Por Fran Sevilla, 23 de marzo de 2013
Son muchas las cosas que llaman la atención de la primera visita de Barck Obama a Israel y Palestina. Y son también muchas las que provocan indignación. Es difícil saber si el discurso, si la aproximación política de Obama al conficto palestino-israelí adolece de ingenuidad, de ambigüedad calculada, de absurdo voluntarismo o es todo pura estulticia.
La llegada de Obama a Israel se vio precedida, dos días antes, por la formación del nuevo gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, en el que los colonos israelíes ocupan tres ministerios clave desde los que, nadie duda, van a seguir impulsando la ocupación y colonización de Cisjordania y Jerusalén Este. Hay que recordar que hablamos de colonos, es decir, ultraderechistas e integristas que día a día violan la legislación internacional y los derechos del pueblo palestino.