por Robert Hunziker, 18 de julio 2012
El cambio climático tiene efectos perturbadores y un gran impacto en el suministro de alimentos, motivo de muchos de los levantamientos en distintos países y de que se derriben Gobiernos en todo el mundo.
Los Estados Unidos es el granero del mundo, el mayor exportador de maíz, soja y trigo, representando su producción una de cada tres toneladas de grano para la alimentación. El mes pasado, los precios de futuros para el maíz y el trigo han aumentado aproximadamente un 50%. El motivo de estos precios anormales es una gran sequía que está arrasando la mitad del granero de América. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos informó el 11 de julio que más de 1000 condados de 26 estados han sido declarados zonas de desastre natural, la mayor que se haya dado nunca.
Según The Economist (1), hacia finales de 2007, cuando los precios del grano subieron, se produjeron disturbios en 48 países, alcanzando el índice de precios de los alimentos su nivel más alto desde 1845. Resulta alarmante que el maíz vuelva a adquirir los mismos precios de 2007, con el trigo también acercándose a los mismos altos niveles, y la soja manteniéndose en máximos durante varios años, pero la sequía en Estados Unidos sólo acaba de empezar… tal vez. Afortunadamente, el arroz, del que se alimenta la mitad del mundo, todavía tiene un precio medio en relación con estos últimos 5 años… hasta ahora, porque están al acecho los especuladores de los productos básicos, ya que el aumento de los precios de otros cereales, también podría hacer subir el del arroz. Sin lugar a dudas Goldman Sachs está considerando este punto de vista.
La escasez y los altos precios de los alimentos suponen una presión enorme para los Gobiernos de todo el mundo, haciendo tambalear los sistemas socio-económicos capitalistas. Según Abdolreza Abbasian, economista de UN Food & Agriculture Organization (Roma), “El mundo mira a los Estados Unidos como una de las fuentes más seguras… Todo el mundo mira a los Estados Unidos porque confían en él. Sin su producción de cereales el mundo se moriría de hambre”.
Los disturbios en las calles para protestar por la falta de alimentos a un precio razonable es algo tan antiguo como la Historia, por ejemplo cuando la casa del Emperador Cicerón (106-43 a. de C.), situada en la colina del Palatino, con vistas al Foro, fue atacada por turbas enfurecidas debido a la escasez de alimentos. En Francia, dos años seguidos de malas cosechas de cereales, 1788-89, con el precio del pan alcanzando el 88% del salario promedio de un trabajador del siglo XVIII, fue el preludio de la Revolución Francesa. Y en 2007-08, el aumento de los precios de los cereales en todo el mundo provocó disturbios, produciéndose numerosas muertes y derrocando a Gobiernos.
Los levantamientos de la Primavera Árabe del año pasado sacó a relucir asuntos políticos y económicos, pero por detrás la situación climática juega un papel importante. El cambio climático afecta seriamente a Siria, es decir hay una gran sequía, creando una situación escalofriante. Las tierras de cultivo del norte de Siria y al este del río Éufrates son el granero de Oriente Medio, pero hasta el 60% de las tierras de Siria experimentaron una de las peores sequías en el período 2006-11. En el noreste y el sur, cerca del 75% de los cultivos se han visto también afectados. Los pastores del noreste perdieron el 85% de su ganado. Según la ONU, 800.000 sirios vieron destruidos sus medios de vida, trasladándose a las ciudades en busca de trabajo o a los campamentos de refugiados. Además, la sequía llevó a tres millones de sirios a una pobreza extrema. Desde enero de 2012, Abeer Etefa, del Programa Mundial de Alimentos, dice que “la inflación de los alimentos sigue siendo el principal problema de los ciudadanos”. Y cree que es una de las principales causas de malestar interno.
Con la actual fragilidad de las condiciones económicas mundiales, un aumento rápido de los precios de los alimentos y a la par su escasez podría provocar un cambio radical de la situación mundial, con un Mundo Occidental que necesita unas bajas tasas de interés, de estabilidad para permitir la recuperación económica, y con una situación en la cuerda floja para mantener unos niveles asequibles de la deuda. Un desequilibrio en este polvorín económico puede suponer un ataque directo al estatus quo, provocando disturbios sin precedentes en las calles, lo cual es ya una tendencia indefinida en las grandes ciudades.
Las naciones Capitalistas ya están en grandes dificultades financieras, algo no visto desde la Gran Depresión, sin embargo la situación actual es distinta de la de 1930, con los países desarrollados con el agua al cuello por unos niveles de deuda más altos que los de 1930. ¿ Puede la Civilización Occidental soportar un rápido aumento de los precios de los alimentos, acompañado de disturbios callejeros, y con un severo deterioro de las condiciones socioeconómicas?
La buena noticia es que la escasez de cereales, por sí sólo, no supondrá una espiral inflacionaria incontrolable debido a la contribución de la agflación sobre los índices del PCE ( Gastos de consumo personales), que son más modestos de lo que cabría esperar, afectando a una variedad muy limitada de bienes de consumo ( Últimos datos en Economía y Finanzas, Reserva Federal de NY, noviembre de 2008). Sin embargo, el aumento de los precios de los componentes de los alimentos tiene un efecto brutal en los hogares de todo el mundo. El Informe sobre el Desarrollo Mundial de 2011 (2) dice: “La inseguridad alimentaria es causa y consecuencia de la violencia política”.
No hay evidencia directa de que el cambio climático haya sido la causa de las revueltas políticas en el Norte de África, es decir, la Primavera Árabe, o de las protestas en Rusia. La sequía extrema provocó grandes incendios que destruyeron un tercio de la cosecha de trigo de Rusia. Rusia se negó a exportar el resto de su cosecha. Los mercados sintieron pánico y los precios de los alimentos se dispararon.
“Es una de las causas de la Primavera Árabe”, dice Shenggan Fan, director general del International Food Policy Research Institute. Cada vez queda más claro que los modelos climáticos que predicen sequía en los países mediterráneos son correctos (3).
Mientras tanto, hoy en día en los Estados Unidos, la NOAA dice que “…el período de 12 meses entre julio de 2011 y junio de 2012 fue el más cálido registrado desde que se llevan registros, que comenzaron en 1895”. Y para empeorar las cosas, también hay sequía en América Central y al este de Canadá. “Los cultivos se cuecen”, dice David Phillips, climatólogo de Medio Ambiente de Canadá: “Es como si la atmósfera hubiese olvidado cómo es la lluvia”. Michael Oppenheimer, profesor de Geociencias de la Universidad de Princenton: “Lo que estamos viendo es el paisaje lo más parecido a lo que conlleva el calentamiento global”.
Estas preocupaciones por el calentamiento global son tonterías según un político republicano, Rick Santorum, que escuetamente informó a Rush Limbaugh en una entrevista de junio de 2011: “…El calentamiento global es ciencia basura, absurda”. Y Ann Coulter dijo de los investigadores sobre el clima, que son “miembros de una secta” y que practican el engaño. En cuanto a Mitt Romney, mientras mantiene un dedo en el aire hacia arriba, viendo la dirección de las encuestas, dice que no está seguro “si los seres humanos están causando el cambio climático”, pero por otra parte no es “un negacionista del cambio climático” ¡Su apuesta es segura! Hablando de lo uno y lo otro ¿ a qué ciencia del clima se refiere?
Es algo inquietante que alguien niegue el cambio climático cuando el 97% de los científicos dicen que la causa del mismo es de origen humano, de acuerdo con la Academia Nacional de las Ciencias, que planteó esta cuestión a 1372 científicos (4). Teniendo en cuenta que el tres por ciento no comparten esta postura, habría que preguntarse si es a este 3% de científicos a los que Rick Santorum consulta o cuando Mitt Romney dice que no es un “negacionista del cambio climático”, que pensando en lo que dijo, pudiera ser, mientras que los Santurums y Coulters de todo el mundo hacen de defensores de las posturas más recalcitrantes contra el calentamiento global.
Contrariamente a las posiciones sobre el calentamiento global de varios ex candidatos presidenciales republicanos, que recomiendan a los políticos estadounidenses acabar con la EPA ( Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos), la lista de la Universidad de Yale de las “naciones más verdes del mundo” demuestra una política sensible, sobria y un trabajo prudente: “Los países que están atentos a realizar una buena gestión ambiental son también los que hacen una buena gestión comercial”. Por ejemplo, los países escandinavos han invertido en negocios ambientales, siendo una parte importante de su base económica. La mayor compañía de energía solar se encuentra en Noruega, que ocupa el puesto número 3 en la lista de Yale. Estados Unidos ocupa el número 39, detrás de Costa Rica y varios países de Europa del Este, así como Japón. Alemania y el Reino Unido -todos los cuales ocupan un lugar mucho mejor que Estados Unidos. Y eso a pesar de que Estados Unidos ha sido el propulsor, ya que no tiene corazón político para superar su adicción mortal a los hidrocarburos, de las condiciones actuales de sequía.
¡Qué extraña paradoja, que Estados Unidos construyese carreteras interestatales que conectan todos los rincones del país, con una longitud de 3000×1500 millas, pero ni siquiera considere la posibilidad de construir paneles solares o aerogeneradores al igual que ha hecho con las carreteras, para producir electricidad que sirva a todas las comunidades desde Maine hasta California.
No hay duda de que el cambio climático está perturbando el desarrollo de los cultivos, algo especialmente evidente para todos los norteamericanos que son testigos de primera mano de esta situación de sequía. Según Marco Lagi (5), afirma haber descubierto el factor que desencadena los disturbios en todo el mundo: ¿¡El precio de los alimentos! Las evidencias provienen de dos fuentes: la primera viene de los datos recogidos por las Naciones Unidas que recoge el precio de los alimentos a lo largo del tiempo, lo que se denomina Índice de Precios de los Alimentos; la segunda de la fecha de los disturbios en todo el mundo, sea cual la causa. Con este trabajo, Lagi demuestra el viejo dicho: La Sociedad, con tres comidas diarias, se aleja de los disturbios.
El 13 de diciembre de 2010, cuatro días antes de que Mohamed Bouazizi se pendiese fuego en Túnez, haciendo estallar la Primavera Árabe, el NECSI (New England Complex Systems Institute) se puso en contacto con el Gobierno de los Estados Unidos advirtiendo que los precios mundiales de alimentos estaban a punto de cruzar el umbral identificado como el punto de inflexión, y cualquier mínimo incidente podía provocar disturbios. El estudio fue presentado por el NECSI a invitación del Foro Económico Mundial de Davos y aparece como uno de los 10 mejores artículos de 2011 según la revista Wired. Lagi y sus colegas han aislado dos importantes causas que hacen que los precios de los alimentos estén fuera de control, además del típico de la oferta y la demanda: 1.- la desregulación de los productos básicos, de modo que los especuladores pueden controlar un número ilimitado de contratos de compra; 2.- la transformación del maíz en etanol. Aquí vemos otra vez – el dilema de la desregulación- el tema predominante de la derecha y uno de los favoritos de Mitt Romney…, algo similar a la fusión financiera de 2007-08 y la conexión directa entre aquel trampantojo y la desregulación del Congreso de los Estados Unidos, de la Glass-Steagall Act de 1933, que mantuvo a los bancos comerciales fuera de la especulación financiera durante más de 60 años.
El cambio climático es la fuente y el origen de los levantamientos. En este sentido, es espantoso cómo la derecha sigue prestando apoyo a ciertas políticas, haciendo caso omiso de los estragos del calentamiento global, que inevitablemente afecta gravemente a la sociedad, un calentamiento provocado por la quema de hidrocarburos y la expulsión a la atmósferas de los gases de efecto invernadero. En este mismo sentido, uno de los efectos más alarmantes del calentamiento global de origen humano es el hecho de que los glaciares se estén consumiendo, tal y como se derrite un helado en el mes de julio (6)
Con los precios de los cereales aumentando una vez más, y con la especulación campando a sus anchas, bendecida por la desregulación, que prevé un número ilimitado de contratos de compra para manipular el precio de los alimentos, lo más probable es que acabe en disturbios en todo el mundo, más sangre en las calles, sobre todo en los países más subdesarrollados del mundo, pero tampoco América del Norte está fuera de este problema.
- “The End of Cheap Food” (December 2007). [↩]
- Henk-Jan Brinkman and Cullen S. Hendrix, Food Insecurity and Conflict, August 2010. [↩]
- Human-Caused Climate Change Already a Major Factor in more Frequent Mediterranean Droughts, National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), Oct. 27, 2011. [↩]
- USA Today, June 2010. [↩]
- New England Complex Systems Institute (“NECSI”) Cambridge, MA (Technology Review, MIT, August, 2011). [↩]
- See “The Extreme Ice Nexus,” Z Magazine, 25(6), June 2012. [↩]
Robert Hunziker, que anteriormente era encargado de la gestión de fondos, es un profesional independiente que se ocupa de las transacciones mundiales de materiales y un escritor free lance que publica en varios diarios de negocios. Hunziker obtuvo el título de MA en Historia Económica por la Universidad de DePaul, Chicago, y reside actualmente en Los Ángeles. Puede ponerse en contacto con él en la siguiente dirección de correo: rlhunziker@gmail.com. Lea otros artículos de Robert Hunziker.
Fuente: http://dissidentvoice.org/2012/07/the-food-ordeal-and-climate-change/
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