Artículo publicado en el Nouvel Observateur: sí, los transgénicos son tóxicos

Por Sylvie Simon, 19 de septiembre de 2012

Votre Santé

 

 Investigadores franceses han estudiado durante dos años a 200 ratas alimentadas con maíz transgénico, observándose tumores, graves enfermedades… un auténtico disparate, una auténtica bomba para la Industria de los organismos modificados genéticamente.

Artículo original en el Nouvel Observateur: http://tempsreel.nouvelobs.com/ogm-le-scandale/20120918.OBS2686/exclusif-oui-les-ogm-sont-des-poisons.html

Esta es una bomba lanzada el 19 de septiembre a las 15 horas en la revista científica American Food and Chemical Toxicology, un punto de referencia en toxicología alimentaria. Se publican los resultados de un experimento llevado a cabo por un equipo francés dirigido por el profesor de Biología Molecular de la Universidad de Caen Gilles-Eric Séralini. Una bomba de racimo científica, política, médica e industrial. Y acaba con una verdad sólo mantenida oficialmente: la inocuidad del maíz modificado genéticamente”.

Es altamente tóxico y a menudo fatal. Incluso a bajas dosis, se ha demostrado que la alimentación con transgénicos es muy tóxico y fatal en muchas ratas. Tanto es así, que si se tratara de un medicamento debiera ser inmediatamente suspendido su uso a la espera de más investigaciones. Porque son los mismos transgénicos que encontramos en nuestro plato de carne, en los huevos y en la leche”.

Este estudio in vivo se ha llevado en total secreto en unas condiciones casi de clandestinidad. Los investigadores “se comunicaban mediante correos electrónicos cifrados como los del Pentágono, prohibiéndose cualquier conversación telefónica, e incluso pusieron en marcha un estudio señuelo ya que se temían un ataque violento por parte de las multinacionales de las semillas”.

De hecho, hay que recordar las acusaciones contra Gilles-Eric Séralini, primer investigador en llevar a cabo pruebas estadísticas independientes sobre los productos de Monsanto, demostrando que el maíz Mon 863 de Monsanto tiene signos de toxicidad hepática y renal en los animales que lo han consumido. En noviembre de 2007, expertos financiados por Monsanto admitieron que no habían observado efectos graves porque no se habían identificado convenientemente los machos y las hembras. De las pruebas comparativas, se observaron daños en el hígado y el riñón por el consumo de colza GT 73.

Estos trabajos ponen en tela de juicio al competencia y honestidad de la EFSA ( Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), la AFSSA ( Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria), la CGB ( Comisión de Ingeniería Molecular) y la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos) de los Estados Unidos, que aceptaron la comercialización de estos productos transgénicos sin ningún tipo de investigación previa. En el año 2003, en repetidas ocasiones, la Comisión de Ingeniería Biomolecular se ha negado a hacer públicos los informes detalles de las reuniones de evaluación de los organismos modificados genéticamente para su comercialización en Europa.

Además, la obra de Gilles-Eric Séralini ha provocado fuertes reacciones por parte de Monsanto, de la EFSA y por parte de otros organismos de regulación y evaluación de los transgénicos en todo el mundo. El profesor Séralini ha sido objeto de violentos ataques por parte de la comunidad científica, en particular de la AFBV ( Asociación Francesa de Biotecnología Vegetal), que señalan que muchos científicos defienden “ el interés por la Biotecnología, especialmente para el desarrollo de una agricultura sostenible”.

Esta ONG, presidida por Marc Fellous, médico e investigador del INSERM y profesor de Genética, que insiste en que “hay que dejar de estigmatizar a los transgénicos, que son mucho menos peligrosos de lo que nos quieren hacer creer”. Patrocina a investigadores como Claude Allègre y Kahn Axel, que son preguntados constantemente por los medios de comunicación para que den su opinión sobre los OGM ( claro, informada e independiente).

La AFBV ha tratado de forma repetida de desacreditar los trabajos del profesor Séralini. El 14 de diciembre de 2009, está Asociación decía: “Los trabajos del Prof. Séralini han sido invalidados por la comunidad científica”, lo cual no es cierto, ya que sus artículos de investigación han sido publicados en varias revistas científicas y nunca han sido invalidados.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=Bc_693OqCSc]

[O léanse también las declaraciones de Anne Glover, asesora científica de la Comisión Europea sobre transgénicos].

Pero el 21 de enero de 2010 se llega a un punto extremo de resentimiento cuando Health Magazine France 5 emitió un programa en el que intervenía el prof. Séralini, ¿Son los transgénicos una amenaza para la salud? El 26 de enero, la AFBV escribió a France 5 expresando su indignación por la emisión del programa: “Se ha basado en opiniones de activistas contra los transgénicas, presentando al principal investigador, Séralini, que es un militante contra los transgénicos”. También lamentaban que la televisión pública se hiciese eco de las palabras “de un comerciante del miedo y un científico no reconocido” y solicitaron que “la AFBV también pudiese expresarse en France 5, no para levantar polémica, sino para dar su punto de vista con base científica”. La AFBV se colocó en una difícil situación al hablar de pruebas científicas, ya que son numerosas las advertencias por parte de los científicos en contra de los transgénicos. Es cierto que durante mucho tiempo sus trabajos han permanecido ocultos y se han denigrado por parte de aquellos que piden imparcialidad.

El 28 de enero de 2010, dos días después, la AFBV envió una carta a la CSA ( Consejo Superior Audiovisual) acusando que el programa sobre salud del 21 de enero en France 5 se adoptase un “sesgo militante, claramente expresado contra los transgénicos”.

Exasperado por estos violentos ataques por parte de Fellous, el prof. Gilles-Eric Séralini decidió presentar una denuncia, apoyado por otros investigadores, como Christian Vélot, también atacado por el lobby de los transgénicos, Générations Futures, CAP21, un movimiento ecologista de Corinne Lepage, la “Fondation Sciences Citoyennes”, presidida por Jacques Testart, que trabaja por la reapropiación ciudadana y democrática de la Ciencia y la Tecnología con el fin de ponerlas al servicio del bien común, y que reúne a científicos y críticos, y la “Réseau Européen des Chercheurs pour la Responsabilité Sociale et Environnementale”, cuyo presidenta es Angelika Hilbeck del Geobotanical Institute de Suisse y vicepresidente Christian Vélot, “al respecto de la controversia científica y experiencia contradictorias”.

El juicio se celebró el 23 de noviembre de 2010 en el Tribunal de Grande Instance de París, con la Fiscalía negando que se hubiese producido algún daño en la reputación de Gilles-Eric Séralini, se solicitaba el pago de 1000 euros por honorarios del abogado y 4000 euros por daños en la reputación de Mac Fellous.

Contrariamente a las expectativas, el 18 de enero de 2011, la Cámara 17 del Tribunal Correccional de París señaló que la imputación hecha a Gilles-Eric Séralini “de haber faltado a su integridad intelectual debido a su relación con Greenpeace, de donde recibía apoyo financiero para sus trabajos, eran difamatorios” y por tanto se condenaba a Marc Fellous al pago de una multa de 1000 euros (que fue suspendida) y a pagar un euro por daños y prejuicios a Gilles-Eric Séralini.

Este es uno de los casos, pero también hay que recordar el caso del Dr. Arpad Pustzai, hace ya doce años, que tuvo mucha menos suerte. De la noche a la mañana se convirtió en un paria por revelar en la televisión británica que el sistema inmunológico de las ratas alimentadas con patatas transgénicas resultaba dañado y que sus cuerpos eran de un tamaño menor ( así como daños en el intestino delgado) Este científico fue despedido del Instituto Rowett en Aberdeen, y tratado como un vulgar criminal.

Pero el 7 de julio de 2003, el Daily Mail reveló que el Dr. Arpad Pustzai había sido víctima de maniobras políticas de alto nivel. El periódico reveló que el Gobierno británico y las empresas de Biotecnología se gastaban miles de millones para hacer frente a la oposición pública a los transgénicos.

Monsanto también atacó en 2004 al Dr, Ignacio Chapela, profesor de Biología en la Universidad de California, en Berkeley. Este popular investigador, muy respetado, cometió el delito de traicionar a la patria al publicar en la revista Nature un artículo criticando la contaminación de una rara variedad de maíz mexicano por el maíz transgénico. Con su colega el Dr. Quist, Chapela descubrió que las secuencias de ADN del genoma del maíz modificado genéticamente en el maíz cultivado desde hace mucho tiempo en la región. Cuando publicó su descubrimiento se desató una tormenta en la comunidad científica, perturbando la tranquilidad de la agricultura transgénica de las grandes Corporaciones, cuyos organismos modificados genéticamente han invadido el mundo, generando ganancias para ellos, pero esterilizando el planeta.

El estudio del Profesor Séralini presagia un duro enfrentamiento entre los pro y anti transgénicos. Sólo que en este nuevo enfrentamiento el debate no puede ser silenciado como en el pasado. El próximo 26 de septiembre se estrena la película de Jean-Paul Laud ¿Somos todos conejillos de indias?, adaptación del libro de Gilles-Eric Séralini, mostrando imágenes de terribles tumores de las ratas alimentadas con maíz transgénico.

Para los transgénicos, la época de las dudas se han acabado, empieza otra forma de ver las cosas.

Sylvie SIMON

19 de septiembre 2012

Para leer la entrevista con Gilles-Eric Séralini, así como extractos de su libro ¿Todos somos conejillos de indias? (Flammarion), en el Nouvel Observateur, 20 de septiembre de 2012.

Fuente: http://www.votresante.org/suite.php?dateedit=1348082395