Por Terry Messman
SS: Uno de estos antidepresivos del tipo ISRS, que se considera un fármaco maravilloso, es el Prozac. Sin embargo, su investigación descubrió que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recibió más informes adversos sobre el Prozac que cualquier otro fármaco ¿Qué tipo de efectos adversos están mencionando las personas?
RW: En primer lugar, con el Prozac y el resto de fármacos ISRS que siguieron, el nivel de confianza fue muy pobre. En todos los ensayos clínicos de los antidepresivos, más o menos el 41% de los pacientes mejoró a corto plazo, frente al 31% de los pacientes tratados con un placebo. Apenas se hace referencia hoy en día a esta circunstancia. Si se utiliza un placebo activo en estos ensayos (un placebo activo provoca un cambio fisiológico sin ningún beneficio, como sequedad en la boca por ejemplo), entonces no se observa prácticamente diferencia en los resultados entre el antidepresivo y el placebo.
SS: ¿No fueron las primeros ensayos con el fármaco Prozac tan poco prometedores que tuvieron que manipular los resultados de esos ensayos para obtener la aprobación de la FDA?
RW: Lo que ha pasado con el Prozac es una historia fascinante. Desde el principio se dieron cuenta que la eficacia de este fármaco era escasa en comparación con un placebo, y también se dieron cuenta de que presentaba algunos problemas con el suicidio. Se produjo un aumento de las conductas suicidas en comparación con el placebo. En otras palabras, los fármacos alteraban el comportamiento de las personas y se daban respuestas suicidas en personas que no las habían tenido antes, respuestas maníacas en personas que tampoco las habían tenido con antelación, y del mismo modo períodos psicóticos que no habían aparecido hasta ahora. Se estaban viendo efectos secundarios serios, incluso al mismo tiempo que se observaba una modesta eficacia en comparación con el placebo en la mejora de las depresiones.
Básicamente, lo que Eli Lilly (empresa fabricante del Prozac) tenía que hacer es encubrir las psicosis y los comportamientos maníacos, y de esa manera conseguiría que este medicamento fuera aprobado. Un revisor de la FDA advirtió que el Prozac le parecía un fármaco peligroso, pero de todos modos obtuvo la aprobación. Así que ahora es lo que estamos encontrando, “que el Prozac puede provocar impulsos suicidas y todos esos otros fármacos ISRS pueden aumentar el riesgo de suicidio”. No es algo nada nuevo, esos datos ya estaban allí desde los primeros ensayos. Gente en Alemania decía: “Creo que se trata de un fármaco peligroso”.
SS: O sea, ¿que ya en la década de 1980 esto se sabía?
RW: A principios de los años 1980, antes de que se aprobase el Prozac. Básicamente, lo que Eli Lilly tenía que hacer era encubrir el riesgo de comportamientos maníacos y las psicosis, encubrir que algunas personas tenían impulsos suicidas debido a que estaban sometidas a un trastorno nervioso provocado por el Prozac. Esta es la forma en que fue aprobado el fármaco.
Había varias formas de encubrir estos hechos. Uno de ellos era simplemente el de eliminar los casos de psicosis de los datos recogidos durante los ensayos clínicos. También podían volver a recopilar algunos de los resultados de los ensayos: digamos que alguien tuvo un episodio maníaco o un episodio psicótico, o mejor, en lugar de poner eso, digamos que simplemente tuvo de nuevo períodos de depresión, y ese tipo de cosas. Tenían necesidad de ocultar los riesgos desde el principio, y eso es lo que hicieron.
Así que el Prozac fue aprobado en 1987, y se puso en marcha una increíble campaña de relaciones públicas. Las píldoras aparecían en las portadas de todas las revistas. ¡La píldora del Año! Es mucho más segura: un medicamento maravilloso. Médicos que decían: “El verdadero problema de este fármaco es que ahora podemos tener la personalidad que queramos. Los resultados son tan maravillosos que uno puede ser feliz siempre, sólo con tomar la pastilla!
Fue un completo disparate. Un fármaco que apenas era algo mejor que un placebo, aliviando ligeramente los síntomas depresivos a corto plazo. Se hacía un verdadero alarde de este tipo de fármacos: “Los poderes de la Psiquiatría son tales que podemos dar a la mente lo que quiera, una personalidad diseñada”. Algo totalmente obsceno. Pero inmediatamente después de ponerse en circulación, se convirtió en el que mayor número de reclamaciones ha recibido en los Estados Unidos ¡El Prozac!
SS: ¿Cuál ha sido el nivel de quejas por el uso del Prozac desde que llegó al mercado?
RW: Disponemos de un sistema de información denominado Medwatch, que informa de los efectos adversos de los medicamentos psiquiátricos a la FDA. Por cierto, la FDA trata de mantener estos informes adversos de los medicamentos ocultos a la gente. En lugar de que estos datos sean fácilmente conocidos por la gente, para que así sepan de los peligros de ciertos medicamentos, es muy difícil conseguir estos informes.
Al cabo de una década se reunieron 39.000 informes adversos sobre el Prozac que fueron enviados a Medwatch. Pero el número de efectos adversos que se envían a Medwatch representa sólo el 1% del número real de tales efectos adversos. Por lo tanto, de ser 39.000 los informes adversos sobre el Prozac recibidos en Medwatch, eso quiere decir que el número de personas que han sufrido este tipo de problemas sería de 100 veces más, aproximadamente unos 4 millones de personas. Esto hace que el Prozac sea el medicamento que más quejas ha recibido en los Estados Unidos. Se recibieron más quejas sobre el Prozac en sus dos primeros años de comercialización que los antidepresivos tricíclicos en 20 años.
Recuerde, el Prozac se empezó a comercializar por ser un fármaco seguro, ¿y sin embargo es el que más quejas ha tenido? Manías, depresiones, nerviosismo, ansiedad, agitación, hostilidad, alucinaciones, pérdida de memoria, temblores, convulsiones, impotencia, insomnio, náuseas, impulsos psicóticos suicidas… Se trata de una amplia gama de síntomas graves.
Y aquí viene lo bueno. No sólo era el Prozac. Una vez que llegaron el resto de fármacos ISRS al mercado, tales como Zoloft y Paxil, en 1994, los cuatro antidepresivos se encontraban entre los 20 primeros medicamentos que más quejas recibían en la lista Medwatch de la FDA. En otras palabras, cada uno de estos medicamentos lanzados al mercado comenzó a desencadenar una serie de reacciones adversas. Y no eran cosas de escasa importancia: manías, alucinaciones, depresión psicótica, estos son efectos adversos graves.
Prozac se lanzó como una droga maravillosa. Aparecía en las portadas de todas las revistas como segura y como una muestra de nuestra maravillosa capacidad de moldear el cerebro a nuestro gusto. Pero en realidad, todos aquellos informes mostraban que se podía desencadenar una gran cantidad de efectos adversos, incluyendo el suicidio y la psicosis.
El especialista, junto a su equipo, con el que trabajó un proyecto Fondecyt, analizó a tres mil pacientes del sistema público a principios del 2000 y registró que la prevalencia de la depresión era de 18,1%. Esas personas, gracias al GES, fueron tratadas, medicadas y recibieron terapia. “Pero acabamos de visitar otra vez a esas mismas personas y descubrimos que la prevalencia del trastorno depresivo hoy es del 18%. O sea, no cambió nada”, cuenta Vicente.
– Diario La Tercera
La FDA debió de darse cuenta de tal cantidad de efectos adversos que estaba recibiendo y durante un período tan largo de tiempo. Una década tardó la FDA en reaccionar y reconocer el aumento de los suicidios y la violencia que puede desencadenar en algunas personas. Se trata de un ejemplo clásico. Traicionaron a su responsabilidad de actuar como un organismo de control para la gente y en su lugar actuaron como una Agencia que encubría los daños y los riesgos de estos fármacos.
«Un día analizaremos la forma en que hoy tratamos la enfermedad mental y nos preguntaremos si estábamos todos locos» Time.com
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