Revisión del estudio Un billón de dosis , según la denominación de Jon Entine, sobre la seguridad de los transgénicos
GMWatch, 15 de febrero de 2015
Estudio de Van Eenennaam, Prevalencia e impacto de los piensos transgénicos
en las poblaciones de ganado
A continuación se recoge la refutación de un consultor agrícola publicada en la revista Feedstuffs, en respuesta a un controvertido estudio: Alimentación transgénica: no hay riesgo para la salud animal. Este artículo recogía las conclusiones del estudio de Van Eenennaam, denominado por el apologista de los transgénicos Jon Entine El estudio del billón de dosis, que venía a decir que los alimentos transgénicos son seguros para su consumo.
Como dice el consultor, son muchos los problemas que presenta la revisión de Van Eenennaam, lo que implica que no se pueden extraer conclusiones significativas sobre los efectos de una dieta con piensos transgénicos en la salud animal.
Para más información sobre la revisión de Van Eenennaam, aquí.
Carta al editor: Son falsas las afirmaciones de que los piensos transgénicos se puedan considerar seguros
Dieter Harle
Feedstuffs.com, volumen: 87 número: 5
28 de enero de 2015
Sr. Director:
Como consultor agrícola especializado en nutrición animal, creo que es de suma importancia que los ganaderos reciban los mejores consejos sobre cómo alimentar a sus animales. Así que mostré interés por el artículo publicado en Feedstuffs el 6 de octubre de 2014 Piensos modificados genéticamente: no hay riesgo para la salud de los animales.
En este artículo se recogían las conclusiones del estudio realizado por el científico de Monsanto Alison Van Eenennaam, y por Amy Young, que realizaron un análisis de los datos de campo durante un período de 28 años, de más de 100 mil millones de animales criados en granjas, antes y después de la introducción de los alimentos transgénicos. Los autores concluyeron que no se observaron efectos adversos en la salud de los animales debido al consumo de los piensos transgénicos.
Sin embargo, una observación más atenta revela que las conclusiones extraídas del estudio pueden llevar a afirmaciones prematuras, por varias razones:
– Los datos recogidos de los 100 mil millones de animales de granja no están controlados. No se realizó un estudio controlado sobre qué animales estaban alimentados con una dieta a base de piensos transgénicos y cuáles no, ni se controlaron las condiciones.
Ha cambiado mucho la cría del ganado en las últimas décadas, incluyendo un aumento en el uso de antibióticos, que puede enmascar las inflamaciones. Los datos de la revisión no controlaban estos factores. Ni siquiera saben qué proporción de la alimentación de los animales estaba compuesta por transgénicos. Por lo tanto, no se pueden obtener conclusiones sobre la seguridad de los piensos transgénicos.
En contraste, en estudios controlados de alimentación animal se han encontrado efectos tóxicos al consumir una dieta transgénica( 1-14). Ninguno de estos estudios se ha repetido. Ante unos hallazgos molestos, la única respuesta ha sido un ataque con argumentos no científicos (15-17).
– La mayoría de los datos se refieren a pollos de 49 días de edad. El 98% de los 100 mil millones de animales de granja son aves de corral, el 92% pollos de engorde. Los pollos de engorde vivien sólo 49 días antes de ser sacrificados, es decir sólo el 2% de la vida medio de un pollo, que suele ser de 7 años.
Estos datos no proporcionan información sobre los efectos en la salud a largo plazo por la ingestión de piensos transgénicos en las aves de corral y tampoco aporta información útil sobre los efectos en la salud en los mamíferos, tales como vacas y cerdos.
Muchos de los efectos graves para la salud, tales como cáncer o daños en órganos, tardan un tiempo en presentarse, y dados los cortos ciclos de vida del ganado antes de su comercialización, significa que no hay tiempo para ver si aparecen esos problemas. Por ejemplo, el ganado vacuno es sacrificado en torno a los 24 meses, el 10% de su vida media, entre 17 y 20 años.
Alegar, por tanto, que la revisión realizada muestra que los piensos transgénicos son seguros, equivale a decir que por una exposición al humo del cigarro sólo durante los primeros años de la vida de un fumador, y que debido a que no ha contraído ninguna enfermedad pulmonar entonces se puede concluir que fumar es seguro.
– Considerar como estudios a largo plazo aquellos que no lo son. La revisión cita dos estudios controlados a largo plazo, que se muestran como la evidencia de la seguridad de los piensos transgénicos.
El primero hace referencia a un estudio realizado con vacas lecheras alimentadas con el maíz transgénico de Monsanto MON810 (18-20). Pero este estudio no es un estudio a largo plazo, ya que sólo se mantuvo hasta los 25 meses. Además, los investigadores reemplazaron la mitad de los animales en un momento dado del estudio, sin especificar claramente las razones, por lo que los resultados no tienen ningún valor para evaluar la seguridad de los piensos transgénicos.
El segundo, es un estudio realizado en cerdos alimentados con el mismo maíz Bt (21-25). Van Eenennaam dijo que no se encontraron efectos negativos en este estudio. Sin embargo, sí se apreciaron trastornos inmunes (23-24) y cambios en la bioquímica de la sangre (23). Si bien estos cambios, que aparecieron a los 143 días de comenzado el estudio, no fueron consideradores por los autores del estudio por “ser poco probable que tengan importancia”, no hubo forma de saberlo dada su corta duración, ya que los cerdos tienen una vida media de 10-12 años.
– Muchos de los efectos en la salud de los animales no son analizados en las inspecciones realizadas en los mataderos y no aparecen en los datos de la revisión de los animales sacrificados. Los autores de un estudio encontraron altas tasas de inflamación estomacal en los animales alimentados con piensos transgénicos (1), y a pesar de eso todos los animales pasaron las inspecciones realizadas en el matadero ( comunicación personal).
Un criador de cerdos observó una reducción en el número de nacimientos de sus cerdos alimentos con soja transgénica tolerante al glifosato, menor número de lechones nacidos vivos, mayor necesidad de medicación y altas tasas de malformaciones (26-27). Todo esto no aparece en la revisión, dado que los cerdos que nacen muertos, con malformaciones, o no son sacrificados, o el uso de medicamentos, no es tenido en cuenta.
Puede ser que en algún momento aparezca un estudio controlado que nos convenza de que los piensos transgénicos son seguros, pero, de momento, el estudio de Van Eenennaam no lo hace.
Dieter Harle, PAS dipl.-ing. agr.
Mejor Options Inc.
Bettendorf, Iowa
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Referencias:
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