todos los niveles se hacía sobre los presos, las detenciones, y las negativas a liberarlos, incluso sabiendo que eran inocentes. La postura única debe ser la de un compromiso nacional de modo que la justicia funcione para todos.