Por Brendan DeMelle y Kevin Grandia, 26 de abril de 2016
A través de las operaciones mundiales realizadas por Exxon, hemos conocido que esta Empresa sabía que el CO2 era un contaminante perjudicial para la atmósfera. DeSmog ha descubierto que Exxon dispone de documentos corporativos de la década de 1970 en los que se indicaría de manera inequívoca de que no había dudas que la emisión de CO2 por la quema de combustibles fósiles se estaba convirtiendo un problema cada vez mayor, bien entendido por la Empresa.
“Es sabido que la principal fuente de CO2 es la quema de combustibles fósiles… No hay duda de que el aumento en el uso de combustibles fósiles y la disminución de la cubierta forestal, están agravando el problema mundial de aumento de CO2 en la atmósfera. Hay tecnologías que eliminan el CO2 que se expulsa a través de las chimeneas, pero la eliminación de sólo el 50% del CO2 duplicaría el coste de generación de energía” (Énfasis añadido)
Estas líneas proceden de un Informe de 1980 titulado “Examen de las actividades de protección ambiental para 1978-1979”, redactado por Imperial Oil, la filial canadiense de Exxon.
Una lista de distribución que se incluye en el Informe indica que fue difundida a través de los administradores de las oficinas corporativas internacionales de Exxon, incluidas las de Europa.
(haga clic sobre la imagen superior para descargar la versión completa de “Examen de las actividades de protección ambiental para 1978-1979” (pdf)
El siguiente informe, titulado “Evaluación de las actividades de protección ambiental para 1980-1981” (pdf), señalaba en un apéndice que trata de los “asuntos clave en cuestiones ambientales y motivos de preocupación” que: “los medios de comunicación tienen ahora una mayor atención por las emisiones de CO2 y los gases de efecto invernadero”.
Inside Climate News publicó abundante información nueva sobre Exxon: La serie The Road Not Taken (El camino no elegido) demuestra con claridad el grado de conocimiento sobre la ciencia climática por parte de Exxon. Revelaciones adicionales sobre las investigaciones en torno al clima fueron publicadas en el diario Los Angeles Times en colaboración con la Escuela de Periodismo de Columbia. En un informe de 1980, Exxon explicaba los planes de la Empresa:
“Efecto invernadero del CO2: Un trabajo realizado con el apoyo de Exxon está ayudando a definir la gravedad de este problema. Dicha información es necesaria para evaluar las implicaciones futuras del uso de los combustibles fósiles. Se buscará financiación de los Gobiernos para ampliar el uso de los buques cisterna de Exxon para determinar la capacidad del océano de almacenar CO2”.
Ahora, una investigación de DeSmog confirma que se tenía conocimiento de la amenaza que suponen las emisiones de dióxido de carbono por las operaciones mundiales de Exxon, más de lo que se sabía anteriormente, y era considerado como un importante reto para las futuras operaciones de la empresa. Nuevos documentos de Imperial Oil (TSE:IMO) fueron descubiertos por los investigadores de DeSmog, a partir de unos archivos que se encontraban el Museo Glenbow de Calgary, Alberta. Supimos de la existencia de esos documentos por unos artículos publicados en el diario Los Angeles Times en colaboración con la Escuela de Periodismo de Columbia.
“Puesto que la contaminación supone un desastre…”
En uno de los documentos descubiertos por DeSmog se revela que Exxon era consciente ya en la década de 1960 que las emisiones mundiales de CO2 procedentes de la combustión era motivo de gran preocupación como principal fuente de contaminación que afectaba a todo el sistema ecológico. Estos detalles se encontraron en un documento de 1970, “La contaminación en asunto de todos”, escrito por HR Holland, un ingeniero químico responsable de la protección del medio ambiente en la división de Ingeniería de Imperial Oil.
Holland escribió:
“Dado que la contaminación supone un desastre para las especies afectadas, las únicas medidas satisfactorias es de la prevención, de manera que la adición de sustancias extrañas sea a niveles tales que se puedan diluir, siendo asimiladas o destruidas por los procesos naturales, para así proteger el medio ambiente humano”.
En el informe de Holland se incluye una tabla con la “estimación de las emisiones mundiales de algunos contaminantes del aire”. Uno de esos agentes contaminantes que aparece en la tabla es el dióxido de carbono, procedente de la “oxidación de la material vegetal y animal “ y de la “combustión”.
Los dos asteriscos al lado del CO2 en la lista de contaminantes hacen referencia a un estudio científico de 1969, “El dióxido de carbono afecta a los sistemas ecológicos”, en el que el autor explica las conexiones entre la quema de combustibles fósiles, el aumento de CO2 en la atmósfera y los posibles efectos que eso podría tener en un futuro en los patrones climáticos y las temperaturas globales.
Holland hizo hincapié en la necesidad de controlar todas las formas de contaminación a través de la normas de regulación, señalando que “un problema de tal magnitud, complejidad e importancia no puede ser tratado de forma voluntarista”. Sin embargo, la Industria de los combustibles fósiles ha afirmado durante mucho tiempo que sus programas desarrollados de forma voluntaria son suficientes, de modo que las normas de regulación son innecesarias.
Exxon conocía la información científica sobre el clima, sin embargo durante décadas ha estado financiando campañas negando el cambio climático
A pesar de que la comprensión científica que tenía Exxon sobre el papel de la contaminación por CO2 debido a la quema de combustibles fósiles que causan problemas en la atmósfera, la Empresa dejó a un lado estas preocupaciones internas y llevó a cabo una sofisticada campaña mundial para sembrar dudas y crear desconfianza entre la gente sobre las modificaciones del clima. Entre ellas destacan las actividades de presión y de publicidad, publicaciones semanales de artículos de opinión en The New York Times durante años, y otras tácticas.
Exxon y Mobil fueron miembros fundadores de la Coalición Mundial del Clima, un grupo creado en 1989 para sembrar dudas, a pesar de las certezas internas que ya tenía este grupo.
Mientras que la Coalición Mundial del Clima distribuía una información general entre los políticos y los medios de comunicación a principios de 1990, en la que se decía: “El papel de los gases de efecto invernadero en el cambio climático todavía no se comprende muy bien”, un Informe interno de este Coalición, del año 1995, redactado por Mobil Oil ( que se fusionó con Exxon en 1998) decía que “La base científica del efecto invernadero y el impacto potencial de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, tales como el CO2, en el clima, está bien establecida y no se puede negar”.
Y la prueba más evidente de los esfuerzos generalizados de Exxon para atacar los intentos de regulación y de control de la contaminación, se encuentra en los más de 30 millones de dólares rastreados por los investigadores de Greenpeace y entregados a grupos de presión y expertos para confundir al público acerca de la necesidad de reducir la contaminación por CO2.
Base de datos de la investigación llevada a cabo por DeSmog: financiación por parte de ExxonMobil de la negación del cambio climático |
A medida que los conocimientos científicos fueron aumentando, la campaña de negación de Exxon a nivel mundial se hizo más intensa.
La negación del cambio climático por parte de Imperial Oil se hizo más fuerte en la década de 1990, a pesar de las certezas científicas que tenía en su poder
Imperial Oil, filial canadiense de Exxon, demuestra en estos documentos que poseía una clara comprensión de las consecuencias ambientales y climáticas de la contaminación por CO2 debido a la quema de los combustibles fósiles, sin embargo, la negación de este hecho se hizo más fuerte en la década de 1990.
El Presidente y Director General de Imperial Oil, Robert Peterson, escribió en el artículo “Una Canadá más limpia”, en 1998: “El dióxido de carbono no es un contaminante, sino un ingrediente esencial de la vida en este planeta”.
(DeSmog repasará con más detenimiento la posición de Imperial Oil en lo que se refiere al CO2 a través de sus comunicaciones internas)
Nos pusimos en contacto con Imperial Oil para que hiciese los comentarios pertinentes, pero no había respondido al cierre de esta edición. El Gerente de relaciones con los medios de Exxon Mobil, Alan Jeffers dio la siguiente respuesta:
“Sus conclusiones son inexactas, pero no nos resultan sorprendentes ya que trabajan con extremistas ambientales que realizan un falso periodismo para falsear los casi 40 años de investigación del clima por parte de ExxonMobil. Sugerir que habíamos llegado a conclusiones definitivas, varias décadas antes que los expertos mundiales y al mismo tiempo que la ciencia sobre el clima estaba todavía en pañales, no es algo creíble”.
Implicaciones legales por el conocimiento de la Industria de los combustibles fósiles de la contaminación por CO2 y el impacto en el clima
Son cada vez más fuertes los llamamientos para que Exxon y otras empresas con intereses en los combustibles fósiles se hagan responsables por las campañas de financiación de negación del cambio climático y las consecuencias de la contaminación de la atmósfera por CO2, desde hace ya varias décadas.
En varios estados y territorios de Estados Unidos, incluyendo Nueva York, California, Massachusetts y las Islas Vírgenes, varios procuradores generales estatales están investigando a fondo los conocimientos que tenía Exxon respecto al impacto por la quema de combustibles fósiles, y si la empresa ha violado la ley al financiar campañas a favor de la negación del cambio climático, mediante contribuciones empresariales, organizaciones e individuos que han trabajado para sembrar dudas y confusión sobre el calentamiento global.
Activistas climáticos y la candidata presidencial Hillary Clinton han instado al Departamento de Justicia y otras agencias gubernamentales para que investiguen los esfuerzos deliberados de la industria de los combustibles fósiles para retrasar las medidas políticas para hacer frente a la amenaza climática.
Los Senadores demócratas estadounidenses Sheldon Whitehouse (RI), Ed Markey (MA) y Brian Schatz (HI), presentaron una enmienda al proyecto de Ley de Energía que expresa la desaprobación del uso que se ha hecho de los centros de investigación financiados por la Industria y las tácticas de desinformación destinadas a sembrar dudas sobre los conocimientos científicos en torno al cambio climático. Pero queda por ver qué medias podría tomar el Congreso para hacer responsable a la Industria de los combustibles fósiles de retrasar las soluciones políticas y confundir a la gente sobre este problema crítico.
Imagínense que hubiésemos conocido con mayor antelación, gracias a Exxon, los problemas generados en el clima, en lugar de actuar en sentido contrario, financiando las campañas de negación de los efectos sobre el clima.
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