por Sophie Perchellet y Renaud Duterme
Irán nutre actualmente el imaginario de los países occidentales. Los gobiernos y los medios de comunicación nos dicen que Irán es un país islámico gobernado por un presidente antisemita que sólo tiene un objetivo: la destrucción de Israel. Busca crear un centro de atracción y de liderazgo en la región y que los países musulmanes se unan en torno suyo. Dicen que para destruir Israel, Irán está fabricando armas nucleares y suministrando armas a Hamas y Hezbolá… Esto es lo que básicamente podemos aprender de la prensa occidental. Pero vayamos un poco más allá.
La guerra de la información ha comenzado.
Más de tres años dura ya la escalada psicológica e informativa entre Irán por un lado y el resto del mundo por el otro. Si bien Irán está siendo acusado de adquirir armas nucleares, el Gobierno sostiene que el país sólo pretende el uso de la energía nuclear con propósitos civiles.
Mientras, una gran campaña de propaganda orquestada por Washington e Israel denuncia el hecho de que Irán quiere borrar del mapa a Israel, cuando ya han dicho las Naciones Unidas que la traducción que se ha hecho de las palabras de Ahmadinejad es incorrecta. ( “El Imán dijo que este régimen que ocupa Jerusalén debía desaparecer de la página del tiempo”, aunque otras fuentes señalan que sí fue tal la declaración del presidente, recogida en algunos medios de comunicación: http://www.irib.ir/worldservice/spanishRADIO/page/entrevistas1/ent%20126.htm).
Se sugiere que los todos los iraníes son antisemitas, a pesar de que la población judía está presente desde el exilio de Babilonia, llegando a más de 20.000 personas. Incluso el gobierno israelí ha ofrecido pagar a los judíos iraníes para que regresen a la “Madre Tierra”, cosa que han rechazado.
Los países occidentales ven en todo ello una amenaza inminente.
¿Qué debemos pensar de Irán? ¿Es realmente una amenaza? Y si es así ¿de quién? No podemos responder a estar preguntas sin hacer antes un poco de historia de Irán.
Un poco de historia ...
Irán y el pueblo iraní existen desde el Imperio Persa, que se expande durante la dinastía Aqueménida (648 a, de C.). Es uno de los países más antiguos y fuertes de la región. Esta es quizá una de las razones por las cuales la URSS y el gobierno británico lo invadieran en 1941,como una forma de luchar contras las potencias del Eje.
En 1953, el Dr. Mossadegh fue elegido, pero tuvo la desafortunada idea de nacionalizar las compañías petrolíferas. Esto no agradó a los ingleses, que estaban muy presentes a través de la empresa BP (Brithish Petroleum), que luego atraerá la atención de Washington y una CIA con poder creciente. Poco después, Mossadegh es derrocado, juzgado y ejecutado bajo los auspicios de la CIA, que elige al Shah Phalavi. Siguen 40 años de dictadura, hasta que es derrocado por la revolución islámica de 1979. El Irak de Saddam utiliza este periodo para rearmarse e invadir el país en 1980. Con el apoyo de Estados Unidos, que intentan apoderarse de los yacimientos de petróleo de Khuzestan. La guerra dura 8 años. La administración Carter había roto relacionales diplomáticas con Irán a raíz del asunto de los rehenes de la embajada en 1980, pero el gobierno Reagan vende secretamente armas en Irán ( a la contra de Irán). El objetivo es evidente, desestabilizar el país para que no se desarrolle económicamente. El país permanece neutral durante la Guerra del Golfo, en 1991.
Dicho esto, vale la pena recordar que históricamente, Irán no es un país que invada o declare la guerra a otros países. Pero la República de Irán es un territorio rico en yacimientos de petróleo y gas. Recordemos también que los iraníes no son árabes, aunque lo hay en Irán, pero los persas hablan en su mayoría farsi. Irán reconoció Israel muy rápidamente y no formó parte del contingente árabe que luchó contra él en los años 1947 o 1967.
El discurso agresivo del presidente Ahmadihejad (2005), los medios de comunicación trasladan la atención a Israel, defiende el derecho de Irán a adquirir armas nucleares en el eje de la lucha contra el imperialismo norteamericano. Esto se reduce en la práctica a las aspiraciones de Irán en favor de su desarrollo, aunque el discurso refuerza los embargos internacionales. Pero ¿cuál es la razón de este furioso ataque contra Irán? ¿Qué intereses estratégicos hay detrás? Haga la pregunta y responderemos.
Irán: ¿ Un obstáculo en la hegemonía de EE.UU.?
Irán tiene el 10% de las reservas mundiales de petróleo y el 15% de las reservan de gas. Huelga decir que ante la escasez actual de energía estas cifras no son nada despreciables. “El control de la energía es la palanca para dominar el mundo”. La política de EE.UU en la región es clara: ocupación militar de Irak, Afganistán, bases establecidas como en Arabia Saudita o Pakistán, apoyando a las petromonarquías.
Si miramos de cerca, Irán es el último obstáculo para la dominación de EE.UU sobre la región, con lo que ciertas posiciones del presidente iraní tienen el don de molestar a los defensores del nuevo orden económico dominante en el mundo. Esto se hace evidente en su discurso en la Conferncia contra el Racismo en Durban II, en Ginebra.
De vuelta a la controversia de Durban II.
Este discurso era pertinente en varios aspectos, en particular sobre la responsabilidad de Occidente en la esclavitud, el colonialismo, las guerras, etc. Sin embargo, la demonización del presidente de Irán, del que se ocultaron muchas cosas y se resaltaron otras, como la acusación de antisemita, es decir los aspectos críticos con Israel, es una actitud etnocéntrica, demostrando una vez más la arrogancia y el desprecio de los gobiernos de los países ricos hacia el resto del mundo.
Los delitos cometidos en el pasado, y cuyas consecuencias todavía sufren millones de personas en el pasado, son cuestiones que a menudo se minimizan. Las reivindicaciones de un mundo libre de racismo y pobreza pasan por un reconocimiento y por la reparación de los daños causados, como han hecho EE.UU y Europa con su política de expansión imperialista. De lo contrario queda subyacente un resentimiento que aprovechan los líderes populistas para azuzar a las masas.
¿Qué debemos aprender de la «amenaza iraní»?
Irán nunca ha invadido a un país vecino. Que los iraníes tienen derecho a su desarrollo económico. Que Ahmadinejad es un presidente populista, poco apreciado, que priva a la gente de su país de las libertades esenciales, dando al mundo una imagen distorsionada de la población. Pero hay que borrar la idea de que una intervención en Irán sería a favor de su gente. Se están produciendo muchas manifestaciones de hostilidad contra el gobierno. Si de verdad queremos ayudar a la población iraní es luchando contra la tiranía, exigiendo a nuestros gobiernos que pongan fin al apoyo a Arabia Saudita, que presionen a Israel para cambie su política, y que EE.UU retire sus fuerzas de Irak y Afganistán. Una nueva intervención en Irán se vería como una amenaza y un reforzamiento de los sentimientos nacionalistas.
No debemos dejarnos engañar por la actitud de los principales medios de comunicación internacionales, de lo que Irán es el nuevo objetivo sobre el que hay que disparar, lanzando la idea de que una guerra contra este país sería legítima.
Recuerde cuando le digan si los EE.UU. decide que un país es una amenaza que atenta directamente contra su hegemonía…
http://www.internationalnews.fr/article-propagande-mass-medias-et-menace-iranienne–44837454.html
Nota:
La cuestión según la cual el presidente iraní es o no es antisemita es difícil de determinar y no es el fin de este texto. Es claro que cometió actos más que dudosos, particularmente la organización de la conferencia sobre el Holocausto a la cual el revisionista Faurisson y Roger Garaudy han sido invitados. Una vez dicho dicho esto, sus declaraciones sobre Israel en el marco de este discurso en Ginebra discurso no era ni antisemita en el sentido en el que fustigaba al gobierno israelí, ni negacionista (ya que evocaba a los Judíos víctimas del Holocausto). La salida de varios representantes europeos de la sala ha sido provocada por la frase del presidente según la cual el sufrimiento judío fue un pretexto para la creación del Estado de Israel.