Boicot: la contraofensiva israelí

por Dominique Vidal

Esta imagen distribuida por el Centro Legal Gisha en pro de la libertad de movimiento es un fotograma del cortometraje Zona Cerrada, que denuncia los efectos que tienen los bloqueos israelíes. AP

«No acepto que personas, líderes de asociaciones, ciudadanos políticos o comunes, llamen a un boicot de los productos porque son kosher o porque provienen de Israel. Espero que los fiscales demuestren una mayor severidad en la materia. Así que envió una circular a los fiscales generales, pidiéndoles que identifiquen e informen de todos los actos de incitación a la discriminación. He oído decir que todos los responsables serán procesados una vez que hayan sido identificados y, en particular a través de las llamadas que se han hecho en Internet. En este sentido, acojo con satisfacción la determinación de los fiscales en el caso de una persona que hacía un llamamiento a un boicot de productos israelíes por medio de carteles en un centro comercial de Mérignac (1). «Es lo que dice la Sra. Michele Alliot-Marie, Ministra de Estado, Ministra de Justicia, el 18 de febrero, en su discurso en la cena de representantes del Consejo de Instituciones Judías en Francia (CRIF).

El individuo en cuestión era un tal Sakina Arnaud, Miembro de la Liga de Derechos Humanos, que participó en la campaña de sanciones mediante desinversión (SDE) en su región. Alegando que había colocado pegatinas en los productos procedentes de los asentamientos israelíes en Cisjordania, los grandes almacenes Carrefour Mérignac presentaron una denuncia en su contra por “pequeños daños”. La fiscalía, sin embargo, redefine la denuncia como “incitación a la discriminación racial, nacional y religiosa”. Fue condenado en Burdeos el 13 de febrero a pagar una multa de 1.000 euros, más 1 euro por daños y perjuicios a los demandantes (Asociación de Abogados sin Fronteras, que ha sido elegida para la representación del Consejo representativo de Instituciones Judías en Francia y la Cámara de Comercio Franco-Israelí) y 500 euros por el pago de las costas judiciales. ¡Sin embargo, a Carrefour le han desestimado la demanda!

Que las autoridades francesas hayan querido dar un castigo ejemplar no tiene duda. Pero es casi seguro que no se van a parar ahí. Otros activistas han sido citados por la policía o la Prefectura por participar en tal o cual acción. Sin embargo, el 20 de mayo de 2009, en respuesta al Sr. Eric Raoult de la Asamblea Nacional, la Sra. Michele Alliot-Marie afirmaba: “Desde el comienzo del conflicto entre israelíes y palestinos en diciembre de 2008, varias organizaciones defienden la causa palestina en grandes superficies comerciales, llamando a un boicot contra los productos que proceden de Israel o que apoyen a este país (…). Estas acciones, debe quedar claro, sólo afecta a los productos importados desde Israel, no a los kosher”.

¿ El movimiento de solidaridad habría cambiado de orientación y de métodos para atacar los productos, tiendas y restaurantes donde acuden los judíos? El Ministerio del Interior ha informado de dichas acciones. Por una buena razón: el antisemitismo y el racismo han estado siempre alejados de los movimientos franceses de solidaridad con Palestina. ¿ Cómo puede contradecirse un Ministro de Estado y repetir con el mismo aplomo las mismas mentiras? ¿ Y por qué este imprevisto ataque para intimidar y desacreditar a los que denuncian la impunidad con que actúa Israel?

La respuesta se encuentra quizás en la reciente confesión de Daniel Shek, embajador de Israel en Francia: “ Alentamos a las organizaciones a presentar denuncias contra los organizadores del boicot. Llevamos a cabo actividades políticas en la embajada en contacto directo con los ministros, organizaciones, estudiantes y consumidores que observen estas conductas”. Extrañamente, esta intervención directo en los asuntos de Francia no dio lugar a ninguna reacción el Quai d’Orsay. Imaginen como reaccionarían si el Delegado General de Palestina en Francia hubiese planteado públicamente una consulta con miembros del Gobierno y de las Asociaciones para organizar la presentación de quejas en contra de la importación de las colonias de la Ribera Occidental, con el uso del término erróneo “made in Israel”…

Pero la intervención de Daniel Shek traiciona a los líderes de Israel antes de que perciban su aislamiento creciente, con la aprobación de la Asamblea General de la ONU del informe Goldstone (noviembre de 2009) y la fuerte oposición del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea sobre Jerusalén (diciembre), sin olvidar la Dubaïgate (febrero de 2010). Si bien existe una complicidad de la “Comunidad Internacional”, condiciona más que nunca la posibilidad de que Israel persiga su política anti-palestina, serie negra que preocupa a Binyamin Ntanyahu, Avigdor Lieberman y Ehud Barak.

La opinión pública está encandalizada por la masacre de Gaza y cansada de la impunidad de Israel, tomando cartas en el asunto para presionar a los líderes empresariales y políticos, con un cierto éxito inicial: los gobiernos británico e irlandés han exigido a Israel que etiquete los productos de las colonias; Veolia, cuya participación en el tranvía de Jerusalén le ha hecho perder lucrativos contratos, y planea retirarse; el Banco Dexia ha dejado de dar préstamos en los asentamientos (excluyendo los de Jerusalén); el poderoso fondo soberano de Noruega se ha desprendido de una empresa responsable de la instalación electrónica del muro; el fondo de pensiones danés Danske PKA han emprendido un boicot contra la colonización. Así como otras pequeñas victorias , como la obtenido cuandfo Soda-Club rechazó su participación en la Fiesta de la Vendimia de Montmatre, etc.

El ataque jurídico coordinado por la Embajada de Israel en coordinación con las asociaciones pro-israelíes y el apoyo de las autoridades francesas presenta una contradicción jurídica: si el boicot contra Israel y sus productos entra dentro del ámbito de aplicación de los artículos 225-1 y 225-2 del Código Penal y el artículo 24, apartado 8 de la Ley de 29 de julio de 1881 (en Francia), entonces no hay ninguna ley que castigue los productos de los asentamientos israelíes. En cambio, están afectados por varios textos europeos y franceses:

* Acuerdo de Asociación UE-Israel que, por el artículo 83, se excluyen de los beneficios fiscales los productos de la colonias, En otras palabras, deben pagar impuestos y no engañar como que son productos de Israel. En su dictamen de fecha 29 de octubre de 2009, el Abogado del tribunal Europeo de justicia establece que “el tratamiento preferencial en virtud del acuerdo UE-Israel no puede ser aplicado a los productos que tengan su origen en la Ribera Occidental y, en general, de los territorios ocupados”.

* El Código de Comercio francés prohíbe la falsificación de las “etiquetas de origen” de los productos, y por tanto las palabras “Made in Israel” en lugar de “Made in Palestina”…

* La Directiva de la Unión Europea 2005/29/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de mayo de 2005: “prácticas desleales del comercio hacia el consumidor”. Esta directiva es recogida por la legislación francesa en los artículos L 121-1 del Código del Consumidor, que castiga las prácticas comerciales engañosas, generando confusión o cuando se realicen acusaciones falsas o etiquetado incorrecto, que pueda inducir al consumidor a error.

Si la campaña BDS optó por centrase en la producción de las colonias, se puede confiar en la ley e intentar frenar el grave contraataque preparado por Daniel Shek. A menos que la señora Alliot-Marie, tache al legislador (europeo o francés) como de antisemita y continúe como tal…

Dominique Vidal, Lunes, 22 de febrero 2010

http://www.internationalnews.fr/article-boycott-la-contre-offensive-d-israel-et-de-ses-amis-par-domnique-vidal-47964774.