Por Joel S. Hirschhorn, 5 de noviembre de 2010
Resulta inconcebible para nuestro mundo de hoy vivir sin los 5 mil millones de teléfonos móviles que son utilizados en todo el mundo. El nuevo libro de Devra Davis «Desconectar», merece atención. Si utiliza muy a menudo el teléfono móvil debería leerlo de forma obligatoria. También resulta inconcebible que los billones de dólares invertidos en esta industria de la telefonía, con el apoyo de los gobiernos de todo el mundo, se haya impulsado esta tecnología sin tener unos resultados fiables y sólidos que justifiquen la seguridad de los teléfonos móviles. Cuanto más se aprende más miedo dan. La pesadilla del teléfono móvil se ha convertido en demasiado grande como hacernos cambiar, sin que nos importen sus riesgos mortales. El Gobierno no nos va a proteger, así que sólo le queda a usted hacerlo.
Permítanme señalar que rara vez uso mi teléfono móvil. Muy pocas personas tienen mi número y que rara vez se enciende, excepto cuando tengo que hacer una llamada. Como ex profesor de ingeniería siempre he visto la tecnología con los riesgos que ofrece, no sólo los beneficios que da su comercialización. Los riesgos se han desestimado, poco estudiados o simplemente ignorados. Y a estas alturas todo el mundo debería estar preocupado de que ni las regulaciones del gobierno, ni la responsabilidad de las empresas nos protegen de los alimentos nocivos, medicamentos y productos manufacturados.
Enfrentarse a la verdad es a menudo doloroso, pero si se preocupa por proteger su salud y la salud de las personas que quiere, entonces este es un libro que debe de leer y conseguir que otros lo lean. No nos equivoquemos, lo que aprendes te molesta, pero más allá de enojarse con las empresas y el gobierno por no proteger adecuadamente al hombre contra los desastres de salud pública, se sentirá motivado a cambiar su comportamiento. El subtítulo resume el tema: La verdad sobre la radiación del teléfono móvil, Lo que la industria le oculta y cómo proteger a su familia.
Éstos son algunos de los hechos que aparecen ante nuestros ojos y el punto de vista que adopté después de la lectura de este libro. Las pruebas muestran que los hombres jóvenes que mantienen sus teléfonos en un bolsillo del pantalón han reducido el número de espermatozoides. Algunos científicos ya saben desde hace décadas los efectos adversos que las radiofrecuencias causan en el cerebro. Por ejemplo, la radiofrecuencia permite que los productos químicos y las toxinas de la sangre, que normalmente se mantienen alejados del sistema nervioso, entren en el cerebro y causen enfermedades.
El trabajo del Dr. Lennart Hardell en Suecia, debería hacer cambiar las prácticas de los usuarios de teléfonos móviles. Los suecos que han utilizado teléfonos móviles durante más tiempo tienen mayor posibilidad de desarrollar tumores cerebrales malignos. Después de una década de uso el riesgo de tumores cerebrales se duplica. Resultados similares fueron encontrados por científicos en Israel, Finlandia, Rusia e Inglaterra. Hardell también ha encontrado que los adolescentes que usan teléfonos celulares pueden desarrollar después de una década cuatro veces más cánceres de cerebro. El libro pone de relieve lo que el distinguido científico investigador Dariusz Leszczynski dijo que «nos muestra claramente que la radiación de un teléfono tiene un impacto biológico. Después de este trabajo, que de hecho repite el de muchos otros … el mundo ya no puede pretender
que el único problema producido por los teléfonos móviles sea un cambio en la temperatura.. El trabajo ha mostrado que una energía más baja que las de los hornos microondas no quiere decir que no afecte a nuestros cuerpos.”
Davis hace una alusión ineludible al final del libro: «tenemos que invertir en la seguridad de los teléfonos móviles«, como hacemos con otras tecnologías modernas. «Pero no está claro si se está llevando a cabo como es debido. ¿Usted cree que la industria y los gobiernos están haciendo lo correcto para realizar investigaciones que nos digan que los teléfonos móviles son inocuos o no? Son tantos los intereses corporativos que corrompen a los gobiernos que es muy poco probable de que dichas investigaciones se realicen y se dicten nuevas regulaciones.”
¿Quién no debe utilizar el teléfono móvil? Los niños en particular, que no deberían utilizarlo sin auriculares. No deben mantenerlo en su ropa, cerca del cuerpo, mejor utilizar un altavoz exterior. Los mensajes de texto y otras funciones del teléfono móvil pueden resultar menos peligrosos que la colocación del teléfono cerca de la cabeza para mantener una conversación. Recuerde que los teléfonos móviles suponen riesgos similares a los de la radiación, por lo que se debe minimizar su uso en el hogar.
Me pregunto si la mayoría de la gente poderosa y rica de la sociedad, como el presidente Obama (y sus hijos), se les recomienda encarecidamente que no utilicen los teléfonos móviles al lado de la cabeza. La adicción al teléfono móvil puede resultad muy nociva. ¿Qué riesgo está dispuesto a asumir? Los teléfonos inteligentes están de rabiosa actualidad. Pero necesitamos más personas inteligentes. Desconecte: cuanto más utilice el teléfono móvil, más atrapado está.
Joel S. Hirschhorn tiene un nuevo libro, La democracia delirante: la instauración de la República sin derrocar al Gobierno, que apoya las convenciones constitucionales y otros medios pacíficos para restablecer la democracia estadounidense. Su sitio web: http://www.delusionaldemocracy.com/
http://dissidentvoice.org/2010/11/cell-phone-trap/