Los problemas de las bombillas LED

Por el Dr. Mercola, 1 de diciembre de 2016

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No hace mucho tiempo, relativamente hablando, que los seres humanos se despertaban y se acostaban con la salida y la puesta del sol.

La invención de la iluminación artificial moderna ha permitido trabajar sin descanso durante las 24 horas del día, algo que de otro modo supondría la más absoluta oscuridad durante la noche; nuestros cuerpos no se han adaptado a esta intromisión de la luz cuando debiera reinar la oscuridad.

Los seres humanos se han visto amparados por el resplandor de la luz del fuego, con sus longitudes de onda amarilla, naranja y roja, que parece que no tienen los efectos perjudiciales ( tales como la eliminación de la producción de malatonina) de otras longitudes de ondas de la luz, como la luz blanca y la azul.

La luz azul, que es una radiación presente cuando el sol brilla en toda su intensidad, es particularmente problemática. Los fotorreceptores, o células sensibles a la luz, presentes en nuestros ojos, activan diferentes procesos del núcleo supraquiasmático, una pequeña región situada en el hipotálamo del cerebro.

Uno de estos procesos es la transmisión a la glándula pineal de la presencia de luz azul, lo que se traduce en un cese en la producción de melatonina para así facilitar el estado de vigilia. Cuando se pone el sol y disminuye la intensidad de la luz azul, la producción de melatonina aumenta, lo que ayuda a conciliar el sueño.

La introducción de la luz azul de las lámparas LED

Estamos sometidos a un experimento sin precedentes en cuanto a la exposición a la luz, no sólo debido al uso generalizado de la luz artificial, sino también porque en los últimos 20 años se han desarrollado lámparas LED que emiten luz azul (diodos emisores de luz), y que están presentes en los aparatos electrónicos, desde el teléfono móvil, a los ordenadores y la TV de pantalla plana.

La lámparas LED están reemplazando a la tecnología anterior de iluminación, las bombillas incandescentes y las lámparas fluorescentes compactas (CFL). Hay buenas razones para este cambio, ya que las lámparas LED son mucho más eficientes desde el punto de vista energético, son más duraderas y producen una excelente calidad de luz en comparación con otros tipos de iluminación.

De acuerdo con el Departamento de Energía (DOE), las luces LED consumen un 75% menos de energía, sin embargo duran 25 veces más que la iluminación incandescente (1).

Se estima que con el uso generalizado de las lámparas LED, en el año 2027 se podría ahorrar la producción eléctrica equivalente a 44 plantas de energía eléctrica cada año, lo que sumaría un total de al menos 30.000 mil millones de dólares de ahorro. De acuerdo con el Departamento de Energía (2), las diferencias con las bombillas incandescentes serían principalmente tres:

– Emiten muy poco calor en comparación con las bombillas incandescentes y CFL, que liberan el 90% y el 80%, respectivamente, de su energía en forma de calor.

– Los LED emiten luz en una dirección específica, lo que las hace más eficientes y reduce la necesidad de reflectores y difusores.

– La luz procedente de las lámparas LED es una mezcla de luz roja, verde y azul, que se combinan para producir una luz blanca (3); la luz es más blanca y más azul que la de las bombillas incandescentes, que contienen una luz más amarilla y roja.

La luz blanca de las lámparas LED es tan brillante y eficiente desde el punto de vista energético que alrededor del 10% de los municipios de los Estados Unidos están usando este tipo de iluminación en las farolas, y se espera que siga creciendo (4), Por desgracia, con este cambio de tecnología han aparecido un conjunto de potenciales problemas.

La luz azul de las lámparas LED confunde al cerebro

Cuando su cerebro capta una luz azul durante la noche se produce una mezcla de mensajes, lo que puede acarrear problemas de salud. Según una encuesta realizada por la Fundación Nacional de Sueño, se encontró que aquellas personas con problemas habían estado viendo la televisión o utilizando un dispositivo electrónico una hora antes de irse a la cama por lo menos un par de noches por semana (5).

En el año 2011, por ejemplo, los investigadores descubrieron que la exposición nocturna a una pantalla de un ordenador con retroiluminación LED afectaba a la fisiología circadiana. En 13 hombres jóvenes, la exposición durante cinco horas a una pantalla iluminada por LED durante la noche provocó el cese en la producción de melatonina y somnolencia (6).

Otra investigación reveló que “la luz procedente de diodos provocó la supresión en la producción de melatonina en función de la dosis en los seres humanos” (7).

En lo que se refiere a una tablet, es suficiente su uso durante dos horas por la noche para reducir la producción de melatonina (8), mientras que un uso durante 4 horas conlleva la pérdida del sueño y de mayor tiempo para conciliar el suelo, siendo el sueño de menor calidad que el de aquellos que leen libros en papel durante el mismo período.

Incluso conducir por una área iluminada por lámparas LED puede producir un desfase en su cuerpo. En la asamblea anual del año 2016 de la Asociación Médica Americana (AMA), se emitieron nuevas directrices para “reducir en los seres humanos los efectos nocivos de la alta intensidad de las lámparas LED del alumbrado público” (9).

La AMA señaló que las luces LED blancas “tienen un impacto cinco veces mayor” en los ritmos circadianos del sueño que las farolas convencionales. Esto puede conducir a problemas del sueño y otros efectos adversos relacionados.

La miembro de la AMA, la Dra. Maya A. Babu, dijo en un comunicado de prensa: “A pesar de los beneficios relacionados con la eficiencia energética, algunas luces LED son perjudiciales cuando se utilizan para iluminación de las calles” (10). Citó las recientes encuestas realizadas, que han encontrado vínculos con:

– Reducción de los tiempos de sueño

– Menor calidad del sueño

– Somnolencia excesiva

– Desorden durante los períodos diurnos

– Obesidad

Las luces LED pueden dañar la visión, el sistema endocrino y otros problemas de salud

Hay ciertas desventajas en las lámparas LED que no se tienen en cuenta, más allá de sus efectos sobre el sueño.

En una entrevista con el Dr. Alexander Wunsch, un experto mundial en fotobiología, comparte los peligros ocultos de la iluminación LED, incluyendo exposición diaria a importantes campos electromagnéticos (EMF).

De ignorar estas consideraciones puede tener serios efectos a largo plazo, tales como degeneración macular relacionada con la edad, que es la principal causa de ceguera entre las personas mayores de los Estados Unidos.

Resumiendo, las lámparas LED no emiten prácticamente radiación infrarroja y sí un exceso de luz azul que genera especies reactiva de oxígeno (ROS), que son perjudiciales para la vista y la salud en general.

Otros problemas de salud estarían relacionados con la disfunción mitocondrial, que puede exacerbarse por la iluminación LED, y comprendería trastornos metabólicos relacionados con el cáncer. El Dr. Wunsch explica:

Las frecuencias de la luz azul son la de mayor energía en la parte visible del espectro y genera la producción de ROS, es decir, estrés oxidativo. La azul azul provoca estrés oxidativo en los tejidos, y este estrés debería ser equilibrado por las frecuencias infrarrojas, que no están presentes en los LED.

Para contrarrestar la frecuencia de la luz azul se necesitan longitudes de onda corta, que se encuentran en el rojo y el infrarrojo cercano. Por tanto, la regeneración y reparación tisulares parten de las longitudes de onda que no están presentes en el espectro lumínico de las bombillas LED.

Hemos aumentado el estrés en la parte de longitud de onda corta y hemos reducido la regeneración y la reparación en la parte de la longitud de onda larga. Este es el principal problema… que no tienen la calidad de luz de las fuentes naturales, y acarrea consecuencias. Esta tensión provoca problemas en la retina y para nuestro sistema endocrino”.

Cómo evitar mayores problemas con las pantallas digitales

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Cuando se trata de las pantallas de los ordenadores, Wunsch sugiere reducir la temperatura de color correlacionada hasta 2.700 k, incluso de día, no sólo por la noche. Muchos utilizan la aplicación f.lux [https://justgetflux.com/], pero he encontrado una alternativa mucho mejor creada por Daniel, un programador búlgaro de 22 años de edad que me presentó Ben Greenfield.

Es una de las personas que ya conocía la mayor parte de la información de este artículo. Estaba usando f.lux, pero estaba un poco frustrado con los problemas de control. Intentó contactar con los desarrolladores, pero nunca le contestaron. Así que desarrollo una alternativa bastante superior denominada Iris. Es una aplicación gratuita, pero se le puede ayudar con una aportación de 2 dólares como compensación. Usted puede conseguir la aplicación IRIS aquí, un software para la protección de la vista. La tecnología OLED de las pantallas también es otra posible alternativa a las pantallas convencionales.

Con la tecnología OLED no estoy seguro de si el color es muy estable en todos los ángulos desde los que se puede ver la pantalla. Pero si usted dispone de una tecnología con la cual el negro es realmente negro, entonces habrá menor radiación que entra en sus ojos, y la tecnología OLED es capaz de proporcionar eso”, dijo Wunsch.

El contraste entre el negro y el blanco, las áreas oscuras en una pantalla TFT (Pantalla de cristal líquido de transistores de película fina), o en una pantalla estándar, no son realmente negras. También emiten radiación de onda corta. La pantalla OLED sólo emite donde se ve luz, no donde se ve negro en la pantalla, allí no hay luz. Esto puede ser más beneficioso, siempre y cuando no se tengan problemas con el ángulo de visualización.

Para proteger su salud y su visión, mejor las bombillas incandescentes

Las bombillas LED constituyen un ejemplo de cómo estamos minimizando algunos problemas de salud, con una tecnología que por otro lado puede resultar útil. Sin embargo, con un mayor conocimiento podemos prevenir proactivamente el daño que se pudiera producir. En resumen, necesitamos limitar la exposición a la luz azul, tanto de día como de noche. Así que para el uso nocturno, mejor cambiar los LED por bombillas incandescentes, o luces halógenas incandescentes de bajo voltaje que funcionen con corriente continua.

También recomiendo encarecidamente el uso de gafas que bloqueen el paso de la luz azul después de la puesta del sol, incluso si utiliza bombillas incandescentes. Sin estas precauciones, la excesiva luz azul emitida por los LED y las pantallas digitales provoca la producción excesiva de especies reactivas del oxígeno (ROS) y disminuye la producción de melatonina, tanto en la glándula pineal como la retina, impidiendo la reparación y regeneración, es decir, aceleramos la degeneración de la vista.

Hay una cosa que quiero destacar: no es la luz azul que proviene del sol la que nos debiera preocupar. Es la luz azul, esa luz de alta energía visual (HEV), luz proveniente de fuentes no térmicas, la que nos debiera preocupar, no la luz azul que viene junto con longitudes de onda más largas junto con una mezcla de otras frecuencias del espectro visual cercano al infrarrojo…

La luz que sustituye a las fuentes de luz no térmicas, esa es la raíz del problema, y hay que actuar con inteligencia para evitar estos caballos de Troya. Si desea hacerlo, use bombillas incandescentes”, dice Wunsch.

Otra alternativa de luz saludable

Incluso las velas serían una mejor fuente de luz que las bombillas incandescentes, ya que no hay corriente eléctrica presente, y es la luz utilizada por nuestros antepasados durante milenios, por lo que nuestros cuerpos ya están adaptados a ella. El único problema es que hay que ser muy cuidados con las velas, ya que la mayoría son tóxicas.

Muchas de las velas que se fabrican actualmente están llenas de toxinas, especialmente de parafinas. ¿Sabe usted que la parafina es un subproducto del petróleo que se produce cuando se refina el petróleo en crudo? Además, se añaden sustancias cancerígenas y otras sustancias tóxicas para aumentar la estabilidad de la llama, y eso sin tener en cuenta el plomo añadido a las mechas y el hollín que se desprende y que usted puede respirar.

Para complicar aún más las cosas, muchas velas tienen tanta parafina como soja, están llenas de tintes y de tóxicas fragancias. Algunas velas de soja incluyen muchos aditivos o incluso proceden de soja transgénica. Parece que algunos aceptan que resulta aceptable una exposición a pequeñas cantidades de sustancias tóxicas, a pesar de que puede ser una exposición diaria durante mucho tiempo.

[…]

Fuentes y referencias:

Scientific American November 1, 2016

1, 2, 3 U.S. Department of Energy, LED Lighting

4, 9, 10 American Medical Association June 14, 2016

5 Scientific American November 1, 2016

6 J Appl Physiol (1985). 2011 May;110(5):1432-8.

7 J Appl Physiol (1985). 2011 Mar;110(3):619-26.

8 Appl Ergon. 2013 Mar;44(2):237-40.

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