Los primeros aviones no tripulados utilizados en la caza de Osama bin Laden actuaron desde Alemania

Por Richard Whittle

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Centro de control de drones en Nuevo México(Imagen: Reuters)
Centro de control de drones en Nuevo México(Imagen: Reuters)

Algunos de los primeros aviones no tripulados de Estados Unidos utilizados en la caza de Osama bin Laden se pusieron a prueba en la base aérea de Ramstein, Alemania, al parecer sin el conocimiento de las autoridades alemanas.

Los datos para el control de los aviones no tripulados se sabía que discurrían a través Ramstein, pero de acuerdo con algunos documentos internos y de los funcionarios estadounidenses, durante un tiempo los pilotos de los aviones no tripulados se encontraron en esta base.

En el verano del año 2000 ( más de un año antes de los atentados del 11 de septiembre), un equipo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, 32 Escuadrón de Inteligencia Aérea se trasladó a Renania-Palatinado, Alemania, desde donde se inició la búsqueda mediante aviones no tripulados de Osama bin Laden.

En ese momento, la CIA y el Consejo Nacional de Seguridad estaban desarrollando planes para capturar o matar a bin Laden. Se discutió la idea de utilizar aviones no tripulados con armamento, aunque se trataba de una nueva tecnología y los militares pacerían muy escépticos sobre este asunto.

Los partidarios de su empleo señalaron las ventajas: los aviones no tripulados Predator, todavía utilizados hoy en día por el Ejército de Estados Unidos, pueden permanecer en el aire durante más de 24 horas y pueden enviar imágenes desde varios kilómetros de distancia, en tiempo real. Estos aviones pueden ser pilotados desde una estación de control situada en tierra (GCS), en lo que parece un contenedor de transporte con alta tecnología. El piloto se sienta en la estación de control y puede manejar el avión no tripulado con un joystick. Junto a él se encuentra el operador de los sensores, una especie de copiloto que dirige las cámaras.

En el año 2000, la inteligencia estadounidense creía que bin Laden se encontraba en Afganistán, en un campamento de Al-Qaeda llamado Tarnak, al sur de Kandahar. Pero este avión no tripulado no podía ser controlado a una distancia mayor de 800 kilómetros del objetivo. Trazado un círculo con un radio de 800 kilómetros en torno a Tarnak, pasaba por Irán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Incluso si uno de estos países daba permiso a Estados Unidos para utilizar su territorio en una misión secreta contra bin Laden, no se dispondría de un lugar para colocar el centro de control( GCS), los terminales de satélite necesarios, y muy difícil colocar un mando móvil sin llamar la atención. La búsqueda de bin Laden era una operación de alto secreto.

Aquí es donde, según fuentes gubernamentales estadounidenses, entra en escena Alemania. Un investigador de “Gran Safari”, un Departamento tecnológico de la Fuerza Aérea, desarrolló una tecnología para tripular un avión no tripulado desde una gran distancia. Incluso si la estación de control se encontraba cerca o a miles de kilómetros, esto no tenía importancia, siempre y cuando hubiese una conexión directa por satélite.

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Ramstein (Alemania) es un punto clave para las operaciones de aviones no tripulados de Estados Unidos, lo que Noam Chomsky define como la mayor campaña terrorista jamás llevada a cabo. Cabe preguntarse por el papel Alemania en todo este asunto.

Emplazamiento del objetivo

Con el permiso del Gobierno de Uzbekistán, el Ejército estadounidense hacía despegar sus aviones Predator desde un remoto aeropuerto situado en la frontera entre Uzbekistán y Afganistán, mientras que los pilotos se encontraban en Ramstein. El Gobierno alemán, aparentemente, no sabía nada sobre el asunto, y cuando se preguntó al Pentágono, no hicieron comentarios.

Sólo unos días después de que entrase en servicio el primer avión no tripulado, los pilotos situados en Ramstein localizaron a Osama bin Laden. La Fuerza Aérea de Estados Unidos estaba trabajando ya en el equipamiento de estos aviones con misiles Hellfire. Pero los abogados del Departamento de Defensa dijeron que si un piloto de un Predator situado en Ramstein disparaba un misil sin permiso previo del Gobierno alemán, Estados Unidos estaría violando el compromiso firmado con el país anfitrión, en este caso, Alemania.

Los partidarios del proyecto, sin embargo, temían que el Gobierno alemán no mantuviese en secreto lo que se estaba haciendo en Ramstein. Y por esta razón, el Gobierno alemán no fue informado.

En lugar de pedir autorización al Gobierno alemán, los pilotos de los aviones preferían trasladarse a otro país. Pero, ¿dónde? No había conexión directa por satélite entre Estados Unidos y Afganistán. Se podrían haber utilizado las comunicaciones de varios satélites, pero eso habría retrasado considerablemente la conexión.

Por diversas razones, tecnológicas y políticas, los intentos de encontrar un reemplazo a Ramstein fueron infructuosas. Los responsables del programa de aviones no tripulados estuvieron apunto de detenerlo, antes incluso de haberlo comenzado. Pero entonces, un investigador que había desarrollado una tecnología para los aviones no tripulados, tuvo una idea. En teoría, la estación de control podía estar ubicada en Estados Unidos si la conexión no tenía que pasar por varios satélites.

Es el sistema que existe en la actualidad. La señal enviada a los drones (aviones no tripulados), se encuentren en Hindu Kush, África o Oriente Medio, se envía por satélite a Ramstein, a continuación pasa a través de un cable de fibra óptica bajo el Atlántico hasta Estados Unidos, donde se encuentran los pilotos. Los datos para el control de los drones discurre a través de Alemania, pero los ataques se realizan desde aquí, desde territorio estadounidense. De este modo resuelve el problema el Ejército estadounidense.

¿Y qué dice el Gobierno alemán? Cuando se preguntó a las autoridades alemanas dijeron que Washington había confirmado que no había aviones tripulados armados en las bases alemanas. La respuesta se refería a la situación actual. Sobre lo que pasó años atrás no hubo comentarios.

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Richard Whittle es autor de Predator: los orígenes secretos de la revolución de los drones

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