El fracaso del Partido Demócrata y del Centro Izquierda: una tendencia mundial

James Petras / 7 de noviembre de 2010

El fracaso electoral del Partido Demócrata de los Estados Unidos, el pasado 2 de noviembre de 2010, no se debe únicamente al fracaso de las políticas del presidente Obama, a su liderazgo en el Congreso o de sus asesores económicos más importantes. No es que el Centro Izquierdo desfallezca únicamente en los Estados Unidos, no, es un modelo mundial, que ya se viene barruntando en diversos países, como Grecia, Portugal. España, Gran Bretaña y Japón.

La pregunta central es ¿ por qué el centro izquierda se aleja de los partidos gobernantes, está en todas partes en crisis y se mantendrá de forma previsible en el futuro?

El Centro Izquierda: ganadores pasados, perdedores del presente.

Los partidos de izquierdas del pasado habían sido los beneficiados de las crisis capitalistas; los regímenes conservadores actuales, durante cuyo mandato se habían producido recesiones económicas o habían sido responsables de fracasos militares, fueron expulsados del poder por partidos de izquierdas que se preparaban para hacer grandes inversiones públicas, a largo plazo, financiadas con los impuestos sobre el capital y la riqueza, e imponiendo programas de austeridad a los ricos

En contraste, el Centro Izquierda presiden sistemas económicos capitalistas que soportan una crisis, administrando políticas socieconómicas regresivas diseñadas para promover la recuperación de las sociedades anónimas y financieras, haciendo de descender los salarios, los programas sociales, las pensiones y los subsidios de paro.

Como consecuencia de todo esto, el Centro Izquierda es el principal perdedor de la actual crisis económica, siendo el blanco de la hostilidad y el rechazo de la gran masa de la ex-clase obrera y los asalariados.

Dondequiera que la Izquierda haya sido elegida hace poco, se ha producido una profunda polarización entre su base electoral y la dirección del partido gobernante. En ningún sitio se atreve la Izquierda a violar el poder y los derechos de la clase capitalista de banqueros e inversionistas, que fueron los causantes de la crisis. En cambio, con una lógica perversa y reaccionaria, el Centro Izquierda ha empleado la Tesorería para financiar de nuevo al capital, a la policía y la judicatura para reprimir a los trabajadores y los medios de comunicación, justificando sus políticas regresivas ( sobre por su histeria anti-caos).

El Grecia, el régimen Socialista pan-helénico (PASOK) ha despedido de decenas de miles de empleados públicos y sus políticas fiscales han elevado el paro del 8% al 14%. Han aumentado la edad de jubilación, han reducido las pensiones y las previsiones de bienestar, y reduciendo los salarios de los empleados públicos, mientras que los banqueros, los armadores y los inversionistas extranjeros se han beneficiado acumulando propiedad y dejando las empresas en quiebra.

Políticas similares se han adoptado en España y Portugal, donde los sueldos de los empleados públicos han sido recortados, las pensiones y las ayudas sociales reducidas, han desregulado el mercado del trabajo y los empresarios son libres de contratar y despedir como nunca lo habían hecho antes.

El fracaso del Partido Laborista Británico, después de más de una década promoviendo la especulación financiera e inmobiliaria, no regulada, hacía presagiar el desastre económico, realizando ahora despidos masivos y reducciones en las ayudas sociales.

En los Estados Unidos, Obama y los demócratas, fueron elegidos para reparar los agravios a los trabajadores y empleados, que habían sido apaleados por el colapso de Wall Street. Pero no, la Casa Blanca donó billones de dólares para rescatar la banca, a las instituciones financieras y especulativas, responsables del colapso, mientras que el paro ha subido a más del 20% y 10 millones de propietarios han perdido sus casas por la ejecuciones hipotecarias.

Por qué el Centro Izquierda profundiza la crisis

Durante los 30 años pasados, los partidos de Centro Izquierda estuvieron identificados con los intereses de la clase obrera y la reformas de bienestar, pero se introdujeron en la dirección del sistema capitalista, promoviendo formas parásitas y volátiles del capital especulativo. Mientras que las ganancias capitalistas crecieron y las inversiones especulativas también crecieron, el Centro Izquierda creyó que los ingresos fiscales serían suficientes para mantener los gastos sociales, y de este modo pacificar a su electorado popular. Los partidos de Centro Izquierda eliminaron de forma sistemática los último rastros de socialismo, asistencia social o alternativa distributiva.

La dirección política del Centro Izquierda no estaba dispuesta a prever una posible sustitución de la defensa de los intereses corporativos y bancarios cuando llegó la crisis financiera. Cuando la catástrofe de 2007-2010 se produjo, el Centro Izquierda estaba tan imbuido en las instituciones, en las políticas y prácticas de las estructuras financieras privadas, que la única solución que fueron capaces de aplicar fue la de sacrificar la tesorería pública a fin de restauran a los líderes capitalistas y las instituciones especulativas. En otras palabras, Estados Unidos y los partidos de Centro Izquierda se dispusieron a acabar con más de 50 años de avances sociales. Sus lazos con la clase obrera, sus aliados los sindicatos, los empleados públicos y los jubilados, vieron sus ingresos recortados. Lo único que importó a los partidos del Centro Izquierda fue restaurar las condiciones de rentabilidad para beneficiar a los inversionistas extranjeros y locales.

Esta recesión económica ha obligado a los partidos de Centro Izquierda a olvidar cualquier pretexto que pudiera satisfacer a ambos, banqueros y empleados públicos, corporaciones y trabajadores, inversionistas y jubilados. La crisis ha revelado que hay un abismo entre los líderes políticos y los partidos de Centro Izquierda.

Las salvajes medidas de austeridad, impuestas de forma repetida a la clase obrera cada 3-6 meses, en contraste con las enormes subvenciones concedidas al capital, también de forma repetida, revelan la verdadera vocación de los regímenes de Centro Izquierda actuales. Desde su entrada en el Gobierno se han visto sus principales relaciones económicas, con los acuerdos con los principales bancos del mundo, como Papandrey en Grecia, Socrates en Portugal, Zapatero en España y Obama en los Estados Unidos, regímenes que estuvieron preparados para usar todo su poder para sacrificar el trabajo y salvar el capital.

Consecuencia políticas de las prácticas del Centro Iquierda

Desde el principio, los partidos de Centro Izquierda decidieron que había que negociar con los banqueros, pero nada de negociar y comprometerse con el trabajo. La recesión era demasiado profunda, y los capitalistas y las instituciones demasiado grandes como para quebrar, y el trabajo, por contra, prescindible. “Dejadles que griten en las calles”. El paro y los servicios sociales empeoraron sus cifras en todos los sitios. Las viejas medidas de entendimiento en los sindicatos y los partidos de Centro Izquierda se vinieron abajo bajo la presión ejercida ( excepto en Estados Unidos Y Gran Bretaña) por los trabajadores en las fábricas, por los empleados públicos y los jubilados.

Estallaron huelgas generales en Francia, España, Portugal, Grecia e Italia. Los regímenes de Centro Izquierda rechazaron de forma unánime cualquier concesión a los trabajadores. La crisis y las políticas de austeridad sirvieron de base para una nueva guerra de clases. Los regímenes de Centro Izquierda han decido robar los 50 años de avances sociales de la clase obrera. Las huelgas generales eran batallas defensivas para proteger los avances logrados con gran esfuerzo y mantener un nivel de vida decente. Los trabajadores de todos los países han visto reducir drásticamente sus condiciones de bienestar en los Estados Unidos, donde los sindicatos se han convertido en felpudos y los jefes millonarios de los sindicatos siguen usando los fondos para financiar a los demócratas y proteger los privilegios de la burocracia y el capital.

Conclusión

Los regímenes de centro-izquierda están pagando un precio electoral muy alto por el sacrificio de la clase obrera con el fin de salvar a los banqueros: la reciente derrota electoral de Obama es sólo un precursor de las futuras pérdidas para los españoles, los socialistas griegos, portugueses y otros regímenes de Centro Izquierda. Sus políticas de austeridad han llevado a «caer entre dos sillas ‘: Se aíslan a los trabajadores y fortalecen la clase capitalista, que ya tiene su tendencia natural propia de los partidos capitalistas conservadores. La «derecha dura» en todas partes está avanzando, la detección de la debacle de la centro-izquierda como una oportunidad para profundizar y ampliar el asalto frontal a los derechos laborales, el bienestar social y cualquier apariencia de protección jurídica.

Frente a este asalto, la principal defensa de los trabajadores militantes en el sur de Europa es la huelga general, (totalmente ausente por más de un siglo en los EE.UU.). Pero aún así, dado el apoyo feroz de todas las clases dominantes de Europa (y los EE.UU.) por las políticas de austeridad regresivas, es cada vez más claro que la experiencia positiva de la solidaridad de clase trabajadora no es suficiente. Grecia cuenta con una media docena de huelgas generales. Francia ha estado cerrado por una huelga nacional. España cuenta con más por venir. Pero sus gobernantes de Centro Izquierda sigen cortando y quemando los derechos de los trabajadores y los niveles de vida ahora y en los próximos años.

¿Qué se necesita para detener e invertir esta ofensiva capitalista? Es evidente que los aprtidos de Centro Izquierda, tal como los conocemos, son parte del problema y no la solución. ¿Los nuevos partidos obreros y los movimientos que surgen en masa pueden combinar huelgas generales con los desafíos hacia el poder del Estado? ¿El creciente poder de la iniciativa electoral de la derecha supondrá un aumento paralelo de la izquierda?

A partir de hoy, poco o nada de una polarización política de izquierdas- derecha aparece en el horizonte en los Estados Unidos, donde la mayoría de los líderes sindicales y movimientos sociales están vinculados al Partido Demócrata. Por el contrario, en Europa, especialmente en Francia, Grecia, Portugal y España, la masa extraparlamentaria continuará la lucha y se intensificará tal vez, aumentando el espectro de posibles levantamientos populares como las condiciones sigan deteriorándose.

James Petras, un ex profesor de Sociología en la Universidad de Binghamton, Nueva York, posee una membresía de 50 años en la lucha de clases, es asesor de los campesinos sin tierra y sin trabajo en Brasil y Argentina, y es co-autor de la Globalizació Desenmascarada (Zed Books ). El libro más reciente de Petras es el Sionismo, el militarismo y la decadencia de EE.UU. Power (Clarity Press, 2008). Se puede contactar con él en: jpetras@binghamton.edu.

http://dissidentvoice.org/2010/11/the-democratic-party-debacle-and-the-demise-of-the-left-center-left-a-worldwide-trend/#more-24632