La gigante de la Biotecnología Monsanto se ha asociado recientemente con el Instituto Broad para desarrollar semillas en cuyo proceso se ha empleado la edición de genes.
Por Derrick Broze, 24 de septiembre de 2016
El pasado jueves, Monsanto anunció su alianza con el Instituto Broad, un proyecto del Instituto Tecnológico de Massachuset (MIT) y de Harvard, que se ocupa de la investigación biomédica y genómica. La nueva asociación otorga a Monsanto una licencia no exclusiva para aplicaciones agrícolas de la tecnología CRISPR-cas para su uso en el desarrollo de semillas.
“Los derechos para utilizar CRISPR-cas del Instituto Broad permiten acceder a una herramienta con la que podremos expandir las investigaciones en torno a la edición del genoma”, dijo Tom Adams, uno de los responsables de la sección de Biotecnología de Monsanto. “La tecnología de edición de genes complementa nuestras investigaciones y proporciona un recurso increíble para desbloquear nuestras bibliotecas de germoplasma y del genoma, algo en lo que somos líderes en el mundo”.
La utilización de la tecnología CRISPR-cas para el desarrollo de nuevas semillas fue objeto de discusión por parte de un equipo de investigadores italianos en agosto de 2014 en la revista Tendencias en Biotecnología. Estos investigadores analizaron las reacciones públicas contra los transgénicos y consideraron si la gente iba a ser más receptiva con la edición de genes. El equipo tenía la esperanza de que “al tratarse de biotecnologías nuevas y diferentes” se aceptarían con menos oposición estos organismos modificados genéticamente mediante edición de genes que sus contrapartes transgénicas convencionales.
Mientras que los alimentos transgénicos convencionales se desarrollan insertando genes extraños a la planta, la edición de genes supone “la inserción, eliminación o alteración de genes ya existentes”, lo que podría utilizarse para prevenir que los cultivos adquieran una pigmentación de color parda. Monsanto espera que estas diferencias hagan que estos cultivos se puedan comercializar mejor que los transgénicos convencionales.
Monsanto no es la única empresa de Biotecnología que ha invertido en tecnología CRISPR. DuPont Pioneer también ha llegado a un acuerdo con Caribou Biosciencies para adquirir los derechos de utilización de CRISPR y desarrollar sus propios cultivos transgénicos. Monsanto y DuPont tienen la esperanza de que finalmente la gente acabe aceptando los cultivos desarrollados mediante ediciones de genes. Técnicamente un cultivo editado por medio de CRISPR no sería un transgénico, al menos de la manera de que mayor parte de la gente entiende por tal.
“El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos parece estar de acuerdo con las apreciaciones de Monsanto. La USDA ya ha permitido que cultivos desarrollados mediante CRISPR, en un hongo y en un tipo de maíz, estén más cerca de su comercialización, al optar por no regularlos como transgénicos convencionales. DuPont, una empresa que desarrolla nuevos tipos de maíz, espera que sus cosechas estén presentes en los campos de cultivo en los próximos cinco años”.
CRISPR se ha convertido en la última técnica de edición de genes, lo que permite realizar modificaciones precisas en los genes de la mosca de la fruta, de los peces, los ratones, las plantas y las células humanas. Para ello, el genetista tiene que diseñar y sintetizar una molécula corta de ARN que coincida con una secuencia específica de ADN. Entonces, como en la etapa de selección del sistema bacteriano, este ARN guía transfiere la proteína Cas9 al ADN objetivo, y puede silenciar un gen o cambiar la secuencia de un gen mediante la edición de una plantilla de reparación realizando una modificación específica en la secuencia, que se incorpora al ADN durante el proceso de reparación. El ADN objetivo resulta alterado para llevar a cabo la nueva secuencia – Mae-Wan Ho en CRISPR, la nueva herramienta de modificación genética |
En base a este decisión del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), de no regular ni etiquetar los cultivos editados genéticamente, es probable que tanto Monsanto como DuPont sigan invirtiendo en tecnología CRISPR. Business Insider señala que desde 2013 “los investigadores ha estado experimentado con ella para el desarrollo de una serie de cultivos, incluyendo naranjas, patatas, trigo, arroz y tomates”.
Otro aspecto de esta historia es que mediante la tecnología de ingeniería genética CRISPR se pueden desarrollar bebés. En febrero de 2016, según informó Anti Media, un científico que trabaja con células madre del Instituto Francis Crick de Londres, obtuvo permiso para llevar a cabo experimentos que implican el desarrollo de embriones mediante Ingeniería Genética utilizando CRISPR-Cas9. Esto plantea la duda de si empresas con un largo historial en desarrollar armas biológicas no pueden tener un interés especial en crear cierto tipo de seres humanos modificados genéticamente.
El empleo de la Ingeniería Genética en embriones humanos y la edición de genes es una reminiscencia de Un mundo feliz de Aldous Huxley. También es el tema de la película Gattaca de 1997. En Gattaca se muestra un futuro en el que los genes deciden el lugar que va a ocupar en la sociedad. En la práctica, es algo equivalente al sistema de castas. En ese mundo, la élite rica puede permitirse el lujo de diseñar a sus hijos y evitar cualquier posible defecto. Aquellos que son considerados genéticamente inferiores son los “no válidos”. La película trata de la Ingeniería Genética, de la eugenesia y las implicaciones morales de jugar a ser Dioses con la vida humana. Tanto Gattaca como Un mundo feliz, nos dan la oportunidad de reflexionar sobre esta nueva realidad.
Derrick Broze es periodista y activista. Es periodista de investigación para Lead Investigative Reporter y fundador de TheConsciousResistance.com . Es autor de tres: Resistencia consciente: sobre la anarquía y la espiritualidad y Encontrar la libertad en una época de confusión, volúmenes I y II.
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