Por Ian Martin, 14 de marzo de 2012
Goldman Sachs ha “perdido su fibra moral”, es lo que dice un ex-ejecutivo .
En el New York Times se realiza un ataque devastador a la cultura de Goldman Sachs por uno de sus altos ejecutivos. Anuncia que dimitirá hoy mismo por las prácticas de la empresa. Critica la forma en que uno de los bancos de inversión más grandes del mundo vela por los intereses de sus clientes.
Esto es lo que se conoce como un desastre de relaciones públicas
Greg Smith, director ejecutivo de Goldman Sachs y jefe de negocios de productos derivados en Europa, Oriente Medio y África, dice que ya no puede mirar a los ojos de los estudiantes y decirles si están dispuestos a trabajar en Goldman Sachs.
Dice:
“Como se refleja en los libros de historia lo escrito sobre Goldman Sachs, el actual Director Ejecutivo, Lloyd C. Blankfein y su Presidente, Gary D. Cohn, han perdido el dominio de la cultura de la empresa. Sinceramente creo que ha disminuido la fibra moral de la empresa, lo que representa una de las más graves amenazas para su supervivencia a largo plazo.
La empresa ha cambiado su forma de pensar sobre el liderazgo, que solía establecerse en función de las ideas, dando un ejemplo de lo que era correcto. Hoy, si no se gana suficiente dinero para la empresa ( y no son actualmente asesinos en serie) es removido de los puestos de influencia.
¿Cuáles son las tres formas más rápidas de convertirse en un líder? Ejecutar los: a) “ejes” de la empresa, que es la jerga utilizada en Goldman Sachs para persuadir a sus clientes de que inviertan en acciones u otros productos de los que queremos deshacernos porque con ellos no hay perspectivas de aumentar las ganancias. b) “caza de elefantes”, que significa obtener clientes, algunos con métodos muy sofisticados y otros no, lo que traerá un mayor beneficio para Goldman Sachs. Que me llamen anticuado, pero no me gusta vender a mis clientes un producto que no es bueno para ellos. c) Tu trabajo consiste en comerciar con cualquier producto que tenga una falta de liquidez, opaco, señalado con un acrónimo de tres letras.
La referencia a los libros de historia va a hacer correr ríos de tinta. Smith tiene que escribir un libro sobre Goldman Sachs para que hable largo y tendido sobre este asunto.
La reacción de la empresa y todo el ejército de personas que giran a su alrededor. Estoy seguro que dirán que Smith salta antes de ser empujado, etc.
Pero es un asunto difícil de manejar. Si Smith es rápidamente ametrallado por las legiones de Goldman, ¿no sería una confirmación de las afirmaciones sobre la cultura de Goldman Sachs? ¿ Cómo se las van a ingeniar?
Goldman Sach no es un banco común y corriente. Gracias a la forma se sortear la crisis financiera, ejerce una enorme influencia sobre los políticos, y es un nexo económico y político que afecta a muchos ciudadanos de ambos lados del Atlántico. Blankfein, jefe ejecutivo de la empresa, dijo la famosa frase de que lo que estaba haciendo era “obra de Dios”. Estaba bromeando, pero sonó muy siniestro.
Sin embargo, las grandes instituciones que han acumulado tanto poder, pueden ser, curiosamente, vulnerables cuando cambia el espíritu de una época y son demasiado grandes como para darse cuenta. Esto es bueno. Siempre estamos escuchando que las grandes corporaciones y grandes compañías tecnológicas son las que realmente dirigen el mundo en la actualidad. Es refrescante ver que a veces pueden recibir un buen golpe, sólo por un simple artículo de opinión, y tener un grave impacto.
Por fin algo de decencia en Wall Street
Por Robert Scheer, 15 de marzo de 2012
En el momento de leer este artículo, los encargados de las relaciones públicas de Goldman Sachs estarán intentando por todos los medios destruir la reputación del denunciante, Greg Smith, ex director ejecutivo de Goldman, cuyo artículo publicado el pasado miércoles en el New York Times tuvo resultados devastadores para una empresa con 143 años de edad, y podría ser que finalmente tuviese que rendir cuentas.
Smith, un niño prodigio, que estuvo trabajando durante 12 años en Goldman después de graduarse en la Universidad de Stanford, ha puesto de manifiesto que la cultura de la empresa está basada fundamentalmente en chanchullos financieros, no exentos de regulación legal, lo que podría llevar a los ejecutivos de Goldamn Sachs a ser denunciados con diferentes cargos por delincuencia organizada.
La ley que eximía por el comercio ilegal de los productos derivados fue denunciada por Smith en su artículo, la denominada Commodity Futures Modernization Act, firmada con entusiasmo por Bill Clinton en los últimos meses de su periodo presidencial. Una legislación que blindaba contra cualquier normativa que tratase de regular las mismas actividades que dieron lugar a la crisis financiera de la que todavía nos estamos recuperando.
Ya en la era de Clinton, tuvo que dar explicaciones el Secretario de Prensa, Jake Siewert, ante la falta de justificación de este privilegio de los bancos de inversión de Wall Street, pero por una de esas ironías, Siewert fue designado Directora Gerente y Jefe de Comunicaciones de Goldaman Sachs el día anterior de que se saliese a la luz la devastadora denuncia de Smith.
¿Quién mejor para inventar rápidamente una estrategia para explicar el engaño de Goldman en la venta de los productos derivados? Como era de esperar, nada más filtrarse la denuncia de Smith, el Director General de Goldman, Lloyd Blakfein, tiró contra el joven anteriormente muy valorado, diciendo que era una empleado disgustado por atreverse a describir la cultura dentro de Goldman como “tóxica y destructiva”.
Los cargos de Smith contra Goldman, como el que dice que “habitualmente estafa a sus clientes”, resonaron en Internet, debido a que ya existía sospecha sobre los productos derivados, en los que de forma explícita Goldman apostaba… Hace poco menos de dos años que la Comisión de Bolsa y Valores presentó cargos por fraude contra Goldman, a raíz de los cuales se le impuso una multa de 550 millones de dólares por esa duplicidad.
Pero ¿ por qué resulta tan abrumadora la insistencia de Smith en su artículo a que la cultura de Goldman ha empeorado? Dice: “Hoy en día, si usted gana el suficiente dinero para la empresa ( y no son asesinos en serie) será promovido para ocupar un cargo de influencia”.
Además de la venta de productos derivados de renta variable de Goldman en Europa, Oriente Medio y África, Smith participó en el reclutamiento de nuevos talentos para la empresa. Observó como las nuevas incorporaciones se adaptaban a los métodos corruptos de Goldman, diciendo que era rutinario emplear el término “Marionetas” para designar a los clientes y que se reían de expresiones tales como “sacarles los ojos”, que fue lo que finalmente le hizo desistir.
En el corazón de la podredumbre estaban los productos derivados, las obligaciones de deuda colateralizada (CDO) y los cambios de falta de crédito (CDS), que se hicieron legales gracias a la legislación aprobada por Clinton, que la firmó, y Siewert defendió. En su artículo, Smith se refirió a la venta de productos tóxicos diseñados como uno de los principales rasgos de la codicia de Goldman, diciendo que “se encuentra sentado en una silla, donde su trabajo consiste en comerciar con cualquier producto que tenga falta de liquidez, opaco, designado con una sigla de tres letras”.
En contraste con Smith, que presentó su renuncia en el mismo artículo de denuncia, Siewert acaba de unirse a los comerciantes de la codicia, después de trabajar en la Administración, en la que convirtió en legal la codicia. Gente como Siewert se encuentra muy cómoda en el eje Washington-Wall Street, y no tienen ningún sentido de la vergüenza. Saben muy bien que Goldman y otros estafadores financieros han causado la miseria de varias decenas de miles de personas en todo el mundo.
Después de estar una temporada en el sector privado, en Alcoa, Siwert volvió al Gobierno como un alto asesor del Secretario del Presidente Obama, Timothy Geithner, quien trabajó en el Departamento del Tesoro de Clinton antes de convertirse en jefe de la New York Fed. El ex Secretario del Tesoro de Clinton y ejecutivo de Goldman Sachs, Robert Rubin, recomendó a Geithner para el puesto. En su trabajo en la Fed, Geithner participa en el rescate de AIG, que compensó a Goldman Sachs por sus derivados tóxicos.
Debido a que Siewert no tiene una brújula moral, puede al igual que otros muchos moverse con facilidad a través de las puertas giratorias entre Washington y Wall Street, haciéndose muy rico en el proceso, pero traicionando la confianza pública. Pero gracias a Greg Smith y a The New York Times, se nos ha dado ver este raro ejemplo de que no siempre la decencia está en venta.
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Robert Scheer es el editor de Truthdig.com y columnista habitual de The San Francisco Chronicle.