Por el Dr. Ted Greiner, 11 de julio de 2016
¿Qué mejor manera de desacreditar a sus críticos que embaucar a 107 ganadores de Premios Nobel (todos ellos sin conocimientos especializados pertinentes) ?
Pero este tipo de tácticas no suponen nada nuevo. Hace mucho tiempo, ya la Industria de los Cultivos Transgénicos gastó más de 50 millones de dólares para promover el Arroz Dorado como una solución a la deficiencia de vitamina A en los países con bajos ingresos. Así lo hicieron mucho antes de que esta Tecnología estuviese disponible, y mucho menos hubiese sido probada. Sin mencionar su aceptación o no por parte de los consumidores. Por no hablar de someterlo a las fases 2 y 3 de los ensayos para ver si realmente podría resolver este problema en el mundo.
¿Por qué este proyecto científico no ha llegado todavía después de décadas a esta aparente sencilla conclusión?
Pues por algo también muy sencillo: el verdadero propósito del Arroz Dorado nunca ha sido el de resolver los problemas de carencia de vitamina A. Nunca ha sido, ni nunca será. Su propósito, desde el principio, es el de convertirse en una herramienta para avergonzar a los críticos de los cultivos modificados genéticamente, y ahora convencer a un puñado de ganadores de Premios Nobel a que firmen algo que no han llegado a comprender.
He trabajo en una tecnología convencional de arroz fortificado (Ultra Rice) durante años con varias ONG en diversos países. Nos quedó claro que las poblaciones que consumen arroz son muy exigentes con su arroz y nada dispuestas a aceptar incluso el más pequeño cambio en su aspecto, olor y sabor.
¿Y ahora van a convencerles de que consuman un arroz de color amarillo brillante? Eso no podrá hacerse a gran escala, y si lo hacen, será porque se habrán empleando grandes cantidades de dinero en superar la resistencia de los consumidores. Un dinero que podría emplearse para convencer a la gente que consuma alimentos de origen vegetal de bajo coste, a los que se puede acceder fácilmente, y que pueden prevenir las deficiencias de vitamina A.
La resistencia de los consumidores tiene especial importancia entre las personas muy pobres, para quienes el Arroz Dorado podría ser útil por otra parte. Es así porque cuando el arroz almacenado se conserva mal se infecta de un moho de color amarillo que produce una enfermedad mortal, la “enfermedad que amarillea el arroz” (beriberi), si se consume. Hace sólo una década se cree que produjo la muerte de una decena de trabajadores del azúcar en la región de Maranhão, Brasil (Rosa et al., 2010). ¿Es un tipo de resistencia por parte de los consumidores que quieren desautorizar?
El estudio epidémico de Rosa no prueba que las muertes se debieran al moho, y que el moho estuviera presente en el arroz de la zona donde se produjeron dichas muertes. Sin embargo, las autoridades brasileñas con las que hablamos en el año 2007 nos dijeron que era muy probable que la causa principal se debiera a ese moho. Pero uno no ha observado beriberi en el Este (este es el primer brote a gran escala en el Oeste), entre los hombres que trabajan duramente, que beben mucho alcohol y consumen principalmente arroz blanco.
Penicillium citreonigrum Direcks es el nombre del moho que cambia el color del arroz en amarillento. Otro puede cambiarlo en color parduzco. Los arroces infectados por el moho no se parecen al Arroz Dorado. Lo que quiero decir es que la gente de lugares donde el arroz a menudo se humedece durante su almacenamiento, saben que el arroz de color amarillo es peligroso. Al decirles que el arroz amarillo es seguro para su consumo, el mensaje del Arroz Dorado servirá para crear un cierto desconcierto y poner a las personas en peligro. Para enseñarles que un arroz que siempre han pensado que no había que consumir, ahora es seguro, habrá que invertir en gastos y gran número de detalles.
En Bangladesh he estado trabajando con una ONG relacionada con temas de comunicación, la Worldview International Foundation, que ha tratado de convencer a 10 millones de personas de que consumiesen alimentos ricos en caroteno. Hemos llevado a cabo una evaluación para comprobar si la campaña funcionó. Eso parece. Con sólo 0,15 dólares por persona, aunque esté hablando de hace más de dos décadas. Pero también observamos muchos beneficios secundarios: la ingestión de otros nutrientes al consumir vegetales frescos (Greiner y Mitra, 1995).
Los 107 Premios Nobel firmantes de la carta nada dicen sobre la seguridad y efectividad del Arroz Dorado, pero lo que sí demuestran es que independientemente de lo bueno que sean como científicos en la rama concreta en la que estén especializados, a mundo no son más inteligentes que el resto de nosotros acerca de otras muchas cosas. A veces incluso sus egos les hacen decir cosas que no se han investigado adecuadamente o porque ya lo han dicho otras personas inteligentes y ellos se suman a la confusión. Las personas que están diseñando el Arroz Dorado no están al tanto de la “enfermedad que amarillea el arroz”, con muchas menos excusas. ( O no tienen o tenían escrúpulos).
Si usted ha leído hasta aquí, enhorabuena. Ahora ya sabe algo de los 107 ganadores de Premios Nobel que firmaron la carta: que están poniendo en entredicho su reputación.
El Dr. Ted Greiner fue profesor de Nutrición de la Universidad de Hanyang, Corea.
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Referencias:
– Enciclopedia de los alimentos: las micotoxinas (2001), Martin Weidenbörner.
– Greiner T. y Mitra S.N. (1995) Evaluación del impacto de un enfoque basado en la alimentación como una solución a las deficiencia de Vitamina A en Bangladesh. Food and Nutrition Bulletin 16 (3) 193-205.
– Rosa et al., 2010. Producción por las cepas de Penicillium citreonigrum de citreoviridina asociada con el consumo de arroz y los casos de beriberi en el Estado de Maranhão, Brasil. Aditivos alimentarios y contaminantes: Parte A. 27 (2).
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