La Comisión Europea parece ceder ante los intereses empresariales en unas polémicas negociaciones
Por Nadia Prupis, 1 de octubre de 2014
Los intereses empresariales pueden salir ganando en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y la UE, poniendo en peligro la salud pública y el medio ambiente, según un nuevo documento filtrado el pasado martes y que se puede consultar aquí (pdf).
Con el respaldo de los asesores de la Industria y los aliados de Estados Unidos, ya se han hecho significativas concesiones durante el trascurso de las negociaciones del Tratado de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP), un acuerdo que está a punto de dar al traste con la normativa europea sobre el uso y transporte de productos químicos peligrosos, un reglamento que hoy en día es mucho más restrictivo que el de Estados Unidos. El acuerdo también limitaría el acceso público a la información sobre sustancias tóxicas y peligrosas.
Estos documentos muestran que los asesores que participan en el acuerdo comercial están haciendo todo lo posible para disminuir los esfuerzos de la Comisión Europa sobre los requisitos de seguridad que ya se habían tratado en anteriores negociaciones, algo que la Agencia del Comercio Estadounidense (USTR) ha calificado de barreras comerciales. Un análisis realizado (pdf) por el Centro Internacional de Derecho Ambiental, Client Earth, y Natural Resources Defense Council, ha revelado que el TTIP tiene como objetivos:
– Impedir el desarrollo e implementación de leyes de protección de la salud más sólidas
– Evitar las barreras establecidas por la UE en el uso de hormonas, nanomateriales y otras cuestiones urgentes y emergentes.
– Impedir que los Estados y Estados miembros de la UE tomen iniciativas de no existir tales por parte del Gobierno Federal y la Comisión Europea.
– Limitar el acceso ala información pública sobre los productos químicos tóxicos, impidiendo la innovación.
– Crear ineficiencias duplicadas, siempre y cuando no sea en beneficio público.
“Está claro que en la agenda de la Industria Química está el tratar de retrasar o hacer imposible que los esfuerzos públicos establezcan mayores protecciones frente a los productos químicos tóxicos a ambos lados del Átlántico”, dijo Daniel Rosenberg, abogado principal de NRCD. “Los intereses de la Industria Química no son los mismos que los de la gente y las autoridades de Estados Unidos y de la Unión Europea deber oponerse a esta agenda de la industria y no ser cómplices con ella”.
Numerosos grupos de la sociedad civil están haciendo sonar la alarma de forma repetida contra el acuerdo TTIP, sobre todo en los riesgos que plantea para la salud pública y el medio ambiente. Otros grupos, como Amigos de la Tierra de Europa, también han señalado que el acuerdo podría conducir a la contaminación por transgénicos de los alimentos en Europa, donde existe una regulación más estricta sobre los organismos modificados genéticamente que en Estados Unidos.
Pero los lobbies de la Industria, en particular del sector químico, “están tratando de restar importancia… y no aceptan el enfoque general de mayor protección de la UE de los productos químicos”, dijo CIEL.
“Una mayor regulación, medidas de protección y precaución frente a los carcinógenos, los disruptores endocrinos y los nanomateriales por parte de la UE, está visto por la USTR y la Industria Química como barreras comerciales”, dijo Baskut Tuncak, abogado principal de CIEL. “La UE, por su propia iniciativa, ha cedido antes las fuertes presiones en el ámbito de las negociaciones del TTIP, sin exigir una normativa más rigurosa en Estados Unidos. Es una concesión grave para Estados Unidos y la Industria”.
En una carta enviada al Presidente de la USTR, Michael Froman, y al Comisario de la UE Karel de Gucht, más de 110 grupos instan a que no se negocie una mayor desregulación de los productos químicos en el tratado.
“Controles más estrictos (incluyendo restricciones sobre algunos o todos los usos) de los productos químicos peligrosos, incluyendo carcinógenos y sustancias que alteran el sistema endocrino, son vitales para proteger la salud pública y para llevar a la sociedad en una dirección de mayor innovación en el uso de productos químicos, con una mayor seguridad como componente fundamental de la innovación”, dice la citada carta. “Las políticas comerciales de la UE y de Estados Unidos no deberían estar orientadas en favorecer a la Industria Química o expensas de la salud pública y el medio ambiente, pero eso es precisamente lo que actualmente parece negociarse en el TTIP”.
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