Por Richard Wilcox, 31 de agosto de 2012
Al final del día, suenan los silbatos, los hombres atraviesan estas puertas con la muerte en sus ojos
Bruce Springteen, “Factory”
Traednos a los muertos en vida, a los que no tienen nada que perder
Petición de las autoridades de Fukushima a Yakuza
La colaboración de TEPCO con fuerzas antisociales y su incapacidad para convertir el lugar de trabajo en un asunto de seguridad nacional… La energía nuclear no debe estar en manos de la Yakuza. Son jugadores y ninguna persona inteligente quiere que tengan dados en las cuestiones nucleares.
Senador japonés (1)
La cuestión tecnológica de la energía nuclear se entrelaza con la explotación del trabajo humano según una jerarquía de intereses, pero cómo se desarrolla el trabajo humano es una cuestión económica y social. Desde el Gran Proyecto Científico de la época de Francis Bacon hasta el Proyecto Manhattan de Oppenheimer y Fermi, ha resultado ser una apuesta peligrosa para la Humanidad, a pesar de que el propósito anunciado era bueno.
La explotación de los trabajadores en las plantas nucleares depende de las herramientas empleadas en la Ingeniería Social, de los medios de comunicación, de los Gobiernos y Universidades. Es el lado oscuro y vergonzoso de esta sociedad materialista y marca nuestra complicidad con una cultura crmininalizada.
Las prácticas laborales ineficientes y corruptas en la central nuclear de Fukushima están llevando más allá el desastre. Tokyo Electric Power Company (TEPCO) está subcontratando al 90% de los trabajadores, utilizando para ello los sindicatos del crimen de Japón: la Yakuza. Japón sigue siendo una sociedad de clase media y la mayoría de la gente no se va a prestar voluntaria para los trabajos en la central nuclear. Japón corre el riesgo de quedarse sin trabajadores que no hayan superado los limites legales de radiación.
Considerado como el » «el grupo de crimen organizado más grande de Japón», que están bajo el radar del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ( otro grupo criminal), Yakuza ofrece un servicio a la sociedad dando a los perdedores una ocupación incierta.
El periodista Jake Adelstein, experto en la Yakuza, arriesgó su vida como reportero en la jurisdición del crminen en Japón. No porque participase en tiroteos y peleas, sino porque tuvo que fumar con el fin de encajar con el modelo de policía y de la Yakuza. Estos cortos vídeos de entrevistas son una útil introducción a cómo opera la Yakuza. La relación de Tepco con la Yakuza es un pozo negro de corrupción, desde los más altos a los más bajos niveles en su organización. Un oficial superior de la Agencia de Policía, que se quiso mantener en el anonimato, dijo: “TEPCO tiene una larga historia de negocios con la Yakuza, que vas más allá de proporcionar mano de obra” (1).
Adeltein señala que la Yakuza tiene unos 86.000 miembros en Japón, de las 22 organizaciones, que la componen, Yamaguchi tiene casi la mitad de todos los miembros. La Yakuza es:
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Una asociación comercial criminal reconocida legalmente por el Gobierno japonés… El Gobierno japonés les regula mediante leyes que restringen su comportamiento, pero aun siendo organizaciones criminales no están prohibidas. Es muy difícil para la policía hacer una investigación que va escalando puestos hacia lo más alto. Es un problema dentro la legislación japonesa. No hay negociación de los cargos, las escuchas telefónicas están muy limitadas, no existe un programa de protección de testigos… ni está permitida la investigación encubierta. La policía japonesa no es capaz de acabar con la Yakuza.
El complejo industrial, político y de medios de comunicación, relacionado con la energía nuclear es conocido en Japón como la mafia nuclear… La Industria nuclear tiene una conducta criminal, de incompetencia y corrupción. El Gobierno reconoce tácitamente su existencia, se la clasifica, designa y regula. La Yakuza obtiene su dinero de la extorsión, el chantaje, la construcción, la especulación, la manipulación del mercado financiero, la venta de protección, el fraude y todo un laberinto de empresas que actúan como fachada, entre las que se incluyen agencias de detectives privados y agencias de trabajo. Hacen el trabajo que nadie más quiere hacer, buscar mano de obra para trabajos que nadie quiere hacer… La planta nuclear de Fukushima se encuentra en los territorios de la Sumiyoski-kai, que es el segundo mayor grupo yakuza de Japón, con unos 12.000 miembros.
Sin la gente que la sociedad desecha para hacer el trabajo sucio, la sociedad moderna no podría existir en su forma actual, totalmente hipócrita. La mayor parte de las personas no quiere mancharse las uñas y prefiere aplicar un esmalte o charlar con el iPhone.
El trabajo en las centrales nucleares de Japón no está considerado como un trabajo digno, como lo puede ser la carpintería o el diseño industrial, sino una experiencia brutal y de intenso trabajo. Aunque la organización Yakuza es una orgnización criminal, los trabajadores pueden ser considerados héroes. El calor insoportable, el duro trabajo, el estrés físico y mental y la radiación, todo ello lo hace inhumano. A pesar de que trabajar en un reactor nuclear que funciona normalmente ya es de por sí es un trabajo nada fácil ni seguro, la condiciones en la central nuclear de Fukushima son las de una elevada radiactividad.
Un reportero intrépido que lo dice todo
Adelstein revisa todo esto gracias a un nuevo y asombroso libro, La Yakuza y la Industria nuclear, de un reportero japonés encubierto, Tomohiko Suzuki, que arriesgó su vida, debido a la exposición a la radiación y las posibles amenazas, obteniendo detalles de la zona del Infierno Nuclear. El libro revela informaciones escandalosas sobre el empleo por parte de la Yakuza de personas con discapacidad mental para el trabajo en las plantas nucleares. Suzuki compara a la Yakuza con Tepco:
“La Yakuza puede ser una plaga para la sociedad… pero no sólo arruinan la vida de cientos de miles de personas, sino que irradian el planeta con la codicia y la incompetencia más absoluta”.
Después de llevar viviendo muchos años en Tokio, estoy de acuerdo. No soy un fan de la cultura Yakuza y he podido ver por mi experiencia diaria que la Yakuza tiene un efecto degradante en la sociedad. Pero siempre y cuando no les moleste, ellos no le molestarán a usted. De esta manera, las calles de Tokio se mantienen bastante seguras.
Suzuki señala que “la mafia nuclear de Japón… es un conglimerado de políticos corruptos y burócratas, la industria nuclear en la sombra, con sus grupos de presión”, ocupando la Yakuza el centro. ¿Está dando a entender Suzuki que la Yakuza dirige la mafia nuclear? Es cierto que Tepco no podría completar su plantilla para las centrales nucleares sin ellos. Según Adelstein:
“A medida que la magnitud de la catástrofe de Fukushima se fue haciendo evidente, muchos trabajadores huyeron de la escena. Para contener la crisis nuclear, sólo unos pocos trabajadores se quedaron en la central, estando expuestos a grandes cantidades de radiación. Los cincuenta de Fukushima, el llamado “grupo heroico”, que según Suzuki estaba formado por miembros de la Yakuza… Casi todas las centrales nucleares que se construyen en Japón emplean a trabajadores que corren el riesgo de sufrir grandes dosis de radiación… pudiendo enfermar, morir pronto, incluso en el propio centro de trabajo. Los trabajadores de las centrales y los empleados en su construcción son a menudo de la Yakuza”.
Los mismos trabajadores que están tratando de contener la situación de la central de Fukushima son de la Yakuza, siendo culpados por la población local de Fukushima del desastre. Un estudio reciente decía que el 30% de los 1495 trabajadores corren el riesgo de sufrir graves problemas de salud mental. La encuesta ni quiera incluye a los trabajadores más explotados de la central.
Situación nuclear
El Primer Ministro Noda rechazó recientmente las peticiones de los manifestantes de cerrar las centrales nucleares. Como le dijeron a Noda los representantes de la Coalición Metropolitana contra las centrales nucleares en una reunión cara a cara: “La gente no cree en las promesas vacías” que hablan de eliminar las centrales nucleares en el futuro. La mafia nuclear ha puesto en funcionamiento de nuevo los reactores, a pesar de que no son necesarios para la producción de electricidad. Una abrumadora mayoría de personas quieren poner fin a la energía nuclear. Después de haber contaminado el mundo con millones de becquerelios, Tepco está sometida a un falso proceso de nacionalización, mientras canaliza el dinero de los impuestos a su bolsillo y mantiene su autonomía.
Escasez de trabajadores
Una práctica común entre los trabajadores de las centrales nucleares es la de ocultar su verdadera tasa de exposición a la radiación. Debido a que existen límites legales de exposición a la radiación, los trabajadores se quitan los dosímetros, o los cubren con plomo. En tiempos normales, los trabajadores podían trasladarse de una central nuclear a otra, sin señalar su experiencia laboral previa, trabajando bajo cuerda. ¿Cuánto tiempo se tarda en enfermar o morir ante tales prácticas? Es una incógnita.
Si los muertos en vida, los que no tienen nada que perder, la escoria de la sociedad, no pueden ser obligados a sacrificarse a sí mismos, ¿qué hay de los altos ejecutivos de TEPCO, de los profesores de la Universidad de Tokio y de los profesionales nucleares para ayudar en el empeño? Es una buena idea. Pero primero tendrá que ir a buscarlos al campo de golf. La NHK informa:
“Los trabajadores cruciales para las labores en la central están alcanzado el límite de exposición… El profesor de Tokio Kazumitsu Nawata advierte de las consecuencias de la pérdida de los trabajadores con experiencia de las centrales nucleares. Dice que los trabajadores jóvenes deben ser formados para participar en las tareas de controlar la central nuclear de Daiichi”.
El profesor Nawata pide jóvenes voluntarios para este trabajo sucio, ¿ quizás esté dispuesto a que vayan sus propios hijos a trabajar en la zona de alta radiación? La Universidad de Tokio tiene mucha responsabilidad en la actual catástrofe por su papel de legitimación de la mafia nuclear.
Un número creciente de trabajadores dejan su puesto una vez que han alcanzado los límites legales de radiación. De los 3000 trabajadores que trabajan diariamente, “algunas empresas han adoptado estrictras normas de exposición… para que no se infrinjan los valores límite y seean inútiles para el trabajo”.
Una serie de recientes incidentes ha puesto de manifiesto el escándalo por la situación de seguridad de los trabajadores:
– Más de 140 trabajadores han utilizado nombres falsos para conseguir un empleo en las labores de reconstrucción, no conociéndose su paradero actualmente.
– Algunos trabajadores se han quitado el dosímetro personal durante el trabajo. “Tepco insta a las empresas subcontratadas a que sean responsables, pero no encuentra una solución a la escasez de mano de obra en las centrales nucleares”.
– Algunos trabajadores piensan que la única solución para reconstruir la central nuclear es la de “la táctica de la energía humana” ya empleada en Chernobyl. Si ese fuese el caso, ¿dónde se conseguiría la mano de obra suficiente? El número de trabajadores disponibles está disminuyendo. Tepco y las empresas subcontratas dicen a sabiendas que los trabajadores falsifican sus datos de exposición a la radiación. En la práctica se “cree que es una práctica muy extendida en la central”.
Un ex inspector de General Eléctric, denunció que los peligros por exposición a la radiación en la central de Fukushima fueron ignorados – Kei Sugaoka admite que oyó hablar a los trabajadores jóvenes de las centrales nucleares de Taiwan de que morían de cánceer debido a la radiación. Cuando trabajaba en Taiwan, dice que “Llevábamos chalecos de plomo para evitar la exposición… pero se usaba para cubrir nuestros dosímetros y así falsificar la medición”.
A pesar de la necesidad urgente de resolver la situación, los trabajadores disponen de los fines de semana libres, aunque también están siendo reclutados para la descontaminación de una zona situada a 20 kilómetros. Se especula que con la reactivación de otros reactores nucleares en Japón, la escasez de trabajadores será todavía más evidente. Japón parece querer ir por varios caminos al mismo tiempo.
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Para lectura del artículo completo ( en inglés)
Richard Wilcox tiene un doctorado en Estudios Ambientales de una ciencia social, perspectiva holística, Es profesor en varias Universidades de Tokio, Japón. Se puede leer su entrevista más reciente con Jeff Rense. Muchos de sus artículos sobre medio ambiente se pueden consultar aquí. Lea otros artículos de Richard Wilcox.
Fuente: http://dissidentvoice.org/2012/08/the-nuclear-mafia-derails-democracy-in-japan/